No, el “verdadero milagro” no fue el “compartir”
Soy católico y, como tal, ofrezco gustosamente mi respeto, obediencia y cariño al Papa y, en general, a todos los pastores de la Iglesia. Dios mismo, en un gesto de amor y ternura por nosotros, dispuso que en la Iglesia hubiera pastores que hicieran presente a Cristo Buen Pastor. Es algo estupendo, por lo que doy muchas gracias al cielo.
No hay que olvidar, sin embargo, que, como no estamos en una secta, ese respeto, obediencia y cariño a los pastores se fundamentan en la roca firme de la Verdad. Por eso mismo, conllevan rechazar cuanto se aparte de la fe de la Iglesia, incluso aunque esté en boca de un pastor. Si algo nos enseñó el pontificado anterior es que no podemos callarnos cuando un pastor dice algo contrario a la doctrina católica. La triste experiencia nos ha mostrado que eso solo lleva a que se multipliquen los errores y la confusión causada por ellos.
En ese sentido y cuando creía que se habían acabado ya los sobresaltos, me veo en el penoso deber de señalar lo que parece un importante error que se ha colado en el mensaje enviado anteayer por León XIV a los participantes en la Conferencia de la FAO (es decir, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). La mayor parte del mensaje se refiere a temas prudenciales y, por lo tanto, discutibles y que no afectan directamente a la fe. Hay, sin embargo, un párrafo que no veo cómo puede ser aceptado por un católico:
“La Iglesia alienta todas las iniciativas para poner fin al escándalo del hambre en el mundo, haciendo suyos los sentimientos de su Señor, Jesús, quien, como narran los Evangelios, al ver que una gran multitud se acercaba a Él para escuchar su palabra, se preocupó ante todo de darles de comer y para ello pidió a los discípulos que se hicieran cargo del problema, bendiciendo con abundancia los esfuerzos realizados (cf. Jn 6,1-13). Sin embargo, cuando leemos la narración de lo que comúnmente se denomina la “multiplicación de los panes” (cf. Mt 14,13-21; Mc 6,30-44; Lc 9,12-17; Jn 6,1-13), nos damos cuenta de que el verdadero milagro realizado por Cristo consistió en poner de manifiesto que la clave para derrotar el hambre estriba más en el compartir que en el acumular codiciosamente”
Veamos con cuidado lo que se dice en este párrafo. En relación con el pasaje de una de las multiplicaciones de los panes y los peces (porque se relatan dos en los Evangelios), se afirma asombrosamente que “el verdadero milagro realizado por Cristo consistió en poner de manifiesto que la clave para derrotar el hambre estriba más en el compartir que en el acumular codiciosamente”. ¡El verdadero milagro!
Es muy difícil conjugar esta frase con la fe de la Iglesia. Si ese es el “verdadero milagro”, entonces, hablando en lenguaje llano, es que no hubo milagro. A fin de cuentas, se está diciendo que el “verdadero milagro” es una mera enseñanza (a saber, “poner de manifiesto” la supuesta clave para derrotar el hambre), es decir, algo que por definición no es un milagro. Por otro lado, la supuesta enseñanza no era nada nuevo, porque las bondades de compartir no las hemos inventado en el siglo XXI. Cuando los presentes llamaron profeta a Cristo y quisieron nombrarle rey no era porque les hubiera animado a compartir, sino porque había hecho un milagrazo. De otro modo, el pasaje completo carecería de sentido.
Además, basta leer el texto evangélico de la multiplicación para ver que en él ni siquiera se encuentra esa enseñanza sobre compartir y mucho menos sobre que compartiendo se derrote el hambre. Primero, porque en el pasaje evangélico nadie comparte más que un niño y lo que comparte es inútil en sí mismo para dar de comer a tanta gente. Se trata de un fracaso humano. Es decir, si algo referente al hambre podemos aprender de este pasaje es que el compartir de los hombres no basta para solucionar sus problemas, porque eso es precisamente lo que sucedió en aquella ocasión: compartir solo dio lugar a la irrisoria cantidad de cinco panes y dos peces (o a siete panes y unos peces en la otra multiplicación). Tuvo que producirse un milagro (este sí, de verdad) para saciar a la multitud. Lo que dice el texto evangélico es, a grandes rasgos, lo contrario de lo que se afirma en el mensaje a la FAO: las buenas intenciones humanas no alcanzan y solo Cristo puede saciarnos de verdad. Eso es lo que proclama la Iglesia y lo que enseña nuestra fe.
Si creemos que el “verdadero milagro” es poner de manifiesto que el hambre se derrota compartiendo, no solo reducimos el milagro a una leccioncita bienintencionada y pelagiana, sino que además nos perdemos lo mejor, que es el milagro real hecho por Cristo para demostrarnos que Él y solo Él puede saciarnos verdaderamente, como una prefiguración del Pan del Cielo, que es la Eucaristía y da la vida eterna. Con la Eucaristía no nos alimentamos unos a otros compartiendo y mostrando lo buenos que somos, sino que todos la recibimos como un don de lo alto, completamente inmerecido. Repitámoslo: las buenas intenciones humanas no salvan al hombre, que es para lo que vino Cristo a la tierra y no para organizar una FAO en el siglo I.
El aparente error de la frase que hemos comentado queda resaltado por otras afirmaciones que van en una dirección similar. En el mismo párrafo se dice que Jesús, “ante todo” se preocupó de darles de comer a aquellas personas. No es fácil entender esa afirmación si tenemos en cuenta que Cristo dijo en varias ocasiones lo contrario: no os afanéis por vuestra vida, por lo que comeréis o beberéis y también es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo. Por si no quedaba claro, al día siguiente del milagro el mismo Cristo les reprochó su error a los que pensaban que lo que importaba era saciar el hambre física: obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre. ¿Cómo es posible sacar la conclusión, al leer esto, que “ante todo” Jesús quería dar de comer a esas personas? ¿O que el “verdadero milagro” fuera compartir? Es posible, supongo, que el “ante todo” sea una simple expresión confusa (en inglés dice “first of all"), pero el hecho de que vaya en la misma dirección que la frase principal resulta especialmente desafortunado.
Asimismo, el texto se refiere al milagro como “lo que comúnmente se conoce como la ‘multiplicación de los panes’“. Es una redacción muy extraña. ¿Por qué se pone ‘multiplicación de los panes’ entre comillas, en vez de hablar, simplemente, de la multiplicación de los panes, como ha hecho siempre la Iglesia? Es difícil no pensar que lo único que se consigue con ello es distanciarse de la interpretación tradicional del milagro y dar pábulo a una interpretación secularizada y meramente natural del suceso.
Estas infelices afirmaciones, además, no pueden considerarse en el vacío. Lo cierto es que la negación del milagro de la multiplicación de los panes y los peces es habitual en la mayoría de los autores heterodoxos modernos, que no creen en ese milagro porque no creen en ningún milagro. En ese sentido, es un error especialmente grave, por ser actual y no una herejía olvidada de hace siglos. No podemos permitirnos, pues, ninguna confusión en este tema, ni siquiera aunque solo fuera aparente. Por las malas predicaciones y la presión de la incredulidad moderna, gran cantidad de fieles están predispuestos a errar en esta materia y se corre el riesgo de que el mensaje del Papa los confirme en el error.
En cuanto a sus consecuencias, finalmente, no se trata de unas frases sin importancia. Si el “verdadero milagro” fuera una leccioncita bienintencionada, entonces el Evangelio, que relata un milagro literal, estaría mintiendo. Si la Iglesia se ha estado equivocando durante dos milenios al creer en la multiplicación de los panes sin comillas, ¿por qué deberíamos fiarnos de ella en todo lo demás? Si el Evangelio y la Tradición de la Iglesia no son fiables, nuestra fe no tiene sentido y somos los más desgraciados de todos los hombres. Si lo que importa “ante todo” es algo meramente natural como dar de comer al que no tiene alimento, entonces moriremos en nuestros pecados, porque la fe, la Redención, la Resurrección, el perdón de los pecados y la vida eterna son realidades sobrenaturales. Están en juego cuestiones fundamentales.
