Nos cansamos de leerlo

A lo largo del año, se leen en el Oficio de Lecturas una serie de textos de los Libros de las Crónicas y los Libros de los Reyes, y también fragmentos de los profetas, en los que se habla de la historia política de los israelitas. Al hablar de cada rey de Judá o de Israel, quizá la frase más repetida sea “hizo lo que el Señor reprueba”. Al parecer, Jeconías, Joaquín, Sedecías, Oseas, Nadab, Salomón, Manasés y tantos otros tuvieron en común hacer lo que el Señor reprueba. A veces se añade, “pero no tanto como su padre” o “aunque no tanto como sus predecesores”, lo que no arregla mucho la cosa, la verdad.

Como consecuencia, del pueblo se dice también, una y otra y otra vez, que hicieron “lo que el Señor reprueba” y que “no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres” y “rechazaron sus mandatos”, adoptando “las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos” y haciéndose “ídolos de fundición”.

No es extraño, claro, porque los gobernantes y las leyes, además de regir el país, también deben desempeñar una función ejemplarizante. Es obligación de todo gobernante dar buen ejemplo a los súbditos y guiarles por el buen camino. El hecho de que lo hayamos olvidado y nos parezca casi inimaginable que los políticos en general puedan dar buen ejemplo solo es una muestra de lo bajo que hemos caído, igual que aquellos israelitas.

En cualquier caso, el comentario más habitual que he oído sobre estas lecturas es que son muy aburridas, liosas y no se saca nada en limpio de ellas. Es comprensible, porque la mayoría de los cristianos no están familiarizados con los avatares políticos de la monarquía israelita y tantos nombres raros desorientan. Lo cierto es, sin embargo, que Dios no da puntada sin hilo y, al contarnos esas historias, nos está hablando de verdades inmensamente consoladoras: la fidelidad de Dios, su paciencia y su misericordia. Y lo hace con hechos reales, con las andanzas históricas de su pueblo, que pudo experimentar esa fidelidad, esa paciencia y esa misericordia en su propia carne.

Si la historia del pueblo de Israel fue una sucesión de infidelidades, por parte de Dios la historia de salvación fue una constante fidelidad. Dios es fiel a su alianza, incluso cuando los hombres no lo son. Como diría mucho después San Pablo, que era miembro del mismo pueblo y sabía de lo que hablaba, si somos infieles, Él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.

Igual que los reyes de Israel, nuestra historia personal se caracteriza por hacer una y otra vez “lo que el Señor reprueba”. ¡La historia de Jeconías, de Sedecías y de tantos otros reyes de nombres raritos es nuestra propia historia! ¿Cómo no nos va a interesar esa historia? Las lecturas son repetitivas porque, por desgracia, nosotros somos igualmente repetitivos. Al leerlas, solo podemos alegrarnos de que Él sea fiel a pesar de nuestras infidelidades, se nos recuerda que necesitamos la medicina de su misericordia para nuestra miseria y, si somos sinceros, reconocemos que la paciencia de Dios es nuestra salvación, como dijo San Pedro, que también sabía muy bien de lo que hablaba por experiencia propia.

El Señor es un Dios fiel, un Dios paciente y un Dios misericordioso, que es justo lo que nos hace falta que sea, y la Escritura no se cansa de repetirlo, aunque nosotros nos cansemos de leerlo.

33 comentarios

  
Rafa
Pues entre nuestros pecados y los de nuestros gobernantes, ya estamos tardando en vestirnos de saco y ceniza. El rey como síntoma: ni misa de coronación, discurso globalista, educación masónica para sus hijas...
01/10/25 10:23 AM
  
