Un consejo de amigo para Jon Sobrino: que proteste (II)

Una comentarista (Sofía), ha hecho este comentario sobre el primer post con este tema:
Bueno, yo no soy jesuita ni podría serlo, porque digo, como Galileo, que “sin embargo se mueve”
Además la Iglesia somos todos.
Y sobre todo, la protesta de fe de Pablo ante las “tres columnas de la Iglesia” fue otra diferente de la que tú propones.
Por supuesto siempre humildad y escuchar a la Iglesia. Pero tu conciencia, además de ser sagrada, no te echa de la Iglesia, por disentir de la jerarquía, hasta cierto punto. Y ejemplos hay de como corren los vientos y como actúa el Espíritu.
Otra cosa es que aclararse siempre sea bueno.
Hasta la tarde. Un saludo cordial.
Creo que hoy estaba esta lectora especialmente inspirada porque, en su comentario, ha tocado todos los puntos esenciales de este tema. Vamos a verlos, uno por uno.

Ahora que ha pasado un cierto tiempo desde la notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe a Jon Sobrino y la cuestión y los ánimos se han enfriado un poco, me voy a permitir darle un consejo de amigo.
Hoy quiero ofrecer a los lectores un regalo. En vez de aburrirles con mis disquisiciones, voy a presentarles algunos párrafos de la Carta a Diogneto, un escrito cristiano del año ciento y pico después de Cristo, es decir, ¡de hace unos 1.900 años!. Ya verán que lo que dice es totalmente actual y muchas de las cosas podrían haberse escrito ayer.
La primera parte de este artículo ha sufrido la crítica de un lector (Tovical) que me ha parecido, por lo importante del tema que trata, digna de una respuesta algo extensa.
Acabo de leer, en Rumores de Ángeles, el resumen de las características que un grupo de curas valencianos desean para su nuevo obispo y me he molestado en leer el documento original en valenciano. Daría mucho de que hablar, pero hoy sólo voy a comentar una de esas características que exigen.



