Signos de la Fe (IX): el testimonio de un lector
Algunas veces pido que cuenten su experiencia a los lectores que encontraron por primera vez el camino hacia Jesucristo y la Iglesia (o de vuelta a ella después de haberse alejado). Creo que los relatos personales de conversión nos ayudan a todos a ser conscientes de las maravillas que hace Dios en nuestras vidas a poco que se lo permitamos.
Como verán, en esta historia personal que me ha enviado desde México un lector de este blog, José Huerta, el Señor escuchó las oraciones de una madre (como hizo con San Agustín y tantos otros). Además, se sirvió de algo que, a primera vista, parece absurdo: la presencia de misioneros no católicos en México. Así actúa Dios, yendo siempre más allá de cuanto podemos imaginar.

La existencia de Dios no es solamente algo que se conoce por la fe. También la razón, bien utilizada, nos lleva a conocer esa existencia con certeza. Sólo una razón que haya renunciado a comprender el mundo y la verdad de las cosas, que se “autolimita", como dice el Papa, se queda corta para llegar hasta Dios.
La sensación que ha causado la publicación de las cartas de la Madre Teresa, en las que hablaba de la oscuridad en la que tuvo que vivir durante años y que han dado pie a las interpretaciones más peculiares, son una muestra de que en muchos cristianos y en la sociedad en general se ha perdido totalmente la comprensión de lo que es la fe. Incluso he leído a un articulista bienintencionado que esperaba que lo contenido en las cartas no perjudicara a la canonización de la Madre Teresa, mostrando así claramente su desconocimiento de lo que es la fe para los católicos.
Supongo que todo el mundo tiene algún lugar favorito en su ciudad o pueblo, un sitio donde le gusta ir de vez en cuando, simplemente para estar allí, porque se siente a gusto. También supongo que, probablemente, la mayoría de los lectores tengan lugares más interesantes, pintorescos o piadosos que el mío. Lo reconozco, mi lugar favorito de Madrid no es artístico, pintoresco, religioso ni tampoco histórico. El lugar en el que más me gusta estar de mi ciudad son los puentes peatonales sobre la M-30, la autopista que rodea Madrid.