Por supuesto, es posible (y más que deseable) que el redactor del mensaje del Papa no haya sido el propio Papa. En ese caso, con todo el respeto, creo que sería aconsejable que el Papa leyera los mensajes que firma y a los que da su autoridad, para evitar el mal uso de esa autoridad en daño de la fe por colaboradores poco doctos o poco ortodoxos. De cualquier modo, cuando se emite un texto con errores doctrinales (o, como mínimo, que puede dar lugar a esos errores), parece necesario reconocerlo y corregirlo públicamente por el bien de la Iglesia y de los mismos responsables. Si el mismo Señor nos advirtió que de toda palabra ociosa que hablen los hombres se les pedirá cuenta el día del Juicio, ¿cuánto más no habrá que evitar palabras que pueden llevar a error a quienes las leen sobre temas muy graves?
Como comprenderán, estoy deseando que vuelva una cierta tranquilidad a la Iglesia y no me agrada tener que escribir este artículo, pero los laicos, por nuestro bautismo, estamos llamados a rechazar lo que no es acorde con la fe o puede ponerla en peligro. La propia Palabra de Dios nos lo manda: si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema. Santo Tomás añadió que el deber de corrección incluye los errores de los superiores y la corrección puede ser pública: “habiendo peligro próximo para la fe, los prelados deben ser rebatidos, incluso públicamente, por los súbditos”. San Agustín decía que amonestar con caridad a un superior no es considerarse mejor que él, sino ir en auxilio de quien está en un peligro tanto mayor cuanto más alto es el puesto que ocupa. El Derecho Canónico (c. 212 § 3) y el Concilio Vaticano II (LG 37) nos recuerdan que decir estas cosas con respeto y caridad a los pastores es un derecho de los fieles, además de, en ocasiones, un deber.
Por suerte, la inmensa mayoría de las veces sucede lo contrario y son los pastores los que nos amonestan debidamente a los laicos. Yo lo prefiero, la verdad. En fin, amemos la fe católica y recemos por el Papa y los demás pastores, como también es nuestro deber.
102 comentarios
Los errores que señalas son muy gruesos. Lamentablemente, también el Papa Francisco dijo cinco o seis veces que Jesús no multiplicó los panes.
Pero Jesús les dijo: «No tienen por qué irse; denles ustedes de comer.»
Ellos respondieron: Aquí sólo tenemos cinco panes y dos pescados".. No se infiere de este texto que sean pobres y no tengan para comprar algo, al menos no todos; algunos habría, quizás, pero no fueron allí para comer sino para escuchar al Señor. Los apóstoles dan por hecho que pueden ir a comprar algo de comer. El Señor, que sabía lo que iba a hacer según el texto, aprovechó el momento para dejar expreso otros de los tradicionalmente denominados "signos de credibilidad". Derivar de ese texto que eran todos pobres y no tenían como procurarse alimentos es adicionar al texto un hecho que no surge siquiera de manera implícita. Tampoco surge del texto que otros tuvieran alimentos que pusieron a disposción, compartiendo, y aún en este caso es inverosímil que hubiera sobrado tanto, salvo que algunos de los que "compartieron" hayan concurrido con carros de panes y peces. No fue "·magia" dicen los desnortados, sin aclarar que entienden por "magia", si en sentido de magia negra o blanca o prestidigitación o truco, como se entiende hoy día. En fin, no mejoramos mucho, parece.
Hay un texto suyo de la época de obispo donde afirma:
démonos cuenta que este milagro de Jesús, que era un gran milagro sobrenatural la multiplicación de los panes y peces, tiene que seguir realizándose de otra forma, con nuestra solidaridad, con gran generosidad los hambrientos reciban algo, que tenga algo para comer.
https://www.diocesisdelcallao.org/noticias/mons-robert-prevost-jesus-nos-incluye-en-la-mision-de-la-iglesia-
Saludos.
Tu interpretación del discurso del Papa León sobre la multiplicación de los panes merece una aclaración seria y rigurosa. Se ha afirmado que, al decir que "el verdadero milagro está en el compartir", el Papa habría negado el milagro sobrenatural. Esta lectura no solo es injusta, sino también errónea desde el punto de vista teológico y hermenéutico.
+ El Papa no niega el milagro físico
En ningún momento el Papa León ha afirmado que no existió una multiplicación real y sobrenatural de los panes y los peces. Al contrario: la tradición eclesial y su magisterio personal ratifican que ese milagro histórico tuvo lugar por intervención divina. Sugerir que ha querido negar el milagro es proyectar sobre sus palabras una intención que no existe.
+ El “milagro del compartir” no sustituye al milagro físico, sino que lo acompaña y lo explica espiritualmente
Desde los Padres de la Iglesia hasta Santo Tomás de Aquino, los milagros de Cristo han sido leídos como signos que tienen varias capas de significado. Que el Papa subraye el fruto comunitario del milagro (el despertar del amor fraterno) no elimina su dimensión sobrenatural, sino que revela su impacto espiritual. Es un "también", no un "en vez de".
+ Las parábolas y signos del Evangelio son inseparables de su enseñanza moral
Jesucristo no solo obró milagros para demostrar su divinidad, sino también para enseñar un camino. Así, en la multiplicación de los panes, nos invita a vivir la caridad, la generosidad y la comunión de bienes. Negarse a ver este aspecto y reducir el episodio a un mero prodigio aislado es desconocer el modo en que la Iglesia ha interpretado los signos de Cristo durante siglos.
+ Las palabras del Papa deben leerse con fe e inteligencia, no con suspicacia y literalismo estéril
Insistir en ver errores doctrinales donde no los hay contribuye a generar confusión y escándalo innecesario. Nadie ha puesto en duda la realidad del milagro. Simplemente se ha invitado a considerar también su enseñanza moral, como hace toda la exégesis católica auténtica.
+ Acusar al Papa León de minimizar lo sobrenatural no solo es injusto, sino peligroso
La desconfianza sistemática hacia el Magisterio termina debilitando la comunión eclesial y alimentando actitudes gnósticas o sectarias. Más aún cuando se ignoran las múltiples afirmaciones del mismo Papa que refuerzan la fe en los milagros y en la acción directa de Dios.
Por tanto, la enseñanza del Papa León no niega el milagro, sino que lo enriquece mostrando sus frutos espirituales. Leer con prejuicio y alarmismo doctrinal donde hay enseñanza legítima y ortodoxa no edifica la fe, la debilita.
“Jesús… ahora dicen que en lo de los panes y los peces, tú no hiciste ningún milagro. Que la gente compartió y ya está. Vamos, que fuiste más animador social que Mesías.”
Jesús (desde la cruz, con una sonrisa ladeada):
“Pues si era solo cuestión de compartir, Camilo… que prueben a repetir lo de alimentar a 5.000 hombres - sin contar mujeres y niños - sin que yo tenga que estar delante con una cesta casi vacía y con doce apóstoles bastante nerviosos. Camilo, Camilo, cuándo entenderán que el milagro no fue que se abrieran manos, sino que se revelara el corazón mi Padre: un Padre que no reparte lo que sobra, sino que da en abundancia lo que no existía.”