Tito España
Estupendo comentario, Bruno, muchas gracias.
01/10/25 11:10 AM
  
María de África
Hace algunos años Fray Nelson propuso un plan para leer la Biblia al que me apunté y me resultó magnífico. En teoría se tardaría un año siendo constante y leyendo cada día, pero yo tardé casi dos porque algunos días no cumplía el plan, pero lo terminé.
Leía tres capítulos diarios empezando así: uno del Génesis, otro de los libros Sapienciales y otro del Nuevo Testamento. Esta simultaneidad hace que te des cuenta de cuánto del NT está en el AT y a que se refería Jesucristo en sus discusiones con los fariseos.
A mi los dos Libros de los Reyes me resultaron de lo más reveladores, porque allí están las profecías, el Cautiverio Asirio, para el Reino de Israel, y el de Babilonia para Judá. Después de la muerte de Salomón, sino antes porque Salomón comenzó haciendo la vista gorda a ciertos cultos extranjeros, pocos reyes hubo que fueran fieles a Yavhé por la cada vez mayor población mezclada, sobre todo mujeres extranjeras, que traían sus cultos politeístas. En la Biblia Nácar Colunga dice que esos cultos se celebraban en "Los Altos", que supongo serían altozanos o colinas circundantes a las ciudades, de forma semiclandestina pero autorizada de alguna manera. Algún rey suprimió esos cultos por poco tiempo porque el siguiente seguía haciéndose el zonzo y el Pueblo de Israel volvía a apostatar cayendo en el sincretismo. De manera que se entiende que Nabucodonosor fuera el monarca elegido por Dios para acabar con aquello. En Babilonia los hebreos tuvieron que espabilarse para no ser subsumidos por los babilonios, que tenían una cultura muy rica y ostentosa donde se podía hacer mucho dinero- ¡Ah, Mammón, qué grande es tu poder! -y los que resistieron ya estaban purificados. Cuando Ciro II, rey de los persas, conquistó Babilonia permitió a los hebreos volver a su pais y reconstruir el templo, pero solo volvieron los resilientes, que diría un moderno.
Todo esto es de lo más actual y de adecua perfectamente a la situación que estamos viviendo dentro de la Iglesia.
01/10/25 1:23 PM
  
María de África
El Libro de Tobías, o de Tobit, es muy revelador porque allí se indica la resistencia de los verdaderos israelitas y cómo cumplían sus obligaciones en tierra extraña. También es el único libro del AT que nombra al Arcángel San Rafael, que acudió en ayuda de Tobías.
No está incluido como texto canónico ni el Tanaj ni en la Biblia protestante.
01/10/25 1:31 PM
  
María de África
No hace falta saber la Biblia versículo por versículo, como hacen los protestantes, lo interesante es tener una mirada abarcadora que te la haga comprensible.
Cuando el NT dice lo que comía San Juan Bautista: langosta y miel silvestre, recuerdas lo que aparece en el Levítico 11, 21-22 y te das cuenta por qué comía saltamontes y no cualquier animal que viviera en el desierto. Por eso es interesante leer la Biblia en la forma que recomienda Fray Nelson, a no ser, claro, que prestes poca atención o tengas mala memoria.
01/10/25 1:48 PM
  
anawim
Me ha extrañado que no haya nombrado al rey David, sus pecados fueron muy fuertes, primero no sale a la guerra con su pueblo, y mientras el pueblo batalla en la guerra, él está durmiendo la siesta en su palacio, y como todos los pecados están encadenados, se levanta de dormir, y en lugar de ponerse a rezar, da una vuelta por la terraza, y mire usted por donde, ve a la mujer de Urías bañándose desnuda, y a este pecado une el adulterio, y cómo no está dispuesto a renunciar a la mujer de Urías decide asesinar a Urías, y encima no lo asesina él directamente sino que implica a otro a matarlo poniéndole en primera línea de batalla para que lo maten, y esto nada más y nada menos que el rey David. Alucina...
01/10/25 2:39 PM
  
anawim
Somos pecadores, pero también es cierto que a pesar de nuestro pecado, somos HIJOS MUY AMADOS, y el Señor está deseando que le pidamos perdón y que hagamos penitencia, y cuando hacemos esto nos come a besos, véase parábola del Hijo pródigo.
01/10/25 2:49 PM
  
anawim
El Levítico, ése libro que parece tan insulso es una invitación a la penitencia. Todos tenemos que hacer penitencia, unos más y otros menos, pero todos. El que sólo pueda ofrecer a Dios un par de pichones, tiene que ofrecer a Dios un par de pichones; y el que pueda ofrecer a Dios un carnero, tiene que ofrecer un carnero. Y deberíamos de recuperar la costumbre del diezmo que hemos perdido, y entonces el Espíritu Santo nos guiará en la compresión de la Palabra de Dios; el Espíritu Santo, y la exégesis simple de Fray Nelson (gracias Fray Nelson).
01/10/25 3:11 PM
  
