Para entender España y Cataluña

Discútese en los últimos artículos de Luis Fernando y de Germinans sobre Cataluña y el resto de España, los nacionalismos más o menos disgregadores, la imagen que Cataluña tiene del resto de España, etc. Me han parecido muy interesantes los argumentos que se manejan, aunque muchos de ellos, a mi juicio, estén más basados en eslóganes propagandísticos interiorizados con el paso de los años que en la realidad.

En lugar de intentar evaluar cada afirmación en particular, voy a comentar lo que más me ha impresionado de la discusión. No se trata de los argumentos dados por uno y otro lado, ni de las emociones que suscitan, por interesantes que sean ambas cosas. Lo que más me ha llamado la atención es que el único comentario que realmente iba a la raíz del asunto aparentemente no ha suscitado el interés ni las respuestas de los demás comentaristas. Eso me sugiere que la conversación está destinada al fracaso, por no ir a la raíz del asunto. Si nadie se para a pensar qué es España y qué es Cataluña, ¿cómo van a llegar a alguna conclusión sobre si Cataluña es o no parte de España?

El comentario que llamó mi atención fue la aportación de un comentarista que firma como González C. y que recordaba algo que dejó clarísimo el genial Menéndez Pelayo: la unidad de España, es más, la misma idea de España está indisolublemente ligada al catolicismo. Y, sin él, no tiene sentido, ni futuro, ni posibilidad alguna de persistir.

Una vez descubierta esta premisa, no es necesario un gran esfuerzo de deducción lógica para llegar a la conclusión de que, a medida que el catolicismo va desapareciendo de las mentes y los corazones de los españoles, desaparece también cualquier ilusión por España como proyecto común. Y España se resquebraja. Al principio despacio y poco a poco cada vez más rápidamente, pero en cualquier caso se resquebraja. El problema del nacionalismo catalán es, en realidad, un problema de España o, mejor dicho, de la ausencia de España, tanto en Cataluña como en el resto de las regiones españolas.

Y no es de extrañar. Si los puntos fundamentales de nuestra Historia se rechazan precisamente por su vinculación intrínseca con el catolicismo, ¿qué fundamentos nos quedan de Historia común? Se ridiculizan la Reconquista, el descubrimiento y, sobre todo, la Evangelización de América, la lucha contra el Turco, la defensa española a ultranza del Catolicismo en Europa, la vida de los santos, las bases de la inmensa mayoría de nuestro patrimonio artístico y el telón de fondo de toda nuestra literatura. Tal como se escribe la Historia en los libros de texto de nuestros hijos, prácticamente no podemos estar orgullosos de nada importante sucedido en los aproximadamente quince siglos de existencia de España (sí, desde la conversión de Recaredo). Y, si no podemos estar orgullosos de nada de lo que ha formado España, ¿por qué estar orgullosos de la propia España?

Es evidente que el catolicismo no es el único factor que ha actuado en la formación histórica de España, pero sí ha sido el elemento vertebrador y aglutinante de la identidad española a lo largo de los siglos. Incluso los ateos españoles, como se ha dicho alguna vez, eran “ateos católicos” y su proyecto se desarrollaba en pugna con el catolicismo y, en buena parte, cimentados sobre él, sobre sus fundamentos y también, qué duda cabe, sobre los fallos y errores humanos de sus defensores.

Cuando ese elemento vertebrador estaba presente, las fuerzas centrífugas, sanísimas muchas de ellas, no constituían una amenaza para España. El rey español podía ser Hispaniarum Rex, es decir, Rey de las Españas, sin que eso significase una ruptura del proyecto común, sino el reconocimiento de la inmensa riqueza recogida en el mismo. En un marco de catolicismo pujante, las diversas lenguas y dialectos, las diferencias y discusiones internas, las costumbres dispares (las “leyes viejas” o los fueros de los carlistas) o las desigualdades económicas, ideológicas o geográficas no sólo no eran una amenaza para el conjunto de España, sino, al contrario, una manifestación de la buena salud de un organismo vivo.

En cambio, cuando el elemento vertebrador desaparece, lo único que queda es un ente amorfo, que se mueve por mera inercia y está inexorablemente destinado a la extinción. Los tan cacareados “valores constitucionales” o “patriotismo constitucional” son valores light, muy propios de nuestra época pero incapaces de constituir un fundamento sólido para una verdadera convivencia y mucho menos para un proyecto común. En realidad, son en buena parte una careta para el aburguesamiento y equivalen a decir: “mientras tenga mi dinerito en el banco, a lo que aspiro es a hacer lo que me dé la gana y a que nadie me moleste”. Por eso, las cosas que no se toleran son las que ponen en peligro ese proyecto burgués e individualista, como la inmigración, las crisis económicas o unas normas morales que me digan que no todo lo que me apetece es bueno.

Si el centro de la vida de un país no está ocupado por Dios, forzosamente estará ocupado por ídolos. Esos ídolos se llamarán nacionalismos, dinero, imperio, raza, el pensamiento políticamente correcto y continuamente cambiante o la última teoría filosófica o económica, pero todos ellos con pies de barro. Los países fundados sobre ídolos son necesariamente casas construidas sobre arena. Y ya sabemos lo que sucede a esas casas cuando se desbordan los ríos y soplan los vientos.

Como Chesterton y Belloc repitieron por activa y por pasiva, todos los conflictos humanos tienen una raíz teológica. Y el conflicto entre unidad de España y disgregación de los diversos nacionalismos no es una excepción. Su esencia es teológica y, hasta que no nos convenzamos de ello, no entenderemos nada de lo que ocurre. Sólo una verdadera nueva evangelización de España puede revivir España. Cualquier otra cosa será un sucedáneo de España, un ente superficialmente similar pero sin ninguna continuidad vital con la España de nuestros antepasados. Cuanto más esperemos, más difícil será conseguirlo, pero es posible. Nunca ha estado tan justificado como ahora el grito de los antiguos cruzados: ¡Dios lo quiere! Dios quiere reinar en España, reinando en los corazones de los españoles. Ése es el verdadero proyecto, la verdadera ilusión, la verdadera sustancia de España y también, por supuesto, de esa estupenda parte de España llamada Cataluña. Si no entendemos eso, no entenderemos nada.

