La protohomilía perdida

A lo largo de los siglos y a través de las edades, se han escrito numerosos tratados de homilética y oratoria con el laudable fin de ayudar a los sacerdotes a componer sus sermones dominicales. No cabe duda de que estos voluminosos y completos tratados han resultado muy útiles a incontables clérigos a la hora de sostener muebles cojos y encender chimeneas en las largas noches de invierno. No obstante, a pesar de ese carácter a la vez práctico y versátil, común a tantos libros de temas eclesiásticos, se percibe en los tratados modernos una carencia fundamental. Unum eis deest, una cosa les falta: la protohomilía.

Como sabrán los lectores, la protohomilía es un texto de venerable antigüedad que, según diversas tradiciones, establecía a grandes rasgos lo que debía decir cada sacerdote la primera vez que predicase, antes que todas las demás homilías que ese mismo clérigo pronunciaría después durante su vida, porque era absolutamente necesario para que esas homilías posteriores sirvieran de algo. Así se encauzaba bien su labor homilética desde el principio, siguiendo la vía marcada por sus sabios predecesores. A pesar del carácter excepcional y primigenio de la protohomilía, esta podía y debía repetirse posteriormente de vez en cuando, cuando el sacerdote fuera trasladado de parroquia, por ejemplo, o para refrescar su mensaje fundamental en la mente de los feligreses.

Desgraciadamente, la protohomilía, que se ha atribuido a diversos santos Padres y Doctores de la Iglesia, se perdió durante las invasiones bárbaras, persas y musulmanas tanto en Oriente como en Occidente y solo muy recientemente ha sido recuperada, merced a la labor infatigable de sesudos investigadores con los palimpsestos maronitas del lago Baikal. El blog Espada de Doble Filo se complace en ofrecer a los lectores la primera traducción (provisional) al español de este texto, realizada desde el nabateo occidental.

………………….

Mis muy queridos parroquianos, ya sabéis lo mucho que os quiero. Y porque os quiero mucho y apoyándome en ese amor que os tengo, me parece oportuno deciros hoy algo importante y que conviene que sepáis: sois los más tontos de todos los hombres. Así es, los más tontos. Con todas las letras. No os escandalicéis, que solo estoy citando, algo libremente, a San Pablo.

¿A qué me refiero al llamaros tontos? A lo que acabo de ver con mis propios ojos hace unos momentos. Se han leído, desde este mismo ambón, una lectura del Antiguo Testamento, un salmo, otra lectura del Nuevo Testamento y un Evangelio. ¿Y qué habéis hecho vosotros mientras tanto? Según los casos (porque, tengo que deciros en confianza que, desde este ambón, se ve todo lo que hacéis y pensáis), unos os dedicabais a pensar en tonterías, otros parecíais empeñados en sacar brillo a los bancos removiendo vuestras respetables posaderas y los más, en fin, imitabais con gran éxito a una almeja de las profundidades del Mediterráneo, abriendo y cerrando la boca a intervalos y logrando reducir prácticamente a cero la actividad de vuestras neuronas.

Diréis: ¡bueno, pues lo normal en Misa! Así es, y ahí precisamente está el problema: no os enteráis de nada. Habréis visto que, al terminar de proclamar el Evangelio, he besado el evangeliario, con estos castos labios que nunca besaron a otra mujer que a aquella que me dio la vida. Quizá pensáis que tengo por costumbre besar todo lo que leo, desde el periódico del día a la caja de cereales del desayuno. ¡No es así! Si beso el evangeliario es porque estoy venerando la voz que viene del cielo y hace temblar la tierra, que es como el estruendo de las aguas y el sonido de trompetas, la voz del Altísimo, del mismo Dios. La única voz que de verdad merece la pena escuchar en la vida.

Los hombres de todas las épocas han deseado conocer a Dios y escucharle. Tantísimos han preguntado, gimiendo: ¿por qué calla?, ¿por qué el Creador del universo guarda silencio? Y de entre todos esos millones que no alcanzaron a oír la voz de Dios, tú, que tienes la oportunidad de escuchar su Palabra cada domingo, te dedicas a quién sabe qué en vez de a escucharle. Simplemente porque sí, porque no te apetece, por aburrimiento. Mis ovejas conocen mi voz, dice el Señor, pero tú no la conoces, porque no la escuchas. ¿Qué conclusión podemos sacar? Me temo que la única conclusión posible es que, a pesar de las apariencias, no eres de una sus ovejas, sino más bien de los cabritos, con perdón, que cojean hacia la izquierda con lamentables consecuencias. Estás aquí, pero como si no estuvieras. Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí.

Como hijos mimados y egoístas, os aprovecháis de que el Señor os habla bajito y con cariño para no asustaros, como en aquella brisa suave que escuchó el profeta Elías. Si no fuera por esta ternura y moderación que muestra con vosotros, la voz eterna, infinita e inefable del Señor arrancaría la carne de vuestros huesos: la voz del Señor descuaja los cedros, la voz del Señor lanza llamas de fuego, la voz del Señor retuerce los robles. A veces pienso que quizá vendría bien un poco de descuajamiento, retorcimiento y llamas de fuego para que despertarais de una vez. Estáis oyendo al León de Judá y reaccionáis como si fuera un gatito maullando; en su boca hay una espada de doble filo que corta hasta lo más profundo de vuestra alma y vosotros, en lugar de estremeceros, no hacéis más que pensar en fútbol o en el aperitivo que vais a tomar al salir. ¿Y os parece exagerado que os llame tontos?

Soy cura viejo y, después de tantos años, ya nos conocemos bien: os quejáis constantemente de vuestros problemas y vuestros diversos sufrimientos, de que no entendéis por qué os sucede esto o lo otro, de que no sabéis qué hacer con vuestros hijos, vuestra mujer o vuestro marido, de que siempre caéis en los mismos pecados y no sois capaces de cambiar… y cuando el Señor se digna hablaros de todas esas cosas (porque ¿de qué creéis que os está hablando en las lecturas?) simplemente no escucháis. ¡No escucháis! Sordos como piedras. Claro que sufrís como animales y vivís como pobres paganos. ¿Cómo no vais a sufrir? Tenéis a vuestra disposición al único Médico de las almas, al tres veces Santo y fuente de toda santidad, al que regala a manos llenas la vida eterna… y no os da la gana escucharle. ¿Qué más queréis que haga Dios? ¿Qué más? No es ya que seáis malos, mis queridísimos hijos, es que sois rematadamente tontos.

Imaginad que San Juan hubiera estado en el Calvario distraído como vosotros y, cuando nuestro Señor le encomendó como madre a nuestra Señora, no se hubiera enterado de nada, muy ocupado en pensar en las musarañas. ¡Hoy no sabríamos que la Virgen Santísima es nuestra Madre ni que podemos encomendarnos siempre a ella! Quizá ni siquiera tendríamos el consuelo de rezar el avemaría, el rosario o el ángelus. Y para que esa terrible y tristísima ignorancia hubiera caído sobre la Iglesia, habría bastado que San Juan hubiera hecho durante unos instantes lo que vosotros hacéis todos los domingos desde que entráis por esa puerta: dejar que las palabras de Cristo entren por un oído y salgan por otro. Si San Dimas no hubiera estado atento a las palabras del Señor en la Cruz, en vez de ser el primer santo canonizado y de estar en el Paraíso como Jesús le prometió, hoy solo sería un bandido más, muerto en su pecado sin esperanza ni salvación. ¿Quién sabe si Dios ha querido decirte alguna vez a ti en las lecturas la palabras de salvación que escuchó San Dimas y tú te las has perdido por no escuchar? Te las has perdido. Sigues enfangado en tus mezquinos, aburridos y repetitivos pecados porque te las has perdido. La vida eterna, la felicidad y la salvación llamaron a tu puerta y tú no abriste porque estabas pensando en las musarañas.