José Díaz
"...porque la mayoría de los cristianos no están familiarizados con los avatares políticos de la monarquía israelita y tantos nombres raros desorientan" (Bruno Moreno)
En general, la mayor parte de los cristianos no están familiarizados con la gran historia del Próximo Oriente Antiguo. Hablo ahora desde mi perspectiva historiográfica. Sé que no es lo más importante, espiritualmente hablando, pero en mi caso personal, cuando estudié la carrera y seguí la especialidad de Historia Antigua, el conocimiento de la Antigüedad me abrió a una mayor comprensión de la Biblia y reforzó mi fe.
01/10/25 3:42 PM
  
Bruno
Anawim:

Cada vez estoy más convencido de que es usted un seudónimo de uno de los trolls residentes en este portal. He tenido que borrar (otra vez) varios comentarios suyos. No multiplique los comentarios sin medida, no diga barbaridades y así no tendré que borrar sus comentarios.
01/10/25 4:19 PM
  
Bruno
D. Hugo:

Puede usted discutir los temas, pero no dar consejos malvados a los demás comentaristas. Este no es el lugar para eso. Si quiere hacerlo, en su blog.
01/10/25 4:24 PM
  
anawim
Pues ya ve Elisa que no estoy recibiendo ningún aplauso, yo diría que todo lo contrario. Es verdad que el Evangelio nos dice que lo que haga la mano derecha no se entere la izquierda, pero creo que es para que tengamos cuidado con la vanidad que es entre otras una idolatría, pecado grave como sabe. Pero aquí como nadie me conoce... pues lo digo. No en serio, hacer esto es dar testimonio, debemos hacerlo y ayudarnos; siempre hay que ayudar; no debemos perder ninguna ocasión de ayudar, de hecho, yo hago penitencias que hacen otros, me gustaron y se las pedí al Señor, si esos otros no me las hubieran contado, probablemente no las hubiera hecho, así que fíjese lo bueno que es compartir las cosas de Dios.

Elisa, con todos mis respetos, actualícese porque en la Iglesia seguimos haciendo penitencia. Como ya he comentado, la Iglesia pide unos mínimos de penitencia a todos los bautizados, para que todos podamos coincidir en días determinados de penitencia como la abstinencia de carne todos los viernes del año sin límite de edad, y el ayuno y la abstención de carne el Miércoles de Ceniza y Viernes Santo, pero no pretenderá que todos hagamos sólo esta penitencia ¿verdad?
01/10/25 4:25 PM
  
María de África
José Díaz: No es lo más importante, desde luego, pero ayuda.La Biblia no es un libro de historia, pero lo es de un pueblo, y un pueblo tiene su desarrollo en la Historia.
Los samaritanos, que aparecen con frecuencia en el NT, la mayoría de nosotros no sabemos realmente quiénes son, pero el problema que Samaria tenía con galileos y judíos en tiempos de Jesús no se puede entender sin saber lo que pasó en Samaria cuando los asirios se llevaron a los israelítas con ellos, porque esa región fue repoblada con gentes venidas de fuera, lo que hizo que la población tuviera cultos sincréticos que les convirtieron en algo así como los agotes o los chuetas en España.
01/10/25 4:57 PM
  
María de África
A veces me he preguntado qué quiso decir Jesucristo cuando vio a Natanael bajo la higuera, pero lo más probable es que viera el modelo de lo que Dios había querido comunicar al Pueblo de Israel y que ya era difícil de encontrar, como si ahora alguien viera a una persona y dijera: "He aquí un auténtico católico". Comunicar con tu persona, tus actitudes, tu forma de orar y tus palabras que eres un auténtico católico debería ser nuestra forma de evangelizar, pero eso ¿cómo se hace?
01/10/25 5:08 PM
  
Elisa
Mi comentario anterior se ha borrado, no entiendo por qué. El caso es que el ayuno es bueno, pero no obligatorio. Los viernes en España ya no se hace. La Iglesia deja a voluntad de cada cual el tipo de ayuno. Es como la penitencia volun9taria. Efectivamente, la única penitencia común que se hace en España es no comer carne los viernes de cuaresma y ayunar el miércoles de ceniza. Punto. El resto, a voluntad de cada uno. No se puede obligar.
01/10/25 6:14 PM
  
