El grave y olvidado pecado de la gula
La gula parece a veces el “hermano pobre” de los pecados capitales. Casi nadie se lo toma en serio (excepto los niños, que son los que paradójicamente se toman todo en serio). En la mente de la gran mayoría de los católicos, se trata de un mero “pecadillo” que nunca es grave, resulta muy difícil de cometer en la práctica y más parece una reliquia de tiempos pasados y rigoristas que algo que nos tenga que preocupar a nosotros.
Como casi siempre que miramos con suficiencia y superioridad a nuestros padres en la fe, los que no nos enteramos de nada somos nosotros. Es cierto que la gula puede ser, y muchas veces es, un mero pecado venial, pero es falso de toda falsedad que no sea nunca grave. Es más, me atrevo a decir que es uno de los pecados graves y veniales más frecuentes, a pesar de que a menudo los que caen en él ni siquiera lo consideran un pecado.
Una de las razones de que no se otorgue importancia a la gula es que la mayoría de la gente ha olvidado que la gula también incluye la bebida. Como la única mención de la gula se produce (en el mejor de los casos) en la catequesis infantil, solo se suele hablar del exceso en el comer, que afecta más a los niños. Se olvida así el exceso en la bebida, que es el que causa la mayoría de los pecados mortales de gula.
Digámoslo con claridad, para los que no lo saben: emborracharse es pecado mortal. Sí, mortal (suponiendo, claro, las condiciones habituales para todo pecado mortal, es decir, el conocimiento y el consentimiento). Multitud de jóvenes “de catequesis” que se juntan para beber y se emborrachan, a veces incluso al salir de convivencias, vigilias u otros actos parroquiales, están pecando gravemente. Lo mismo puede decirse de jóvenes y adultos en bodas por la Iglesia, banquetes, nocheviejas, celebraciones, reuniones familiares y un largo etcétera.
Desgraciadamente, prácticamente nunca se habla de ello en homilías, catequesis o charlas parroquiales. Después de muchos años de asistir regularmente a Misa, estudiar en un colegio católico y participar en multitud de actividades eclesiales, tuve que enterarme de que emborrarcharse era pecado grave leyendo un libro antiguo. Así lo dice, sin embargo, la Palabra de Dios con una advertencia solemne y terrible: los borrachos […] no heredarán el reino de Dios (1Co 6,10). También lo recuerda Santo Tomás, “tomar vino, conscientemente, hasta llegar a emborracharse, es pecado mortal”, y lo explica de la siguiente manera:
“la embriaguez es pecado mortal, porque en este caso el hombre se priva conscientemente del uso de su razón, que le hace practicar la virtud y apartarse del pecado. Peca, pues, mortalmente porque se pone en peligro de pecar. En efecto, San Ambrosio dice en su obra De Patriarchis: Decimos que hay que evitar la embriaguez porque en dicho estado no podemos evitar los pecados, ya que lo que evitamos estando sobrios lo cometemos sin darnos cuenta cuando estamos borrachos. Luego la embriaguez es, en sí misma, pecado mortal” (ST II-IIae, q. 150).
El abuso del alcohol, en efecto, hace facilísimo caer en multitud de pecados, algo que es especialmente grave en el caso de aquellas personas más o menos “buenas” que, de otro modo, no los cometerían. Cuando el gato duerme, los ratones bailan y, en cuanto la razón deja de vigilar por efecto del alcohol, las pasiones se desbocan. En particular, el número de graves pecados contra el quinto y sexto mandamientos cometidos como consecuencia de la embriaguez es enorme.
No hace falta pensar mucho para concluir que lo que se ha dicho del abuso de la bebida se aplica igualmente al uso de las drogas, fuertes o blandas y legales o ilegales. También privan del uso de la razón y también ponen en peligro de cometer todo tipo de pecados, luego su consumo es un grave pecado en sí mismo. Hay una diferencia: las bebidas alcohólicas se pueden consumir moderadamente y sin pecado. En cambio, las drogas no admiten consumo moderado, porque siempre tienen el efecto de alterar la razón, por lo que usarlas siempre es pecaminoso.
En cuanto a la comida, es obvio que hoy se cometen más pecados veniales de gula que en el pasado, por la simple razón de que hay más oportunidades para ello. Cuando la comida era un bien más costoso y difícil de obtener, resultaba menos probable excederse en ella. Hoy, en cambio, en las sociedades occidentales (y, con frecuencia, también en las demás) hasta el más pobre puede excederse en el comer, como atestigua la epidemia de obesidad que azota al mundo moderno.
Hablando de los pecados graves y olvidados de gula, que es el tema que nos ocupa, hay que señalar que el hombre moderno ha tendido a sustituir la moral por la medicina, de manera que prefiere pensar en términos médicos que en términos de culpa o responsabilidad. A pesar de ello (o precisamente por ello), en la predicación hay que recordar que comportamientos como la anorexia y la bulimia no son meras enfermedades, sino que, mientras no anulen completamente la voluntad, constituyen también pecados graves contra la templanza. Comer en exceso o no comer lo suficiente hasta el punto de que se perjudique seriamente la salud es un pecado grave y, cuando el interesado es consciente de ello y lo hace voluntariamente, un pecado mortal, que requiere arrepentimiento, confesión y conversión, no solo curación.
Además, incluso cuando la voluntad llega a un punto en que se halla anulada por completo, los orígenes de esa situación suelen radicar en pecados objetivamente graves contra la templanza, ya sean por exceso (de gula) o por defecto, a veces atenuados subjetivamente por diversas circunstancias difíciles. Nada tiene esto de raro, sino que es común a todos los vicios, que tienden a anular la voluntad como consecuencia de la repetición de actos malos, pero siguen siendo pecaminosos porque esa repetición original fue culpable. Lo mismo sucede con el alcoholismo o la drogadicción, que a menudo se excusan como simples “problemas médicos”, pero que moralmente son pecaminosos porque se originaron de forma culpable por repetición de actos de gula gravemente malos.
No podemos dejar de hablar de estas cosas. El cristianismo es una Buena Noticia, que nos anuncia que Jesucristo nos libera del pecado y de la muerte. No obstante, para poder beneficiarse de esa buena noticia, e incluso para poder entenderla, es necesario reconocer los propios pecados. Negar los pecados y omitirlos en la predicación y la catequesis es la forma más segura de garantizar que los cristianos permanezcan toda su vida hundidos en ellos y no puedan gozar de la libertad verdadera de los hijos de Dios.
133 comentarios
Ves los Menús de las fiestas de los patrones y ricos de antaño y te indignas de la burla que se hacía a obreros y campesinos: unos manjares que para la época eran pecaminosos sin lugar a dudas y que sólo comían ellos por caros. Hoy, hay tiendas especializadas delicatessen de lujo y exclusivas para estos personajes ricos y pudientes donde se vende la flor y nata de la alimentación, natural y seleccionada, a precios desorbitados..
La Gula estuvo, está y estará.
La gula es tener buen saque.
La avaricia es ser previsor.
La ira tener mucho carácter.
La soberbia alto sentido del honor.
La lujuria ser muy hombre.
Le envidia ser competitivo con el prójimo.