45 comentarios

  
Luis I. Amorós
"En un marco de catolicismo pujante, las diversas lenguas y dialectos, las diferencias y discusiones internas, los fueros y costumbres dispares (las “leyes viejas” de los carlistas) o las desigualdades económicas, ideológicas o geográficas no sólo no eran una amenaza para el conjunto de España, sino, al contrario, una manifestación de la buena salud de un organismo vivo".

No estás lejos de la Verdad... ;)

Bromas aparte, has puesto el dedo en la llaga. Otras naciones sustituyeron la soberanía de Dios por la idolatría de la Nación romántica. Esto aquí no ha sucedido jamás, hasta hace unas décadas, y las consecuencias son estas.
08/07/10 10:02 PM
  
Catholicus
No puedo estar más de acuerdo con el blogger y su análisis. No puedo comprender qué hay en una mente que se llame católica que le de igual y hasta anime a sus padres a divorciarse una vez ya casados.
08/07/10 10:40 PM
  
Pedro
Absolutamente de acuerdo con el blogger.

Acá en América, las independencias se produjeron por las mismas causas del nacionalismo catalán.
08/07/10 11:32 PM
  
rastri
Para entender a España.

-Como todo aquello que se pretende ver y comprender, lo primero que hay que hacer es dividirlo, destriparlo para ver qué vísceras estan enfermas. Y curarlas, o...extirparlas.

-Pues conocido es que el visceral como no cree en el pensamiento lógico -de la unidad- suele terminar -visceramente- haciendo lo que el pensamiento lógico no quiere hacer. Sea dividir. Y en ello está España.

Y si en la regla del convento donde todo es de nadie y nada es de todos hay dicernimientos. Qué no se puede decir donde se pretende que todos somos iguales, siempre y cuando haya un altar para el que más grita.


De cualquier forma ha tiempo que uno que tiene mucho crédito dijo:

"Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella".
Y aquí los que esten dentro y con ella se entiende.

-Menos tiempo ha, otro dijo: España es una unidad de destino en lo universal (catolicismus). Y otro dijo: España es la reserva espiritual de Occidente.

A saber.
08/07/10 11:40 PM
  
Maricruz Tasies
De todo lo que he leído, Bruno, de lo cual poco entiendo, lo tuyo lo entiendo perfectamente y me ilusiona. Has sabido llevar esto a un nivel superior, espero que te escuchen, espero que se lo crean.
09/07/10 12:33 AM
  
Edu
Estoy totalmente de acuerdo contigo.
Y otra aportación: la gente tiene unas ideas politicas y por otro lado unas ideas religiosas, es católico y nacionalista, católico y del PNV, católico y del CIC ... y eso aunque esos partidos políticos y aunque esas ideas vayan encontra de su catolicismo y de su cristianismo. La gente no vive su fe, sus ideas y sus ídolos son mas fuertes y estan primero en sus decisiones y en sus opiniones...
09/07/10 8:51 AM
  
Fredense
Buen análisis, Bruno. De lo mejor que he leído sobre el tema.

09/07/10 8:53 AM
  
Iker
España y Cataluña desaparecerán.

Blogger: "La idea de España está indisolublemente ligada al catolicismo". Por consiguiente, se cae la idea de España.

¿Eso significa la independencia de Cataluña? No. Ni hablar.

Torres i Bages, una especie de blogger del siglo XIX pero en catalán: "Catalunya serà cristiana o no serà" Por consiguiente, tampoco será.

Aquí no queda nada, ni Cataluña ni España. Seguramente las 50 provincias se convertirán en 50 Departamentos de la Republique Française, que ésta, para ser, existir y sobrevivir, no necesita del catolicismo.

Hala, buen día a todos.

09/07/10 9:06 AM
  
Bruno
Iker:

"Catalunya serà cristiana o no serà" Estoy de acuerdo. Por eso, una Cataluña cristiana podía formar parte, sin problema, de una España cristiana. En cambio, sin cristianismo, los nuevos ídolos creados tienden a pelearse.

Sin cristianismo, lo único que quedará de ambas, como mucho, es el nombre, para unas realidades totalmente diferentes.
09/07/10 9:21 AM
  
Norberto
Iker

¿De verdad Francia no necesita del catolicismo?, ¿cree que Francia es el ideal de perfección política?, mire Francia vive una crisis, la enésima, de la que no saben como salir, ni echando mano de un húngaro como Presidente de al República, no hay que confundir solidez nacional con eficiencia administrativa.

Es cierto que la Constitución se cumple, diferencia con España, pero ...¡hasta ahí!.Y no quiero gastar tiempo en las tropelías de Francia en todos los continentes, o acaso hemos olvidado la "obra" de Francia en Indochina, África, Haití, etc.
09/07/10 9:21 AM
  
Bruno
Edu:

Sí. Cuando Dios está en el centro de la vida, resulta muy difícil hacer ídolos de la raza, la nación, el dinero o lo que sea.

En cambio, un cristianismo que está "en segundo lugar" después del partido, las ideas políticas, el dinero, la nación, la familia o lo que sea, nunca es verdadero. Dios no admite segundos lugares. O está en el centro de la vida o no está.

Saludos.
09/07/10 9:26 AM
  
ricardo
Gracias Bruno.No se puede de resumir mejor, repito tus palabras:

"Si el centro de la vida de un país no está ocupado por Dios, forzosamente estará ocupado por ídolos"
................
"Los países fundados sobre ídolos son necesariamente casas construidas sobre arena. Y ya sabemos lo que sucede a esas casas cuando se desbordan los ríos y soplan"...

(El principal idolo es el Principe de este Mundo)

Me las guardo para releerlas de cuando en cuando.

Ricardo de Barcelona.


