Los sacerdotes que no saben latín dicen muchas tonterías
Leo con tristeza que un profesor católico ha sido retirado de su cátedra de la Universidad “Católica” de Lovaina por decir algo evidente: que el aborto es un asesinato.
Digo que lo leo con tristeza y no con asombro porque, por desgracia, todos estamos muy acostumbrados a que la mayoría de las universidades católicas no tengan de católicas más que el nombre. Y, por una desgracia aún mayor, también estamos acostumbrados a que las autoridades religiosas, diocesanas o vaticanas correspondientes miren hacia otro lado en vez de cumplir con su deber de defender al rebaño de los lobos. En fin, Dios tenga misericordia de ellos el Día del Juicio, porque la van a necesitar (o como decía una vieja novela con cierta gracia, ya se pueden ir comprando ropa interior de amianto).
No es eso, sin embargo, de lo que quería hablar. Más que la traición de la completamente secularizada Universidad, me ha llamado la atención la reacción de la Conferencia Episcopal Belga, cuyo portavoz. el P. Tommy Scholtès SJ, ha declarado que: “Las palabras de Stéphane Mercier me parecen grotescas. La palabra ‘homicidio’ es demasiado fuerte: supone una violencia, un acto cometido con plena conciencia, con intención y esto no tiene en cuenta la situación de las personas, a menudo en medio de una gran crisis".

Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo es uno de los argentinos ilustres de este pontificado. De hecho, dirige no una, sino dos Academias Pontificias, como Canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales. Sin embargo, hace dos días, en una entrevista, mostró que no sólo no conocía los principios básicos de la moral católica, sino que los negaba explícitamente y defendía el consecuencialismo moral, una postura condenada por la Iglesia.
El diario de la diócesis alemana de Hildesheim,
Una de las constantes desde que empecé con el blog, hace ya mucho tiempo, es que a menudo los comentarios de los lectores son más interesantes, concisos y sustanciosos que el propio artículo. Se matan así dos pájaros de un tiro: es un saludable golpe a mi crescida soberbia, como decía San Ignacio, y, además, el blog mejora mucho sin esfuerzo por mi parte, cumpliendo las palabras de la Escritura: os envié a cosechar lo que no habíais labrado. Otros trabajaron y vosotros recogéis el fruto de su labor.