Mar
Y el padre Ballester? Habéis dicho algo? No lo he visto
01/10/25 6:42 PM
  
María de África
anawin: El Rey David es tan importante que al mismo Jesús le llamaban "Hijo de David" y, para que se cumplieran las profecías, nació en la ciudad de David, Belén de Efrata. Una cosa son los pecados personales y otra la de los reyes de Israel y Judá. Es como abortar o respaldar políticamente el aborto. Dios perdona más fácilmente a alguien que haya abortado que al político ese al que le iban a dar un premio apoyando políticas abortistas. David fue un pecador, pero no un promotor del pecado, nosotros nos líamos, pero parece que Dios lo ve más claro.
01/10/25 7:55 PM
  
María de África
Durante el reinado del Rey David no hubo idolatría y el pueblo seguía el mandato de Dios, los reyes posteriores de Israel y de Judá, sobre todo los últimos que duraron más tiempo, fueron consentidores con la idolatría y el pueblo se volvió laxo. En la Biblia la prostitución y la idolatría son la misma cosa.
La fidelidad del Señor a su pueblo infiel es lo que mantiene nuestra esperanza en estos tiempos convulsos. Los Salmos están llenos de llamadas a esa fidelidad.
01/10/25 8:16 PM
  
Gris Funcionario
Muy de acuerdo en todo, gracias por expresarlo tan bien. Yo he leído estos libros ya mayorcito, hasta entonces de los reyes sólo sabía hasta David y Salomón. Es verdad que son libros largos y repetitivos. ¡y cuando acabas los dos de los Reyes luego vienen otros dos de Las Crónicas que cuentan más o menos lo mismo!!!!
Pero de su lectura saca uno una sensación alegre: si el pueblo de Dios (reyes y súbditos) hacía estas cosas y Dios no olvidó su alianza, tampoco lo hará ahora con su Iglesia y con nosotros.
Por otro lado es muy impresionante el hecho de que la Biblia no oculte todas estas cosas, la intención parece más bien que las tengamos muy en cuenta
Vi una entrevista de Fabrice Hadjadj hablando de su conversión, en la que explicaba que como no creyente tenía una idea falsa de los creyentes. Él pesaba que los creyentes tenían una idea muy alta de sí mismos, y le sorprendió cuando en la Escritura encontró un componente tan intenso de autocrítica por parte del Pueblo de Israel.
01/10/25 8:19 PM
  
Andrés Éfeso
"Igual que los reyes de Israel, nuestra historia personal se caracteriza por hacer una y otra vez “lo que el Señor reprueba”".
Es un mantra piadoso decir que todos hacemos lo que Dios reprueba, pero hay que diferenciar el pecador impenitente del pecador penitente, y este último no hace lo que Dios reprueba porque se arrepiente y se confiesa y enmienda, que es en lo que consiste acogerse a la Misericordia Divina.
Hay una relativización "eclesialmente" correcta e igualitaria por la que se supone que todos somos igual de pecadores. No es así. No es lo mismo una pecadora como Santa Teresa de Calcuta que otro como el padre Maciel, por ejemplo. La propia Madre Teresa decía: "entramos en el confesionario pecadores con pecado y salimos pecadores sin pecado".
Los momentos del Antiguo Testamento en los que el Pueblo elegido es infiel "desesperan" a Dios por su obstinación. Si de verdad todos fuéramos tan malos como pretende esta postura, el mundo habría sido aniquilado por el Señor hace tiempo.
01/10/25 8:23 PM
  
Bruno
Andrés Éfeso:

Conviene no ir cambiando de seudónimo, sino mantenerlo en la medida de lo posible.

"Es un mantra piadoso decir que todos hacemos lo que Dios reprueba, pero hay que diferenciar el pecador impenitente del pecador penitente, y este último no hace lo que Dios reprueba porque se arrepiente y se confiesa y enmienda, que es en lo que consiste acogerse a la Misericordia Divina"

Creo que entiendo lo que quiere decir, pero lo que dice es erróneo. Lo que Dios reprueba es el pecado. Si uno peca, está haciendo lo que Dios reprueba. Si peca y, además, no se arrepiente, está cometiendo además otro pecado mayor, que es la impenitencia (el pecado contra el Espíritu Santo), pero el primer pecado es un pecado también, una ofensa a Dios, contrario a su Voluntad y, por sí mismo, en caso de ser grave, lleva al infierno. Decir que Dios no reprueba el pecado si luego nos arrepentimos es una barbaridad. Tal como lo ha dicho es, mutatis mutandis, el error de la Opción Fundamental, condenado por la Iglesia.