09/07/10 9:33 AM
  
Bruno
Pedro:

Como es lógico, hay muchos aspectos diferentes: la distancia geográfica, la presencia de poblaciones indígenas (que, por cierto, casi en todos los casos rechazaban la independencia; y con mucha razón, como luego se demostró), la increíble incompetencia de la administración española de finales del S. XVIII y principios del XIX, el hecho de que el rey del momento, Fernandito el "Deseado" era de lo peor que hemos tenido en España...

Dicho eso, estoy de acuerdo en la afirmación básica. Fue, igual que sucede ahora en España, un problema teológico, de abandono del catolicismo.

Una muestra muy clara fue la preponderancia de la masonería en el proceso de independencia.

Otra muestra, aún más clara y de la que no se suele hablar, es la absurda disgregación que se produjo entre las nuevas naciones americanas. ¿Por qué esa multitud de naciones en lugar de un único país o dos o tres países más amplios? Porque se había puesto en segundo o tercer lugar el verdadero nexo de unión de la América Española, que era el catolicismo, y ya no era posible esa unión, sino únicamente la disgregación consustancial a las ambiciones políticas enfrentadas. Y así surgieron despropósitos como el de la fragmentación de Centroamérica en países minúsculos.

Saludos.
09/07/10 9:41 AM
  
Norberto
Bruno

Dices..."Los tan cacareados “valores constitucionales” o “patriotismo constitucional” son valores light,..."

La Constitución de Cádiz empieza con una invocación al Espíritu Santo, una Constitución es lo opuesto a un Régimen, ora monárquico, ora republicano, puesto que la soberanía reside en el pueblo, no en los representantes del pueblo, por tanto el asunto no es ligero, ni descafeinado.

Es claro que desde la pérdida de la referencia de la cruz y el derecho, todo se ha torcido, y, conviene recordar que "el patriotismo (nacionalismo) es el último recurso de los bribones" (Ben Johnson), también incluyo esta afirmación:

"Hay un patriotismo infecundo y vano: el orientado hacia el pasado; otro fuerte y activo: el orientado hacia el porvenir".Santiago Ramón Y Cajal.

La última:

"No reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano."Hermann Hesse
09/07/10 10:04 AM
  
Bruno
Norberto:

Al hablar de “valores constitucionales” o “patriotismo constitucional”, me refería a algo que se propone referido a la Constitución actual.

La Constitución de Cádiz corresponde a un momento en que el abandono del Catolicismo apenas estaba en sus comienzos. Precisamente, esa invocación al Espíritu Santo era una muestra de que la Constitución de Cádiz no pretendía aún ser el objeto del patriotismo, sino una simple muestra de ese patriotismo, el cual se refería a realidades externas a la Constitución y que, en primer término, se basaban en Dios.

No me gusta esa frase de Ramón y Cajal, la verdad. El patriotismo basado en el futuro, al estilo del propuesto por el internacionalismo marxista, no era menos infecundo que los nacionalismos. Creo que el verdadero patriotismo es el resultado de descubrir en la propia patria cosas inmutables y comunes a todos los seres humanos, como el amor a los padres, la naturaleza social del ser humano, la realización en la Historia del plan de Dios, etc. Ese verdadero patriotismo no es obstáculo, sino condición necesaria para el buen entendimiento de los pueblos.

Saludos.
09/07/10 10:19 AM
  
Luis López
En realidad como decían Unamuno y Ortega, parece que el "ser" de España necesita siempre de grandes proyectos para que no se diluya y para salir del marasmo y la mediocridad (cuya principal consecuencia son los nacionalismos). Sin eso, no puede sobrevivir.

Históricamente ese proyecto ha estado radicalmente vinculado con la religión católica (la conversión de Recaredo, la Reconquista, la conquista y evangelización de América, la lucha contra el "moro" -en España y Europa-, y contra el hereje protestante en Europa...).

Sin embargo, a partir de finales del siglo XVII las cosas cambian, y ese proyecto sublime (como predijo con mestría Cervantes en el Quijote) va "recobrando la cordura"; se busca eficiencia administrativa, Moratín sustituye a Calderón, Feijóo a Quevedo, el país se aburguesa, se buscan intereses a corto plazo, empiezan a aparecer los nacionalismos, culminando en el desastroso siglo XIX español. Y en en siglo XX -como culminación del desastre- nos encontramos con una restauración -la de Alfonso XIII- podrida en sus cimientos, un proyecto revolucionario que llevó a la guerra civil, una dictadura anacrónica, y un intento noble de conciliación nacional -la constitución del 78- , pero que no ha evitado que vuelvan a rugir los nacionalismos (Cataluña, País Vasco), ni los demagogos que han aventado los peores instintos hispánicos -separatismos y guerra civil- (ZP).

Soy pesimista. Da la sensación de que lo único que ha unido a España en estos últimos años es la piedad por una barbarie disparatada y repugnante (asesinato a cámara lenta de M.A. Blanco) y hoy "la Roja". Muy poco bagaje.

Es cierto que el catolicismo vertebró la unidad de España. Ya no por desgracia. Pero en esta España actual tan poco católica, tan pacata y tan provinciana (donde hasta Andalucía se define como "nación", con un par) salvo que "la Roja" siga ganando per secula seculorum (lo que no sucederá), no veo nada real y sólido que nos unifique. Lo digo con amargura.
09/07/10 10:53 AM
  
Bruno
Luis López:

"En realidad como decían Unamuno y Ortega, parece que el "ser" de España necesita siempre de grandes proyectos para que no se diluya y para salir del marasmo y la mediocridad (cuya principal consecuencia son los nacionalismos). Sin eso, no puede sobrevivir."

No es algo propio de España, creo yo. Cualquier nación necesita grandes proyectos, simplemente para sobrevivir. Es decir, necesita mirar más allá de sí misma. El puro egoísmo es rápidamente disgregador.