Si tenéis que elegir entre escuchar las lecturas y escucharme a mí en la homilía, no lo dudéis y escuchad las lecturas. Eso es lo que importa. Ya me conocéis y sabéis que yo, generalmente, no digo más que tonterías. Escuchad mejor al Señor que al siervo, al Maestro que al discípulo, a Dios que al hombre. Si podéis, escuchad ambas cosas y veréis que yo intento torpe y brevemente ayudar a que comprendáis lo mejor posible la Palabra de Dios. Ojalá sirva de algo, pero lo importante, siempre, siempre, siempre, es la Palabra de Dios y no mi explicación.

Tened en cuenta que no es una simple lectura piadosa. En la Santa Misa, la Palabra de Dios se proclama con autoridad y poder, con gloria y majestad, de modo que sanará lo que está herido, arreglará lo que está roto en mil pedazos, dará vida a los muertos y recreará lo que humanamente ya no tiene solución. Del mismo modo que, al principio de los tiempos, Dios dijo que sea la luz y la luz fue, que haya lumbreras en el cielo, y el sol y la luna fueron creados, su Palabra recreará vuestra alma según su voluntad. Del mismo modo que el Señor dijo toma tu camilla y vete y tus pecados quedan perdonados, su Palabra proclamada hoy, si la acogéis con fe, realizará milagros en vuestra vida, os hará santos y agradables a sus ojos. Pensad en San Antonio abad, el gran padre del monacato oriental, que se convirtió al escuchar una frase del Evangelio en la Iglesia: si quieres ser perfecto, vende lo que tienes y dáselo a los pobres; luego ven, sígueme, y tendrás un tesoro en el cielo. Solo le hizo falta una frase, porque era el Altísimo quien hablaba, para que lo dejara todo y dedicara su vida a la oración, la penitencia y a la alabanza de Dios, una vida en la que le seguirían innumerables monjes más tarde.

Dios sabe lo que puede haceros felices. Es el único que lo sabe, porque fue Él quien os creó y os conoce infinitamente mejor que vosotros mismos. Si no queréis escuchar lo que tiene que deciros, entonces no hay duda de que sois los más tontos de todos los hombres. Más tontos que Esaú, que vendió su primogenitura por un plato de lentejas; más tontos que el Mal Ladrón, que tuvo a su lado la salvación eterna y prefirió la condenación; más tontos que el faraón, que necesitó diez plagas antes de enterarse de que las cosas no iban del todo bien; más tontos que Judas, que no escuchó a Jesús llamándole “amigo” cuando todavía podía arrepentirse de su traición; más tontos, en definitiva, que todos los tontos que en el mundo han sido.

Muchos de vosotros lleváis años, décadas o toda vuestra vida haciendo oídos sordos a Dios. ¿De quién es la culpa? Desgraciadamente, tengo que reconocer que ante todo mía. Por respetos humanos y por miedo a señalar en público vuestra testarudez, no os he explicado lo suficiente estas cosas con la claridad necesaria, a pesar de que necesitabais desesperadamente conocerlas. Sin duda pagaré mi negligencia con largos años de purgatorio, pero, en cualquier caso, ahora ya lo sabéis. Dios quiere deciros algo y os habla en las lecturas. ¡El mismo Dios habla! ¿Quién será tan tonto como para no escuchar?

38 comentarios

  
CYM
Menos mal que has puesto lo del fútbol :)
06/09/21 5:52 PM
  
África Marteache
¡Por favor, CYM, se ve que no estás acostumbrado al nabateo occidental! Yo de ese idioma sé poco, pero conozco algo del arameo siriaco y sus cantos decían esto:
"De esas moradas suyas
bajarán los hijos de la luz
a gozarse en el mundo
en el que antes habían sido perseguidos.
Danzarán sobre la superficie del mar,
sin hundirse en él,
igual que no se hundía Simón
aún siendo roca.
¡Dichoso el que vea a sus seres queridos entre aquellos
que tienen sus asambleas aquí abajo,
y arriba, en el Paraíso, su cámara nupcial!"

Aunque siempre he oído que los nabateos eran más directos que los sirios y por eso, en vez de tocar la cítara, normalmente se arreglaban con un tambor para espabilar a los durmientes en las homilías.
06/09/21 6:27 PM
  
JSP
1. Pues los protestantes en la Misa no deben entender muy bien la Palabra en nabateo occidental traducido en las protohomilías y homilías. Y menos una lectura del Antiguo Testamento, un Salmo, otra lectura del Nuevo Testamento y un Evangelio.
2. Y digo yo que ¿cómo un sordo de nacimiento tendrá fe, y un mudo o un sordomudo?
3. Porque el Logos «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»
06/09/21 8:17 PM
  
JSP
4. ¿No será que solamente en la Santa Misa católica mediante la función sacramental del sacerdote consagrado se conjuga el Verbo de Dios?
5. ¿No será que solamente en la Santa Misa católica se da la Presencia Real de Jesucristo en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad?
6. ¿No será que solamente en la Santa Misa católica se da la realidad del valor intrínseco del Sacramento y Sacrificio Eucarístico con independencia de la presencia del pueblo para que vean los ciegos, escuchen los sordos, hablen los mudos y anden los paralíticos?
7. ¿Estarán presentes los valores dogmáticos esenciales de la Santa Misa en las protohomilías y en las homilías, sobre todo, en los espacios reservados a la creatividad por la reforma litúrgica? Pues, un santo cura nos dice: «En la oración hecha debidamente, se funden las penas como la nieve ante el sol»; «Todas las buenas obras juntas no son de igual valor que el Sacrificio de la Misa porque ellas son las obras del hombre, y la Santa Misa es la obra de Dios» y que para celebrar y predicar bien dormir todos los días en colchón de madera...
06/09/21 8:31 PM
  
hornero (Argentina)
Quizás, las Homilías hayan perdido hoy interés, salvo casos. Porque la sabiduría se ha oscurecido en Pastores y en Sacerdotes. Están llamados a iluminar la Iglesia y la tierra, pero la llama de sus santuarios interiores apenas si parpadea.

En espera de que hable otra Lengua, reconozcamos nuestra insolvencia para hablar a nuestros hermanos acerca de la Verdad.

¿Hemos pensado que el idioma del Espíritu supera a toda lengua humana?

“La palabra de Dios es viva, eficaz y tajante, más que una espada de dos filos, y penetra hasta la división del alma y del espíritu, hasta las coyunturas y la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Heb 4, 12).

“Iban allí, donde el Espíritu los impelía” (Ez 1, 12 – cita de S. L. de Montfort, Trat. de la V. Devoción a la Sma. Virgen).
“Enviad este Espíritu todo de fuego a la tierra, para crear en ella sacerdotes de fuego, por cuyo ministerio sea renovada la faz de la tierra y vuestra Iglesia reformada” ( Id. -Oración por los misioneros de María).

No contamos con el número ingente de misioneros necesarios para Evangelizar a nuestros casi ocho mil millones de hermanos; tampoco con el dominio de tantas lenguas y culturas. Mas, el Espíritu habla a todo hombre en su propia lengua (cf. Hechos 2, 8).

Lleguemos a los lugares que nuestros pies ni recursos humanos pueden alcanzar; circundemos la tierra con nuestro espíritu proclamando el Evangelio.
La Aurora de María lo hace posible.



06/09/21 10:54 PM
  
hornero (Argentina)
Quizás, las Homilías hayan perdido hoy interés, salvo casos. Porque la sabiduría se ha oscurecido en Pastores y en Sacerdotes. Están llamados a iluminar la Iglesia y la tierra, pero la llama de sus santuarios apenas si parpadea.