"Justo cuando el sol se pone y el hambre crece, mientras los propios apóstoles piden despedir a la gente, Cristo nos sorprende con su misericordia. Él tiene compasión del pueblo hambriento e invita a sus discípulos a que se ocupen de él, porque el hambre no es una necesidad que no tenga que ver con el anuncio del Reino y el testimonio de la salvación. Al contrario, esta hambre está vinculada con nuestra relación con Dios. Sin embargo, cinco panes y dos peces no parecen suficientes para alimentar al pueblo, porque los cálculos de los discípulos, aparentemente razonables, revelan, en cambio, su poca fe. Ya que, en realidad, con Jesús contamos con todo lo necesario para dar fuerza y sentido a nuestra vida.
En efecto, a la urgencia del hambre, Él responde con el signo del compartir: levanta los ojos, pronuncia la bendición, parte el pan y da de comer a todos los presentes (cf. v. 16). Los gestos del Señor no inauguran un complejo ritual mágico, sino que manifiestan con sencillez el agradecimiento hacia el Padre, la oración filial de Cristo y la comunión fraterna que sostiene el Espíritu Santo. Para multiplicar los panes y los peces, Jesús divide los que hay: sólo así hay suficiente para todos; es más, sobran. Después de haber comido —hasta saciarse—, con lo que sobró llenaron doce canastos (cf. v. 17)".
No es anecdótico, la falta de fe es algo sistémico que ha hecho metástasis en la Iglesia (recordar lo ataques al Padre Pío por sus estigmas) y el influjo del pensamiento "ilustrado" ha hecho mella en todo y en casi todos. Veo a la Iglesia actual muy centrada en los proyectos terrenales (muy del gusto masónico y muy convergentes con la ONU y sus Agendas) y poco centrada en la salvación eterna.
Ojalá me equivoque, pero si no se hace autocrítica va a ser muy difícil cambiar de dinámica.
"Lamentablemente, también el Papa Francisco dijo cinco o seis veces que Jesús no multiplicó los panes"
Sí, la primera vez que lo hizo saqué un artículo rechazando esa idea (titulado "Hay que tener mucha fe"), aunque sin nombrarle a él directamente, porque eran los primeros tiempos de su pontificado.
Después, ese tipo de ocurrencias sobre multitud de temas se fueron haciendo cada vez más frecuentes y más graves. Por eso creo que no hay que callarse, sino hablar con respeto, cariño y verdad.
"como todos nosotros, es hijo de su tiempo modernista"
Así es. Nuestro tiempo nos afecta a todos, para bien o (especialmente en el caso de nuestra época apóstata) para mal. Hay que ser consciente de ello para poder quitarnos los grilletes del pensamiento posmoderno.
Creo que esta vez se equivoca. Creo que el Papa hace una alegoría y ya está, no hay que darle más vueltas. No hace una interpretación del milagro que acepta por completo.
"está demostrando que es Dios"
Así es. Por eso la falta de fe en los milagros va siempre de la mano de la falta de fe en la divinidad de Cristo.
"personajes de la excompañia de Jesús negando los milagros"
La primera vez que oí negar abiertamente el milagro de la multiplicación de los panes y los peces en una homilía fue en el santuario de Manresa, de los jesuitas. ¡Ay, lo que diría San Ignacio!
Por lo tanto aquí no se trata de la buena voluntad del que está dispuesto a compartir, el muchacho, sino del milagro que hizo que todos pudieran comer
Con perdón del Papá, o de quién lo diga, el compartir nunca ha sido milagro, desde luego es una obra de misericordia que, como todas las que hace el hombre, son limitadas.
Fue muy frecuente en los diplomáticos que dieron visas a muchas personas para ampararlos, lamentarse de que no pudieron salvar a todos, cosa muy lógica porque no eran Dios, quisieron, pero no pudieron. Jesús dio a todos de comer y aún sobró porque hizo un milagro como lo había hecho en las Bodas de Caná. Ni repartió lo que no había ni duplicó la cantidad de vino comprándole a un vinatero,
"Con todo, Epulón jamas tuvo hambre y fue al infierno. En cambio, Lázaro durante su vida tuvo mucha hambre y fue al Cielo"
Eso es. Por eso es fundamental entender que hay cosas mucho más importantes que otras, según un orden real. Es un gran error reducir el "verdadero milagro" a algo puramente natural, dejando a un lado lo sobrenatural, que es lo que realmente importa.
"No hay propiamente un relato explícito de una multiplicación, y ésta habría de deducirse y, por tanto, estaría implícita"
Es que no somos protestantes. Interpretamos la Escritura según la Tradición, que es la que habla de multiplicación (basta leer, por ejemplo, a Santo Tomás).
Por otra parte, si de cinco panes y dos peces, que no llenan ni un canasto, se recogen doce canastos de sobras, eso significa necesariamente que, de alguna manera, se ha multiplicado la materia que había al principio.
Otra cosa es la discusión teológica sobre cómo sucedió esa multiplicación, que en latín puede significar aumentar el número o el tamaño (Santo Tomás lo discute en ST IIIª q. 44 a. 4 ad 4), pero una vez que se acepta el milagro tal como lo relatan los evangelios no hay forma de escapar a la multiplicación.
"con Francisco no se tenían tantas contemplaciones"
No entiendo bien qué quiere decir
"En estos tiempos, lo mejor es fiarse del juicio De los Santos, ellos si están basados en la Escritura, la Tradición y el Magisterio"
Amén. En su juicio, en su ejemplo y en su intercesión. Para eso están.
Tal vez porque Francisco llevaba 12 años. León lleva un mes y medio. Aún así, no me gusta como camina la perrita
" no me gusta cómo camina la perrita".
El Papa no es una perrita. No sea usted grosero.
"El Papa no es una perrita. No sea usted grosero"
No me gusta el andar de la perrita (y variantes) es una expresión típica de Canarias que significa que algo da indicios de no ir del todo bien. No está llamando perro a nadie. Igual que decir más vale pájaro en mano o a caballo regalado no le mires el diente no es llamar a nadie caballo o pájaro.
"Si alguien creyó que el progresismo fue enterrado con Bergoglio, pues se equivoca mucho. Esta todo infectado. El progresismo es el mal, el progresismo es la muerte"
Así es. Frente a los que echaban la culpa de todo al papa Francisco, no me cansé de decir que el problema era mucho más profundo y afectaba a la mayoría de clérigos y fieles del mundo.
Ojalá León XIV sea un papa estupendo, pero, aunque así fuera, el problema grande seguiría estando ahí.
"En este siglo tenemos que analizar con lupa todo ... para separar la cizaña del trigo"
Bueno, en este siglo y siempre, como nos dijo San Pablo: "examinadlo todo y quedaos con lo bueno".
Pero es verdad que estamos en una situación anómala en la que uno muchas veces no puede fiarse de quienes debería poder fiarse.
"Hay un texto suyo de la época de obispo donde afirma"
El problema es que llueve sobre mojado. El Papa Francisco, que dio a entender varias veces que la multiplicación de los panes y los peces solo había sido compartir, otras veces decía lo contrario. Pero esto no son matemáticas, en que +1 y -1 se anulan el uno al otro. No basta que los papas digan cosas buenas, además no deben decir nunca cosas erróneas sobre la fe.
Al margen de lo que haya dicho el Papa León en otras ocasiones y al margen de lo que piense (que confío en que sea bueno), persiste el hecho de que afirmaciones como la del mensaje en cuestión son inaceptables. No se trata de juzgar a la persona (eso se lo dejamos a Dios), sino de discernir si una acción particular es buena o mala.
"démonos cuenta que este milagro de Jesús, que era un gran milagro sobrenatural la multiplicación de los panes y peces, tiene que seguir realizándose de otra forma, con nuestra solidaridad, con gran generosidad los hambrientos reciban algo, que tenga algo para comer"
Esta afirmación, la verdad, sin ser mala, tampoco es buena del todo. El milagro de Jesús no se sigue realizando con nuestra solidaridad, sino con la Eucaristía y la gracia de Dios, que son las únicas que pueden saciarnos, porque, una vez más, el milagro original no fue el compartir/la solidaridad, sino un auténtico milagro que mostraba el poder divino de Cristo, verdadero Pan del Cielo que contiene en sí todo deleite.
