¿Ha pasado el tiempo de la parroquia territorial?
Desde hace tiempo, en los países occidentales el modelo parroquial ha cambiado sustancialmente. Quizá no en cuanto a la normativa, pero indudablemente en la práctica.
Antiguamente, lo habitual era que cada persona acudiera principalmente a la parroquia que le correspondía y en ella transcurriese el grueso de su vida cristiana. Si se mudaba a otro domicilio, cambiaba su parroquia territorial y a partir de entonces esa era su parroquia a todos los efectos, aunque pudiese asistir puntualmente a otros lugares de culto. La definición teórica y también práctica de la parroquia era territorial.
Ahora, en cambio, al menos en las ciudades, pero cada vez más fuera de ellas, a efectos prácticos la parroquia ha dejado ser territorial. Tu parroquia es donde vayas habitualmente y no la que corresponda territorialmente a tu casa. Cada uno elige dónde quiere asistir por criterios muy variados.
El primer impulso en ese sentido lo dio el éxodo rural. Lógicamente, en las ciudades hay muchas más opciones cercanas de templos, capillas o casas religiosas entre las que se puede elegir de acuerdo con los propios gustos, lo bien que predica un párroco u otro, etc., mientras que, en los pueblos pequeños, suele haber que contentarse con la parroquia local (aunque esto también ha cambiado con la facilidad de trasladarse de un sitio a otro).
La gran transformación del modelo parroquial, sin embargo, se ha producido en las últimas décadas y es un cambio mucho más significativo porque se debe a que lo que se predica en las distintas parroquias y lugares de culto ha dejado de ser lo mismo. En una parroquia se puede escuchar la doctrina apostólica sobre la resurrección y en otra que Cristo resucitó en el corazón de los discípulos y que su cuerpo se pudrió en el sepulcro. En una homilía el predicador dirá que solo Cristo puede salvar y fuera de la Iglesia no hay salvación y otro que todas las religiones llevan igualmente a Dios y lo importante es ser fiel a las propias convicciones.
En resumen, en algunas parroquias católicas la fe que se vive es la católica y en otras no, por muy absurda que sea esta situación. Ante este hecho, es normal que los fieles vayan a donde encuentran lo que quieren: unos quieren mundanidad políticamente correcta y van a parroquias donde eso es lo que se predica; otros quieren la fe católica y buscan parroquias que sigan siendo católicas (además, por supuesto, de otros criterios relacionados, porque dentro de esos dos grandes campos hay toda una compleja gama de preferencias, sensibilidades y consideraciones prudenciales).
Esta última transformación de las parroquias hace que la extraterritorialidad sea inevitable, digan lo que digan las normas canónicas. Cuando las preferencias eran simplemente relativas a cuestiones secundarias, era posible decirles a los laicos que se aguantaran con el párroco que les hubiera tocado, porque lo esencial era lo mismo. Ahora eso ya no es verdad y la táctica de aguantar a menudo no funciona. En efecto, antes o después, la situación de un fiel que cree en una parroquia en la que no se cree se hace insostenible. Al revés, un fiel que no cree se irá sintiendo más y más a disgusto en parroquias en las que se predica íntegramente el catolicismo y terminará marchándose, generalmente armando un escándalo o echando pestes de los curas.
Algo parecido sucede con los diversos movimientos y asociaciones eclesiales. De algún modo, estos grupos proporcionan un entorno pacífico para vivir la fe a los fieles que los integran, porque, a diferencia de lo que sucede con las parroquias, con ellos sabes lo que te vas a encontrar, para bien o, en algunos casos, para mal. En cambio, parroquias las hay de todos los colores y es perfectamente posible acudir a una y encontrarse a un cura celebrando con rosquillas o escuchar el Imagine de John Lennon durante el padrenuestro.