En espera de que hable otra Lengua, reconozcamos nuestra insolvencia para hablar a nuestros hermanos acerca de la Verdad.

¿Hemos pensado que el idioma del Espíritu supera a toda lengua humana?

“La palabra de Dios es viva, eficaz y tajante, más que una espada de dos filos, y penetra hasta la división del alma y del espíritu, hasta las coyunturas y la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Heb 4, 12).

“Iban allí, donde el Espíritu los impelía” (Ez 1, 12 – cita de S. L. de Montfort, Trat. de la V. Devoción a la Sma. Virgen).
“Enviad este Espíritu todo de fuego a la tierra, para crear en ella sacerdotes de fuego, por cuyo ministerio sea renovada la faz de la tierra y vuestra Iglesia refirmada” ( Id. -Oración por los misioneros de María).

No contamos con el número ingente de misioneros necesarios para Evangelizar a nuestros casi ocho mil millones de hermanos; tampoco con el dominio de tantas lenguas y culturas. Mas, el Espíritu habla a todo hombre en su propia lengua (cf. Hechos 2, 8).

Lleguemos a los lugares que nuestros pies ni recursos humanos pueden alcanzar; circundemos la tierra con nuestro espíritu proclamando el Evangelio.
La Aurora de María lo hace posible.




06/09/21 10:56 PM
  
JSP
Y algunos son tan tontos que cuando reforman la liturgia romana a la Palabra de Dios la llaman "narración"...

vatican.va/roman_curia/congregations/ccdds/documents/rc_con_ccdds_doc_20030317_ordinamento-messale_sp.html

79. Los principales elementos de que consta la Plegaria Eucarística pueden distinguirse de esta manera:

a) Acción de gracias (que se expresa especialmente en el Prefacio), en la cual el sacerdote, en nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da gracias por toda la obra de salvación o por algún aspecto particular de ella, de acuerdo con la índole del día, de la fiesta o del tiempo litúrgico.
b) Aclamación: con la cual toda la asamblea, uniéndose a los coros celestiales, canta el Santo. Esta aclamación, que es parte de la misma Plegaria Eucarística, es proclamada por todo el pueblo juntamente con el sacerdote.
c) Epíclesis: con la cual la Iglesia, por medio de invocaciones especiales, implora la fuerza del Espíritu Santo para que los dones ofrecidos por los hombres sean consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la Comunión sirva para la salvación de quienes van a participar en ella.
d) Narración de la institución y consagración: por las palabras y por las acciones de Cristo [¿será cosa de la traducción del nabateo occidental?] se lleva a cabo el sacrificio que el mismo Cristo instituyó en la última Cena, cuando ofreció su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y vino, y los dio a los Apóstoles para que comieran y bebieran, dejándoles el mandato de perpetuar el mismo misterio.
e) Anámnesis: por la cual la Iglesia, al cumplir el mandato que recibió de Cristo por medio de los Apóstoles, realiza el memorial del mismo Cristo, renovando principalmente su bienaventurada pasión, su gloriosa resurrección y su ascensión al cielo.
f) Oblación: por la cual, en este mismo memorial, la Iglesia, principalmente la que se encuentra congregada aquí y ahora, ofrece al Padre en el Espíritu Santo la víctima inmaculada. La Iglesia, por su parte, pretende que los fieles, no sólo ofrezcan la víctima inmaculada, sino que también aprendan a ofrecerse a sí mismos,[71] y día a día se perfeccionen, por la mediación de Cristo, en la unidad con Dios y entre ellos, para que finalmente, Dios sea todo en todos.[72]
g) Intercesiones: por las cuales se expresa que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia, tanto con la del cielo, como con la de la tierra; y que la oblación se ofrece por ella misma y por todos sus miembros, vivos y difuntos, llamados a participar de la redención y de la salvación adquiridas por el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
h) Doxología final: por la cual se expresa la glorificación de Dios, que es afirmada y concluida con la aclamación Amén del pueblo.
07/09/21 12:37 AM
  
Bruno
JSP:

"Y algunos son tan tontos que cuando reforman la liturgia romana a la Palabra de Dios la llaman "narración"..."

Hasta donde puedo ver, no llaman "narración" a la Palabra de Dios, sino que, simplemente, al hablar de la parte de la Misa en que se narra la Última Cena y la institución de la Eucaristía, se refieren a eso como narración de la institución ("El cual, la víspera de su Pasión, tomó pan en sus santas y venerables manos, y, elevando los ojos hacia ti, Dios, Padre suyo todopoderoso, dando gracias te bendijo..." y las versiones de las otras Plegarias). No creo que haya nada de raro ni ningún problema en ello.

De hecho, a mi juicio, precisamente lo que hace esa expresión ("narración de la institución y consagración") es distinguir la consagración del resto, algo que es litúrgica y teológicamente muy importante . Aunque las palabras de la consagración sean parte del relato o narración de la institución de la Eucaristía, esas palabras son especiales, no son simple narración.

A mi entender, conviene evitar una mentalidad que lo critica todo y no buscar tres pies al gato (o cinco, como dicen en América). Hay cosas criticables y otras que, la verdad, no lo son.
07/09/21 2:10 AM
  
JSP
1. Bruno, lo que hace el sacerdote ¿qué son unas "palabras y acciones" de Cristo del pasado?

324. Si después de la consagración o cuando toma la Comunión, el sacerdote advierte que no había sido vino lo que había vertido, sino agua, dejada ésta en un vaso, vierta en el cáliz vino y agua, y lo consagrará, diciendo la parte de la narración que corresponde a la consagración del cáliz, pero sin que sea obligado a consagrar de nuevo el pan.
2. La narración hace referencia a algo del pasado.
3. San Juan Crisóstomo: Si tocamos el punto de que el sacerdote es el que invoca al Espíritu Santo, el que celebra aquel sacrificio tan tremendo, el que continuamente toca a Dios con sus manos y el que tiene las llaves del cielo, ¿dime, por tu vida, dónde podremos colocar a este hombre? Reflexiona tú ahora un poco cómo deben ser aquellas manos que tocan cosas tan santas; cómo debe ser aquella lengua que pronuncia tales palabras y qué alma puede haber ni más pura ni más santa que aquella que he recibir a tal Espíritu: los ángeles en este acto asisten al sacerdote; las potestades celestiales llena el santuario, cercan el altar sagrado y contemplan extasiadas la sublimidad y grandeza del Señor; tal es el asombro que a todos nos deben causar también las cosas que allí se celebran.
Que no haya en adelante ningún Judas, ningún malo, ninguno infestado con veneno, o hablando con la boca de otras cosas o reteniendo en la mente otros pensamientos. Cristo está presente, y el mismo que preparó la mesa, ahora la adorna. Porque no es el hombre el que hace que las ofrendas lleguen a ser el cuerpo y la sangre de Cristo, sino el mismo Cristo, cruficicado por nosotros. El sacerdote asiste llenando la figura de Cristo, pronunciando aquellas palabras; pero la virtud y la gracia es de Dios. Este es mi cuerpo, dice. Esta palabra transforma las cosas ofrecidas, como aquella palabra: Creced y multiplicaos y llenad la tierra (Gen 1,28), aunque se dijo una sola vez, llena nuestra naturaleza de fuerza para procrear hijos, así esta palabra, habiendo sido dicha una sola vez, desde aquel tiempo hasta hoy y hasta la venida del Señor, obra en cada mesa en las iglesias el sacrificio perfecto.
07/09/21 5:54 AM
  