Nuestro león, el que Dios ha puesto ahí para defensa de la fe, contradice la enseñanza del Señor que pide no trabajar por el alimento material sino por el alimento de vida eterna que es la Eucaristía.
"Hace algunos años, noticias como esta me producían enojo, inquietud, zozobra. Con la ayuda de Dios, de la Santísima Virgen y de causas segundas como este portal..."
¡Excelente y bendito sea Dios! Todos debemos aprender a "combatir el buen combate", como decía San Pablo, pero sin perder la paz ni (sobre todo) la esperanza teologal.
"Noticias como esta son una buena ocasión para ejercer mi sacerdocio bautismal, ofreciendo mi oración y sacrificios y privaciones personales por las almas a quienes estas cosas pueden causar confusión"
Buena idea.
"la falta de fe es algo sistémico que ha hecho metástasis en la Iglesia"
Ese es el quid de la cuestión, que va mucho más allá de un papa u otro. Afirmaciones como la que se menciona en el artículo (sea quien sea su autor último) se hacen porque no son inmediatamente rechazadas por toda la Iglesia, como habría pasado en otras épocas. Se ha normalizado la increencia en el interior de la Iglesia y eso es lo verdaderamente grave.
Como ya dijeron más arriba, todo (o casi) está impregnado de un progresismo muy muy difícil de despegar. Pero hay que hacerlo... o de otro modo, si bien las puertas del infierno no prevalecerán (y aclaro no prevalecerán contra la VERDADERA IGLESIA DE CRISTO), seguiremos sumergidos en las "dos Igesias" de las que ya hablaba el Padre Julio Meinvielle: La iglesia de las Promesas y la Iglesia de la Publicidad.
Que se sepa es el único milagro de multiplicación de alimentos reconocido por la Iglesia además de los que hizo el Señor y se relatan en los evangelios.
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No. En el Primer Libro de los Reyes tienes el primer milagro de multiplicación de aliementos, capítulo 17, y tiene como protagonista al profeta Elías y a una viuda de Sarepta. Te lo resumo con detalle:
El milagro del aceite y la harina (1 Reyes 17, 8-16)
Durante un tiempo de gran sequía y hambre en Israel, Dios envió al profeta Elías a una ciudad pagana llamada Sarepta de Sidón, fuera del territorio de Israel. Allí le dijo que una viuda lo alimentaría.
Cuando Elías llegó a la puerta de la ciudad, encontró a una mujer recogiendo leña y le pidió agua y un poco de pan. Ella le respondió angustiada que no tenía pan, solo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la alcuza. Estaba recogiendo unos palos para preparar una última comida para ella y su hijo, antes de morir de hambre.
Elías le dijo con firmeza y confianza:
«No temas. Ve y haz como has dicho, pero primero hazme a mí una pequeña torta y tráemela; después harás para ti y para tu hijo. Porque así dice el Señor, Dios de Israel:
"La tinaja de harina no se vaciará ni la alcuza de aceite se agotará, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra."»
(1 Reyes 17, 13-14)
La viuda obedeció, y desde ese día, la harina no se acabó ni el aceite se agotó, durante todo el tiempo que duró la sequía, alimentando cada día a ella, a su hijo y al profeta Elías.
Significado del milagro
Es una prueba de la providencia de Dios: cuando se confía en Él y se actúa con generosidad, no falta lo necesario.
La viuda es un símbolo de fe sencilla y obediente, aún no siendo israelita.
Elías, como profeta, intercede y canaliza el poder de Dios, mostrando que Yahvé cuida incluso más allá de las fronteras del pueblo de Israel.
La pantochada de que el milagro fue que la gente compartio el pan que llevaban, es propia de un lider puramente humano y no es ningún milagro.
Hay explicaciones retorcidas más increíbles que los milagros reales.
Hace casi quince años que escribí un artículo sobre un milagro similar certificado ante notario y acaecido en Alcobendas, a las afueras de Madrid, en 1677. Con la diferencia que lo que se multiplicó fue el vino: Están por todas partes
"Se usted se dice católico, no puede a seguir al papa León XIV porque este es de la secta modernista. No pertenece a la Iglesia Católica! ..."
Me temo que, como todos los sedevacantistas, cae usted en el error de pensar que quien dice cosas contrarias a la fe no puede ser papa y, puesto que, por ejemplo, Francisco dijo en varias ocasiones cosas contrarias a la fe y la moral de la Iglesia, la conclusión inevitable es que no era el verdadero papa y su nombramiento fue nulo. El problema es que la premisa inicial no pertenece a la fe de la Iglesia, sino que se apoya en sentimientos y creencias particulares.
Nada en nuestra fe nos obliga a creer que un papa no puede decir una herejía o una barbaridad o no puede tener comportamientos escandalosos que dañen la fe de los fieles. De hecho, de la historia de la Iglesia y de la doctrina católica se deduce más bien lo contrario. A fin de cuentas, el primer papa fue llamado en una ocasión Satanás por el mismo Cristo, después se durmió en Getsemaní cuando su Maestro más le necesitaba, lo negó tres veces, lo abandonó en el Calvario y, después de la resurrección, tuvo que ser reprendido públicamente por San Pablo por judaizar, contra la enseñanza de la fe católica. Posteriormente, el Papa Honorio coqueteó con el monotelismo, fue condenado por sus sucesores y declarado hereje por dos concilios ecuménicos. Juan XXII negó el juicio particular de las almas y su postura tuvo que ser rechazada públicamente por diversos teólogos y universidades, lo que le forzó a retractarse antes de morir.
Sobre comportamientos escandalosos de múltiples papas de la historia, se han escrito libros enteros, porque la impecabilidad no es un atributo papal. En cuanto a la infalibilidad, el mismo hecho de que exista un magisterio infalible de los papas en algunas circunstancias (declaraciones solemnes ex cathedra en materia de fe y costumbres) requiere que exista otro magisterio papal falible, que, por definición, puede contener errores en materia de fe y moral. Repitámoslo: la idea de que el Papa no puede errar nunca en materia de fe y moral es una mera creencia piadosa y no pertenece a la fe católica. Por eso los sedevacantistas, como usted, se equivocan al elevar esas creencias particulares al rango de argumento teológico y criterio de discernimiento sobre la validez de una elección papal.
Desgraciadamente, quien se coloca fuera de la Iglesia es usted, porque, como definió Bonifacio VIII hace más de siete siglos, "es absolutamente necesario para la salvación de toda criatura humana que esté sujeta al Romano Pontífice" (Unam Sanctam).
Un saludo.
Pues bien, si creemos eso, creer que de un par de panes y peces el Señor ha hecho el milagro de multiplicarlos es sencillo...
Creo que ahi esta el fondo de la cuestión....
En cuanto a la cuestión material, yo también veo un grave peligro en una enseñanza que mal interpretada puede derivar en graves problemas económicos y en el agravamiento del mal. Con el hambre no se acaba compartiendo alimentos, sino con el desarrollo de una buena economía productiva, que incluye ciertamente la acumulación de activos, que no es en sí misma un reflejo de la avaricia. Y para esto existe un famoso adagio que se repetía mucho en los años 90: No me deis pescado, enseñadme a pescar. El acto de compartir, su sentido espiritual santificante, no se limita a compartir los tangibles, sino las penurias, el trabajo, los esfuerzos o el conocimiento.
"Hasta el diablo sabía que, si Jesús era Hijo de Dios, podía convertir una piedra en pan"
Bien dicho. Como enseña la Carta de Santiago, "los demonios también lo creen y tiemblan". Todo esto es un problema de fe, que es justo en lo que estamos bastante flojos en nuestra época.