La pereza querer estar tranquilo.
Parece imposible meter dentro del pecado de gula a los que hacen regímenes para adelgazar cuando en realidad no los necesitan, pero también está relacionado con eso.
La gordura puede ser constituva de morfología de la persona y dos personas que coman igual pueden ser una flaca y otra gorda. En ese caso la que tiene tendencia a engordar empezará a comer menos, no por penitencia sino por estética.
Hoy en día el cuerpo plantea unas exigencias sociales y de aceptación que nada tienen que ver con cuestiones religiosas.
Porque también es reconocible que los que comen muy comedidamente, les invitas y crees que se van a ajustar al patrón, pero, como no tienen que pagarlo, se inflan a comer. He conocido muchos casos de ese tipo. Si aparece una persona muy generosa que paga, de repente, comen más que nadie.
No hay nada más estúpido que un borracho o una borracha y las cosas que un borracho llega a hacer son indignas del ser humano, es increíble que para algunos delitos, el cometerlos bajo los efectos del alcohol sea un atenuante en vez de un agravante.
Tengo 61 años, recién cumplidos, y no me he emborrachado en mi vida y no es porque nunca haya probado el alcohol, es porque no merece la pena.
"La Gula estuvo, está y estará"
Pues sí, como todos los pecados capitales. Lo cierto es que el pecado es muy poco original.
"Pero ¿Quién no disfraza a sus repugnantes pecados de"pecadillos"? La gula es tener buen saque..."
Buen resumen. Podría haberse sacado de uno de esos devocionarios antiguos tan sencillos y a la vez tan profundos que hacía gente con verdadera fe y gran sentido común.
En cuanto a la gula, el problema no es que los glotones se engañen a sí mismos, porque en efecto eso ocurre con todos los pecados, el problema es que se ha dejado de hablar de ese pecado en la predicación y la catequesis, así que es como si no existiera.
"La gula y la gordura son cosas diferentes"
Así es. Pueden estar relacionadas, pero no necesariamente lo están. Además, lo que se considera estar gordo o delgado ha variado bastante en los diversos momentos históricos y no se trata de que Dios quiera que seamos modelos de pasarela.
Lo que sí resulta incomprensible es ese afán por ocultar verdades y enseñanzas católicas que tiene el 95% del clero después del Vaticano II, (sino son malos). Aunque convengamos que hoy por hoy, la mitad o 70% del clero no las oculta precisamente, sino que las desconoce e ignora patentemente. Y no se puede enseñar lo que no se sabe.
Si no hay motivos de salud que lo desaconsejen, plato único y alguna otra cosilla ( fruta, zumos, pan, frutos secos, queso ).
Los más intransigentes contra la gula y la pereza son protestantes de raíz puritana y Chesterton lo acredita.
Si empezamos a hablar del número de horas de sueño, que es variable de una persona a otra, de los filetes que cuestan mucho dinero y de otras cosas del mismo jaez podemos caer en puritanismo y no se trata de eso.
Voy a contestar a tu comentario aún sabiendo que Dios nos da a entender a unos unas cosas y a otros otras y nosotros de vez en cuando entre nosotros nos echamos una manita y este es el caso.
Voy a ponerte un ejemplo práctico y real y a partir de aquí contamos con la gracia de Dios para que si es su voluntad puedas comprender.
Mira, ¿sabes dónde compro yo? En Mercadona. ¿Sabes dónde compra el 90% de los grupos parroquiales? en los chinos. Ya está. A esto me refería. Bueno dentro de Mercadona compro productos asequibles a cualquier persona, porque Mercadona también tiene productos ibéricos. Pero creo que ya lo vas pillando...
Anawim, ¿puede usted ver a su angel de la guarda? permítame el atrevimiento, pero nunca conocí algo tan notable, si no es mucho preguntar ¿qué aspecto tienen? gracias de antemano. Sé que actúan pero no sabía que se dejaran ver, al menos para el común de los mortales.
"la hipocresía es el homenaje quel vicio le rinde a la virtud" (Francisco de La Rochefoucauld)
No termino de entender esta frase: "me atrevo a decir que es uno de los pecados graves y veniales más frecuentes" en lo que hace a lo primero de enumerarla entre los pecados graves más frecuentes. Me parece, y el testimonio de S. Alfonso lo confirma, que los pecados graves más frecuentes suelen ser de lujuria, toda vez que en ese campo no se da parvedad de materia (i.e., objetivamente), cosa que casi siempre ocurre con el pecado de gula, fuera del caso de la embriaguez perfecta y voluntaria por mero placer (esto último lo dice Royo Marín, para salvar el caso de la permisión de la pérdida de razón, voluntaria y perfectamente, por alguna razón lícita, como puede darse con el someterse a la anestesia).
Siguiendo con santo Tomás, es interesante notar las cinco especies de gula que menciona, siguiéndolo a S: Gregorio Magno. Copio el texto:
"La gula nos tienta de cinco maneras: nos hace adelantar la hora, exige manjares exquisitos, pide manjares preparados con excesivo esmero, rebasa los límites en la cantidad y despierta una voracidad sin límites. Todo ello se resume en estas palabras: de prisa, manjar exquisito, con exceso, con voracidad y con excesivo esmero...
...la gula lleva consigo una tendencia desordenada a tomar comida. Ahora bien: en el acto de comer se distinguen dos partes: el alimento que se toma y el acto de tomarlo. Por ello, puede haber desorden en el deseo bajo un doble aspecto. En primer lugar, respecto del alimento que se toma. En cuanto a la clase o sustancia del alimento, lo deseamos bueno, estimable; en cuanto a su calidad, exigimos una preparación demasiado esmerada; en cuanto a la cantidad, nos excedemos comiendo demasiado. En segundo lugar, podemos considerar el desorden del deseo en el mismo acto de tomar el alimento; haciéndolo de prisa, es decir, adelantando la hora de tomarlo, o con voracidad, es decir, no observando la debida moderación en el comer" (S. Th., II-II, q. 148, a. 4).
El otro día, en una boda, me excedi bebiendo. En cuanto me di cuenta, aminoré la bebida hasta salir bien de la fiesta. Digamos que iba con el punto. ¿Eso es pecado?
"No termino de entender esta frase"
Quizá no me he expresado bien. No he dicho que sea el más frecuente, sino uno de los más frecuentes. Es perfectamente compatible con que los pecados de lujuria sean más frecuentes. En cualquier caso, la frecuencia de los pecados varía de época en época, de lugar en lugar, en las distintas edades, etc. En ningún sitio está escrito que tenga que ser constante.
De todas formas, el punto del artículo es que, como la inmensa mayoría de los cristianos no sabe que emborracharse es pecado grave, porque no se predica sobre ello prácticamente nunca, es relativamente frecuente que se emborrachen, al no tener miedo de estar pecando gravemente al hacerlo. Incluso en el caso de cristianos más o menos "buenos". Yo lo he visto en personas muy sinceramente católicas.
"Siguiendo con santo Tomás..."