Lo de Andalucía es muy revelador de lo que quieren decir con lo de "nación", esencialmente vinculado al "aquí mando yo" de sus castas políticas gobernantes. A mi entender, por desgracia, en el 78 hubo poco de "noble intento de conciliación" y bastante de "a ver cómo nos repartimos el pastel", al menos por parte de los políticos protagonistas. Una actitud cuyas consecuencias hemos ido recogiendo con creces y seguiremos recogiendo hasta que no quede nada por repartir.

Saludos.
09/07/10 11:09 AM
  
Norberto
Bruno

Creo que la frase de Ramón y Cajal, tiene que ver con el Romanticismo, modelo Renaixença o modelo carlista, que conoció en juventud, fue medico militar en las guerras carlistas y que llevan a la creación del mito del pasado glorioso, de la grandeza , "que hemos perdido, y que hay que recuperar" - ¿te suena? - de ahí la frase.
09/07/10 11:37 AM
  
Norberto
...A mi entender, por desgracia, en el 78 hubo poco de "noble intento de conciliación" y bastante de "a ver cómo nos repartimos el pastel", al menos por parte de los políticos protagonistas...

Yo viví esa época en el País Vasco, y el lenguaje del PNV era uno en Madrid y otro en casa, discrepo de la generalización que haces, hubo noble intento de conciliación por parte de la mayoría, que fue traicionada poco después, y una deslealtad calculada, por parte de los nacionalistas.

Sin contar con la interpretación del PSOE, de un poder único, el Ejecutivo, y poderes subordinados el Legislativo y el Judicial, redivivo por el actual Presidente del Gobierno.

Sí, hubo gente sana, y gente pervertida desde el principio, pero mucha gente sana, véase al respecto, el ansia de contentar a los "vascos" con un título VIII tal como se redactó, pero, al poco ya era "insuficiente".
09/07/10 11:45 AM
  
Francisco José Delgado
Un aspecto secundario sería apreciar lo que España no está ofreciendo al mundo a causa de la pérdida de la presencia católica. Un genial libro del profesor Suárez, Lo que el mundo le debe a España, señala las numerosas aportaciones que España ha hecho a la historia y a la cultura universal, que hoy se considerarían esenciales.
Precisamente en la actual crisis de valores, una España fuerte y católica podría guiar, una vez más, al mundo hacia la luz, en lugar de ser, como lo está siendo, la principal difusora de las ideas más perniciosas para la humanidad.
Ninguna otra nación está en posición semejante a la de España en este punto, ni siquiera las naciones Americanas (y los que vivimos en América lo vemos con claridad).
Los responsables directos -que podrían citarse con nombres y apellidos con mucha facilidad y no demasiada extensión- de que el catolicismo se haya perdido en nuestra patria, no sólo han hecho un mal horrendo a la Iglesia y a España, sino a toda la humanidad.
09/07/10 4:11 PM
  
Bruno
Norberto:

En lo de repartir el pastel, he intentado matizar: "al menos por parte de los políticos protagonistas..."

Creo que la gente, en general, buscaba esa reconciliación (si bien era una motivación mezclada con el aburguesamiento actual que mencioné en el artículo y que ya estaba bastante avanzado en esos años), pero eso no necesariamente se aplica a los políticos, que, a fin de cuentas, son los que iban a recibir algo en el reparto.

Basta ver cómo los cargos y prebendas se multiplicaron por veinte o treinta en unos pocos años.

Saludos.
09/07/10 4:49 PM
  
Bruno
Norberto (II):

Yo diría que la frase de Cajal tiene que ver, ante todo, con el gran trauma que marcó a toda su generación: el desastre del 98. En ese sentido, tenía toda la razón en decir que el patriotismo no debe obsesionarse con el pasado y con lo ya perdido, sino con lo que queda por ganar, como tú dices.

Yo sólo intentaba señalar dónde está el "truco" para no obsesionarse con el pasado que llena de desesperanza y rencor ni con el futuro que justifica cualquier barbaridad en nombre de una utopía: un patriotismo centrado en cosas valiosas intemporales, que pueden juzgar tanto al pasado como al futuro.

Por otro lado, es muy interesante la frase que subrayas: la soberanía que reside en el pueblo o en los representantes del pueblo. Es evidente que la segunda posibilidad, que es la victoriosa en la actualidad, es una barbaridad aún mayor. Sin embargo y a riesgo de ser vituperado, diré que la primera también me parece una barbaridad.

Demostración: si me esclaviza un tirano no estoy más esclavizado que si me esclaviza una mayoría. Si me obliga a hacer su voluntad un hombre que tiene una pistola, no es mayor mi obligación que si me obligan tres hombres sin pistolas por el hecho de que constituyen una mayoría.

La soberanía es de Dios y eso es lo único que evita la mayor de las tiranías. Por supuesto, para los que no conocen a Dios, eso se puede decir, a grandes rasgos "la verdad, la justicia y el bien son independientes de mayorías", pero, en cualquier caso, no hay mayor tiranía que la que hace soberanos absolutos a personas, sean reyes o tiranos individuales o sean mayorías de mucha gente.

Saludos.
09/07/10 5:03 PM
  
Lluís
Sin comentarios.
09/07/10 6:12 PM
  
Lluís
Me da pena InfoCatólica cuando habla de política. No añadiré más. Mi compasión por ustedes.
09/07/10 6:12 PM
  
Bruno
Lluis:

Gracias por su intervención, pero estará de acuerdo en que un comentario sin argumentos, ni datos, ni sugerencias, ni ideas, ni nada más que la pretensión de superioridad intelectual del que lo escribe...

En general, preferimos los argumentos.

Saludos.
09/07/10 6:24 PM
  
Lluís
Sr. Moreno, prefiero callar antes que intercambiar falacias políticas con un contertulio al que no conozco. Mi Mesías no es político. Espero que entiendas mi silencio, que a veces es un argumento, como bien sabía el papa Inocencio III.
09/07/10 6:37 PM
  
Bruno
Francisco José Delgado:

Un comentario muy interesante. Como dice, es mucho, en efecto, lo que el mundo le debe a España... y, precisamente por eso, es terrible también contemplar lo mucho que España le debe al mundo y no puede darle porque ella misma lo ha perdido.

