Santa y feliz
Acabo de leer las curiosas declaraciones de Jesús Cotta, autor de una nueva antología de textos de Santa Teresa de Jesús titulada “Teresa, mon amour". Este escritor malagueño ha afirmado que intentaba “demostrar que Santa Teresa es natural y cercana, como una vecina; que es una mujer, no una santa”.
El propio Jesús Cotta me ha aclarado que considera que la frase no fue muy afortunada, pero me ha hecho pensar en lo increíblemente desconocida que es la doctrina católica sobre la santidad, sobre lo que son los santos. A menudo, la gente piensa que la santidad es algo raro o extraño que viene de otro planeta o que al menos está reservada a personas con cualidades excepcionales. Lejos de ser así, la santidad es la vocación a la que estamos llamados todos los cristianos y Dios no se conforma con ninguna otra cosa, porque sólo los santos son plenamente humanos. Santa Teresa fue una Mujer, así, con mayúsculas, porque fue una gran Santa, también con mayúsculas.
Quien piensa que un santo no es humano, no conoce, por ejemplo, el sólido sentido común de una mística como Santa Teresa, la simplicidad de un grandísimo teólogo como Santo Tomás, las meteduras de pata del Apóstol Felipe o las dudas del Apóstol Tomás, la dulzura de un obispo perseguido en su propia diócesis como San Francisco de Sales, la alegría constante de San Felipe Neri o incluso el mal genio de San Jerónimo. En una de las lecturas de la Misa de ayer, el Señor decía a Ciro: Te he llamado por tu nombre. Dios nos llama a cada uno por nuestro nombre. No nos convierte en autómatas, ni nos considera simples números en una gran lista.

Este verano, volviendo de Galicia hacia Madrid, eché un vistazo al mapa del itinerario para buscar un sitio interesante donde mi familia y yo pudiésemos parar para comer. Decidimos visitar Astorga, sede episcopal, y así rezar un rato en la Catedral. No sabíamos el nombre del obispo de Astorga, pero eso era lo de menos. Queríamos rezar en la sede de un Sucesor de los Apóstoles, en el centro de la vida de la diócesis.
Hoy he traducido los siguientes breves párrafos de un interesante blog norteamericano, con el simpático nombre de
Hace unos días, recogí una
A lo largo del día, no sé a que hora, operan al bebe de Orzowei, lector y comentarista de este blog. Es una intervención muy grave, para intentar cortar una hemorragia en el cerebro. Al mismo tiempo, una hija suya, con un embarazo recientisimo, tiene gran riesgo de que se malogre.