Ramón montaud
Bueno pues me lo había creído, me he reconocido tonto, porque a veces oia las lecturas pero no escuchaba, y en la homilía entendía que la misma iba dirigida a un público ausente por no estar en misa, más que a los presentes.
Después he dudado porque Nabatea era un lugar de paso y de caravanas , sobre todo la occidental, y no ha aparecido ningún camello en el texto.
Después al comentar el fútbol entendía que allí se inició muchos siglos antes que el fútbol de la era moderna.
Pero dudaba más cuando en un giro lingüístico habla el texto de política pasando de las ovejas (derecha), a la izquierda (cabritos), con lamentables consecuencias para los que cambian.
Pero en fin mi inteligencia ha quedado destrozada cuando esté artículo está archivado en la categoría de humor.
07/09/21 11:36 AM
  
África Marteache
¿Está archivado así? ¡Mecachis! No me había dado cuenta.
07/09/21 12:35 PM
  
Bruno
Ramón Montaud:

"Pero en fin mi inteligencia ha quedado destrozada cuando esté artículo está archivado en la categoría de humor"

Es que el artículo está contado con humor, pero no es solo humor. Todo lo que dice la homilía es cierto y es igualmente cierto que los sacerdotes deberían repetirla a menudo. Quizá dicho de otra forma, pero es algo que hay que decir una y otra vez, porque, de otro modo, de nada sirven las innumerables homilías que todos los católicos oyen.

"me he reconocido tonto, porque a veces oía las lecturas pero no escuchaba"

De eso se trata.

"en la homilía entendía que la misma iba dirigida a un público ausente por no estar en misa, más que a los presentes"

Eso es otro problema distinto, pero sin duda real. Desde el punto de vista del orador, hablar de cosas que solo afectan a los que no están es muy cómodo, porque nadie va a enfadarse. Al contrario, todo el mundo disfruta cuando se reparten golpes a otros.
07/09/21 2:18 PM
  
Bruno
JSP:

"Bruno, lo que hace el sacerdote ¿qué son unas "palabras y acciones" de Cristo del pasado?"

No solo, pero también. Es evidente para cualquiera que en la Consagración y alrededores se está narrando algo que sucedió. Basta leer sin prejuicios: "El cual, la víspera de su Pasión, tomó pan en sus santas y venerables manos, y, elevando los ojos hacia ti, Dios, Padre suyo todopoderoso, dando gracias te bendijo..."

Negarlo, como negar cualquier otra verdad, no lleva a nada bueno.

Y, como ya he señalado, en ese breve título que tanto le disgustaba, se hace perfectamente la distinción: "narración de la institución y consagración". Es evidente (para cualquiera que no esté sordo) que se está recordando algo del pasado ("narración") y además se está haciendo algo en el presente ("consagración"). Nada hay de raro en eso, ni por supuesto dice nada en su contra el texto citado del Crisóstomo.

A riesgo de ser pesado, repito que buscar tres pies al gato es contraproducente, especialmente cuando se hace para tratar de negar algo que evidentemente es cierto.
07/09/21 2:24 PM
  
JSP
Bruno,

1. Narrar puede ser de un hecho del pasado o algo ficticio.
2. Al contrario, faltaría más negar la realidad de la Presencia Real y Corporal. No es eso.
3. Es, ¿es el mismo sacrosanto Sacrificio del Jueves, o versiones del Martes, Santo o es otro? ¿Es la Cruz del Gólgota o es otro el que celebramos? Porque ¿qué pasado hay en el Verbo eterno? Un único Sacrificio perfecto y eterno del Hijo de Dios, no otro sacrificio distinto cronológico cada vez que celebramos.
07/09/21 2:54 PM
  
Bruno
JSP:

Francamente, no estoy seguro si lo dice en serio o en broma, porque no parece tener mucho sentido.

"Narrar puede ser de un hecho del pasado o algo ficticio"

A ese juego podemos jugar todos. Cuando uno dice sacrificio, ese sacrificio puede ser real o ficticio. Cuando uno dice consagración, esa consagración puede ser cierta o aparente. Etcétera. A cualquier palabra se le puede añadir algo que le cambie el sentido. Es un argumento absurdo. No hay la más mínima duda de que se refiere a narrar algo que sucedió. Además, se explica con absoluta claridad en la frase siguiente a lo que criticaba: "por las palabras y por las acciones de Cristo se lleva a cabo el sacrificio que el mismo Cristo instituyó en la última Cena, cuando ofreció su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y vino, y los dio a los Apóstoles para que comieran y bebieran, dejándoles el mandato de perpetuar el mismo misterio".

"¿es el mismo sacrosanto Sacrificio del Jueves, o versiones del Martes, Santo o es otro?"

Hasta donde puedo ver, esta pregunta carece de sentido.

"Porque ¿qué pasado hay en el Verbo eterno?"

El de su Encarnación, que tuvo lugar en un tiempo concreto y en una zona geográfica concreta.

"Un único Sacrificio perfecto y eterno del Hijo de Dios, no otro sacrificio distinto cronológico cada vez que celebramos"

Cierto, aunque no creo que tenga que ver con nada de lo que hemos dicho.
07/09/21 3:55 PM
  
hornero (Argentina)
Bien, ¡si sabrá María cómo se distraen los Pastores, sacerdotes y fieles cuando Ella predica la Palabra de Dios!

Es menester que una protohomilía actual tenga en cuenta las enseñanzas que nos deja la Virgen, sean las de La Salette, o la del triunfo de su Corazón Inmaculado en el mundo, que se les preste atención suma. Porque sin ellas, nadie puede entender lo que sucede en la Iglesia ni en el mundo.

La Virgen ha inaugurado, nos dice, “Mis nuevos tiempos”, los tiempos de María, cuya sustancia difiere de la de los tiempos del “hombre viejo”, del “mundo viejo”. La Aurora de María imprime en el acontecer actual la imagen del Misterio que transfigura la Creación bajo la potente Luz de la Gloria de Cristo que se aproxima al horizonte de la Iglesia, de la humanidad y de la Historia de la Salvación.

Los anuncios de María elevan como eminente, imperioso y urgente el examen de sus palabras por parte de Pastores y teólogos. Examen espiritual teológico-filosófico que debe echar luz sobre la real consistencia de cuanto sucede. Las reflexiones que no tengan en cuenta la dimensión profética del tiempo que vivimos, son insuficientes para un adecuado discernimiento.

Lo esencial del anuncio de María es el hecho de que la ETERNIDAD ha penetrado el tiempo del “hombre viejo”, abriendo una brecha inmensa de Luz. Brecha que acarrea todo un patrimonio de verdades esclarecidas por la Aurora. Nada añaden al Depósito de la Fe confiado por Cristo a la Iglesia, sino que ponen en acto verdades que estaban guardadas como Misterio. El desarrollo lento y trabajoso de los dogmas prueba los límites humanos de la Iglesia para desentrañas tales verdades.

El esfuerzo espiritual-intelectual que convoca a los Pastores y teólogos, es de una magnitud que supera las estimaciones humanas. Desemboca en el océano del Misterio Humano-Divino que ha asumido en Sí la Creación toda (Col 1, 17): “He aquí que hago todo nuevo” (Apoc 21, 5).



07/09/21 6:11 PM
  
Feri del Carpio Marek
La Palabra de Dios es más que un simple conjunto de ideas interesantes, misteriosas, reconfortantes, iluminadoras, o consoladoras, es la Segunda Persona de la Trinidad. En la misa antigua se lee, o se podría decir se reza el Prólogo del Evangelio de San Juan al final de la celebración. Pienso que vendría bien hacerlo, pero no al final, sino al comienzo, porque ahí se nos dice claramente qué es la Palabra de Dios, que está junto a Dios, y que ES Dios, que todas las cosas fueron hechas por medio de ella, y sin ella no se hizo nada de lo existe. En ella está la vida, y la vida es la luz de los hombres, y se hizo carne, y habitó entre nosotros. También se nos recuerda que vino a los suyos, y los suyos no la recibieron, y nos anima anunciándonos que a todos aquellos que la reciben, les da el poder de llegar a ser hijos de Dios.

