La perfecta alegría a las tres de la mañana
No sé si los lectores conocerán la historia que contaba San Francisco para definir la perfecta alegría. Creo que merece la pena recordarla (la cuento de memoria):
San Francisco dijo una vez al hermano León: “Escribe el secreto de la perfecta alegría”.
Una vez que el hermano León estuvo preparado, San Francisco le dijo: “Si un día viniera un mensajero a traer la noticia de que todos los maestros de la Universidad de París, los grandes sabios de nuestro tiempo, han entrado en nuestra orden… no estaría ahí la verdadera alegría”.


Un lector de este blog, Cristhian, me ha enviado este relato de su conversión al cristianismo, después de haber sido testigo de Jehová, de haber caído en la desesperación y de haber intentado suicidarse.
Mi hermano se casó el lunes pasado, en Madrid. De entre las muchas cosas que me gustaron de la ceremonia, quiero compartir con los lectores la bendición sobre los esposos que contempla la liturgia del matrimonio (como una de tres opciones posibles). Es, en mi opinión, una de las oraciones más hermosas de la liturgia actual de la Iglesia, muy bíblica y llena de belleza y profundo espíritu cristiano.
Al leer la experiencia de