Pero también entiendo con dolor el extravío de todo sacerdote o fiel católico, que niega uno solo de los milagros del Evangelio por ser bajito, feo, un exhemano de LaSalle o porque la chica que le gusta nunca le hizo caso y quiere venganza.
Más humildad y más oración. hermanos.
"Que el Papa firme lo que escribe. Nada más. Sería una revolución. Se solucionan todos los problemas"
Con que leyeran lo que firman ya me daría yo con un canto en los dientes. Pero, a juzgar por el volumen, temo que incluso eso sea utópico.
La inflación del magisterio le resta inevitablemente gran parte de su valor.
No se puede partir ni compartir lo que no se tiene.
Para que algo exista debe tener un creador, las cosas no se generan a si mismas.
Qué hizo Cristo, (en San Juan),
Primero: Entonces Jesús tomó los panes, dio las gracias y los repartió entre los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, y todos recibieron cuanto quisieron. Cuando quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: Recojan los pedazos que han sobrado para que no se pierda nada.
Segundo y mucho, mucho, más importante:
Jesús les contestó: En verdad les digo: Ustedes me buscan, no porque han visto a través de los signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que permanece y da vida eterna. Este se lo dará el Hijo del hombre; él ha sido marcado con el sello del Padre.
Con todo respeto si nos quedamos con la primera parte no alcanza y nos perderemos la síntesis final, con la cual la multiplicación es el inicio pero no todo.
Ustedes NO VIERON a través de los signos, la multiplicación, sino que comieron hasta saciarse -compartir el pan terreno por decirlo en esa forma.-
El mensaje, la enseñanza, es trabajar para obtener el alimento que da vida eterna y que dará el Hijo del hombre.
Hacemos eso...
Cómo la ves...
Retas a cuestionar tu exegesis, con un orgullo infundado, como si hubieses escrito la summa teologica, pero resulta que tu conclusión es un par de lineas y el resto es corta pega de otras frases de Cristo. Yo lo veo un poco bastante pobre.
Podrías haber dicho que el milagro es un ejemplo de la Gracia, que nosotros ponemos la pequeñez de unos pocos panes, de nuestra voluntad de obrar bien y Cristo con su Gracia los multiplica y los hace fructificar realmente. Somos siervos inútiles...
Podrías haber dicho que es una anticipación del milagro muchisimo mayor de la Eucaristía y la Pasión, puesto que estan unidas, no puede haber Eucaristía sin Pasión.
Podías haber dicho que se manifiesta una vez la inmensa, infinita misericordia de Dios en Cristo, cuando ve a la multitud, sin sustento.
Podías haber dicho que nos educa hasta en la sobriedad, recogiendo lo que sobra, cuando para el fácil montar la panadería mejor y mas grande del mundo. Podías haber dicho...
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Mande?
Es usted humorista ?
NB: Para quien no lo sepa, tales intenciones no son las de tal o cual Papa, sino las que la Iglesia manda rezar por el Papa.
Él no ha querido quitar el velo de nuestros ojos porque no lo resistiríamos en este mundo y porque nos exige Fe y una demostración científica destruye la Fe. Tomás dudó del testimonio de sus compañeros, pero cuando Jesús le dijo que metiera el dedo en sus llagas Tomás ya lo había reconocido, por eso le contestó: "Bienaventurados los que creen sin ver".
A mí mis sobrinas científicamente nada me han demostrado, ni nada les he pedido, pero les he dejado ante notario todo el poder sobre mi dinero por si yo cayera muy enferma o perdiera la cabeza, como lo hizo mi madre conmigo, y ni ella ni yo tenemos ninguna certeza, y menos científica, es un acto de fe en su honradez. Ahora me van a decir que la física cuántica puede demostrar que mis sobrinas no se van a quedar con mi dinero ni vaciarme las cuentas. No hay ciencia que demuestre eso, pero yo sé que jamás lo van a hacer. Y si eso hago con personas sujetas a tentaciones ¿qué no haré con Dios Nuestro Señor que es Creador, Redentor y Amor perfectos?
No creo que el Santo Padre se haya equivocado.
Bien dice Jesús en Lucas 12:15
«Eviten con gran cuidado toda clase de codicia, porque aunque uno lo tenga todo, no son sus posesiones las que le dan vida.»
Asismo, Jesús "comparte" 5 panes y 2 peces, en otras palabras reafirma la Ley (Pentateuco) a su pueblo,. es decir su Iglesia (peces),... pero a través de quien? de sus 12 apóstoles, que acumularon" 12" canastos.
Les da la misión de compartir el pan al pueblo de Dios, para saciar el hambre con el pan que no se acaba:
"Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre..."
Entenderán los de la FAO el mensaje?
"un jesuita joven, explicando el evangelio de las Bodas de Caná, dijo que el milagro estaba en la cooperación de los sirvientes para llenar los cántaros con agua..."
La falta de fe enloquece y hace ridículos a los hombres.
"Todo esto indica que debemos seguir rezando por el Papa y sus intenciones"
Amén.
Se trata de el canal "La voz del Papa León XIV". No sé quién lo lleva, aunque el autor aclara que no quiere representar al Papa pero que se basa en sus escritos para hacer sus reflexiones.
Es 100% católico y con discursos bellísimos.
Todo esto indica que debemos seguir rezando por el Papa y sus intenciones.
NB: Para quien no lo sepa, tales intenciones no son las de tal o cual Papa, sino las que la Iglesia manda rezar por el Papa.
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Desgraciadamente el 95% de los católicos ya no lo sabe, como tantas otras cosas. Y están los que dicen: "No voy a rezar por las intenciones del Papa Fulano" y los que dicen: "Recemos por las intenciones del Papa Fulano".
En fin... así estamos. Hay que rezar y mucho para que se restaure la Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo.
"Para quien no lo sepa, tales intenciones no son las de tal o cual Papa, sino las que la Iglesia manda rezar por el Papa"
Hasta donde puedo ver, esto es incorrecto. Las intenciones del Papa son las cosas concretas por las que el Papa actual, sea el que sea, quiere que se rece en particular. Algunas veces se han dado algunas generales o "permanentes", pero eso es decisión de cada Papa. Son sus intenciones concretas.
Julio: Por la formación para el discernimiento
Oremos para que aprendamos cada vez más a discernir, saber elegir caminos de vida y rechazar todo lo que nos aleje de Cristo y del Evangelio.
Agosto: Por la convivencia común
Oremos para que las sociedades en que la convivencia parece más difícil no sucumban a la tentación del enfrentamiento por motivos étnicos, políticos, religiosos o ideológicos.
Septiembre: Por nuestra relación con toda la creación
Oremos para que, inspirados por San Francisco, experimentemos nuestra interdependencia con todas las criaturas, amadas por Dios y dignas de amor y respeto.
Octubre: Por la colaboración entre las distintas tradiciones religiosas
Oremos para que creyentes de distintas tradiciones religiosas trabajemos juntos para defender y promover la paz, la justicia y la fraternidad humana.
Noviembre: Por la prevención del suicidio
Oremos para que las personas que están combatiendo con pensamientos suicidas encuentren en su comunidad el apoyo, el cuidado y el amor que necesitan y se abran a la belleza de la vida.
Diciembre: Por los cristianos en contextos de conflicto
Oremos para que los cristianos que viven en contextos de guerra o conflicto, especialmente en Medio Oriente, sean semillas de paz, reconciliación y esperanza
Agradezco su amable respuesta.
Sin embargo, no estoy de acuerdo con sus argumentos.
No citaré aquí las diversas bulas, decretos y escritos papales o de santos doctores de la Iglesia que se refieren a la excomunión de aquellos clérigos (incluido el Papa) que enseñan la doctrina errónea, aunque sea parcialmente, o que la relativizan de forma que permite interpretaciones abusivas.