Dicho de otra forma, el prólogo de San Juan es, además de Palabra de Dios, el contenido de esa protohomilía que necesitamos escuchar para abrir el oído a las lecturas que sean proclamadas. Si no es parte de la liturgia, no estaría demás meditarlo por cuenta propia antes de ir a la misa, para poder recibir la palabra que sí está en la liturgia.

La combinación de individualismo y racionalismo provenientes del protestantismo, al asesinar el espíritu de la liturgia, nos cierran a las maravillas que Dios puede obrar en quienes participan con un corazón bien dispuesto, en quienes reciben a la Palabra que viene a los suyos, y esas maravillas consisten nada menos en re-crearnos, hacernos una nueva creación, por la que podemos llegar a ser hijos de Dios, no solo llamarnos, sino serlo, hacernos semejantes a Dios, divinizarnos.

Es interesante que en la protohomilía se menciona a San Antonio Abad, que más que padre del monacato de oriente, se le considera padre del monacato en general, designando por padre del monacato oriental a San Basilio y del occidental a San Benito, pero eso es opinable y marginal. Lo que es interesante, es la manera como se proclama el Evangelio en la Iglesia Copta, la Iglesia de San Antonio, a parte de ser mucho más rica en rituales y reverencia para introducir la proclamación, al finalizarla, una especie de diácono (no sé exactamente el título que tiene) lleva el Evangeliario por cada uno de los fieles para que lo besen y adoren, es una experiencia única y conmovedora. Cuando se tiene en cuenta esto, se puede apreciar mejor de el papel que jugó la riqueza litúrgica para que esas palabras del Evangelio penetrasen el corazón del joven Antonio.

Notemos que nuestro Señor inicia sus enseñanzas sobre el Reino precisamente con la parábola que nos habla del poder de la Palabra, él se coloca como sembrador, y nos habla de las distintas clases de oyentes que podemos ser, y cuál es la clase de oyente que debemos ser: la tierra fértil, que significa el hombre que escucha la palabra y la comprende, la comprende como palabra de Dios que le está hablando a él en particular en ese momento.

También San Pedro nos explica bellamente el poder que tiene la Palabra de Dios en aquél que sabe escucharla, pues por su obediencia a la verdad, dice el Príncipe de los Apóstoles, se purifica para amar sinceramente a los demás como hermanos. La Palabra no solo tiene poder para purificar el corazón, sino de engendrar de nuevo, por un germen incorruptible que es precisamente esta Palabra de Dios, viva y eterna.

No es casualidad que Jesús se refiera a quien escucha la Palabra como tierra fértil. Tierra, hombre y humildad tienen el mismo origen en Latín, humus. La gracia de los sacramentos fertilizan la tierra del hombre humilde, y el Espíritu Santo, fuente de agua viva, llueve sobre ella para hacer germinar esa Palabra que ha sido sembrada, Palabra que es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón, como dice San Pablo a los Hebreos.

Que Dios nos conceda esta hambre y sed de Su Palabra, de la justicia que esta engendra en nuestras almas, del fruto que producen, que es gustar y ver cuán bueno es el Señor, contemplar Su Rostro y quedar radiantes. Escuchemos la invitación que nos hace el Buen Dios por boca del profeta Isaías:

¡Vengan a tomar agua todos los sedientos, y el que no tenga dinero, venga también! Coman gratuitamente su ración de trigo, y sin pagar, tomen vino y leche. ¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta y sus ganancias, en algo que no sacia? Háganme caso, y comerán buena comida, se deleitarán con sabrosos manjares. Presten atención y vengan a mí, escuchen bien y vivirán... ¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar! Que le malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos; que vuelva el Señor, y él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en perdonar. Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos –oráculo del Señor–. Como el cielo se alza por encima de la tierra, así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a los caminos y a los pensamientos de ustedes.

Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé.

Sí, ustedes saldrán gozosamente y serán conducidos en paz; al paso de ustedes, las montañas y las colinas prorrumpirán en gritos de alegría, y aplaudirán todos los árboles del campo. En lugar de zarzas brotarán cipreses, y mirtos en lugar de ortigas: esto dará al Señor un gran renombre, será una señal eterna, que no se borrará.
07/09/21 6:50 PM
  
Bruno
Feri del Carpio:

"la manera como se proclama el Evangelio en la Iglesia Copta, la Iglesia de San Antonio, a parte de ser mucho más rica en rituales y reverencia para introducir la proclamación, al finalizarla, una especie de diácono (no sé exactamente el título que tiene) lleva el Evangeliario por cada uno de los fieles para que lo besen y adoren, es una experiencia única y conmovedora. Cuando se tiene en cuenta esto, se puede apreciar mejor de el papel que jugó la riqueza litúrgica para que esas palabras del Evangelio penetrasen el corazón del joven Antonio"

Muy bueno.
07/09/21 11:22 PM
  
hornero (Argentina)
Las homilias hacen dormitar a los fieles porque son verdaderos somníferos.

El Espíritu que alienta a los fieles a concurrir a la Santa Misa los lleva a escuchar la Palabra de Dios, no las de una OGN, de las tantas que andan dispersas sin decir nada sustancial.

Las necesidades humanas y prácticas de los hombres son asunto específicos de los laicos; poco puede enseñar un sacerdote sobre estas cuestiones, salvo enseñar los principios cristianos que deben guiarlas. Y cuando se meten en terreno de laicos, resultan lo más aburrido.

Por esto viene la Virgen a hablarnos, a decirnos cosas que no se escuchan en las homilías ni en los documentos episcopales, salvo excepciones.

María es la Madre del Verbo Hecho Hombre, Madre de la Palabra de Dios, del Evangelio. Por ello la Iglesia le llama Primera Evangelizadora.

María unió en su seno la Palabra con la Humanidad que el Verbo recibió de Ella, por su Mediación necesaria, dispuesta por designio divino. Así, María es Madre de la Palabra, tanto como es Madre de Cristo, en unión de orden hipostático.

Tan absoluta es la identidad de María con Su Hijo, que su Palabra no es otra que la Palabra de Dios. María no habla un discurso propio, sino lo que el Hijo habla por medio de Ella.

Cometen torpeza de doctrina quienes subestiman las Palabras de María. Ignorancia más que frecuente hoy en la Iglesia.

Tal ignorancia urge colmarla con la Verdad, para esto viene y habla la Virgen. Porque hay un vacío extremo en la mente de los Pastores y teólogos, pretendiendo establecer distinción conceptual entre lo que la Virgen nos dice en sus Mensajes y lo que dice la Escritura. Que la presencia de María no sea un dogma, como lo es la Escritura, es algo relativo a la certeza que la Iglesia determina en un caso y en el otro. Pero nadie puede afirmar, sin grave error, que la Virgen diga algo que no es dicho por Dios.

Por eso, Jesús es explícito: “Quien rechaza a Mi Madre, a Mí me rechaza” (Mens. en S. Nicolás).