Los obispos, que conocen perfectamente esta situación, pero a menudo no pueden, no quieren o no se atreven a solucionar el problema de fondo, tienden a preferir la solución que permite ir tirando tal como estamos: que cada uno vaya a donde se sienta más a gusto y así no proteste. Con esto no se soluciona el problema, sino que se agrava más y más, en un cisma de facto que, por ejemplo en Alemania y los países cercanos, está a punto de estallar.
Desgraciadamente, la decadencia de la pertenencia territorial a las parroquias es un mero síntoma o quizá un parche puesto en la herida de un problema mucho más profundo, que no se puede solucionar con normas canónicas, sino con una vuelta de todos a la única fe común de la Iglesia. Dios nos lo conceda.
35 comentarios
Y en esas estamos, solo somos parroquianos en el caso extremo de que no nos quede otra, entonces sufrimos en silencio y ya está, pero si tienes alguna posibilidad prefieres moverte. Eso sí, en el caso que te toque un sacerdote-éste no era párroco-que a la hora de la homilia se saca el móvil del bolsillo y te pone una canción de Hakuna, te amarga el domingo por mucho que quieras pensar en otra cosa.
"dicen que por falta de "personal""
Me temo que la falta de sacerdotes no va a hacer más que empeorar. En prácticamente la totalidad de Europa y América va a ser necesario reducir las parroquias a la mitad y, después, a la mitad de la mitad. Los países que empezaron antes a ser modernos y avanzados ya lo han hecho, los demás se resisten aún, pero van a tener que hacer lo mismo. Es hora de cosechar los frutos de lo que se ha sembrado.
Allí no se plantean lo de la extraterritorialidad. Sencilla y llanamente la Iglesia está muriendo. Y con el obispo que les ha tocado, la muerte es segura.
En las ciudades la cosa es distinta. Puedes elegir a qué parroquia vas. Y de hecho, es de sentido común hacerlo si la parroquia en la que estás la lleva un colega de James Martin deseoso de bendecir a los del Orgullo.
"En las ciudades la cosa es distinta. Puedes elegir a qué parroquia vas. Y de hecho, es de sentido común hacerlo"
Claro, pero el hecho de que uno se vea obligado a hacerlo para huir de parroquias donde no se cree en la fe católica es síntoma de algo terrible y que no puede ser normal. Vivimos en una crisis brutal.
Es lo mismo que llevar 30 pueblos. Es imposible. Hay que elegir el pueblo que más tenga y fletar un autobús los domingos para que la gente vaya a la Iglesia. Sale más rentable. Otra cosa es saber qué va a hacer la Iglesia con esas propiedades. ¿Las mal venderán? ¿Las alquilarán buscando la independencia financiera?
PD: Gracias a Dios por el cardenal don Marcelo. De los pocos que aguantó el tipo en la hecatombe postconciliar. Por eso en Toledo sobran curas y es un seminario decente. Cosa que ya están cargándose. Imposible ir a rezar a una Iglesia histórica toledana sin que te cobren.
¿No sería mucho más inteligente cerrar esa iglesia y llevar al cura a otro sitio donde se le necesite más? ... Hay que elegir el pueblo que más tenga y fletar un autobús los domingos para que la gente vaya a la Iglesia?
Esas cosas habrá que hacerlas, más que nada porque no va a haber más remedio (en algunas zonas de Europa y América ya se hizo hace tiempo). Sin embargo, si nos limitamos a eso lo que estaremos haciendo es paliar los síntomas en lugar de curar la enfermedad. Es decir, estaremos gestionando lo mejor posible la desaparición práctica de la Iglesia en Occidente. Si no queremos que eso suceda, habrá que afrontar el problema principal, que es el abandono de la fe en gran parte de los católicos.
La alergia que da a los obispos la Misa de la Iglesia de tantos siglos y santos
He hablado con unos cuantos obispos españoles de ese tema y no les da alergia la Misa Trindentina por sí misma, sino el hecho de que creen a los que acuden a la Misa Tridentina les da alergia el Novus Ordo. Pero hablo solo de los españoles. No sé el resto.
