Dulcísimo Niño Jesús
Aún queda bastante Navidad por delante, ya que el tiempo litúrgico navideño se prolonga hasta el Bautismo del Señor. Así pues, para ayudar a los lectores a meditar durante este precioso tiempo, he traducido una oración latina tradicional, llamada Iesu Infans Dulcissime, es decir, Dulcísimo Niño Jesús.
No sé cuándo se compuso originalmente la oración, pero ya a comienzos del S. XIX fue recomendada vivamente por el Papa Pío VII, que concedió a quien la recitara numerosas indulgencias. Se trata de una breve meditación de los doce Misterios de la infancia de Cristo, algo más minuciosa que los misterios gozosos del rosario pero igualmente acompañada, como es lógico, por la Virgen. Al final, incluyo la versión en latín, para los que la prefieran.

En varias ocasiones, he traducido en el blog antiguas oraciones medievales, para que pudiesen ser utilizadas por los lectores. La Tradición de la Iglesia alberga una enorme cantidad de tesoros de los que, por mera ignorancia, no nos beneficiamos.
Hace unos días, escuché en una homilía una imagen que me gustó. Hablando de la oración, el sacerdote decía que, para un cristiano, rezar debe ser como respirar. Igual que uno no deja nunca de respirar, tampoco debe dejar nunca de orar. Orad siempre, sin interrupción, nos dice San Pablo. Y San Gregorio de Nisa afirmaba que hay que acordarse de Dios aún más que de respirar.










