InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Signos de fe

14.08.07

Signos de la fe (VII): mi lugar favorito de Madrid

Supongo que todo el mundo tiene algún lugar favorito en su ciudad o pueblo, un sitio donde le gusta ir de vez en cuando, simplemente para estar allí, porque se siente a gusto. También supongo que, probablemente, la mayoría de los lectores tengan lugares más interesantes, pintorescos o piadosos que el mío. Lo reconozco, mi lugar favorito de Madrid no es artístico, pintoresco, religioso ni tampoco histórico. El lugar en el que más me gusta estar de mi ciudad son los puentes peatonales sobre la M-30, la autopista que rodea Madrid.

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12.08.07

Uno de los dos argentinos que no murieron mártires

Hace un par de semanas, escribí, en este blog, un artículo titulado .

En ese artículo hablaba de los claretianos que murieron como mártires en esa ciudad en 1936. Su historia es verdaderamente asombrosa y parece una página arrancada de las actas de los mártires romanos de los primeros siglos.

Los que hayan leído el artículo recordarán que los 59 seminaristas y superiores del seminario claretiano de Barbastro fueron martirizados por no renegar de su fe, con la excepción de dos jóvenes seminaristas que, al ser de nacionalidad argentina, fueron liberados.

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2.08.07

Signos de la fe (VI): creo porque he estado en Barbastro

Hace dos veranos, volviendo de los Pirineos, pasé con el coche por Barbastro. Si algún lector tiene la ocasión, aconsejo a todos que vayan allí y no se pierdan algo excepcional y que puedo asegurarles que nunca olvidarán: el museo claretiano de los mártires de Barbastro.

En 1936, se encontraba en Barbastro un seminario de misioneros claretianos, formado por 59 sacerdotes, formadores y jóvenes seminaristas. El día 20 de julio, un grupo de milicianos llegó al seminario para hacer un registro. Aunque, como es lógico, no encontraron nada en el registro, decidieron llevarse prisioneros a todos los religiosos y seminaristas. Lo sucedido desde ese momento, parece sacado de las actas de los mártires romanos de los primeros siglos.

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30.07.07

Signos de la fe (V): el asombro ante un regalo

Una vía fundamental que puede llevarnos a encontrar a Dios y que, de hecho, ha llevado a encontrar a Dios a filósofos, pensadores y todo tipo de personas en todas las épocas, es, a mi juicio, la vía del asombro ante la riqueza desbordante y sorprendente de lo real.

Este asombro, que constituye una experiencia común a todos los hombres en su primera niñez, es a menudo perdido por los adultos por la demoledora acción de la rutina. Decía Chesterton (cito de memoria), que un chico de diez años se asombrará si le dices que se abrió una puerta y salió por ella un dragón. Sin embargo, un niño de dos años se asombrará sólo con que le digas que se abrió una puerta, porque aún no ha perdido la capacidad de maravillarse ante las cosas habituales. Sin duda, en este caso, la actitud más profundamente humana es la del niño, que se maravilla ante todos y cada uno de los seres que forman parte de la realidad. El asombro es asimismo, como decía Aristóteles, el comienzo de la filosofía y, creo yo, también es el de la poesía.

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27.07.07

Signos de la fe (IV): creo porque no es lo mismo

Hace unos días, el Dalai Lama visitó Alemania y unas diez mil personas, muy pocas de ellas budistas, se reunieron para escucharle en un campo de fútbol. Actualmente está muy de moda afirmar que todas las religiones son lo mismo, que da igual ser budista que cristiano, porque sólo son formas distintas de vivir la espiritualidad. De hecho lo he leído varias veces en distintos blogs de Religión Digital.

En mi opinión, esta idea tan extendida de que todas las religiones son iguales, junto con la presencia en nuestra sociedad de diversas religiones orientales y, especialmente, el budismo, nos obligan a plantearnos en serio porqué somos cristianos y no budistas. ¿O es que da igual ser una cosa que otra?

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