Jesucristo Nuestro Señor fue enfático al decir que Él es el (Único) Camino, la Verdad y la Vida, y que quien no busca la objetividad en la doctrina (Sí, Sí, No, No) es del Diablo.
San Pablo (Gálatas, 1, 6-12) es igualmente objetivo: “Hermanos: Me asombra que tan pronto abandonen a Aquel que los llamó por la gracia de Cristo, para pasarse a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, sino que hay quienes los perturban y quieren cambiar el Evangelio de Cristo. Pero si alguien —aunque fuera yo o un ángel del cielo— les predica un evangelio diferente del que les predicamos, sea anatema. Como ya lo hemos dicho, también lo repito: si alguien les predica un evangelio diferente del que recibieron, sea anatema. ¿Acaso busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿Trato de agradar a los hombres? Si todavía intentara agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo. Quiero que sepan, hermanos, que el evangelio que predico no es de origen humano, pues no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.” etc., etc. ES ANATEMA!!!
Pero ya no es el Papa lo que está en juego, sino el cumplimiento de lo que San Pío X predijo en la encíclica “Pascendi Dominici Gregis: Sobre las doctrinas modernas” que se han puesto en práctica desde el Concilio, de manera más o menos disfrazada, que Juan Pablo II y Benedicto XVI intentaron revertir o suavizarse (y perdieron), y que Francisco tuvo el mérito (de forma negativa) de exponer claramente y despertar a los católicos sobre lo que está sucediendo. Por otro lado, estimado Bruno, aunque admiro profundamente tu mérito y tus escritos, ¡no puedo entender cómo no ves lo obvio! ¿Cómo puede alguien seguir o tener una religión cuyo líder enseña algo contrario a lo que siempre se ha enseñado durante 2000 años? ¡Es absurdo! ¡La doctrina y la moral son inmutables! Ni siquiera es una cuestión de fe, sino de razón¡El camino al Cielo no admite desviaciones, correcciones ni ajustes según el siglo!
La cuestión es que estás viendo el problema desde una perspectiva que me parece completamente equivocada... la Iglesia del Vaticano, desde el Concilio, progresivamente ha dejado de ser Iglesia Católica y se ha convertido en otra cosa, independientemente de quién sea el Papa, los obispos, etc. Es otra Iglesia, no la Iglesia Católica... Solo lamento que personas como mi amigo insistan en lo indefendible y, siendo personas de fe, no sigan la "puerta estrecha" por la parte incómoda, sino que sigan la verdad...
No puedo sentir que sigo a Jesucristo creyendo en esta Iglesia del Vaticano... no es posible, es contradictorio, es irrazonable, y de ahora en adelante, verás, la desilusión y la decepción con esta Iglesia modernista - sin la asistencia del Espíritu Santo - para ti y otros como usted, serán cada vez mayores, hasta que llegues al punto en que pierdas la fe o sigas demasiado tarde a la verdadera Iglesia Católica...
Espero que Bruno sea de los que no se preocupan por lo que piensen los hombres y sigan a la Iglesia Católica de Siempre, cueste lo que cueste, porque es necesario que los católicos nos unamos para reunir en uno solo el rebaño del Pastor Supremo y encontrar al verdadero Papa que nos guiará y a quien nosotros, las ovejas, ¡podemos reconocer!
Después de todo, el objetivo es salvar nuestras almas y, al salvarlas, contribuimos a la salvación de las de los otros.
Saludos
Miguel
Parece que esas son las intenciones que dejó el Papa Francisco para todos los meses de 2025. Es más que comprensible que León XIV no las haya cambiado.
De todas formas, ha habido unos cuantos pilotos automáticos ya. Esperemos que se desautomaticen pronto.
En primer lugar, el Papa León está utilizando el término “verdadero milagro” no en su acepción literal como un fenómeno sobrenatural, sino como figura retórica. Por ejemplo, tenemos la expresión similar “verdaderos milagros” utilizada por el papa Pío XI en su encíclica AD CATHOLICI SACERDOTII, No. 47, también para referirse a algo que por definición no es un milagro, a saber: hombres con poco conocimiento que han alcanzado la dignidad sacerdotal: “Así, pues, como en el orden natural con los milagros se suspende, de momento, el efecto de las leyes físicas, sin ser abrogadas, así estos hombres, VERDADEROS MILAGROS vivientes en quienes la alteza de la santidad suplía por todo lo demás, en nada desmienten la verdad y necesidad de cuanto Nos hemos venido recomendando.”
En este sentido, es cierto lo que menciona el papa que los relatos evangélicos de la multiplicación de los panes apuntan más a la enseñanza del compartir, teniendo en cuenta por ejemplo Mt 14, 15-16: “Como venía la tarde, sus discípulos se llegaron a Él diciendo: ´Este lugar es desierto, y la hora ya ha pasado. Despide, pues, a la gente, para que vaya a las aldeas a comprarse comida´. Mas Jesús les dijo: ´No necesitan irse; dadles vosotros de comer´.” Es decir, había la posibilidad de que la gente se fuera a comprar comida, pero Jesús prefirió que se quedaran y que se les compartiera la comida. Así lo enseña el papa Pío XII comentando este pasaje: “No podemos pedir milagros, pues Dios, en su Providencia, desea que la humanidad utilice regularmente los medios ordinarios para subsistir.” (Discurso al Subsecretario de Agricultura de EEUU, 17 de agosto de 1946). Y Benedicto XVI: “En el pasaje evangélico salta a la vista un segundo elemento: el milagro realizado por el Señor contiene una invitación explícita a cada uno para dar su contribución. Los cinco panes y dos peces indican nuestra aportación, pobre pero necesaria, que él transforma en don de amor para todos.” (Homilía del 7 de junio de 2007). Es decir, la exhortación a compartir no es simplemente una “leccioncita” como usted señala, sino que es un punto central de la enseñanza del pasaje evangélico.
En segundo lugar, el papa León no niega el milagro de la multiplicación. Evidencia de esto lo encontramos en su reciente homilía del domingo 22 de junio, cuando dijo: “Para multiplicar los panes y los peces, Jesús divide los que hay: sólo así hay suficiente para todos, es más, sobran.”
Intentar defender lo indefendible no es una virtud cristiana, sino lo contrario, un vicio. Cuando alguien mete la pata, lo conveniente es que reconozca su error y lo corrija, no retorcer cielo y tierra hasta que parezca que ha hecho bien y así poder dejarlo en su error. Eso no es defender al Papa, sino falta de amor a la verdad y a la fe. Todos sus comentarios en este blog han sido en ese mismo sentido, para defender Amoris laetitia y Fiducia supplicans contra la realidad más evidente. Non decet. Por ese camino no se llega a nada bueno.
En cuanto a sus argumentos:
"En primer lugar, el Papa León está utilizando el término “verdadero milagro” no en su acepción literal como un fenómeno sobrenatural, sino como figura retórica"
Entenderá usted (porque seguro que lo entiende en otros ámbitos, cuando no está intentando defender lo indefendible), que se puede hablar de milagros en sentido amplio... cuando el tema es un milagro de Cristo. Si se está hablando de la multiplicación de los panes y los peces, entonces hablar de milagros en sentido amplio mostraría que uno no cree en los milagros. Con esos "argumentos" está usted condenando al papa en lugar de defenderlo.
Por otro lado, el ejemplo que da usted de Pío XI no habla en sentido amplio de milagro, sino de un auténtico milagro en sentido propio, en el que la gracia de Dios suplió lo que le faltaba a la naturaleza. La santidad siempre es un milagro.