"Hay una relativización "eclesialmente" correcta e igualitaria por la que se supone que todos somos igual de pecadores"

Paradójicamente, yo solo he visto eso en aquellos que, en realidad, no creen en los pecados, para los cuales el "todos somos pecadores" funciona como una forma de diluir la existencia misma del pecado.

"Si de verdad todos fuéramos tan malos como pretende esta postura, el mundo habría sido aniquilado por el Señor hace tiempo"

No tenemos ni la más remota idea de lo que haría el Señor, así que, en general, no conviene afirmar esas cosas así, tajantemente, sino, a lo sumo, como una hipótesis muy probablemente disparatada.
01/10/25 8:43 PM
  
Bruno
Gris Funcionario:

"como no creyente tenía una idea falsa de los creyentes. Él pesaba que los creyentes tenían una idea muy alta de sí mismos"

Una de las cosas más interesantes que me ha demostrado el paso de ateos por el blog es que es el ateo medio el que tiene una idea muy alta de sí mismo, mientras que el cristiano medio (pero serio) siempre se considera pecador.

A fin de cuentas, el que no tiene luz en su casa no puede ver la suciedad. Una vez que se enciende la luz, uno se lleva una desagradable sorpresa.
01/10/25 8:47 PM
  
Andrés Éfeso
Bruno, yo no cambio de seudónimo, al menos en esta conversación y no recuerdo que año o qué mes me metí por última vez en este blog. No tengo ni idea de que seudónimo utilice entonces he puesto no este nombre sin más porque venía por defecto cuando le he dado al nick.

Lo que digo es que Dios reprueba el pecado y aprueba el arrepentimiento. En eso consiste la historia de la salvación.

"...peca y, además, no se arrepiente, está cometiendo además otro pecado mayor, que es la impenitencia (el pecado contra el Espíritu Santo), pero el primer pecado es un pecado también, una ofensa a Dios, contrario a su Voluntad y, por sí mismo, en caso de ser grave, lleva al infierno. Decir que Dios no reprueba el pecado si luego nos arrepentimos es una barbaridad."
Yo no he dicho eso, así que le agradecería que no tergiverse mis palabras. En ningún momento he dicho que el pecado no lleva al infierno. Evidentemente, por eso hay que arrepentirse y confesarse, si no nos condenamos. Es algo muy obvio como para tener que señalarlo.

"Paradójicamente, yo solo he visto eso en aquellos que, en realidad, no creen en los pecados, para los cuales el "todos somos pecadores" funciona como una forma de diluir la existencia misma del pecado."
Vuelve a tergiversar lo que he dicho. Si yo dijera que no creo los pecados y en su gravedad no diría que es necesario arrepentirse, otra obviedad que no hace falta recalcar.

"No tenemos ni la más remota idea de lo que haría el Señor, así que, en general, no conviene afirmar esas cosas así, tajantemente, sino, a lo sumo, como una hipótesis muy probablemente disparatada".
Disparatado es pensar que el arrepentimiento y la confesión no borran la reprobación del pecado eso sí es disparatado. Sí los fieles no nos arrepintiéramos y confesáramos correríamos la misma suerte del pueblo elegido que desapareció de la faz de Israel.

Y sinceramente ese mantra igualitario de decir que somos todos iguales me parece directamente falsa humildad.
01/10/25 9:05 PM
  
Bruno
Estimado Andrés Éfeso:

"Bruno, yo no cambio de seudónimo"

En este blog, usted ha sido Falstaff, Luis K, Norberto y, ahora, Andrés Éfeso. Conviene mantener el seudónimo, porque de otro modo es muy difícil conversar. No es que pase nada por cambiarlo (excepto en el caso de los trolls), pero en general conviene mantener el seudónimo por cortesía hacia los demás.

"Lo que digo es que Dios reprueba el pecado y aprueba el arrepentimiento"

Claro, pero eso no es lo que dijo antes (dijo: "el pecador penitente ... no hace lo que Dios reprueba), por eso le señalaba que entendía lo que quería decir, pero lo que decía no estaba bien. Lo cierto es que el pecador penitente hace lo que Dios reprueba y después se arrepiente.