Y, en este caso, al decir "España" se incluyen todas las que son o han sido "Españas", en cualquier lugar del mundo.

Saludos.
09/07/10 6:40 PM
  
Bruno
Lluis:

Por supuesto, cada uno comenta cuando quiere y calla cuando lo desea, pero callar y que lo único que diga uno sean unas palabras de desprecio no parece muy recomendable.

Si tan absurdas son las cosas que decimos, es obra de misericordia enseñar al que no sabe. Y, ¿quién sabe?, quizá descubra que no son tan absurdas al intentar responder a ellas.

No entiendo muy bien qué tiene que ver que no nos conozcamos. Las ideas son ideas, verdaderas o falsas, acertadas o erróneas, las diga quien las diga y le conozcamos o no.

En cuanto a "Mi Mesías no es político", habría mucho que decir. El hecho de que Cristo no viniese a instaurar directamente un régimen político no quiere decir que el cristianismo no tenga nada que decir sobre la política, ni que la moral católica no tenga un aspecto social (que no quiere decir "económico", sino referente a la vida en sociedad), ni que valga igual para un cristiano cualquier opción política, ni que Cristo no deba reinar también en el ámbito público, ni que Dios carezca de un plan para las naciones y otras comunidades sociales, etc.

Si lo que quiere usted decir con esa frase y con su silencio es que no hay nada que decir desde el cristianismo sobre la actual relación entre Cataluña y el resto de España y todo lo que esa relación conlleva, con franqueza, esa idea me parece un despropósito ajeno a la tradición y a la moral cristianas.

En cualquier caso, gracias por sus comentarios y un saludo.
09/07/10 6:49 PM
  
Lluís
Gracias por su respuesta, Sr. Moreno. Un abrazo.
09/07/10 6:56 PM
  
Faramir
Escribe el autor lo siguiente: "En un marco de catolicismo pujante, las diversas lenguas y dialectos, las diferencias y discusiones internas, las costumbres dispares (las leyes viejas o los fueros de los carlistas) o las desigualdades económicas, ideológicas o geográficas no sólo no eran una amenaza para el conjunto de España, sino, al contrario, una manifestación de la buena salud de un organismo vivo".

Bueno, de nuevo los topicazos sobre la riqueza de la diversidad, que lo mismo valen para justificar los fueros en boca de los carlistas que las subvenciones a las mezquitas para los progres. Para mí es una injusticia que haya diferencias económicas dentro de un país, desde aduanas a fueros. No sé para los demás.

¿Y no podemos defender los católicos el centralismo?

Uno de los motivos de la derrota de España frente a Francia en el siglo XVII fue la mayor unidad de ésta. Recuérdese que los castellanos y andaluces pagaban muchos más impuestos que los aragoneses, los catalanes, los valencianos y no digamos los vascos y navarros.

Gracias a los Borbones se implantó orden en el Estado. El otro Estado que gobernaron los Habsburgo de acuerdo a ese modelo de unidad en la diversidad fue Austria. ¿Y qué queda de él ahora?

Hace poco Jon Juaristi escribió lo siguiente sobre los fueros de marras, que servían a sociedades atrasadas y oligárquicas:

"El último en jurar solemnemente a la sombra del roble foral antes de Aguirre fue el pretendiente carlista don Carlos de Borbón y Austria-Este, que confirmó los Fueros del Señorío tres años antes de que, por fortuna, se acabasen el Señorío y los Fueros. Y digo que por fortuna, porque, de haber seguido en vigor uno y otros, las Hurdes actuales serían un emporio comparadas con la ría de Bilbao."
http://www.elimparcial.es/nacional/el-juramento-de-pachi-lopez-folklore-y-caspa-39521.html

09/07/10 6:58 PM
  
Catholicus
Torres i Bages, una especie de blogger del siglo XIX pero en catalán: "Catalunya serà cristiana o no serà" Por consiguiente, tampoco será.
___

Catalunya no será. Y España tampoco. POr la sencilla razón de que abandonado el catolicismo no hay natalidad que valga en estos tiempos.

A mí a veces me da risa cuando medito sobre el auge del nacionalismo catalán y vasco debido a la inmigración masiva (y ojo que sin justificar, soy comprensivo de ello, porque obviamente llegaba lo más pobre y menos educado de la España profunda), y se ponen con uña y dientes a defender lo identitario de la lengua (la lengua no solo respetable y defendible, pero al acoso a los demás condenable), sigo, tanto defender la lengua y seguir con la natalidad mas baja no les va a arreglar nada.

En unos pocos años se morirá de golpe la gran generación que todavía habla catalán sin haber dejado hijos. Se van a "jartar" a inmigrantes hispanoamericanos, y van a ser tan pocos que en menos tiempo se les acabará la fuerza bruta para imponerles el catalán.

Ojo, tres cuartos de lo mismo para lo español en general. Si no tenemos hijos, si seguimos siendo una higuera seca, tanto da tanta defensa identitaria, porque no habrá quien la reciba de padres a hijos.

Sres de Cataluña..¿tanto aman a su lengua?. Pues amen un poco más a sus hijos, esos que no tienen, y verán como lo primero se defiende solo.

¿Quieren ustedes una Cataluña con mucho catalán?. Hagan como la Sra. Ferrusola y den mucha vida, mucho fruto, porque las higueras secas no tienen futuro.

La tierra la heredarán los hijos de aquella España católica que tanto fruto daba, nuestros hermanos de América. Benditos sean.
09/07/10 7:51 PM
  
Bruno
Faramir:

Muy interesante el comentario.

Dice: "topicazos sobre la riqueza de la diversidad..."

Bien, lo primero que hay que señalar es que llamar a algo "tópico" no es descalificarlo. Por ejemplo, "no por mucho madrugar amanece más temprano", como todos los refranes, es un tópico, pero eso no le quita nada de fuerza, de verdad ni de utilidad como herramienta de comprensión de la realidad. A mi entender, resultan útiles los argumentos. Las simples descalificaciones aportan poco.

