Creo por la lotería
No sé lo que sucederá en otros países, pero, aquí en España, la época navideña es tiempo de lotería. La televisión está plagada de anuncios de lotería, se venden millones y millones de billetes de lotería y todo el mundo parece tener participaciones: en los colegios, el trabajo, las asociaciones, la frutería e incluso la parroquia. Es casi imposible evitar la compra de algún décimo o participación.
Normalmente, en un blog religioso, uno esperaría ahora una invectiva contra el materialismo, el afán de ganar dinero, la huida de la realidad… pero lo cierto es que sería un hipócrita si dijera algo así, porque comprendo perfectamente a la gente que se ilusiona con la lotería. No se sienten satisfechos y están deseando que algo cambie en sus vidas para mejor. Desean un beneficio imprevisto, inesperado. Quieren algo que les permita soñar que mañana será diferente de ayer, algo nuevo que no sea la rutina gris de todos los días. ¿Es que eso es algo malo?