"Yo no he dicho eso, así que le agradecería que no tergiverse mis palabras"

Se lo acabo de mostrar en el párrafo anterior. No hay tergiversación ninguna. Otra cosa es que usted quisiera decir otra cosa (cosa que di por supuesta), pero lo que dijo fue eso. ¿Qué quiere que le haga yo?

"Vuelve a tergiversar lo que he dicho. Si yo dijera que no creo los pecados..."

No ha entendido esa frase, vuélvala a leer con cuidado. No se refería a usted. Usted ha dicho que había una idea "eclesialmente correcta" de que todos éramos igual de pecadores y yo he señalado que los que he visto pensar que todos éramos igual de pecadores eran los que, en realidad no creen en el pecado. Creo que está claro.

"Disparatado es pensar que el arrepentimiento y la confesión no borran la reprobación del pecado eso sí es disparatado"

Bueno, es que no la borran. Dios reprueba el pecado, pero acoge al pecador arrepentido. El cual es un pecador arrepentido precisamente porque no se ha borrado ese pecado, sino que se ha perdonado. Que ese pecado existió y ofendió a Dios y Cristo tuvo que morir por él y Dios lo reprueba será verdad siempre.

"Y sinceramente ese mantra igualitario de decir que somos todos iguales me parece directamente falsa humildad"

Como ya he indicado, a mí me parece falta de fe... en el pecado. Pero, vamos, yo en ningún momento he dicho que todos seamos iguales.

En cualquier caso, si lee con tranquilidad la conversación desde el principio, verá que no he tenido ninguna intención de molestarle u ofenderle.
01/10/25 9:26 PM
  
María de África
La idea de que los creyentes tenemos una idea muy alta de nosotros mismos está muy extendida, por lo visto el hecho de que defendamos que el pecado existe y que somos pecadores no es creída, como si fuéramos falsos pecadores que, en realidad, creen que son justos. De ahí la constante acusación de fariseísmo.
Por lo visto piensan que nosotros, como el fariseo de la parábola, estamos todo el día dando gracias a Dios por no ser publicanos, cuando en realidad es al contrario porque sí somos publicanos. No decimos a Dios: "Gracias, Señor, porque no soy como éste" sino "Misericodia, Señor, porque he pecado".
Una lástima que el Confiteor se rece tan poco en las misas.

01/10/25 10:26 PM
  
Bruno
Andrés Éfeso:

Hasta donde puedo ver, todo lo que reprocha se refiere a lo mismo: que no he hablado de lo que usted quería que hablase. Pero entenderá que ese reproche no tiene fuerza alguna. Yo he hablado de lo que quería hablar y todo lo que he dicho es cierto. ¿Podría haber hablado de su tema? Claro, igual que podría haber hablado de otros cien que les gustarían a otros lectores, desde la predestinación hasta la ignorancia culpable, pero entonces tendría que dedicar la vida entera a escribir no un artículo, sino una enciclopedia. No tiene sentido reprochar que un artículo no sea una enciclopedia.

Que me acuse de calvinista o jansenista es tan absurdo que no puedo dignificarlo con una respuesta. Es ya el fondo del barril de los argumentos.

En cuanto a la comparación que le molesta con el pueblo de Israel, ¿de verdad cree que somos menos pecadores que ellos? Varios de esos reyes se arrepintieron de sus pecados y también el pueblo lo hizo múltiples veces, como cuenta la Escritura.
01/10/25 10:57 PM
  
Andrés Éfeso
No, Bruno, no se trata de que no hable de lo que yo quiero. Usted mismo dice claramente: "...nuestra historia personal se caracteriza por hacer una y otra vez “lo que el Señor reprueba”.... " " ¡La historia de Jeconías, de Sedecías y de tantos otros reyes de nombres raritos es nuestra propia historia!"

La historia del pueblo elegido no tenía el don de adorar a Dios encarnado, ni las consiguientes obras fruto de los Sacramentos y la relación con Cristo. Él mismo lo dijo: "veréis cosas más grandes". La historia del pueblo elegido no es la historia de la Iglesia, no es la historia de San Agustín, o San Cosme y San Damián, San Bernardo, Santo Tomás de Aquino, el Padre Pío y muchos otros santos y mártires anónimos.

