Halloween: no es para tanto
Preveo que algunos lectores no estarán de acuerdo, pero me gustaría señalar que, a mi juicio, las críticas “católicas” que se hacen contra Halloween son bastante (por no decir totalmente) exageradas. Todos los años por estas fechas, hay quien critica la fiesta norteamericana, tachándola de pagana, anticristiana o incluso demoniaca. Otros, con muy buena intención que Dios premiará sin duda, buscan “alternativas cristianas” a Halloween, como “Holywins”, que es una simple copia de la primera pero con trajes de santos.
La realidad, como sabe cualquiera que haya vivido un tiempo en Estados Unidos, es que Halloween no es pagana, anticristiana ni demoniaca por la sencilla razón de que no tiene calado suficiente para serlo. Es una fiesta completamente superficial, sin ninguna pretensión de significado. Los que critican esos supuestos significados perversos hacen, a mi entender, más un ejercicio de fantasía que de análisis de la realidad.

Una lectora, Manoletina, me pide que dedique un artículo a la juventud, con ocasión del Sínodo sobre ese tema. Como no tengo tiempo estos días para hacerlo, he pensado publicar este viejo poema, que aparece en 
A no ser que uno acostumbre a pasear con bastón blanco, es imposible no ver con preocupación la conclusión de un 