Nadie dice que la simple diversidad sea una riqueza. Yo, al menos, no. Lo bueno es, a imagen de la Trinidad, la unidad en la diversidad. Y, al igual que en la Trinidad, cada cosa en su lugar (no hay unidad de persona, ni diversidad de esencia). En la sociedad, lo deseable es que haya unidad en lo esencial, mientras que a lo accesorio corresponden unidad o diversidad, según los casos.

Dice: "Para mí es una injusticia que haya diferencias económicas dentro de un país, desde aduanas a fueros". Bueno, eso, dicho así, es evidentemente absurdo. En primer lugar, porque siempre habrá diferencias de hecho. Como las hay dentro de una misma región, una misma ciudad o una misma comunidad de vecinos. Mi vecino de arriba gana el doble que yo, ¿es eso una injusticia?

Y, si las condiciones de hecho son diferentes, tanto en lo geográfico, como en lo social, lo lingüístico, lo económico, lo histórico, la cercanía a otros países, el aislamiento de las islas, los recursos naturales, etc., ¿dónde está escrito que, por sistema, los aranceles, el código civil u otras mil cosas tengan que ser iguales?

No, la cuestión es mucho más compleja. El centralismo es más "racional" pero, gracias a Dios, el ser humano no es mera razón. Las desigualdades, incluyendo las económicas, pueden ser perniciosas, pero no lo son necesariamente. Por ejemplo, los gobiernos deben tender a impulsar zonas más desfavorecidas, pero también a recompensar el modelo productivo de las zonas que se ganan la riqueza a fuerza de sudores. No creo que pueda darse en esto una norma general del estilo de "las normas tienen que ser iguales en todos los puntos de un país" o "las desigualdades económicas dentro de un país son necesariamente perniciosas". Es más complejo.

Dice: "¿Y no podemos defender los católicos el centralismo?" Sí, pero sabiendo que "poder defender" y "acertar" no son sinónimos. Y, sobre todo en este caso, sabiendo que no existen centralismos absolutos ni descentralizaciones absolutas, de manera que lo que se discute siempre es el grado de centralismo o de descentralización. Nadie es, en realidad, partidario del centralismo, sino partidario de "más centralismo que ahora". Y lo mismo para la postura contraria.

En cuanto al argumento de Juaristi y al de la derrota frente a Francia, aparte de que mezclan enormes simplificaciones con futuribles indemostrables, hay que recordar que la eficiencia militar y la riqueza económica no son, al menos para un católico, los valores supremos que demuestran la idoneidad o falta de idoneidad de un sistema político.

Ya que menciona a D. Carlos, me gustaría señalar algo de lo que estoy convencido pero que es muy impopular, para terminar así de arruinar mi escaso prestigio: creo que el pensamiento social más avanzado y clarividente de todo el siglo XIX (y el XX) es el de los carlistas. Y digo esto porque se dieron cuenta de lo que luego señalaron, a principios del XX, Chesterton y Belloc: la raíz de todo conflicto humano es teológica. Y , por lo tanto, para comprender y valorar los cambios sociales y políticos de los últimos doscientos años, hay que ir a los principios teológicos que los sustentan. Los historiadores que, siguiendo las diversas modas que se han sucedido desde la Ilustración, ignoran por sistema la vertiente teológica de la Historia, no se enteran de nada.

Frente a ese acierto fundamental, los indudables logros económicos, sociales e incluso morales de otros sistemas políticos tienen una importancia reducida, porque, al meter la pata en lo esencial, esos logros tienden a ser de corta duración e incluso desembocan en ocasiones en vicios aún peores.

Saludos.
09/07/10 8:37 PM
  
Bruno
Catholicus:

Sí, gracias a Dios, hay multitud de ideologías que, por su propia naturaleza, son estériles y llevan en sí mismas el germen de su propia destrucción.

Yo apostaría a que la Europa del futuro será enormemente religiosa. Entre otras cosas porque estará compuesta muy mayoritariamente por musulmanes y católicos que se toman en serio sus creencias, ya que los demás, simplemente, no tienen apenas hijos.

Saludos.
09/07/10 9:04 PM
  
Antonio
Yo apostaría a que la Europa del futuro será enormemente religiosa. Entre otras cosas porque estará compuesta muy mayoritariamente por musulmanes y católicos [...]

Eso no suena muy alentador, ya sabemos el concepto de convivencia que tiene la "religión de la pah".

Por otro lado ese es un escenario a largo plazo, solo Dios sabe lo que está planeado para esta pérfida Europa antes de que se llegara a producir ese escenario.

Sin ir mas lejos cada vez son mas los que vaticinan la III Guerra Mundial para este mismo año, y esta vez será nuclear.

Creo que es un buen momento para que enderecemos los caminos.
09/07/10 10:00 PM
  
Faramir
Estimado Bruno:

Aquí no se trata de que su vecino gane más que usted; se trata de que a unas regiones el Estado les dé más dinero que otras, quitándoselo a estas últimas, porque lo manda la tradición o el estatuto o el fuero... o el cacique.

No está escrito en ningún lugar que los aranceles o el código civil deban ser iguales o diferentes. Se trata de sistemas de gobierno. Ahora bien, si estamos con el principio de que todos pagamos y votamos según unas mismas leyes, los impuestos deben ser iguales para todos, ¿no?

Tambén estoy de acuerdo con usted con que la victoria militar o la eficiencia económica no son principios absolutos para un católico... pero pueden serlo relativos. Un Estado que funciona mal siempre tendrá una falta de legitimidad, sea Bolivia, sea México o sea China.