Sé que es difícil salir de esa dulce pátina de auto culpabilización (casi siempre bastante ficticia, por cierto), se cuela en cualquier ambiente y es casi de obligado cumplimiento en homilías, artículos, y blogs; incluso en chascarrillos de conversaciones normales.
Pero el católico no es un pueblo de réprobos.
01/10/25 11:45 PM
  
Bruno
Estimado Andrés Éfeso:

"No, Bruno, no se trata de que no hable de lo que yo quiero"

Bueno, es lo que me ha reprochado en todos sus comentarios anteriores. Celebro que haya cambiado de idea.

"La historia del pueblo elegido no tenía el don de adorar a Dios encarnado, ni las consiguientes obras fruto de los Sacramentos y la relación con Cristo"

Claro, pero eso no hace que nuestros pecados sean menos culpables, sino más: al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá.

"La historia del pueblo elegido no es la historia de la Iglesia"

Empiezo a pensar, sin ánimo de ofender, que es un problema de buscartrespiesalgatismo. Es una obviedad que mi vida o la vida de cualquiera no es exactamente igual a la de ningúuna otra persona, ni presente ni futura. Pero si leemos en el Antiguo Testamento la vida de Abraham, de Isaac, Jacob, David y tantos otros o la del pueblo de Israel en conjunto es porque en esa historia de salvación que Dios tuvo con ellos podemos ver reflejada e iluminada nuestra propia historia de salvación. Cuando Dios dice a Abraham "levántate, sal de tu tierra y ve a la tierra que yo te mostraré", yo escucho lo mismo, adaptado a mis propias circunstancias. Cuando David dice "misericordia Dios mío por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa", yo puedo hacer mías sus palabras, porque su historia, en lo esencial, es mi historia. Yo no he adulterado con Betsabé ni he hecho matar a Urías ni he escrito los salmos ni tantas otras cosas concretas, pero tengo mis propios pecados y lo que veo en David no me resulta ajeno, sino que lo encuentro reflejado en mi propia historia. Israel es figura o prefiguración de la Iglesia y, por lo tanto, de todos nosotros.

Esto es algo básico, que todo cristiano conoce, luego me veo obligado a concluir que, si usted lo niega, es porque se ha dejado llevar por esta discusión bastante estéril y ya ha perdido de vista la realidad en el bosque de argumentos.

"Sé que es difícil salir de esa dulce pátina de auto culpabilización (casi siempre bastante ficticia, por cierto), se cuela en cualquier ambiente"

Vaya, observo que se ha colado hasta en la liturgia, que empieza todos los domingos diciendo "por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa". No una vez, sino triple culpabilización. Y todos los viernes, en laudes, se reza el miserere: "pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado; contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces". Y hasta existe un sacramento de la confesión, al que la Iglesia nos anima a acudir frecuentemente, como si, ¡horror!, tuviéramos culpas que confesar. Es más, Santo Tomás enseña que todo hombre puede pensar con razón que es el más pecador de todos los hombres. Y podríamos seguir enumerando culpabilizaciones así durante días. Está claro que la Iglesia está infiltrada por los calvinistas.

Perdón por la ironía, pero el ironiómetro estaba ya a punto de explotar.

"el católico no es un pueblo de réprobos"

Supongo que se da cuenta de la falacia de hombre de paja que ha cometido: una cosa es ser un réprobo (es decir, un condenado al infierno o, como mínimo, un hereje) y otra hacer cosas que el señor reprueba. Son cosas diferentes y yo he hablado de lo segundo, no de lo primero, como cualquiera puede comprobar. Todos nosotros (excepto los que hayan alcanzado un alto grado de santidad) hacemos cosas que el Señor reprueba, pero eso no quiere decir que seamos réprobos.

De todas formas, aunque es un hombre de paja porque yo no había dicho nada por el estilo, lo cierto es que, en la Iglesia Católica, hoy en día, son muchísimos más numerosos los que han abandonado la fe que los que la mantienen y los que prescinden por completo de la Ley de Dios que los que intentan cumplirla, así que no parece que en ese aspecto y en conjunto tengamos mucho de lo que enorgullecernos en comparación con los israelitas.