La confusión que sacude a la Iglesia, la incapacidad de su Jerarquía para iluminar la Verdad, el abandono de su misión de Madre y Maestra, se debe a su alejamiento progresivo de la Madre y Reina de la Iglesia. A su escándalo, fruto del orgullo, que no acepta la Conducción de La Mujer Vestida de Sol, que le indica el camino que hará posible la derrota del anti-cristo. Rechazan a María, como instancia inferior a la de Cristo; creen y afirman que sólo Cristo Conduce a la Iglesia, que sólo Él derrotará a la serpiente. Es un falso cristocentrismo que se aparta de Cristo, que pretende honrar a María de modo menguado, no como Conductora del ejército de las milicias angélicas, de bienaventurados y de hijos fieles de la tierra, que combate contra el anti-cristo, sino como de Auxiliar que nos ayuda a hacer lo que nosotros deseamos hacer.

Ignorancia que raya en la blasfemia. Negar a María el lugar eminente que ocupa en la Iglesia como Medianera, Corredentora y Cocreadora, esto es, Partícipe Necesaria en la Redención, y en la Segunda Creación, por la que Cristo asumió toda la Creación en Sí (Col 1, 17); “He aquí que hago todo nuevo” (Apoc 21, 5).




08/09/21 12:01 AM
  
Juan Mariner
No, el feligrés no es tonto del todo, el feligrés no está atento a las Lecturas porque ya piensa "en la que se le viene encima" con el sermón, que no le va a sacar de ningún apuro espiritual ni por asomo: no se le va a hablar de ningún asunto peliagudo para no enfadar a los poderosos de verdad (de la destrucción de la familia a todos los niveles, de la eutanasia o del aborto ni en sueños); de patrias y banderas; antes de pecados, después de ricos y pobres y ahora de ecología; de mucha teoría y de pocos casos prácticos...
08/09/21 10:21 AM
  
hornero (Argentina)
La NATIVIDAD DE MARÍA conduce a la Encarnación-Redención, a Cristo Rey del Universo, y por Él al triunfo del Corazón de María en el mundo.

Este acontecimiento extraordinario es la culminación de la Obra Medianera de María, por la cual Ella asesta el golpe final al demonio anti-cristo, y juntamente abre la puerta a la nueva Edad del Reino.

Hoy nos hallamos insertos en el tiempo que prepara el gran acontecimiento de la Victoria definitiva de María sobre la serpiente, y nos dispone a trabajar desde ya mismo en la edificación de ese Mundo Nuevo excelente que viene traído por la Aurora de María.

La Natividad de María es el inicio del camino que alcanza en Cristo su plenitud, el restablecimiento y sobre-elevación del orden original del hombre y de la Creación.

María es la Obra Maestra del Altísimo (S. L. de Montfort) puesta como Madre y Reina de todo lo creado, que ha de permitirnos trabajar bajo su Conducción en la obra inmensa de establecer en el tierra y en el universo todo el Nuevo Paraíso terrenal.





08/09/21 2:49 PM
  
Bruno
Juan Mariner:

"No, el feligrés no es tonto del todo, el feligrés no está atento a las Lecturas porque ya piensa "en la que se le viene encima" con el sermón"

Puede que el sermón sea muy malo, pero eso no quita que el feligrés sea tonto, porque el que se va a salvar o no, el que necesita entender su vida, el que está llamado a ser santo y el que solo puede encontrar su felicidad y el sentido de su vida en Dios es el feligrés y, si no consigue todo eso, muy pobre consuelo será echarle la culpa al cura. Y por muy malo que sea el cura, tiene las lecturas para escucharlas. Si no lo hace, es tonto.

Como dijo nuestro Señor: si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerían aunque resucitara un muerto.
08/09/21 3:41 PM
  
WALDEMIR GARCIA
Habrá curas hoy que vean desde el ambón lo que pensamos ?
08/09/21 4:29 PM
  
Bruno
Estimado Hornero:

Le ruego que haga lo posible por ceñirse al tema de cada artículo.
08/09/21 5:24 PM
  
hornero (Argentina)
Bruno: tiene razón. Olvidé el primer párrafo: Sugiero que las homilías de hoy hablen de la NATIVIDAD DE MARÍA.
08/09/21 7:10 PM
  
Pablo
Muy bueno Bruno. Divertido, pero muy verdadero.
Hay que dejar de estar en Misa como bancos inertes y empezar a abrir de veras el corazón. Para eso deberíamos prepararnos mejor parala misa, llegar antes y no "sobre la bocina", leer las lecturas en casa... y los sacerdotes también, ambas cosas... y además preparar al menos un poco la homilía.
09/09/21 3:39 AM
  
Makabusa
Yo quiero ese libro. ¿Cómo lo compro?
09/09/21 12:20 PM
  
Bruno
Makabusa:

"Yo quiero ese libro. ¿Cómo lo compro?"

No es fácil, porque primero habría que escribirlo.
09/09/21 5:39 PM
  
África Marteache
¡Pardiez, Makabusa! ¿A qué libro te refieres?. Este Bruno siempre quedándose con el personal a pesar de que hace todo lo posible para que se note. En el caso improbable que tal cosa apareciera, una protohomilía sería algo rarísimo porque en aquella época un sermón no se llamaba homilía, y quizás tampoco sermón, aunque el Sermón de la Montaña sigue llamándose así. En mi niñez se llamaba sermón y no recuerdo cuando comenzó a llamarse homilía porque lo de sermón sonaba a regañina y supongo que fue el Vaticano II el que cambió el nombre, tampoco el sacerdote se situaba en el ambón sino que subía al púlpito. Pero sospecho que en los primeros tiempos del Cristianismo, si tomamos el modelo de las sinagogas, lo más probable es que fuese una tarima desde dónde el sacerdote hablara comentando el Evangelio.
Los púlpitos desaparecieron antes que los confesionarios, de eso sí me acuerdo.
Es decir, púlpito es a sermón lo que ambón es a homilía.
09/09/21 11:29 PM
  
África Marteache
Alguien podría decir que el Sermón de la Montaña no fue en un templo y, por lo tanto no había ni púlpito ni ambón, pero la posición en la que se sitúa a Jesucristo, en las faldas del monte con los oyentes situados en el valle, recuerda más al púlpito que al ambón ya que el oyente tenía necesariamente que levantar la cabeza que para la escucha es mejor, sobre todo si el que habla es Magister. Cuadraba bien cuando el sacerdote era el Padre Ramón o Don Ramón, pero si le vas a llamar Ramón a secas es mejor que se baje del púlpito.
Todavía recuerdo cuando a mí, que fui maestra in illo tempore, me quitaron la tarima.
09/09/21 11:38 PM
  
Pablo
La idea de que un cura al cantar su primera Misa prepare una protohomilía que marque todo su ministerio y que repita en alguna ocasión ad hoc me parece estupenda. (Aunque Bruno haya encuadrado este post en humor... elegante)

Útil para los curas, desde luego, pero especialmente útil para el pueblo fiel ya que :

1) Si se trata de un cura de los buenos, de los fieles a Jesucristo, Dios. Hablará con claridad y sin tonillo de Dios bueno y de Dios justo. De recompensa y castigo. De lo que ofende a Dios (pecado) y de lo que agrada a Dios (amor). De los Novísimos, De La Biblia según la interpretación de la Iglesia. Y de que Dios nos ama tanto que ya nos quiere felices en este mundo por eso nos regala los Sacramentos, el Decálogo y la guía que es la Iglesia.

2) Si el sacerdote es de los regulares, de los funcionarios, hablará de buenismo, tó er mundo é güeno, Dios es tan bueno que todos se salvan, el -Infierno hay que entenderlo en su contexto histórico, lo importante son los pobres, luego de la ecología, de pon un inmigrante ilegal en tu casa ( no en la mía), de sinodalidad (la verdad por mayoría) de discernimiento ( hay que excrutar qué es pecado y qué no es pecado según cada caso, y cada bolsillo, aunque esto últtimo no lo dice) y por último unos horarios fijos e inmutables en que se abre la iglesia para la Misa, y si alguien quiere confesarse, que no es necesario porque Dios nos ama tanto que perdona todo, ya dará una absolución general a los presentes de vez en cuando al finalizar la misa.