A eso se suma que el mensaje comentado no dice simplemente que compartir sea un verdadero milagro (que dado el contexto de la multiplicación de los panes y los peces sería ya algo lamentable), es que dice que es "el verdadero milagro". Eso es una afirmación comparativa si se está hablando de milagros. El verdadero es este y, por tanto, no el otro. Es algo completamente indefendible. Y horroroso para oídos cristianos. Y en boca de un Papa aún peor.
Si usted hubiera defendido que fue una serie de expresiones desafortunadas, podría tener algún sentido. Seguiría siendo algo muy grave (porque cualquier Papa tiene que cuidar lo que dice para no llevar a error) y habría que corregirlo, pero sería algo posible. Sin embargo, intentar defender, como hace usted, que está muy bien lo que dice el mensaje es simplemente ridículo.
En cuanto a lo de compartir, es evidente que no hay nada de malo en compartir. Cuando se convierte en una "leccioncita" pelagiana es cuando se sustituye un gran milagro sobrenatural hecho por Cristo para nuestra salvación por algo meramente humano como ese compartir (especialmente teniendo en cuenta que, en realidad, fue una sola persona entre miles la que compartió algo). Es evidente para cualquiera, por favor. Lo malo es el agravio comparativo.
"Evidencia de esto lo encontramos en su reciente homilía del domingo 22 de junio, cuando dijo: “Para multiplicar los panes y los peces, Jesús divide los que hay: sólo así hay suficiente para todos, es más, sobran.”"
Por favor, no siga defendiendo al Papa que lo hunde. En esa frase que usted menciona, no se habla del milagro. Pueden aceptarla perfectamente todos los que lo niegan (que son muchísimos clérigos, como han señalado otros comentarios). Cualquiera que crea que el milagro fue el compartir y no el milagro hecho por Cristo, acepta que Jesús dividió lo que había y fue suficiente para todos. Y por supuesto, aplaudirá con las orejas al leer que compartir fue "el verdadero milagro").
"Hay que desarraigar estas adyacencias, estos crecimientos doctrinarios anómalos, porque en el curso de una generación se van a convertir en doctrina aceptada y oficial"
Ya han tenido el efecto, como dijo un colaborador del Papa Francisco, de dar carta de naturaleza en la Iglesia a varias opiniones erróneas. Es decir, a que sus defensores puedan alegar que no son condenables, porque un papa las ha sostenido.
Una vez que la fe y la no fe son igualmente respetables en la Iglesia, estamos en el horno.
Por eso repito, lo del compartir no es una “leccioncita”, sino que es LA LECCIÓN, porque si lo más importante fuera el hecho sobrenatural de la sobreabundancia de panes y peces, no hubiera sido necesario hacerlo sobre su preexistencia, sino que hubiera bastado aparecerlos de la nada. O es que Dios no podría hacerlo? El problema de no ver esto, es el de muchos que buscan los milagros de Dios, y no al Dios de los milagros. Cuánta gente no recibe milagros, pero no tiene una verdadera conversión? Qué es más importante, que una persona reciba un milagro, o que esa persona se convierta y comience a obrar según la gracia de Dios? Eso es ir a la esencia del Evangelio y es el VERDADERO MILAGRO, lo que realmente cuenta para Dios. Comprender que los milagros no son un fin en sí mismos, sino que apuntan a algo más profundo.
Y algo grave de sus conclusiones con respecto al Papa, es no ver de manera INTEGRAL su pensamiento. No sé cómo se pueda juzgar que alguien niega el milagro de la multiplicación de los panes (sí, dijo el papa MULTIPLICACIÓN, eso sólo se entiende como algo sobrenatural, no simplemente por la acción natural de dividir algo, y mucho menos en las proporciones narradas en los evangelios), si por otro lado fue quien impulsó el milagro Eucarístico de Perú, solicitando su aprobación oficial al papa Francisco. Sería absurdo pensar que por un lado reconoce un milagro eucarístico, pero por otro lado diga que no es posible la multiplicación (milagro) de panes y peces.
No Bruno, no es indefendible el Magisterio. Sobre todo cuando le he demostrado siempre con argumentos sólidos. Lo indefendible es que un católico supuestamente formado haga interpretaciones torcidas y carentes de contextos amplios.
Bendiciones.
Sin ánimo de ofender, me temo que, cada vez que comenta, muestra que no sabe las cosas más básicas de la Teología.
"pues le ha dado la razón al Papa cuando afirma que la gracia de Dios que obra la santidad es un verdadero milagro, porque asimismo el compartir es una gracia, por tanto, un VERDADERO MILAGRO"
¿Cómo puede decir algo así? No conoce el ABC de lo que es la gracia. ¿De verdad no se ha dado cuenta de que musulmanes, ateos y agnósticos comparten cosas sin necesitar la gracia para ello? Que una persona comparta unos panes no es un milagro ni se necesita la gracia para ello. Basta la buena voluntad, como ha enseñado siempre la Iglesia. Si compartir algo fuera un milagro, todos los jardines de infancia estarían a rebosar de milagros y todas las maestras serían canonizadas.
"entiéndiéndose que ese milagro era medio para un fin, y el fin era la enseñanza moral (hecha praxis, por tanto manifiesta) del compartir"
¡Pero qué barbaridad! La Tradición entera de la Iglesia señala que el milagro de los panes y los peces es un signo de la Eucaristía y la gracia, que no dependen del compartir, sino que son don gratuito de Dios. Cuando dice que ese milagro asombroso se nos dio para que supiéramos que conviene compartir (algo que ya sabían los israelitas, los romanos y los hombres prehistóricos), muestra que no ha entendido nada de la Escritura, de la gracia, de la Redención, de los milagros o de la Encarnación misma. En la práctica, reduce usted el cristianismo a moralidad y demuestra así lo que he dicho varias veces de la leccioncita pelagiana, porque lo es.
Aparte del hecho evidente de que el fin del milagro no puede ser el compartir, porque basta leer el texto para ver que el compartir sucede antes del milagro, no después.
"¿Qué es más importante, que una persona reciba un milagro, o que esa persona se convierta y comience a obrar según la gracia de Dios?"
Es que compartir, que es algo que hacen los paganos, no es convertirse. Convertirse es abrirse a la gracia inmerecida y gratuita que se recibe de Dios. La conversión no es que nosotros seamos buenos por nuestras fuerzas y hagamos alguna cosita buena (como el niño aquel), sino que dejemos que Dios nos transforme, recibiendo la Eucaristía y la gracia. Precisamente lo que queda de manifiesto en el milagro de la multiplicación de los panes y los peces es que nuestros esfuerzos son radicalmente insuficientes. Pensar que lo importante de todo esto son nuestras pobres obras humanas es no haber entendido nada. Compartir está muy bien, pero es eso, una pobre obra humana, que no ha salvado nunca a nadie.
"No Bruno, no es indefendible el Magisterio"
Claro que no. El magisterio no es indefendible. Lo indefendible son las meteduras de pata. Que, como sabe cualquier católico, hay que reconocer y corregir, no intentar defenderlas a ultranza. Cuando usted defiende errores, su actitud, simplemente, no es católica. Lo siento.
"Y algo grave de sus conclusiones con respecto al Papa, es no ver de manera INTEGRAL su pensamiento."
Yo no he dicho nada del pensamiento del Papa y menos de manera integral y menos he sacado conclusiones sobre él. He hablado objetivamente de ese párrafo en concreto, que es indefendible. Porque lo es. ¿Qué quiere que haga yo?
Mire, ya vino usted aquí para hacer lo mismo con el papa Francisco y defender precisamente sus errores, como bendecir a parejas del mismo sexo o Amoris laetitia (en la que se niegan principios fundamentales de la moral católica y dogmas de fe). Es asombroso que se dedique usted a defender lo malo o erróneo que hacen los papas, en lugar de lo bueno y verdadero. Eso no es lo que hace un católico, lo siento. Pero como no quiere ver lo evidente, no es posible ayudarle.