Si te fijas, solo has copiado lo que dice de la comida (en la que, como he señalado, es mucho menos frecuente pecar gravemente). Lo que dice Santo Tomás sobre la bebida va después, en la quaestio 50. De hecho lo que has citado de Royo Marín es exactamente lo que dice Santo Tomás sobre el tema en esa cuestión.
Si a eso le añadimos los pecados cometidos tomando drogas, podemos decir con razonable certeza que los pecados graves de gula son desgraciadamente frecuentes hoy entre los católicos. Aunque es probable que no sean conscientes de ello.
"El otro día, en una boda, me excedi bebiendo. En cuanto me di cuenta, aminoré la bebida hasta salir bien de la fiesta. Digamos que iba con el punto. ¿Eso es pecado?"
Eso es como preguntar hasta dónde puedo llegar con mi novia. No hay reglas matemáticas. En general, si uno sabe que tiene peligro de pasarse con la bebida, debe dejar un margen de seguridad. Lo contrario es ponerse en ocasión de pecado, que ya es un pecado en sí mismo, probablemente venial en este caso.
¿Cuál es el momento en que estar "algo alegre" se convierte en borrachera? No creo que nadie pueda determinarlo con exactitud, porque el criterio teológico de este pecado, que es la privación del uso de la razón, es analógico y no digital. Es fácil verlo en los extremos, pero no determinar el punto en que se pasa de una categoría a otra, más que imperfectamente por las (malas) consecuencias.
En cualquier caso, como el cristiano no quiere pecar mortalmente, pero tampoco venialmente, yo diría que en general conviene dejar un amplio margen de seguridad, porque, de otro modo, en caso de que no se caiga en el pecado de borrachera, será como mínimo pecado de imprudencia. Es decir, intentar llegar hasta el límite ya es una mala idea de por sí, incluso cuando al final no se rebasa ese límite. Dicho de forma más sencilla: uno no peca por beber demasiado poco alcohol, pero sí por beber demasiado, así que mejor pasarse hacia abajo que hacia arriba.
A lo otro, en efecto. Precisamente por ello, por la especial dificultad, hay una virtud específica para regular el uso de las bebidas embriagantes: la sobriedad (que difiere de la abstinencia).
Por lo último, no me termina de convencer, por lo que veo, que sean más frecuentes las embriagueces perfectas o el uso de drogas que los pecados de lujuria. Pero, vamos, al fin, tratándose de pecados graves todos ellos y frecuentes, pues no hace mucha diferencia quién se lleve el primer puesto.
"La fiebre y el dolor de cabeza"
Vaya, cuánto lo siento. Descansa y cuídate.
"El límite yo creo..."
Puede ser. No tengo experiencia personal en la materia.
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Jajaja,
¿y las espinas para cuándo?
Ay ay, con lo que nos cuesta sacar almas del Purgatorio, empiece por favor a comer chuletas de cerdo NO ibérico con patatas fritas, y unas hojas lechuga con zanahoria rayada.
En cuanto a su pregunta de los ángeles, al P. Pío su ángel custodio le traducía hasta las cartas, y el ángel de la Guarda de Santa Gemma hacía también un montón de cosas. Y en el AT los ángeles también hacen sus trabajos. Y el Ángel de la Guarda de una amiga numeraria le cuela en Misa del Corpus Christi. Y el mío antes hacía más cosas, de hecho yo le llamaba: mi pequeño secretario.
Decía que el exceso de comida siempre engorda sea el alimento que sea, aunque sean auténticas y genuinas huevas de esturión (caviar) porque todos los alimentos que ingerimos, sean cuales sean, si no se usan, el organismo los almacena y los almacena en forma de grasa.
En cuanto a lo gastronómico, el cerdo normal pues como que me sabe mucho a cerdo, no sé explicarlo mejor. Yo ya le digo, consumo el ibérico porque, entre otras cosas, así apoyo al criador autóctono y los puestos de trabajo (y por eso se llama ibérico, porque es el genuino de aquí), y con un vasito de vino de crianza lo paso la mar de contento. Eso sí, con mesura para no caer en la gula, osea paladeando tranquilamente. Las patatas fritas, creo que bien sabe que tienen demasiados hidratos de carbono, así que no sea usted mala, jaja. (como lo de las espinas, esto no es broma, que pueden costar un disgusto, así que me quedo con los medallones de merluza en salsa verde, y de remate un chupito de hierbas o de licor de miel).
Y, ciertamente, estas consideraciones me abrieron el apetito, y estoy por atacar el batido restante que me hice con 2 plátanos, 12 fresas, 2 yogures griegos, Kéfir, dos cucharadas soperas de polvo de cacahuete desgrasado del Mercadona, algo de leche para rebajar, con la batidora en modo turbo, y un rato al frigorífico. Y luego a disfrutar como dice Arguiñano... pero por mor del pecado de gula, lo dejaré para mañana y me conformaré con un puñado de nueces con algo de queso fresco y un poco de miel de brezo, y viva el ayuno intermitente como dije, amén.
Lo del cordero de Sepúlveda suena a a maravilla maravillosa jaja.
En relación a la gula tengo siempre presente -más en la cabeza que en mis actos desgraciadamente- esa estupenda reflexión de San Pablo: "disciplino mi cuerpo como un atleta para que haga lo que debe hacer (1 Cor. 9,27).
Y ahí sigo... Milicia es la vida del hombre en la tierra, nos asegura Job.
"No pretendo hacer una apología de la borrachera, ni mucho menos, pero yo tenía entendido que para ser materia grave, un pecado debía atentar directamente contra uno de los 10 mandamientos"
Que yo sepa, directamente no. Ninguno de los diez mandamientos habla de la anticoncepción o las relaciones del mismo sexo o pagar impuestos, etc. De forma indirecta, siempre se pueden conectar los pecados mortales con algún mandamiento o con varios de ellos.
El artículo 2 de la cuestión citada de la Suma está dedicado entero, precisamente, a si la embriaguez es pecado mortal.
"tengo siempre presente [...] esa estupenda reflexión de San Pablo"
¡Buena estrategia!
"La homosexualidad y la anticoncepcion el catecismo los incluye como directamente contrarios al sexto mandamiento, que es el recto uso de la sexualidad"
Je, je. Es que ahí has hecho trampa. El sexto mandamiento es "no cometerás adulterio". Al traducirlo al "recto uso de la sexualidad" has metido indirectamente en él un montón de cosas que no estában directamente prohibidas por él, porque la fornicación, la anticoncepción, las relaciones del mismo sexo o la masturbación no son adulterio.
No estoy diciendo que esté mal "traducirlo", pero sí que eso explica lo que preguntas de si es "directamente" contrario. Será directamente contrario en sentido amplio, que es más o menos lo mismo que indirectamente contrario.
En el caso de la borrachera, Santo Tomás indica que puede llevar a multitud de pecados graves al anular la razón y, por lo tanto, constituye un ponerse innecesariamente en ocasión próxima de pecado mortal, lo que ya es en sí mismo un pecado mortal. En ese sentido, la borrachera va contra todos los mandamientos (aunque más especialmente el quinto y el sexto) porque es ponerse en ocasión próxima de pecado mortal contra esos mandamientos.