La homilía o sermón se debe emplear en comentar y explicar las Lecturas de la Misa, la Festividad que se conmemora y excepcionalmente para comentar algún asunto del día de especial importancia o gravedad para los fieles. Como norma general el cura no debe hablar de lo que le apetezca o le inquiete a él (Sermón de S. José).

La idea me parece muy buena para que así los fieles desde el principio sepamos a qué atenernos y podamos escoger el tipo de sacerdote que nos enseñe o distorsione.

Gracias Bruno, me he reído mucho con lo del fútbol de los maronitas.
10/09/21 12:48 PM
  
hornero (Argentina)
María es la Alegría del Cielo y de la Creación. Quien se atreva a silenciarla, disminuirla o eludirla, blasfema contra Cristo y Su Madre.

María es la Palabra del Verbo, como Éste lo es del Padre, y el Espíritu Santo no habla sino por María.

No hay discurso ni obra humanos que tengan consistencia si no la fundan en María. Sin Ella, son vano palabrerío y humareda.

Quien no edifica con María, destruye; quien no proclama su Grandeza se aniquila a sí mismo.

El Cielo se inclina humilde ante su Madre y Reina, la glorifica y la sirve. Ante el Trono y Santuario de la Santísima Trinidad.

Pero, hay quienes entre nosotros ignoran estas verdades y se permiten ignorar o negar la Eminencia de María. Hasta llegan a concebir un Cristo sin María, esto es, un falso Cristo. A desafiar la Eminencia de María contraponiendo a Cristo.

El mismo Vicario de Cristo es ínfimo frente a María Madre de Dios.

Y hay cardenales, obispos, sacerdotes y fieles que se permiten hablar en nombre propio, de sus erudiciones, inteligencias y voluntades.

Estamos inmersos en María, el que lo niegue es más necio que si negara la gravitación universal. María Cocreadora es Partícipe Necesaria de la Nueva Creación asumida y sobreelevada por Cristo; esto es, los ángeles, hombres y cosmos.

La suerte de la humanidad y la de la Creación toda ha sido confiada por Cristo a Su Madre; POR ELLA LAS ADQUIRIÓ Y A ELLA LAS SUJETÓ COMO HIJO POR LA ETERNIDAD.

Ha llegado el momento de señalar la GRAVÍSIMA OMISIÓN contra María que padece la Iglesia. Al tiempo de la Misericordia ha de suceder el de la Justicia.





10/09/21 3:33 PM
  
Feri del Carpio Marek
Dios Padre nos dio una protohomilía muy breve, en el monte Tabor: «Este es mi hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección, escúchenlo.»

De hecho, se podría pensar en la misa como asomarse a cuatro montes distintos.

El primero es el monte Horeb, o Sinaí, que corresponde a los ritos iniciales de la misa: «Ve adonde está el pueblo y ordénales que se purifiquen hoy y mañana. Que laven su ropa y estén preparados para pasado mañana. Porque al tercer día el Señor descenderá sobre la montaña del Sinaí, a la vista de todo el pueblo.» (Ex 19,10-11) «Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud. No tendrás otros dioses delante de mí» (Ex 20,2-3) «Luego tomó el documento de la alianza y lo leyó delante del pueblo, el cual exclamó: "Estamos resueltos a poner en práctica y a obedecer todo lo que el Señor ha dicho". Entonces Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo: "Esta es la sangre de la alianza que ahora el Señor hace con ustedes, según lo establecido en estas cláusulas.» (Ex 24,7-8)

El segundo, que corresponde a la liturgia de la Palabra, el monte Tabor, donde se escucha la Ley (Moisés), los Profetas (Elías) y el Evangelio (Cristo), lo que nos prepara para el tercero, que es la pasión y muerte del Señor.

El tercero, que corresponde a la liturgia Eucarística, es el Calvario, donde se realiza el Sacrificio de nuestro Señor.

El cuarto, que corresponde al rito de comunión, es el monte Sión: «Ustedes se han acercado a la montaña de Sión, a la Ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, a una multitud de ángeles, a una fiesta solemne, a la asamblea de los primogénitos cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el Juez del universo, y a los espíritus de los justos que ya han llegado a la perfección, a Jesús, el mediador de la Nueva Alianza, y a la sangre purificadora que habla más elocuentemente que la de Abel.» (Hb 12,22-24) «Después vi al Cordero que estaba de pie sobre el monte Sión, acompañado de ciento cuarenta y cuatro mil elegidos, que tenían escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre. Oí entonces una voz que venía del cielo, semejante al estrépito de un torrente y al ruido de un fuerte trueno, y esa voz era como un concierto de arpas: los elegidos cantaban un canto nuevo delante del trono de Dios, y delante de los cuatro Seres Vivientes y de los Ancianos. Y nadie podía aprender este himno, sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra.» (Ap 14,1-3)
11/09/21 2:14 AM
  
Maria M.
Ahí está!!!!! Bravo!!!!. Esta homilia llama a las cosas por su nombre!!! Me ha encantado leerla!!! Muchos de los que decimos ser cristianos....lo que somos es Tontos de remate!!! Porque lo tenemos todo, al mismo Dios en Su Palabra y no nos enteramos.....Salvo excepciones, que Gracias a Dios.....sigue habiendo y habrá hijos de Dios que le Honran no solo con los labios, sino también de todo corazón!!!

11/09/21 2:49 PM
  
hornero (Argentina)
La Fiesta del Nombre de María me lleva a considerar algunas consecuencias teológico-filosóficas.

María, al concebir al Verbo en su seno virginal, concibe el Evangelio, Cristo, Palabra del Padre. Es el Proto-Evangelio, el Evangelio aún no nacido. Proto-Homilía por excelencia, que contiene todas las homilías posibles.

El Proto-Evangelio es anunciado por María a Isabel y a Juan, cuando la Visitación.

El Verbo, al Encarnarse de María, asumió necesariamente toda la creación, ángeles, hombres y cosmos. La Creación ha sido constituida como unidad ontológica, en tanto la multiplicidad de los seres creados se corresponden como partes necesarias de la totalidad.

No se trata de la unidad metafísica del ser en cuanto universal, sino de la unidad de los entes en su realidad de singulares. Por esto, Cristo al asumir la humanidad, asume necesariamente también a los ángeles como partes de la Creación.

De aquí que María es Medianera necesaria entre Cristo y los ángeles, y entre Cristo y los hombres. Nadie llega a Cristo sino por Mediación de María.

María al constituirse Madre de Dios, se constituye Madre de la Palabra en el orden hipostático. De aquí que el Nombre de María se corresponde de modo absoluto con la Palabra que se hizo Hombre-Dios en Ella.

El comentario no permite extenderse sobre una cuestión inconmensurable como ésta.




12/09/21 7:53 PM
  
hornero (Argentina)
María ha callado durante casi dos mil años. Ha hablado en La Salette para advertir a la Iglesia y a la humanidad del curso extraviado que siguen hacia el precipicio.

En Fátima ha iniciado su último y definitivo Discurso, su Homilía materna y regia que hace temblar al Cielo, a la tierra y a los infiernos.

Mas he aquí, que permanecen indiferentes, burlones, u hostiles, declarando la guerra del silencio al último empeño salvador que la Misericordia de Su Hijo nos dirige por Medio de Su Madre.

La hacen callar, eluden sus Palabras, miran despectivos hacia el mundo, simulan respetarla con saludos debidos a una cortesana, pero cierran las puertas de sus despachos ante la visita entrometida de esta Mujer que altera sus prudentes y optimistas relaciones con un mundo que no quieren ver desaparecer.

