Un verdadero escándalo
No, hoy no voy a hablar de teólogos desorientados, abusos litúrgicos, curas sinvergüenzas, obispos extravagantes, cristianos apegados al dinero y otras mil noticias escandalosas que, por desgracia, leemos tan a menudo. Voy a hablar de la celebración de la Familia Cristiana de mañana y del “buen escándalo”, del que produce Cristo, que es piedra de escándalo.

Aquí tienen el esperado final de la historia de Ariane, que comenzó en el de ayer.
Hoy ofrezco a los lectores una preciosa historia personal de conversión que me ha enviado una lectora, Eulalia. Como es larga, la he dividido en dos “episodios” y mañana publicaré el desenlace. No hace falta decir que me ha encantado.
La idea de este villancico es recordar que la Navidad cumple las promesas de Dios hechas a los profetas y patriarcas de Israel. En muchos casos, no entendemos el Nuevo Testamento porque no conocemos el Antiguo. Como no conocemos la promesa, no entendemos su cumplimiento.
En su número de ayer, La Razón recogía un comentario informal hecho por nuestro Presidente a los periodistas. Ante las preguntas sobre la nueva pareja del presidente francés, después de su divorcio, el político español comentó: “Sarkozy ha salido ganando con el cambio”.