Actualmente, se dice que el alcoholismo (y el tragonismo) es una enfermedad emocional (del alma) incurable, progresiva y mortal; y que el primer paso de la recuperacion es aceptar que la padece.
"¿tienes alguna cita del Magisterio en que se afirme que la embriaguez es pecado grave?"
En moral, en general, hay que buscar las cosas en los teólogos y los padres de la Iglesia, porque el Magisterio tiende a intervenir menos, excepto cuando hay una fuerte polémica o una necesidad específica. Hasta donde puedo ver, la idea de que emborracharse es pecado mortal ha sido sostenida pacíficamente por los teólogos, así que no ha habido ocasión que requiriese un pronunciamiento magisterial específico.
Se puede encontrar en algunos catecismos, como el de Baltimore:
"Q. 306. Is drunkenness always a mortal sin?
A. Deliberate drunkenness is always a mortal sin if the person be completely deprived of the use of reason by it, but drunkenness that is not intended or desired may be excused from mortal sin."
En esta sociedad tan dada a normalizar ciertas conductas, cultura del tardeo, cultura del Gintonic etc etc constituye ello un cierto atenuante en el pecador?
Y el fumar? Hacerlo con moderación atenúa el pecado?. Suponiendo que sea pecado fumar...
Hay un libro de Stephan Zweig sobre lo que hizo Calvino en Ginebra, una sociedad de virtuosos que fue totalmente inhumana.
Hasta en eso destacaba el pueblo catolico antes del concilio, en ver la gula como pecado, era dificil encontrar obesos entre los catolicos de antes.
"La materia grave es precisada por los Diez mandamientos según la respuesta de Jesús al joven rico: “No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes testimonio falso, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre” (Mc 10, 19)."
También este tema me abre la gran duda de cómo entonces determinar si un pecado posee materia grave o no... ¿Tengo que buscar por la Suma si santo Tomás dice algo? ¿O entonces cuál es el criterio?
El desapego, la percepción de Dios como el Dador, y la paciencia imperturbable nos pueden devolver la calma y el equilibrio.
El ayuno Eucarístico desde la cena del día anterior es muy aconsejable (salvo problemas de salud etc). "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".
El desapego significa meditar en romper la "esclavitud", dependencia, vicio, hacia el exceso de comida o dulces, o pan blanco o carnes rojas o bebidas alcohólicas y sobre todo a medicaciones excesivas o drogas. También es importante la gula por trabajar excesivamente sin descanso que rompa la calma y el equilibrio.
Lo más importante es escuchar la Palabra que sale de la boca de Dios. Es escuchar el susurro en la santuario de nuestra devoción, de nuestra conciencia en la Gracia de Dios y para ello es necesario calma y equilibrio.
La percepción de Dios como el Dador es reconocer que Dios dispone los momentos, decide las cosas en última instancia siempre: Dios siempre tiene la Última Palabra. Debemos , trabajar y ayudar a los demás: física, mental y espiritualmente, comprendiendo las necesidades materiales, pero también las desarmonías mentales y el desconocimiento espiritual.
Podemos ayudar con alimentos, dinero. Pero también podemos ayudar escuchando y viendo lo miedos, los traumas, manías excesivas etc al igual que la falta de propósito de muchas personas de la vida. Una muy típica es: "es que yo estoy de acuerdo en "todo" pero yo no quiero ser santo". Una buena respuesta es: ¿Y por qué no: la santidad es el final de los pesares, la vida plena y la felicidad mayor ya aquí en la tierra?
La paciencia imperturbable significa fe, esperanza y amor a Dios y a los demás y también a uno mismo. HablarLe a Dios de alguna manera parecida a ésta: "Yo trabajaré, razonaré, actuaré y decidiré, pero guía Señor mi día a día de trabajo, guía mis pensamientos, razonamientos, acciones y mis decisiones según Tu Voluntad". O también algo parecido a esto: " Yo sé Señor que Tú te anticipas a todas mis necesidades, susténtame según Tu Voluntad" Debemos construir a nuestra manera las frases o bien darle un aire propio, pero al pronunciarlas tener mucha fe y saber que Dios nos escucha y que Dios nunca falla si lo hacemos con mucha devoción. Siempre las respuestas de Dios son las mejores para nosotros y en cada momento de nuestra vida porque nos ayudan a avanzar más y más hacia Dios a estar más cerca de Dios.
🙏🙏🙏
No se si es que cuando lees lo que escribo son tus prejuicios quienes juzgan o simplemente no has entendido nada.
Yo soy muy intransigente, pero mucho, conmigo mismo y muy tolerante (E incluso respetuoso), pero mucho, con los demás.
Hace muuuuchos años, tuve la mala fortuna de convivir un tiempo con un familiar cercano que era alcohólico perdido (Mi padrino).
Arruinó su vida, la de su mujer y casi, la de quienes le quisimos y aguantamos. Murió sólo y borracho muy lejos de casa.
Desde ese tiempo (Tenía 13 años), decidí que jamás en la vida me vería en esa situación, por dignidad propia y por amor a quienes me acompañan; y con la ayuda de Dios, tengo 61 y jamás he cogido, siquiera, un puntito. Igual que nunca me drogué (Y disfrute de la movida como el que más), ni me fumé un cigarrillo, aunque en este caso es simplemente porque me parece asqueroso.
Pero nunca le dije a nadie lo que tenía que hacer, ni siquiera a mi padre que murió de cáncer de pulmón, en la pandemia, después de haberse fumado la cosecha de Cuba entera durante la mayor parte de su vida.
Tengo otras costumbres que seguramente tú llamarías vicios (Que no vienen aquí a cuento), pero no esos.
Si tú en tu magnánima y elevadísima inteligencia consideras que eso es intransigencia, tú misma. A mi me parece que es inteligencia pero seguramente tu tendrás poderosísimos argumentos qua apuntalen tu afirmación.
Argumentos que espero me comuniques algún día, con ánimo simplemente de saber si soy intransigente o inteligente.
Lo que seas tú es tu problema ¿Quién soy yo para juzgar?
¡¡¡Santa Virgen de la Loma de mi pueblo (El Campillo)!!!
¿Pero quién le ha dicho a usted, alma de Dios, que cualquier placer físico es pecado?
¿De dónde saca usted esa peregrina afirmación?
Le puedo indicar unos cuantos placeres físicos, incuestionables, que no pueden ser pecado:
- Recibir un masaje en el cuero cabelludo o en los pies
- Salir recién lavado de la ducha un día de calor
- [...]
- Dar un abrazo a un bebé (O a un cachorro de perrito si no hay bebé a mano)
- Que tu perro te lama las manos devotamente
- Regalar algo bonito a alguien a quien amas. Recibir un regalo bonito de alguien a quien amas.
- Un buen perfume después de la ducha (Hasta cristo disfrutó de esto y reprendió a quienes querían evitarlo)
- Llegar al fin de cualquier camino
- Terminar la carrera
Y hay más...
Y puedes decir, eso no es placer físico, pero yo, que he 3experimentado todos los ejemplos que te he puesto te aseguro que sí. [...] (El de terminar la carrera; tanto que casi me desmayo, por ejemplo)
No juzguéis…
Porque seguimos asociando gula básicamente con la situación de la imagen del artículo, al igual que se asocia la avaricia a la típica imagen del viejo contando monedas o la pereza con un tipo durmiendo de día en la cama. No dejan de ser caricaturas.