Le oí al obispo Munilla en algun medio publico razones parecidas, que algunos amigos de la misa antigua podían tener sentimientos excluyentes hacia la misa moderna, o algo asi. Hay unos cuantos videos en youtuve que fulminan sus argumentos de forma incontestable. No cuela.
Estamos parecido al Sanchez, en la práctca legislando sentimientos. Alguna vez te referiste a algun obispo brasileiro tradicionalista que aducia que la liturgia oficial de la Iglesia latina es la misa moderna, por lo tanto es licita su preferencia.
Podian leer las estadisticas de la asistencia a la misa dominical antes y despues de la misa moderna en USA. Pero posiblimente ni les importe, porque están a escudriñar sentimientos, eso dicen, pero no cuela.
Entiendo que no es el asunto, pero bueno, para responder
Veremos lo que piensa el Papa.
- Bizantino
- Alejandrino (Copto, Ge'ez)
- Antioqueno (Maronita, Siríaco, Malankara)
- Armenio
- Caldeo
Ritos latinos:
- Mozárabe
- Ambrosiano
- Romano Vetus y Novus Ordo
Vetus Ordo cumple los requisitos de pertenencia a la Sagrada Tradición litúrgica
La Misa de Vetus Ordo, Misa Tridentina o Misal Romano la aprobó el Papa San Pío V (Decreto pontificio Quo Primum, 14 julio 1570)
Tal misa era forma normativa litúrgica del rito romano (Concilio de Trento), conservando el rito ambrosiano e hispánico por tener más de 200 años
Quo Primum tiene la cláusula que el misal no es modificado ni abrogado sin una autoridad equivalente, debía estar en USO "EN PERPETUO" para todos los sacerdotes latinos
Sufrió la grave modificación de Pascua con Pío XII (Maxima Redemptionis, 1951), momento precursor de las reformas del Concilio Vaticano II
El motu proprio Summorum Pontificum (Benedicto XVI, 7 julio 2007): la Misa Tridentina NUNCA FUE ABROGADA jurídicamente, es forma extraordinaria del rito romano junto con Novus Ordo, que sí puede ser todo derogado y sustituido al carecer de Tradición, sólo se basa en Sacrosanctum Concilium (CEVII, 1963) y el hacer de Bugnini-Pablo VI (Constitución Apostólica Missale Romanum, 3 abril 1969)
Yo ya estoy dispuesta a morirme sin volver a una misa de Rito Tridentino, pero es que además me exigen que renuncie también a ningún tipo de canon, de modo y manera que me ajuste a las extravagancias y peculiaridades de todos los sacerdotes creativos que hay en Occidente. Sin que el concilio dijera nada contra el antiguo confiteor (yo confieso) se escucha sorpresivamente de Pascuas a Ramos; el Credo Niceno lo mismo, las moniciones sustituyen a las oraciones o jaculatorias anteriores a la comunión, etc...de modo y manera que si la parroquia es nueva tienes que ir a escuchar lo que te digan venga o no a cuento. Cuando voy a mi pueblo, que tiene muy malas comunicaciones, ya sé lo que me espera porque el párroco tiene que atender a varias parroquias y el sacerdote es uno muy, pero muy creativo, de manera que, como he dicho, después del Evangelio de las vírgenes necias y prudentes, dijo desde el ambón que nosotros mismos sacáramos las conclusiones pertinentes y, para amenizarlas, se sacó del bolsillo el móvil y nos puso una música, que después llegué a la conclusión que era de Hakuna, o eso creo.
No sabía que una homilía pudiera ser sustituida por ninguna clase de música. Y parece que no hay autoridad alguna que regule este tipo de cosas, así que el Vetus Ordo, no solo por su solemnidad, sino por el hecho de que no admite tanta creatividad.
