No cerréis las puertas
El otro día, por cuestiones burocráticas, tuve que pasar la mañana en el centro de Madrid. Mientras esperaba, aproveché para dar una vuelta por algunas de esas iglesias antiguas tan bonitas que hay por la zona, como la iglesia de las Calatravas, en la calle Alcalá, o la parroquia de San José.
También pasé por el Oratorio de Caballero de Gracia, junto a la Gran Vía. Como aún era pronto, estaba cerrado. Sin embargo, me di cuenta con alegría de que, cuando está cerrado el templo, los encargados tienen el detalle con los fieles de cerrar la verja exterior, pero dejar entreabierta la puerta de madera. Así se mantiene la seguridad y se evitan robos, a la vez que se permite que quien lo quiera pueda rezar un rato ante el Sagrario, como hice yo. Un señor que pasaba por allí me miró como si fuera un bicho raro al hacer la genuflexión en medio de la calle, cuando ya me iba, pero eso era de esperar. Después de aquel rato rezando, me resultó mucho más fácil no enfadarme por la habitual lentitud burocrática que me hizo perder dos mañanas enteras para un trámite de dos minutos.

José María Castillo escribe en Religión Digital un “Elogio de la tolerancia”. Este ex-jesuita siempre consigue despertar al profesor dormido que reside en mi interior, porque, cuando leo algo escrito por él, se me van las manos solas a coger un lápiz rojo para corregirle.
Es bien sabido que los estados confesionales no están de moda. Desde que el Concilio Vaticano II habló de libertad religiosa, parece que los Estados explícitamente cristianos son algo del pasado… ¿O no es así?
Siempre he pensado que, puestos a soñar, merece la pena hacerlo a lo grande. Ya que los sueños son gratis, ¿por qué conformarse con poca cosa? Y eso no implica en absoluto que sean menos realistas. A fin de cuentas, el sueño más estupendo y a la vez disparatado que podrían haber tenido los hombres se convirtió en realidad: el Hijo de Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros.
Un lector, Marcos, que conoce bien Inglaterra y el ambiente religioso por aquellos lares me ha enviado estos interesantes párrafos sobre el Anglicanismo y sus diversas variantes, incluyendo a los anglocatólicos. Como me han resultado muy interesantes, a pesar de su brevedad casi telegráfica, los reproduzco en este post separado, esperando que aclaren algo a quienes no conozcan nada del tema y permitan a los demás profundizar en él.