La comida tiene su razón de ser alimentar el cuerpo. Desviarse de este objeto es lo que genera problemas. Por exceso o por defecto. Por buscar otro fin.
La mayor parte de las veces el problema reside en esto, en que no tenemos perfectamente claro que a la hora de elegir la comida, el primerísimo criterio por delante de cualquier otro, es que tiene que alimentar de la mejor manera posible. Se observa, ya de entrada, en la pereza para informarnos de las propiedades de los alimentos, en establecer un orden de lo que se debe consumir con frecuencia, lo que se puede de forma ocasional y lo que no se puede de ninguna forma. Nos regimos por cuatro topicazos y con eso, nos vale.
Es un deber particularmente grave de los padres con sus hijos. Asumimos con normalidad que los padres compren chucherías para el desayuno de los hijos. "Esto les encanta" me dijo una vez una madre, recomendándome un producto. Yo busco alimento, no golosinas. Y la mayoría de los alimentos convenientes tienen un sabor perfectamente normal y apetecible sin ninguna necesidad de ser hiperpalatables.
Asumimos con normalidad, aunque con menos frecuencia, lo mismo con las cenas y comidas. Asumimos con normalidad que a Pepito o Fulanita les sobren o falten kilos incluso con menos de 10 años. Son como sus padres, se suele decir. Un tema genético.
Asumimos con normalidad que Jaimito no coma de esto, ni de esto, o de esto otro, hasta el punto incluso de producir arcadas. No queremos comprender que el gusto se educa, que esa educación necesita una voluntad fuerte y que eso implica hacer y comer cosas que no tienen por qué gustarme, al menos de forma razonable.
Asumimos con normalidad el consumo más o menos frecuente de refrescos, snacks, y productos procesados cuyo sabor ha sido modificado exprofeso y que son una bomba para la correcta formación y sensibilidad del gusto y la voluntad.
Un gusto mal formado abre la puerta a muchos males. Físicos y espirituales.
El que tiene lo anterior claro, es muy raro que se emborrache, que fume, que se exceda o que termine de manera temprana con una enfermedad asociada a una alimentación desordenada.
En cuanto lo piense un poco, se dará cuenta de que su comentario es absurdo.
"¿Indujo Cristo al pecado en las bodas de Caná, entonces?"
¿Qué tiene que ver inducir al pecado (la borrachera) con dar los medios para un comportamiento adecuado (beber vino moderadamente), que es lo que hizo Cristo? Lo que usted ha sugerido no se deduce de nada de lo que se dice en el artículo. Es pura imaginación suya.
"No juzguéis…"
¿A quién se está juzgando aquí, si no se habla de nadie en particular? Simplemente se ha recordado lo que enseñan la Teología, la Tradición de Iglesia y la Palabra de Dios sobre emborracharse y otros pecados. De nuevo, lo de "juzgar" es pura imaginación suya.
La lucha contra el vicio es del que tiene la inclinación a caer en él y la incomprensión total es la del que tiene la inclinación a caer en otro. Léase "La leyenda del Santo Bebedor" de Joseph Roth y no entenderá nada. Es más, usted debe de tener serias dificultades para leer literatura en general, la de los escritores católicos ingleses, la de Dostoyevski y la de Roth, por poner unos cuantos ejemplos porque escriben, no sobre sufrientes que intentan hacer las cosas bien y se les tuercen una y otra vez, sino sobre tontos del haba incomprensibles para una mente racional como la suya.
Esto no está de acuerdo con mi pensamiento, pero tiene su gracia.
En cuanto a los rasgos autobiográficos de Hugo Chumbo y viendo su trayectoria de apasionada sinceridad y su monolítca honestidad, le doy la misma credibilidad que a las promesas del veraz Pedro Sánchez.
En fin.
Ahora bien, las posturas puritanas que he leído por aquí son impropias de católicos. La abstinencia obsesiva de protestantes y musulmanes me parece a mí castigo divino por alejarse de la Verdad.
Creo que hay suficiente fundamento bíblico para sostener que Dios bendice el vino, que alegra el corazón del hombre (Sal 104). Sin duda, el alcohol nos puede hacer pecar, en primerísimo lugar, contra el 5º, también contra el 6º y tantos otros, pero nos ayuda a cumplir el 3º, porque la fiesta, la celebración (tan necesaria para el espíritu de la mayoría de las almas y derecho en justicia sobre todo de los pobres), requiere casi siempre de alcohol. La alegría de la fiesta raramente se alcanza sin una ingesta suficiente de alcohol. Comportarse cristianamente en una fiesta no es solo no emborracharse sino contribuir a la alegría (nuestra y del prójimo), para lo cual Dios nos entregó el fruto de la vid, y de la cebada, y del enebro, y del pacharán, etc. para que cumpliésemos con el gozoso deber de la fiesta.
Nuestro Señor mismo comió y bebió (Mt, 11, 19), su primer milagro fue convertir el agua en vino en Caná y eligió el Vino, en fin, para quedarse con nosotros. Así que, brindemos, y ¡viva el vino!
Debido a esta enfermedad mental que tengo, me resulta muy dificil llevar una vida normal, tener un trabajo. Etcétera. Porque encima yo he tenido una vida muy difícil y se me junta una cosa con otra.
No se puede llamar perezoso a un Padre del Desierto porque dedique muchas horas a orar ni se puede llamar ambicioso a un trabajador que necesite dos trabajos para mantener a su familia.
La pregunta se basa en que dormir es tan imperiosamente necesario para la salud como hidratarse e implica necesariamente desactivar la razón. Si un estado irracional durante el sueño es querido por Dios, por qué sería ilícito un estado levemente irracional inmediatamente anterior al sueño si permite entrar en él, particularmente si uno estará solo durante ese estado?
A mi juicio una respuesta negativa a partir de que no es lícito emborracharse para dormir no es válida porque los casos son diferentes: mientras la borrachera hace caer en el sueño recién despues de pasar por un estado de pérdida de control, el estado y comportamiento de las personas que he visto fumando m. en la via publica o plazas (porque yo no la he probado) es totalmente: están tranquilos y en control de sí mismos y caminan normalmente con equilibrio.
Y por si alguien sugiere alternativas, comento que cuando me da insomnio no sirven ni dos vasos de vino ni melatonina. O noche de lectura/videos o salgo a correr.
"esto último lo dice Royo Marín, para salvar el caso de la permisión de la pérdida de razón, voluntaria y perfectamente, por alguna razón lícita, como puede darse con el someterse a la anestesia"
Conciliar un buen sueño es claramente una razón lícita.
De paso, la borrachera no induce un "buen" sueño sino uno de mala calidad y seguido por una resaca, a diferencia de la mejora en la cantidad y calidad de sueño relevada en sujetos de estudios científicos (*) sobre el efecto de la sustancia acerca de la que pregunté.
