InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Humor

20.04.12

Confusión sobre la ciencia en el Museo de Ciencias Naturales

Libros Dawkins Museo de Ciencias NaturalesEl fin de semana pasado estuve con mis hijos en el Museo de Ciencias Naturales. Es una visita divertida para los niños, porque el museo tiene multitud de animales disecados, desde minúsculos escarabajos hasta elefantes y rinocerontes. Los esqueletos también añaden emoción a la visita, especialmente el de la gran ballena azul colgada del techo, cuyo tamaño, como el de las pirámides, siempre asombra a los que lo ven por primera vez.

La reacción de los niños depende, lógicamente, de su edad. La mayor, a sus seis años, escucha con gusto algunos conceptos científicos básicos, sobre la forma del cuerpo de cada animal adaptada a los alimentos que ingiere o al entorno o clima en los que habita. Al mediano le gusta que los animales sean lo más grandes y más fieros posibles y la emoción de actuar como explorador, descubriendo siempre los animales que hay más lejos y gritando “¡mirad allí, un león!” (bueno, más bien “titad atí, un teón”). La pequeña, por su parte, clasifica a los animales por su posible participación en un cuento: “ete e bueno” (un conejo) o “ete e malo” (un buitre), “mi guta” (un pájaro de colores) o “no mi guta” (un mono con cara de pocos amigos).

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10.04.12

31.03.12

19.03.12

Día del Padre en mi casa

Regalos día del padreHoy, 19 de marzo, es el día del Padre en España. Lo cual es algo bueno, porque al menos lo han dejado en la fiesta religiosa que le correspondía, San José. En cambio, el día de la Madre, que solía ser el 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada, fue trasladado al primer domingo de mayo por presiones de los centros comerciales: en diciembre ya vendían mucho alargando la Navidad y preferían otra excusa para vender en mayo, que estaba muy poco cubierto.

Como es lógico, mis hijos estaban mucho más nerviosos e ilusionados que yo con la llegada del día del Padre, porque han estado preparando sus regalos durante dos semanas, en el colegio. Mi hijo de cuatro años lleva tres días viniendo a mi despacho cada cinco minutos, con las manos detrás de la espalda y diciendo: “¡Adivina qué te voy a regalar!”. Cuando yo le decía algo así como “¡un hipopótamo!”, se reía a carcajadas y gritaba “¡Nooo!”, muy satisfecho de saber más que su padre, antes de salir corriendo a guardar de nuevo el regalo en su escondrijo. Mi hija mayor, más matemática, se ha molestado en contar todos los regalos y en informarme, también cada cinco minutos, de que iba a recibir siete regalos.

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14.03.12