Porque este es el secreto designio de sus corazones, de su orgullo blasfemo: oponerse a la caída de la moderna Babilonia, sostenerse al borde del precipicio en espera de que sus esfuerzos logren barrer o por lo menos disimular los basurales y cloacas que se derraman por toda la superficie de la tierra.

¡Guerra al mundo, no! Si ha producido espléndidos frutos, confortables aposentos, deslumbrantes bienestares, amables y honrosas relaciones humanas, y un sinfín de triquiñuelas que nos remontan por los aires seguros de su aprobación, temida y admirada.

María continúa hablando, desgranando las cuentas de su Rosario en espera de ser escuchada. Su Luz crece por momentos, como Aurora que nos ofrece la sabiduría y alientos necesarios para combatir bajo su Conducción contra los intentos finales del anti-cristo.

Sí, habla y hablará con urgencia de Madre, ante el Misterio de la Misericordia y de la Justicia de Su Hijo.



13/09/21 9:40 AM
  
José Vidal Floriach

De una anáfora de la liturgia Griega

La Santa Cruz

Este día es un día de alegría. Al resucitar, Cristo hizo desaparecer la muerte; la vida aparece en todo su esplendor; Adán, saliendo de la tumba, dirige los coros con alegría; escuchemos también nuestros cánticos de victoria.
Ha llegado el día de adorar la preciosa Cruz; en este momento brilla con los rayos del Cristo Resucitado; venid todos a abrazarla, a cubrirla de besos con alegría espiritual.
Aparece ante mis ojos, Tu Cruz, Señor, cuya gloria es ilimitada; muéstrame tu belleza, tu divino resplandor; sé propicio a tu adorador, para que cante tus alabanzas dignamente; te hablo, te abrazo como a un ser lleno de vida.
El cielo y la tierra se unen en un mismo concierto; porque la Bendita Cruz ha sido exaltada ante ojos de todo el universo; fue sobre ella que Cristo clavado, fue inmolado; en el gozo de nuestro corazón honrémosla con nuestros besos.
El divino Moisés prefiguró tu Cruz, oh Cristo Dios, cuando dividió las aguas con su vara, guiando al pueblo de Israel a través del Mar Rojo y cantando el cántico del tránsito a tu gloria.
La Cruz que besamos hoy es la que representó Moisés con los brazos extendidos; por ella pusimos en fuga al Amalec espiritual; por ella también, Señor, obtenemos la salvación.
La alegría está hoy en el cielo y en la tierra; porque la señal de la cruz tres veces bienaventurada, ha sido revelada al mundo; su sola visión hace que una gracia eterna fluya sobre nosotros.
¿Cómo podremos reconocer, oh Cristo, la bendición que nos has otorgado al adorar tu cruz tan digna de homenaje, sobre la cual tu sangre divina fue derramada, tu carne quedó fijada con los clavos? Cubriéndola con nuestros besos te damos las gracias.
En este día consagrado a la adoración de tu Cruz, los Ángeles en coro tiemblan de alegría; porque en la Cruz, oh Cristo, has aplastado al ejército de los demonios y salvado a la raza humana.
La Iglesia se ha convertido en un segundo paraíso; ella posee el árbol de la vida, que fue la gloria del primero; es tu cruz, oh Señor! A través de su contacto nos hace partícipes de la inmortalidad.
El oráculo del salmista se cumple: Porque, he aquí que adoramos el estrado de tus pies inmaculados, venerando tu Cruz, este madero tan amado.
El madero que Jeremías vio puesto en tu pan por los enemigos, es tu Cruz, ¡oh Señor misericordioso! Lo cubrimos de besos, celebramos tus cadenas y tu sepulcro, la lanza y los clavos.
En este día exhalan los perfumes más dulces las divinas túnicas; la Cruz está inundada de un bálsamo de vida; inhalemos el olor celestial que difunde, adorémoslo con fe para siempre.
¡Ven, Eliseo! Cuéntanos qué tipo de madera sumergiste en el agua. Fue la Cruz de Cristo la que nos sacó del abismo de la muerte; adorémosla con fe para siempre.
¡Jacob vio la figura de tu cruz, oh Cristo! Cuando adoró la punta de la vara divina que sostenía José; allí vislumbró el cetro de tu realeza, que ahora adoramos por siempre.
Echado al foso de los leones, el gran profeta Daniel extendió sus manos en forma de cruz; escapó sano y salvo de la boca de las bestias feroces, bendiciendo a Cristo para siempre.
Todos los árboles de los bosques tiemblan y hacen oír sus cantos, en este día en que abrazamos con efusión el árbol de la Cruz, cuya copa glorificó Cristo, como predijo el divino profeta David.
Un árbol me había matado; ¡Te he encontrado, árbol de la vida, oh Cruz que lleva a Cristo! Eres mi guardia invencible, mi defensa contra los demonios; en ese día te adoro y digo a gritos: Santifícame en tu gloria.
Regocíjate y triunfa. Iglesia de Dios; porque hoy tres veces feliz adoras el leño de la Santísima Cruz, alrededor del cual ante la cual se postran los coros de los Ángeles con respetuoso temor. Oh Cruz, nuestra única esperanza!
14/09/21 12:33 PM
  
Luis Piqué Muñoz
En la Dictadura, el franquismo, los Curas ¡al menos hasta el Concilio! siempre hablaban de el Infierno y los Condenados ¡Hoy mencionar esto, Infierno y Condena, está Prohibido, ningún Cura se atreve o simplemente se le ocurre! En mi Opinión, vivimos Tiempos recios, de Combate, los Últimos Tiempos, y la Iglesia debe denunciar la Injusticia y la abominación del mundo moderno y dar Voz a los pobrecitos de la Tierra, desde los niños abortados, hasta los Pobres, los Enfermos y el Tercer Mundo ¡Es mucho más cómodo, con la excusa del Amor mal entendido y devolver Bien por Mal, donde mucho abunda el Mal también abunda el Bien, decir las mismas tonterías amorosas de siempre y aburrir a las Ovejas con Homilías tibias y cobardes que lejos de Convertir sólo sirven para distraerse y pensar en otras Cosas! Mi Amigo, Xavier, que es Cura, dice que él solo Cree en el Amor y que éste lo Cura todo (!?) ¡Ay! ¡Un Hippie, Haz el Amor y No la Guerra! Ja, Ja, Ja ¡Amor es hacer Obras de Misericordia como la Santa Corrección Fraterna, denunciar el Mal y la Injusticia es Amor, Amar al prójimo y a Dios, la única manera de Conversión Hoy en Día! Xavier, Lee el Antiguo Testamento, y Verás el frecuente Castigo de Dios, tras largas generaciones de Misericordia con el pecador ¡la Condena, el Hombre se Condena y para ello no sirven las tonterías presuntamente amorosas! Lee a Jesús y verás como menciona varias Veces el Infierno y la Condena eterna y llama víboras y sepulcros blanqueados ¡llegando incluso a Castigar ¡Castigo de Dios! a los mercaderes del Templo! ¡Naturalmente que es preferible el Martirio al Combate ¡pero el Martirio no excluye éste, sobretodo cuando es concecuencia de la sana y santa Corrección fraterna, la valiente denuncia de las Injusticias y abominaciones del Mundo moderno! ¡Los Pobrecitos de la Tierra también tienen derecho a tener Voz, no sólo el satanismo mediático que los aniquila o desprecia! ¡Viva el Papa! ¡Viva la Iglesia! ¡Viva el Amor! ¡Viva el Castigo de Dios! ¡Viva el Inocente! ¡Viva Dios!
27/09/21 3:12 PM

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