(*) En los cuales la edad promedio de los sujetos fue de 47, 50 y 53 años. Esto es importante porque en jóvenes esa sustancia aumenta el riesgo de esquizofrenia.
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Me molesta lo de los estudios científicos. Cada vez cambian, y para mí, no porque se descubra algo nuevo, sino porque ... ayuda al consumo. ¿Es un disparate lo que digo? Pero es que hace unos años (no tanto) beber café era de lo más pernicioso. Ahora leí lo BIEN que hace a la salud beber café en ayunas (o sea en el desayuno como se hizo toda la vida). Y como tantos otros alimentos, me suena a que "Juan Valdés" o quien sea, ha perdido mucho y las acciones han bajado pero que mucho, así que, gente, ¡a consumir café, por favor!.
El problema que yo tengo es difícil. Para haceros una idea. Yo por lo que sea tengo un problema con algo. Voy a poner ejemplo real de algo que me ha pasado. Yo por las tardes suelo ir a entrenar a un gimnasio municipal una hora entre semana.
Me llama un día el alcalde del pueblo donde vivo que alguien se ha quejado por un problema de la ropa, malos olores o lo que sea. Encima no dicen quien se ha quejado.
Yo reconozco que puede ser porque tengo humedad en casa o lo que sea. Y también necesito ayuda para mejorar en ciertos aspectos de la vida. Como puede ser el tema de la higiene, la ropa.
El caso es que sigo llendo por las tardes a entrenar pero reconozco que me ha supuesto un problema muy grande. Porque aunque yo todos días me ducho, echo a lavar la ropa que me pongo para el gimnasio, cada día un chándal diferente. Me echo desodorante y demás.
Pues a mi esto me ha resultado un problema. Porque tengo un pánico tremendo a ir al gimnasio. Sigo llendo porque me viene bien para la salud. Pero tengo miedo de encontrarme con alguien y que me diga algo. Porque como no se quien se quejo. De que me vuelva a llamar el alcalde, que alguien me diga algo. Me como mucho la cabeza. Y esto deriva en una ansiedad que me produce dermatitis seborreica, siento dolor en el pie al caminar, hormigueo y como dolor en las manos, no puedo hacer una actividad deprisa, bajo presión me tengo que salir del sitio. Me ha pasado haciendo cursos del paro.
Y ahora pues nada estoy luchando para que se me reconozca la enfermedad y se me ayude. Encima tengo antecedentes familiares, casi toda mi familia con problemas de salud mental. Una vida difícil. Como relate en otro post de Bruno y que mis hermanos en la fe ya conocéis.
Otro caso. Pues por ejemplo a mi algo tan simple como presentarme a las pruebas de Peón de mi pueblo que llaman todos los años me resulta algo difícil que me supera. Por si puedo encontrarme, tener que trabajar con alguien con el que he tenido un problema. O porque fulanito me ha dicho que ha tenido un problema con el encargado y que es muy malo. A mi eso me produce pánico. Aunque no halla vivido yo esa situación.
Y podéis imaginaros. Porque si estoy así. Con una ansiedad como un caballo, pues desgraciadamente soy más propendo a cometer ciertos tipos de pecados. Como puede ser la Gula, Actos impuros... aunque he mejorado mucho en este aspecto con ayuda de Dios etcétera.
Ahora lo que me gustaría es que mi párroco me diera la unción de los enfermos si fuese posible. Para ayudarme con este problema de salud mental que tengo.
Para terminar. Se me junta este problema de salud mental con otro tema que es la soledad de vivir en un pueblo. Además tengo dificultades para relacionarme, al punto que me he visto en la necesidad de poner un interruptor en el telefonillo de casa para que no suene cuando me llaman al portal, pues se puede uno imaginar.
Además se junta con la pobreza. Pues si no soy capaz de tener una vida normal, un trabajo. Pues dependo de una ayuda del Estado para subsistir. Y al final esto me crea otra problemática que produce ansiedad. Y es que al parecer todos los años hacen lo mismo. A principios de año el Inss te sube o te baja el Imv por estimación, porque no tiene los datos reales de la declaración de la renta del año anterior. Para luego a finales de Octubre cuando Hacienda le pasa los datos reales, te lo actualizan y te dan los atrasos en caso que te hallan pagado de menos o te meten cobros indebidos en caso que te hallan pagado de más.
Además le doy muchas vueltas a las cosas. Porque hoy día una persona que percibe una ayuda del Estado es visto como un criminal. También decir que la economía de España en cuanto al futuro de las pensiones es incierto por el mal diseño del sistema. Encima que no se tienen hijos... pero bueno confiemos en Dios y no los políticos. Dios es quien sostiene todo. Si le preguntamos a nuestros mayores hace 50 años como verían el futuro te dirían que de forma incierta y aquí estamos. Después de todo ese tiempo...
Actualmente hay que hablar en susurros y, malamente, si tienes un tono de voz muy alto; no se puede reconocer ningún olor sino por su intensidad y lo mejor es que no se huela; tampoco se toca ni se utiliza el gusto para saber qué puede ser algo. El robot es el ideal por no emitir mensajes corpóreos. El cuerpo ha dejado de ser natural y hasta se evita que los perros huelan a perro.
No se puede admitir un comentario insultante de alguien que, con lo que dice, muestra que no se ha leído el artículo (es lo mínimo que hay que hacer antes de acusar a alguien).
No solo no se habla en el artículo de las personas cuando tienen la voluntad anulada, sino que expresamente se señala que no se habla de lo que hacen esas personas, sino de lo que hacen las que no tienen la voluntad anulada. E incluso en este último caso se hace la salvedad de que pueden tener circunstancias difíciles atenuantes.
Quisiera comentar que en La Escala de San Juan Clímaco se menciona que el pecado de Gula es el más difícil de erradicar.
¿Santo yo? ¡¡Dios me libre!!
Yo cuando era catequista de jóvenes y llegaba el tema de la santidad les decía: "¿Santos? Yo me conformo con que seáis buenos"
Pero yo era un catequista de esos peligrosos por su modernismo y heterodoxia. Por eso dejé de serlo.
¡Quita, quita!
Ser santo debe ser muy aburrido, prefiero pecar de a poquitillo y divertirme un poco más.
Adalinda,
es que yo, ni he trabajado en el campo en mi vida (¡Que horror!), ni me gusta el vino (que además se bebe en copa y no en taza), ni estuve en las bodas de Caná, ni me parece bella la liturgia (Si acaso soportable y mejor si es breve y concisa, pero poco más), ni me llama la atención el románico (Soy mucho más de gótico flamígero o de barroco churrigueresco, que viene de Churri).
No obstante y dado que cosas tan naturales son consideradas como groseras (En vez de las salidas de tono del Capitan Haddock, por ejemplo) y ya que las retirará Bruno de todas formas, trataré de no herir sus castos ojos.
Debo de serle muy desagradable puesto que me compara con un personaje tan abyecto como el gañán que nos gobierna, pero teniendo en cuenta que todos los que leímos de niños a Tintín sabemos la afición del capitán que comparte nombre con su nick por el morapio tinto, ya sea de verano o de invierno, tendré que suponer que se ha rendido a los brazos de Baco y tendré en cuenta lo que afirmaba Tomás de Iriarte en su famosa fábula del cerdo, la mona y el oso (Y yo no soy en este caso ni la mona ni el cerdo) y dejar a cada quién en su sitio.
