Federico, conocer a Cristo en la sobremesa
Una lectora, Eulalia, que nos regaló ya la , me envía esta otra pequeña historia real de evangelización.
Me ha llamado especialmente la atención de este relato el hecho de que, a diferencia del anterior, transcurre en un ambiente social privilegiado y entre copas de champán. A veces tenemos la idea de que misionero sólo es quien se va a vivir con los más pobres, pero personas necesitadas de Dios existen en todas las clases sociales.

El sábado me fijé en un artículo de Joan Tapia publicado en El Periódico y que reproducía Rumores de Ángeles, titulado “El mitin de los obispos”. Supongo que resulta evidente que se refería a la celebración que tuvo lugar el día de la Sagrada Familia en Madrid. El artículo me pareció, la verdad, bastante superficial, pero hubo una expresión que me llamó especialmente la atención y se me ha quedado grabada. El articulista, en referencia a las palabras del Cardenal de Valencia sobre la disolución de la democracia, advertía a los obispos del peligro de “usar el nombre de la democracia en vano”.
Hoy les ofrezco algunos fragmentos de la homilía que pronunció Benedicto XVI el año pasado en esta fiesta de la Epifanía del Señor (es decir, lo que se suele llamar la Fiesta de los Reyes Magos).
Una de las cosas que tienen en común todos los hombres, en todas las culturas y en todas las épocas es la necesidad de encontrar un sentido para la vida. Si bien la búsqueda es común a todos, las respuestas a la misma son tremendamente diversas. No sólo en las distintas épocas y culturas, sino en cada hombre en particular.
Hoy toca un villancico compuesto por mi mujer y yo que trata sobre los Reyes Magos. Es bastante marchoso y alegre, con un cierto aire caribeño.