Esa situación ya existe: Canon 518. Como regla general, la parroquia ha de ser territorial, es decir, ha de comprender a todos los fieles de un territorio determinado; pero, donde convenga, se constituirán parroquias personales en razón del rito, de la lengua o de la nacionalidad de los fieles de un territorio, o incluso por otra determinada razón.
Tomando parte de la norma, "donde convenga se constituirán parroquias personales...incluso por otra determinada razón".
De hecho es lo que sucede y la inclusiva "otra determinada razón" ha resultado ser la coincidencia entre los fieles y algún sacerdote "normal", no quiero usar el término tradicional porque normal alcanza y sobra.
Misa diaria según el Libro, Sacramentos sin aditamentos administrativos, presencia personal del "vecino" cura, disponibilidad, todas esas pequeñas cosas que hacen que el fiel esté contenido y acompañado en la Fe.
La pregunta es, estimado Bruno, podremos recuperar la "normalidad" o es demasiado tarde...
Un poco niego la mayor: Me resulta dificil pensar que a aquellos que la fe les importa más bien poco cojan el coche para irse a otra parroquia extraterritorial.
Algunos si, es cierto, cogemos el coche y vamos donde hay aguas un poco más cristalinas. Si los señores obispos no quieren ejercer su autoridad y poner orden en las parroquias son los feligreses los que se buscan la vida yendo de allí para allá hasta encontrar un asentamiento más o menos digno.
Que vds. me perdonen, pero qué dificil se me hace escuchar en las homilias a los curas africanos, su acento, su manera de entender la misa, su no profundidad teologica... Me cuesta mucho y cuando no me queda mas remedio pues me los tengo que tragar... Sí tragar, porque elegir mejor es enemigo de lo bueno y Dios siempre quiere que aspiremos a lo mejor y más en materia litúrgica.
En definitiva, nuestras deportaciones espirituales, al menos yo así lo entiendo, tienen mucho que ver con la falta del ejercicio de autoridad de los señores obispos que permiten durante décadas un mal hacer por parte de algunos sacerdotes.
Luis Fernando: ¿a esos mismos obispos no les da alergia que a muchos fieles que van al Novus Ordo les dé alergia la liturgia que la Iglesia celebró durante la mayor parte de su existencia? El doble rasero es evidente.
No, porque como la liturgia oficial de la Iglesia es el Novus Ordo, es lícito su preferencia.
Asunto despachado fácilmente.
Cualquier profano podía indagar en feligreses y sacerdotes de la misa antigua y de la moderna y comprobar que se trata de dos teologías bastante diferentes.
Pero lo más fácil es legislar sentimientos al estilo Sánchez, eso sí, contra la parte más castigada y débil, como hace el mundo. Es un escándalo
Es una verdadera pandemia la Misa-show y, alguna vez, la Misa-carnaval con su música bailable y cutre. Presidida por sacerdotes o por obispos. Y es un problema mundial: se por todas partes. Y no digamos en toda América.
Se ha venido deslizando por la pendiente teológica de la Eucaristía "banquete" hasta terminar en un "party".
Y la ideología, la inercia y la comodidad hacen casi imposible un cambio.
La misa nueva tiene muchos problemas. Cuando dicen "el Novus Ordo bien celebrado" nadie sabe a qué se están refiriendo. Porque para mi, el "Novus Ordo bien celebrado" es con cánticos en gregoriano, ad orientem y con la partes principales de la misa en latín, por ejemplo. ¿Donde encuentra uno eso? Para otro será otra cosa. Por eso hay tantas misas como curas. Además, a mí me perturba la comunión en la mano, desde pequeño. ¿Tengo que aceptar esa rueda de molino? No quiero ni monaguillas, ni Charos dando la comunión, ni originalidades. Quiero que no me perturben. Quiero lo que la Iglesia latina rezo durante siglos: el canon romano, el silencio, el latín, las oraciones al pie del altar, la octava de Pentecostés, la cruz de mayo, la Ascensión en jueves, las témporas, el "Lauda Sion", el gregoriano, el "ad orientem", la comunión de rodillas y en la boca sin estar acojonado de que te digan que te levantes y comulgues en la mano. Y eso no está en el Novus Ordo.