En cualquier caso, intentando buscar más allá de sus palabras un sentido a lo que querrá decir, supongo que se está refiriendo a la desesperanza que hay en algunas predicaciones y conversaciones que hablan de que "todos somos pecadores" en el sentido de que no es posible no pecar y, por lo tanto, ¿para qué esforzarse?, etcétera. Eso (que sería luteranismo más que calvinismo) se encuentra a veces y estoy de acuerdo en que es sumamente reprobable (si me permite el juego de palabras), porque de la desesperanza no puede salir nada bueno. Pero, también hay que decir que no hay ni rastro de eso en mi artículo, que está escrito precisamente para lo contrario, para animar a la conversión.

Saludos
02/10/25 8:53 AM
  
Luis López
El Libro de los Reyes es bastante más realista que el de las Crónicas. Éste se olvida de los impresentables reyes del reino del norte (pues prácticamente todos eran unos criminales), omite los gravísimos pecados de David y Salomón, e incluso narra la conversión del inicuo Manasés (omitida en Reyes).

Los Reyes pretenden explicarnos los pecados que hicieron caer a Judá y a Israel, mientras que Crónicas tiene sólo en mente a Judá, lo cual es especialmente interesante porque de esa dinastía, merced a la profecía de Natán, surgiría el Mesías, Jesucristo. Ciegos están quienes no ven que todo el A.T. nos lleva a Cristo.
02/10/25 9:12 AM
  
María de África
A mí me sorprendió "El Mesías" de Haendel porque sin haber oído más que su famoso "Aleluya", creía que ésta se refería a la Resurrección, cuando se refiere a la Segunda Venida de Cristo. El libretista se centró en los Profetas, preferentemente, lo que une el AT con el NT con lazos indisolubles. No se entienden los Evangelios sin el AT.
02/10/25 10:03 AM
  
Pedro de Valencia
El oficio de lecturas es como una novia exigente. Necesita tiempo y escucha. Muuucho tiempo y mucha escucha. Empecé a hacer el oficio con 20 años, en 1994, y no era en sí mismo un modo oración, era obediencia, por lo que era una pura penitencia. Diez años después aún había veces que me era tedioso, tanto la lectura bíblica como la patrística, y eso que siempre daba la vuelta al mismo año, los cuatro libros, no hacia todavía el bienal… ahora, 31 años después, ya haciendo desde hace tres años el bienal, cada vez me parece todo más nuevo y más imprescindible, y ya no concibo el evangelio por separado del antiguo testamento. Sin el antiguo testamento ya me parece como si estuviera manco. Ver la figura de Cristo, pero sobre todo, mis miserias y mi vida, sólo pasa entendiendo el completo de la palabra De Dios, un cuerpo cada vez más indivisible para mí. Y no, no es aburrida la lectura bíblica, simplemente es que llevas muy poco leyéndola. Como una esposa exigente, exige tiempo, mucho, mucho tiempo.
02/10/25 10:33 AM
  
Andrés Éfeso
Bruno, no me refería a la auto culpabilización como reconocimiento de los pecados, sino a esa pose bastante extendida de, aparentemente, centrar la vida de fe en la culpa, pero que en realidad no es una actitud severa, sino que tiene mucho de auto complacencia y vanidad. Para tender a centrar la vida de fe en la culpa hay que o sentirse muy culpable o ser muy arrogante.
Claro que si usted se identifica con el rey David, poco tengo que decir; yo soy más mediocre.
02/10/25 11:15 AM
  
anawim
María África: Estoy de acuerdo con el comentario que hace referencia al mio. Efectivamente el rey David es tan importante en Israel que Maria y José son descendientes de David. Como muy bien apuntas, no es lo mismo el pecado personal que el pecado público, que podría ser en nuestros días el pecado de nuestros gobernantes dictando leyes abominables como el derecho constitucional al aborto, el rey David jamás hizo esto con el pueblo de Israel, pero sus manos estaban manchadas de sangre y este fue el motivo por el que el rey David no construyó el templo, así se lo hizo saber Dios. No porque nuestros pecados no sean públicos son de menor gravedad, Dios nos perdona si, pero el pecado aún perdonado tiene consecuencias, no sale gratis, y como vemos en el rey David, nada vuelve a ser igual.
10/10/25 11:23 AM

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