Ojalá todos los blogs
Como ya mencioné en otro artículo, estoy leyendo estos días la biografía de Monseñor Knox, un converso del anglicanismo, escrita por Evelyn Waugh y editada por Palabra. He encontrado otras líneas que me han gustado mucho y que, en mi opinión, vienen muy a cuento para cualquier bitácora de tema religioso (o de otros temas). Se trata de unos párrafos que Monseñor Knox escribió muy poco antes de morir, como prefacio de su último libro, dedicándoselo, en cierto modo, a Dios.
Ojalá suscribiésemos estas palabras todos los que escribimos blogs relacionados con la religión, ya sea aquí en Religión Digital o en otros lugares.

La existencia de Dios no es solamente algo que se conoce por la fe. También la razón, bien utilizada, nos lleva a conocer esa existencia con certeza. Sólo una razón que haya renunciado a comprender el mundo y la verdad de las cosas, que se “autolimita", como dice el Papa, se queda corta para llegar hasta Dios.
A veces me da la impresión de que los católicos estamos demasiado ocupados con las cuestiones y polémicas del momento y no encontramos tiempo para disfrutar de la fe, del conocimiento de Cristo, de estar en la Iglesia, de ser hermanos de los santos e hijos de la Virgen, del viento impetuoso del Espíritu Santo, de la misericordia eterna del Padre. Peor aún, muchos católicos de nombre encuentran la fe aburrida o incluso una carga para sus vidas y están deseando librarse de ella.
Ahora que empieza ya a enseñarse, en algunos lugares, la asignatura de Educación para la Ciudadanía, se me ocurre sugerir una alternativa por si, en el futuro, se eliminase este despropósito jurídico y hubiese que “llenar el hueco". Se trata de algo mucho más básico y, en mi opinión, más importante que educar para hacer buenos ciudadanos: educar para hacer chicos bien educados. La Educación para la Cortesía.
El otro día hablábamos de la evolución y el evolucionismo, con ocasión de un libro sobre el medio ambiente publicado en Estados Unidos, para mostrar el peligro que tiene confundir la biología con la filosofía. Este peligro no es exclusivo, ni mucho menos, de la biología, así que hoy vamos a comentar las declaraciones de un físico español que, en mi opinión, cae en el mismo error, con ocasión de la publicación de su libro, Los hilos de Ariadna. Se trata de Manuel Lozano Leyva, director del departamento de Física Atómica de la Universidad de Sevilla.