Dios le bendiga abundantemente.
-"Esto vale no solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón OBRA LA GRACIA de modo invisible". (Gaudium Et Spes, No. 22)
-"Además, "muchos elementos de santificación y de verdad" (LG 8) existen fuera de los límites visibles de la Iglesia católica: "la palabra de Dios escrita, LA VIDA DE LA GRACIA, la fe, la esperanza y la caridad y otros dones interiores del Espíritu Santo y los elementos visibles" (UR 3; cf LG 15). El Espíritu de Cristo se sirve de estas Iglesias y comunidades eclesiales como medios de salvación cuya fuerza viene de la plenitud de gracia y de verdad que Cristo ha confiado a la Iglesia católica. Todos estos bienes provienen de Cristo y conducen a Él (cf UR 3) y de por sí impelen a "la unidad católica" (LG 8)." (Catecismo No. 819).
"Es que compartir, que es algo que hacen los paganos, no es convertirse." Cierto, pero es parte fundamental de la conversión, pues nadie puede decir que tiene fe si no tiene obras.
Sí, la Tradición enseña que la multiplicación de panes es signo de la Eucaristía, pero incluso dentro de este contexto eucarístico está estrechamente relacionado con el compartir. Vuelvo y comparto la enseñanza del papa Benedicto sobre el pasaje de la multiplicación de los panes en su homilía del 2007, ampliándola a este tema de la eucaristía:
" ...el milagro realizado por el Señor contiene una invitación explícita a cada uno para dar su contribución. Los cinco panes y dos peces indican nuestra aportación, pobre pero necesaria, que él transforma en don de amor para todos. "Cristo —escribí en la citada exhortación postsinodal— sigue exhortando también hoy a sus discípulos a comprometerse en primera persona" (n. 88). Por consiguiente, la Eucaristía es una llamada a la santidad y a la entrega de sí a los hermanos, pues "la vocación de cada uno de nosotros consiste en ser, junto con Jesús, pan partido para la vida del mundo" .
Entonces miremos quién es el que no sabe las cosas básicas de la doctrina. Y sí, hago lo mismo con el papa Francisco, cuando lo que dice que dijo no es como usted dice, vendré cada vez que sea necesario. Y reto a que me presente (con numerales en mano) qué principios de la moral católica se ha negado en AL y en FS.
"Veamos qué dice la doctrina católica en el catecismo"
Es que no basta leerlo, hay que entenderlo. Y usted no lo entiende, en buena parte porque no lo quiere entender. Se ha hecho una idea disparatada y que nada tiene de católica (que los papas no se equivocan nunca) y entonces retuerce todo para ajustarlo a esa idea suya disparatada. Así no se puede razonar. Eso no lleva a ningún sitio.
"en cuyo corazón OBRA LA GRACIA de modo invisible"
Pues claro que a veces puede obrar la gracia en un pagano. Pero eso no tiene nada que ver con lo que hemos discutido, que es que para compartir algo, para hacer una buena acción, no se necesita la gracia. Decir que toda obra buena es un milagro es no haber entendido nada de la diferencia entre naturaleza y gracia, de la teología de la creación y de la moral católica. Que usted muestre en cada comentario que no entiende nada de la Teología más básica, pero siga pretendiendo dar lecciones, es asombroso.
"...el milagro realizado por el Señor contiene una invitación explícita a cada uno para dar su contribución. Los cinco panes y dos peces indican nuestra aportación, pobre pero necesaria, que él transforma en don de amor para todos"
Sigue sin entender nada, porque solo busca citas como esta de Benedicto XVI para confirmar sus prejuicios y no para aprender. Claro que los panes y los peces son nuestra aportación, pero el milagro no es nuestra aportación, sino la transformación que hace Él. ¡Y mucho menos esa "pobre" aportación es el "verdadero milagro"!
"Entonces miremos quién es el que no sabe las cosas básicas de la doctrina"
Pues usted, claro, como demuestra cada vez que comenta. No solo no sabe, sino que no se da cuenta de que no sabe. Y, además, no entiende siquiera de qué está discutiendo cuando discute. Yo no quiero ofenderle, pero es algo patente cuando se leen sus comentarios.
Todo esto es evidente para cualquiera que sabe algo de Teología o, al menos, tiene en buen estado el sensus fidei. Que usted no lo vea indica que a) tiene estropeado el sensus fidei, supongo que de tanto ver la televisión y leer a teólogos heterodoxos como Pikaza, y b) que lo que tiene que hacer es aprender y no pretender enseñar sobre cosas que no entiende (algo que es una temeridad, especialmente grave en materia de fe). No hay peor ciego que el que no quiere ver.
"Y reto a que me presente (con numerales en mano) qué principios de la moral católica se ha negado en AL y en FS"
Lo siento, he publicado muchos artículos sobre ese tema. Léalos y aprenda algo, si puede. Como comprenderá, no voy a escribirle más artículos solo para usted en los comentarios, especialmente con los malos modos que trae siempre y su rechazo frontal a aprender cualquier cosa. Bastante he hecho mostrándole con paciencia que lo que ha dicho en los comentarios anteriores era contrario a la teología más elemental.
Dios le bendiga.
disparatado es acusarme de decir que los papas no se equivocan nunca, puede revisar mis comentarios y no encontrará esa frase en ninguna parte, una prueba más de sus conclusiones alejadas de la realidad.
Además, usted se jacta de ser un conocedor de la doctrina, pero revisemos y no encuentro ni una sola cita del Magisterio ni de Biblia en sus comentarios, nada, solamente su propio pensamiento y opiniones, por lo cual no tiene sentido conversar con alguien que no presenta argumentos más allá de su propio pensamiento y jactancia.
Y sí, he leido algunos de sus artículos, lo mismo de esto, sólo opiniones. Como la mayoría de los comentarios pobres que apoyan sus escritos, y si de malos modos hablamos, ahí están los mejores ejemplos, que van desde sarcasmos hasta burlas hacia el Magisterio, y un sentimiento de superioridad en conocimientos que no demuestra con ningún argumento.
Bendiciones.
Ahora leo esto recuerdo aquello, y me quedo pensando, por ejemplo, en los católicos que conozco y lo que me dicen cuando les pregunto sobre la presencia real en la Eucaristía.
Los europeos estamos en general inmersos en lo que Max Weber llamó "el desencantamiento del mundo".
Y encima el Señor después dando a entender que seguirlo porque se ha comido y se ha bebido es no haber entendido nada, y escondiéndose cuando vienen a convertirlo en el gran Rey Repartidor.
Saludos cordiales.
Pensar lo contrario me parece todo lo contrario de lo simple y lo sencillo. No sé, capaz que con los números complejos, pero seguramente que no, tampoco. O alguna teoría cuántica de último momento, sencilla como todas ellas, sin duda.
Saludos cordiales.
Eso se puede explicar por creación ex nihilo de nueva materia, transmutación de la materia del pan original, o traslado de materia desde alguna otra parte. Cualquiera de las tres posibilidades está disponible para la Omnipotencia divina.
En el texto evangélico parece imponerse cierta división, porque Jesús va partiendo el pan y lo va dando a los Apóstoles y la gente.
Saludos cordiales.
Supongo que al hablar a la FAO tenía que hacer hincapié en lo de compartir. Para eso hay otros evangelios más afortunados: tuve hambre y me disteis de comer, o del libro de los hechos: lo tenían todo en común y ninguno pasaba necesidad. O simplemente: darles vosotros de comer sin hablar del milagro.
En inglés el Papa León es the Pope Leo (pronunciado Lío) esperemos que no sea el lío del que hablaba el Papa Francisco...
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