Teólogos católicos: Número equivocado
Participante invitado: El P. Robert Longshanks es un antiguo anglo-católico que cruzó el Tíber hace cincuenta años. Conocido (a sus espaldas) por sus compañeros sacerdotes como Father “Battleaxe” Bob, se comenta que su propio obispo le tiene algo de miedo desde que le dijo que “el problema de Inglaterra ha sido siempre que sus obispos no están dispuestos a morir mártires”. Actualmente ejerce la cura de almas en una pequeña parroquia de Sussex.
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Esta mañana, mientras desayunaba mis arenques y riñones de todos los días, he leído en el Catholic Herald el asunto de los 144 teólogos alemanes y asimilados que piden que la Iglesia admita el divorcio, el matrimonio homosexual, el sacerdocio femenino y demás tonterías habituales. ¡Qué pena! Los Fritzs metieron bien la pata en las dos últimas guerras, pero ni siquiera ellos se merecen algo así.

Siento no haber escrito nada en el blog en los últimos días. La causa: mucho trabajo con plazos inhumanos, niños enfermos, falta de sueño y ausencia total de tiempo libre. Es decir, lo normal, pero quizás algo más acentuado de lo normal. La falta de tiempo es una de las plagas de nuestro tiempo.
El entorno de trabajo que alguien se crea dice mucho sobre cómo es esa persona. No sólo la relación con los compañeros, sino incluso los objetos físicos del puesto de trabajo revelan muchas cosas sobre la persona que allí trabaja: fotos familiares, pósteres de vacaciones, orden o desorden, estampas religiosas… Si la cara es el espejo del alma, el puesto de trabajo al menos es su reflejo borroso.
Hablábamos ayer de la ingeniería social que sufre nuestro país y, en general, otros muchos países: ideología de género, “progenitor 1 y 2″, des-educación sexual, divorcio express, eliminación del Libro de Familia, religión relegada al ámbito privado, “matrimonio” homosexual con adopción incorporada, cierre de las agencias católicas de adopción, aceptación legal o tolerancia de la eutanasia, relativismo moral, etc.
Ayer, en la homilía de la fiesta de la Sagrada Familia, el abad del Valle de los Caídos habló de que Europa está encaminada a un “suicidio moral”. Trazó una línea desde la aparición del matrimonio civil y el divorcio, con la Revolución Francesa, pasando por el crecimiento de la mentalidad divorcista, las parejas de hecho, el aborto y el matrimonio gay hasta la actualidad.