La idea que usted cita de que detrás de cada conflicto político hay una idea teológica secularizada no es carlista, sino de Donoso Cortes, marqués de Valdegamas y contrario a los carlistas.
10/07/10 10:19 AM
  
González C.
Cito de M. Pelayo: Porvenir y tradición "Hoy presenciamos el lento suicidio de un pueblo que engañado mil veces por gárrulos sofistas, empobrecido, mermado y desolado, emplea en destrozarse las pocas fuerzas que le restan y corriendo tras vanos traspantojos de una falsa y postiza cultura, en vez de cultivar su propio espírtu, que es lo único que ennoblece a las gentes, hace espantosa liquidación de su pasado, escarnace a cada momento las sombras de sus progenitores, huye de todo contacto con su pensamiento, reniega de cuanto en la historia nos hizo grandes, arroja a los cuatro vientos su riqueza artística y contempla con ojos estúpidos la destrucción de la única España que el mundo conoce, de la única cuyos recuerdos tienen virtud bastante para retardar nuestra agonia.

¡ De cuan distinta manera han procedido los pueblos que tienen conciencia de su misión secular!(Siglo XIX) La tradición teutónica fue el nervio del renacimiento germánico. Apoyándose en la tradición italiana, construye su propia ciencia la Italia sabia e investigadora de nuestros días (Siglo XiX), emancipándose igualmente de la servidumbre francesa y del magisterio alemán.

Donde no se conserve piadosamente la herencia de lo pasado, pobre o rica, grande o pequeña, no esperemos que brote un pensamiento original ni una idea dominadora. Un pueblo nuevo puede improvisarlo todo, menos la cultura intelectual. Un pueblo viejo no puede renunciar a la suya sin extinguir la parte más noble de su vida y caer en una segunda infancia, muy próxima a la imbelicidad senil.

Para evitarlo trabajemos con limpia voluntad y entendimiento sereno, puestos los ojos en la realidad viva, sin temor pueril, ni apresuramiento engañoso, abriendo cada dia modestamente el surco y rogando a Dios que mande sobre él el rocío de los cielos. Y al respetar la tradición, y al tomarla como punto de partida y de arranque no olvidemos que la ciencia es progresiva por su índole misma y que de esta ley no exime ninguna ciencia: patet omnibus veritas, nondum est occupata.

De Histiria de España, M pelayo. " ¿Qué pueblo osará arrojarse con fe y aliento al torrente de los siglos? La unidad se la dio a España el cristianismo. La iglesia nos educó a sus pechos con sus mártires y confesores. No elaboraron nuestra unidad los legisladores ni las conquistas, lo hicieron los dos apóstoles y los siete varones apostólicos. Regaron con su sangre la unidad, el diácono Lorenzo y los atletas del circo de Tarragona, las vírgenes Eulalia y Engracia, las legiosnes de martires cesaraugustanos. La escribieron en su draconiano código los Padres de Iliberis. Brillo en Nicea con Osorio. Triunfo del maniquismo, civilizó a los suevos. La cantó Prudencio. Con el Fuero Juzgo quedó borrada la inicua ley de las razas. Mandó a Claudio y a Prudencio civilizar la Francia merovingia. No hay en España piedra ni monte que no hable de ello a través de su verdadero pilar :La Iglesia. En cada hueco y montaña hay un santuario que nos habla de ello. Si en la edad media nunca dejamos de considerarnos uno, fue por nuestro sentimiento católico, porque la idea de patria no nace hasta el Renacimiento. No hay patria en aquellos siglos, pero hay una ínica fe, un bautismo, una grey , un Pastor, una Iglesia, una liturgia.

Dios nos premió el esfuerzo perseverante aumentando su Gracia y dándonos el destino más alto que una nación católica puede tener: Completar el planeta, borrar los lindes hasta entonces conocidos, desde el Ganges hasta el Pacífico. Por eso en los arcanos de Dios estaba destinado aquel pueblo a la mayor seña de identidad de esta nación, pues su destino era hacer sonar la Palabra de Cristo hasta en las más bárbaras gentilidades ¿Qué otro Pueblo ha recibido un destino más alto, derribando todo muro que se oponía al Evangelio, tal nuevo Josué? España, cuna de la mística más elevada. Esta es nuestra identidad: LA CATOLICIDAD GENEROSA, QUE ES LLEVADA PUEBLOS. España, luz de trento, defensa y espada de Roma, cuna de San Ignacio, y San Javier, sede de Santa teresa y San Juan de la Cruz, evangelizadora de los nuevos pueblos. Esta es nuestra verdadera identidad.

Pero todo lo malo, todo lo anárquico se conserva aún ileso y sale a la supercie cada día con más pujanza. Somos incredulos por moda y por parecer hombres de mucha naturaleza intelectual. Con la continua propaganda anticatolica, nuestro espiritu ha ido desfalleciendo. Aunque no sean muchos los pensadores españoles, bien puede afirmarse que son de la peor casta de impios. El español que ha dejado de ser católico es incapaz de creer en cosa alguna, como no sea en la omnipotencia de un cierto sentido práctico, las más veces burdo y grosero. De esta escuela utilitaria suelen salir los políticos y economistas, los arbistristas y generadores de hacienda propia y los salteadores literarios de la baja prensa (y Tv), que en España, como en todas partes, es un cenegal fétido y pestilente.

Aún puede esperase que torne a brillar para España la Gloria del Señor, pero será necesario el arrepentimiento y la fidelidad a nustra misión. Sin esa identidad no habrá España, y añado yo, ni Cataluña, sino sólo desierto y estío por causa del suicidio de un pueblo
10/07/10 10:30 AM
  
Vicente
hoy por hoy Catalunya forma parte del Estado español y debe acatar las leyes justas para el conjunto.
10/07/10 11:07 AM
  
Bruno
Estimado Faramir:

A unas regiones, el EStado les tendrá que dar más dinero que a otras, según sus mil diferencias geográficas, sociales, históricas, etc. ¿No le da dinero el Estado a una viuda mientras que a mí me lo retiene de lo que gano? ¿No le da dinero el Estado a un contratista que construye una carretera mientras que a mí me cobra por usar los servicios públicos? Si el EStado trata de forma diferente a cada ciudadano, según sus circunstancias, lo que aporta al bien común, sus dificultades específicas, ¿por qué no debería hacer lo mismo con las regiones?