Un besito
Con razón le decía el otro día a Ramontxu que la intolerancia no procede tanto de la verdad sino de la subjetividad.
Haddock nunca bebió tinto. Lo suyo era el whisky,
Creo que miente hasta cuando dice que leyó a Tintín.
Lo que dice es a) completamente incoherente con lo que dijo en su comentario anterior, b) evidentemente erróneo y c) irrelevante. Por no hablar de que, en su comentario anterior, ofreció un caso falso, que no tenía nada que ver con anorexia. Todo ello me hace pensar que no busca más que crear confusión porque es usted un troll, así que borro sus comentarios y no volveré a contestar a ellos.
Dios le bendiga abundantemente.
"La alegría de la fiesta raramente se alcanza sin una ingesta suficiente de alcohol"
Sin ánimo de ofender, eso es una de las cosas más tristes que he oído en mi vida. Quien necesita alcohol para estar alegre cuando está celebrando algo no sabe lo que es la auténtica alegría.
Y a mí me preocuparía, de nuevo sin ánimo de ofender en absoluto, que pudiera denotar un alto nivel de adicción al alcohol.
Hoy en la mayoría del mundo sólo quedan dos de esas funciones. Más allá de su uso religioso, sólo tomamos el alcohol como una droga legal, por sus efectos psíquicos, aunque no nos embriaguemos. Podríamos vivir sin él y, desde luego, es una de las drogas que más daño causa y la que más adictos genera. Nadie habla de un uso "moderado" de la cocaína, pero el propio Estado sí lo hace sobre el alcohol, sobre el que recauda impuestos...
Ahora que te veo por aquí, aprovecho para decirte lo que he encontrado sobre la cuestión que planteabas de los mandamientos y los pecados mortales. Precisamente, Santo Tomás lo menciona en la cuestión anterior:
"no todos los pecados mortales se oponen directamente a los preceptos del decálogo, sino sólo aquellos que llevan consigo alguna injusticia, ya que los preceptos del decálogo regulan de un modo especial la justicia y sus partes" (ST II-IIae, q. 148, ad 1)
"El alcohol no medicinal sólo ha tenido tres usos históricos: el religioso, el de droga recreativa, y su función antibacteriana que permitía beber de forma más segura que el agua antes de las técnica modernas de depuración"
Qué forma más curiosa de olvidar el uso principal, que es como simple bebida, entre otras muchas.
En cuanto a la diferencia con las drogas, es evidente. La heroína es una droga porque no se puede tomar moderadamente, su uso inmediatamente altera la conciencia anulando la razón. En las drogas no medicinales solo existe el abuso, no el uso.
En cambio, las bebidas alcohólicas se pueden usar o abusar. El uso es el que se hace de cualquier otra bebida, desde el zumo hasta la leche y es necesario y placentero, gracias a Dios. El abuso es el emborracharse y no es necesario, aparte de que nos destruye.
Si te pones una dieta baja en calorías por motivos de salud no necesitas acordarte de Dios para nada y puede hacerlo lo mismo un católico que un ateo.
No hace falta que me digas que comer un pastel no es pecado, ni beber bebidas alcohólicas tampoco, a no ser que puedas demostrar que el vino de las bodas de Caná no contenía alcohol.
No se preocupe, no me ofende. Al contrario, creo que no me he explicado bien.
Su blog es muy interesante por muchos motivos, pero uno de los principales es, en mi opinión, que tiene ud. un fino olfato para desafiar, desde una fe bien formada, muchos tópicos plácidamente asentados de la cultura contemporánea y que consiguen colarse de rondón en las conciencias de los católicos mejor intencionados. Pues bien, tal vez sorprendentemente, uno de ellos es ese que hemos oído todos de jóvenes (con la más loable de las intenciones) de que "no hace falta beber para pasárselo bien" o, más sombríamente aún, "el que bebe para alegrarse es un desgraciado". Es comprensible el mensaje y yo mismo no tengo reparos en repetirlo a mis hijos si conviene, porque para evitar el abuso del alcohol no hay que andarse con exquisiteces. Sin embargo, el fondo, en mi seguramente equivocada opinión, yerra de plano, porque olvida cuál es el fin (telos) del alcohol, o, en términos bíblicos, del vino.
La desinhibición que desencadena el efecto neurotóxico del alcohol consumido moderadamente facilita a la mayoría de las personas una sociabilidad celebrativa que fortalece y ahonda los vínculos comunitarios. Dicho menos pedantemente, que "alegra el corazón del hombre".
El salmo 105 es un hermosísimo himno de agradecida alabanza a Dios por la Creación. El célebre "laetificat cor hominis" forma parte de esta estrofa: "Desde tu morada riegas los montes, y la tierra se sacia de tu acción fecunda; haces brotar hierba para los ganados, y forraje para los que sirven al hombre. Él saca pan de los campos, y vino que le alegra el corazón; aceite que da brillo a su rostro, y el pan que le da fuerzas". Es un canto del hombre sencillo, que vive de la tierra y del trabajo de sus manos, que agradece a Dios el don del alimento y el don del vino, que alegra sus fiestas y sus días. Ese es su fin, bueno, querido por Dios, y el cristiano debe aprender a hacer uso del fruto de la vid con serena templanza.
En fin, no sé si ahora me explicado algo mejor. En cualquier caso, no es una cita cogida con alfileres; son unas cuantas páginas más de la Escritura, de los Padres y de la vida del pueblo cristiano a lo largo de la historia las que entienden el vino en términos semejantes, junto con otras, por supuesto también, que advierten severamente a los borrachos.
Efectivamente, hoy en nuestro primer mundo, la comida con frecuencia ha pasado de ser una necesidad a ser un vicio, parece que se viva para comer en lugar de comer para vivir.
Se consume más de lo que se necesita, se gasta más de lo necesario porque nadie quiere privarse de nada ni quiere perder la ocasión de banquetear a todas horas y cuando sale gratis pues para qué hablar. Especialmente el verano y las vacaciones son periodos muy propicios para este tipo de excesos (pecados), aunque están presentes en todo tiempo.
Y no puedo olvidar la Navidad, cuando parece que lo más importante es la cena de Nochebuena y de otros días, en lugar de vivir con sencillez y alegría de corazón el misterio del Nacimiento de Nuestro Señor.
En semejante ambiente no es extraño que la voluntad finalmente quede anulada por haber dejado el paso libre a los placeres y que el sacrificio, por ejemplo, el ayuno, no tenga cabida, ni siquiera para favorecer la salud del cuerpo.
Últimamente, viendo esta especie de frenesí por comer, comer, comer (o beber), por disfrutar, disfrutar, disfrutar... me viene muchas veces al pensamiento la Palabra del Señor, Santiago 5, 5: " Habéis vivido sobre la tierra en delicias y placeres y habéis engordado para el día de la matanza".
El "pan y circo" de los romanos ha vuelto con fuerza al mundo actual.