Que si, que en la misa está Cristo y existe transubstanciación. Pero el envoltorio de una y otra no es el mismo. Se puede argumentar que son "accidentes" que la sustancia es la misma. Pero, queridos, los accidentes afectan a la percepción que tenemos de la sustancia. No es lo mismo la misa de payasos (también existe transubstanciación) que la misa Novus Ordo "bien celebrada".
El problema es que nos quieren obligar a decir que la misa nueva es la misma que la antigua, que es la repanocha, que la reforma litúrgica fue fantástica y si no, estás en contra del concilio y creas división. La cabeza no me la puedo arrancar. Y no, no es una cuestión de gustos. Todo esto ya lo expuso Ratzinger siendo cardenal. Aunque con mucho más estilo y sabiduría que yo.
"Ser critico de la reforma litúrgica no es estar en contra del concilio". Benedicto XVI.
PD: Yo me crié en el Novus Ordo. Cuando fui acudiendo al Vetus de forma asidua, me sentí robado. Y una reforma (mínima) era necesaria. Pero es tal la ruptura que no la puedes seguir de primeras.
Es que la "misa banquete" es lo que transmite el Novus. Por eso Francisco en "Desiderio desideravi" no habla del sacrificio en la cruz al referirse de la misa. Habla de la última cena. Y la mayoría de católicos le dirá lo mismo. Ha calad ese mensaje. Por algo será.
Nunca entendí y sigo así, ese debate o toma de posición sobre los Ritos, el Ordinario y el Extraordinario, que se sembró oportunamente o inoportunamente y que ha dado tantos frutos, sobre todo en la "Unidad de la Iglesia"...
La pregunta es: Cristo en oportunidad del Canon o de la Plegaria Eucarística, en la Consagración, se hace presente en ambos ritos o "elige" uno de ellos...
Cómo la ves...
Es q no falla tú q conviertes en política hasta hacer uso del papel higiénico, acusando a otros de eso. Eres como Tito Sanchez acusado a otros de corruptos.
No acabo de entender el afán de un tipo abiertamente anticatólico y con evidentes carencias teológicas en opinar sobre cuestiones religiosas q manifiestamente ignora. Tienes algún amigo q no sea imaginario?
Nosotros nos desplazamos 26 Kms.para acudir a una parroquia de sólida doctrina, que mima la Liturgia y tiene una vida juvenil asombrosa.
Si vives en un secarral es normal que busques pastos verdes.
Y el problema de las parroquias no es sólo su adhesión a la fe verdadera, también es a la celebración de su liturgia, con diferentes canones, homilías repetitivas o "sine fine" y preparación diarias, en que a veces sólo se repite lo leído en las lecturas, moniciones y emociones varias, etc.
En el rito secular de la celebración de la misa antevaticana, el sacerdote podía tardar un poco más o menos, pero había solemnidad y recogimiento, silencio y saber a qué atenerse.
Todo ayudaba a la oración (¡ah, y era pecado venial hablar en la Iglesia, con lo que se ponía límite al afán parlador de féminas y féminos que ahora abunda por todas partes!) Ahora -aunque no todo, por supuesto- hay mucho totum revolutum y se olvida frecuentemente que el ruido no ayuda a acercarse a Dios ni a la reflexión ("non in commotine Deus").
Las parroquias y los templos (Constantino, político, fue el primero en hacer templos públicos cristianos) forman parte de ese modelo que sin apoyo gubernamental, deviene obsoleto.
Vamos hacia una nueva configuración (si se me permite el término informático) de la Iglesia. Que va a seguir siendo esencialmente igual a la de Pentecostés, pero va a dejar mucho lastre en el camino.
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