Lo mismo sucede con lo de los impuestos. Por tener familia numerosa, yo no pago lo mismo que un soltero. Y, como es lógico, me parece muy bien.

Repito que esto no significa que cualquier diferencia sea buena, sino que es absurdo decir que no debe haber ninguna diferencia. Hay que examinar caso por caso cada ámbito. Por ejemplo, en mi opinión es absurdo que la sanidad sea diferente en cada región y es peligroso que la policía sea diferente en algunas regiones y es sectario que la educación sea diferente en cada región, a grandes rasgos. Pero hay muchas cosas que pueden y deben ser diferentes. De otro modo, ¿qué sentido tiene la existencia misma de regiones diferentes?

Lo mismo sucede con los impuestos. Yo, por tener familia numerosa, no pago lo mismo que un soltero. Y me parece muy bien.

Los principios relativos están bien... para apoyar una tesis demostrada en cuanto a lo fundamental. Aisladamente no sirven de nada.

Creo que es evidente que la idea de que detrás de los conflictos políticos hay conflictos religiosos es una idea católica, sin más. No es extraño que Donoso Cortés, coincidente por cierto con los Carlistas en muchas cosas desde su vuelta a la tradición, también lo defendiera, al igual que los carlistas. Sin embargo, como he intentado señalar, ha habido carlistas que han defendido esto en la práctica desde el s. XIX, mientras que no ha existido un donosismo en la práctica que lo hiciera.

Saludos.
10/07/10 11:14 AM
  
Bruno
González y Vicente:

Me tengo que ir. Luego contesto.
10/07/10 11:15 AM
  
Percival
Soy venezolano. Pero amo a España, toda España. Y me gustaría que España estuviese unida. España es una tierra, un pueblo, una historia compartida que tuvo su mayor grandeza cuando se hizo una. Y todo lo que surgió de esa unidad sigue siendo su fuerza. Pero estoy totalmente de acuerdo con Bruno en que el cemento principal de esa unidad fue la fe católica común. Una fe difícil y luchadora, pero tenaz. Con todas sus debilidades. Sin esa fe, difícilmente puede mantenerse una unidad real.
10/07/10 5:35 PM
  
Faramir
Hay intentos del carlismo de apropiarse de Donoso Cortés, pero por mucho que s eempeñen es imposible. Él nunca se pronunció a favor de sus pretendientes y sí prestó apoyo a la reina madre María Cristina y a la reina Isabel II. Nunca negó la legitimidad de ésta y fue diputado de Cortes liberales.

El no carlismo de Donoso, así como de otros muchos pensadores españoles del siglo XIX es, para mí, una prueba de la debilidad doctrinaria del tradicionalismo, con sus fueros y su irrealismo.
10/07/10 5:59 PM
  
Cavernicola
El abajofirmante está en total acuerdo con el artículo de Don Bruno Moreno. Ésa es la verdad fundamental que mejor explica la disgregación actual de España, que se parte a trozos y que se pudre, como un cuerpo cuando se queda sin alma por la muerte. El alma de España es el cristianismo.

José María Iraburu
11/07/10 9:56 AM
  
Marco
Creo que se da en la diana, Bruno. España, sin la luz de la Fe, está en tinieblas. La España esencial nació católica, vivió católica y morirá católica. ¡Qué palabras tan plenas las de Menéndez Pelayo!
¿Seremos suficientemente valientes para aceptar esta verdad?
11/07/10 1:43 PM
  
rasenjo
¿Régimen de cristiandad?-I
Bruno, te sigo un poco de lejos en tu blog pero tienes el agudo olfato para sacar a la luz temas de gran calado y en ocasiones terapéuticos que ponen la gasa en la llaga.
Tiendo a estar de acuerdo con tu diagnóstico y con las aportaciones también verdaderamente geniales de los participantes, al menos en la tesis central que parece poseer el mejor vigor interpretativo e incluso casi predictivo de nuestra historia pasada y reciente. Creo que España ha sido la nación más(o una de las más) generosa, humanitaria, heroica y espiritual de la historia y también una de las más ultrajadas y solitarias de la historia. Y con vocación más universal, al menos hasta nuestro siglo de Oro.
Pero me debato en mi ignorancia y no sé hasta qué punto, por el hecho de ser católico, es una idea que simplemente me gusta y por eso me adhiero o es que responde a una realidad cada vez más indiscutible (?).
Las aportaciones que dáis son muy buenas pero ¿no son simples interpretaciones frente a otras igualmente válidas? ¿Hay prejuicio que obvie esta interpretación que hacéis por el mismo hecho de que estamos en una sociedad postcristiana y el cristianismo nos acompleja hoy porque hemos puesto en otras mesianidades nuestra esperanza? ¿Qué hay de realismo? ¿quizá el anticlericalismo y el odio a nuestra historia y al catolicismo? ¿Es eso el reverso de la moneda? No lo sé o no me atrevo.
12/07/10 12:06 PM
  
rasenjo
Régimen de Cristiandad?-II
...Si así fuera como vuestros análisis postulan me quedan en el aire varios interrogantes o consecuencias:
1.-¿Se añora románticamente volver a la Crisitandad medieval?¿Denostamos frente al Vaticano II de la secularización y autonomía de las realidades temporales? ¿Se puede volver a ello?
2.-¿Supone abjurar de la Modernidad, de toda la Ilustración?¿No hay posible entronque y diálogo? ¿Todo es diabólico y masónico?
3.-¿Cómo situarnos ante la nueva situación de España y de Europa?¿Qué supone lo que decís de cara a la Nueva evangelización? ¿España y Europa se salvarán si vuelven a ser todos cristianos, católicos y romanos?
4.-¿Cuál debe ser el papel de los católicos en la vida pública? ¿Acusadores o conciliadores? ¿Qué nueva idea-proyecto-empresa de España debe impulsarse y cómo? ¿Cómo debe empezarse? ¿Es siquiera ya realista?
12/07/10 12:07 PM

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