Y la causa principal de estas conductas desordenadas, como de tantas otras situaciones indeseadas, entiendo que es la pérdida o el abandono de la fe. Me da mucha pena cuando ves, en cualquier ciudad, las calles en fiesta a rebosar de gente y en la capilla de la Adoración Perpetúa, dos o tres personas. Dios nos regala el tiempo pero nosotros no tenemos tiempo para Dios.
Sigamos pidiéndole a Él la gracia de la conversión para este mundo, la gracia de buscar la felicidad donde realmente se encuentra y de entender la necesidad de trabajar "no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre;" Juan 6, 27.
No, la gula no es un tema menor y sí es un buen indicador de nuestra salud espiritual. Que la Virgen María, que supo ajustarse en todo a la voluntad de Dios, nos ayude a moderar nuestras pasiones.
Los pecados contra la salud sí son pecados (5º mandamiento) y además representan la dimensión habitualmente más grave de la gula. Los pecados capitales son como el adjetivo del acto moralmente malo que es el sustantivo. Nadie peca de gula así en abstracto, sino que comete un acto pecaminoso: comer en exceso, emborracharse, drogarse, etc. Si comerte un bollo no hace daño a tu salud ni te hace descuidar la justicia y caridad con los demás, ¿cómo puede ser pecado en absoluto? Una cosa distinta es que ud. quiera ejercitarse en la templanza, que quiera ofrecer un pequeño sacrificio a Dios (que siempre es privarse de algo lícito), etc. Bien, pero lo contrario no es gula.
Una cosa es el pecado, que es una transgresión de la ley de Dios, y que debe ser evitado siempre. Y otra cosa es ofrecer a Dios sacrificios, que no es obligatorio pero sí muy saludable y, en último término, consecuencia lógica del amor a Dios. O incluso ejercitarse en el autodominio y en la templanza, como decías en el primer comentario que comenté. Y una tercera cosa es que esa evitación del pecado, o práctica de la virtud, se haga con sentido sobrenatural o sin él.
Si evitas comerte un bollo lo puedes hacer porque es malo para tu salud (orden natural) y porque actuar contra tu salud ofende a Dios (orden sobrenatural). No son excluyentes, el segundo eleva al primero, pero si no hay daño a la salud (sin entrar en otras casuísticas) tampoco puede ofender a Dios, de modo que el segundo requiere del primero.
Todo esto puede parecer bizantino (lo es, me temo), pero me estoy un poco como sintiendo obligado a hablar porque el tono de muchos comentarios me suena un poco entre farisaico y cátaro. Por mi parte, dicho lo cual, no contribuiré a alimentar el bucle. Buenas noches.
Es curioso que poco se ha discutido sobre los goces del tabaco tal vez porque los fumadores presentes en esta conversación prefieren callar al respecto rendidos a la corrección política que tanto critican, pero se ha observado que si la embriaguez puede relajar el control de impulsos por ira, lujuria, envidia y soberbia, fumar tabaco debilita esos impulsos por lo que, por ejemplo, nadie golpea a su pareja por efecto de unas tazas de café y una ráfaga de cigarrillos.
También, en la era bíblica el ambiente no estaba tan musicalizado como ahora desde fines del siglo XIX, pero aparte de algunas condenas contra estilos musicales o composiciones particulares, sólamente protestantes calvinistas y metodistas denuncian la música como un placer que también debe ser condenado porque la sentencia del Genesis es que la tierra es maldita y sólo nos dará espinas, mientras nosotros desobedecemos disfrutando con temas religiosos de Vivaldi, Bach y Mozart, por ejemplo, que embelezan inclusive a muchos ateos aunque no se conviertan por ello. El reguetón, el rock, el jazz y el merengue han de ser transgresiones peores, pero la música ya no sería pecado carnal como gula y lujuria.
Gracias por su atención y su comprensión.
Si las virtudes se vuelven locas lo gnóstico ataca una y otra vez y, tras un supuesto culto al cuerpo, se oculta un desprecio hacia él evitando que lo coloquemos en el lugar que le corresponde o dándole una importancia exagerada o quitándole toda la importancia.
Aparentemente el postmodernismo está en contra de la gula con el culto al cuerpo y a la salud, pero, por otra parte, la refuerza. Lo mismo pasa con la pereza que recibe un tratamiento bipolar: por un lado se aborrece y por otro se fomenta.
Hace unos meses me hacía la misma pregunta: en el tema de la lujuria no hay parvedad de materia y todo es grave. No así en el tema de los demás pecados capitales y es más difícil discernir en la gula puesto que la alimentación es una necesidad. En el caso de bebidas, drogas, anorexia, bulimia.. parece clara la gravedad, pero en el hecho de comer en sí algo rico, me cuesta más verlo sin que parezca escrúpulo pensar que es grave. Quiero decir que salvo un atracón consciente que me haga reventar, no veo la posibilidad de materia grave si no bebes, no te drgas ni tienes trastornos alimentarios...
no se si mi conciencia es muy laxa.
Echo de menos una pormenorización para no decir simplemente "me he dejado llevar por la gula" en la confesión.
Supongo que los mandamientos de la Iglesia sobre el ayuno y la abstinencia sí son materia grave.
No me ha dado tiempo a leer todos los comentarios y a lo mejor ya lo ha explicado algún otro.
Estoy seguro de que si te esfuerzas, llegarás a entender lo que escriben los demás sin casi esfuerzo. Aún te queda un trecho largo.
Yo no soy implacable con nadie
Lo soy conmigo mismo, y creo que a eso no me negará el derecho. Nunca me he permitido la dependencia del alcohol (El tabaco es que me da asco, como los huevos duros) y espero poder decir lo mismo el día que mis días se acaben.
El que otros no sean tan "talibanes" como yo en ese aspecto, solo suscita, para mi, el mismo comportamiento que las mujeres que quieren abortar: No se les juzga, se les ayuda a superar ese trance si es que es posible y se trata de que las consecuencias para personas inocentes, ya sea el nasciturus o la señora esposa del alcohólico, sean lo más leves posibles a incluso no existan.
Pero si Cristo no condenó a la mujer adúltera ¿Quién soy yo para juzgar a nadie?
Siendo voste una versión hispana del capitán, el whiski queda lejos de su radio de acción.
Le pega mucho más el caldo de Valdepeñas.
Es como más cutre y basto.
Justo lo que le pega
"Supongo que los mandamientos de la Iglesia sobre el ayuno y la abstinencia sí son materia grave"
Curiosamente, según El P. Royo Marín, es pecado mortal si se falta a la abstinencia por desprecio de la ley eclesiástica o, aún peor, menosprecio de la Pasión de Cristo, etc.
En cambio, es pecado venial si se falta indirectamente, es decir, por respetos humanos, negligencia, etc.
He visto de pasada algún comentario sobre fumar y , a mi entender, en casos graves de tabaquismo, en que se atenta muy directamente contra la salud , incluso contra la prescripción médica, la culpa contra el quinto mandamiento también existe. ¡Una pena que se deje de predicar por la Iglesia, y en tantos colegios católicos, los mandamientos y su explicitación, porque se pierde la posibilidad de una sociedad más sana física y psiquicamente!
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