Invitación a tres charlas sobre el Concilio de Nicea

En lo que probablemente haya sido un momentáneo ataque de locura, los beneméritos sacerdotes de la parroquia de Santa María del Parque, en Madrid, me han pedido que pronuncie tres charlas sobre el 1.700º aniversario del Concilio de Nicea, a lo largo de los tres próximos viernes.
Es un tema muy entretenido, repleto de santos espectaculares, herejes liantes y mentirosos, traiciones, teólogos, emperadores, la crisis arriana, destierros, contrataques, confesores con una fe a toda prueba y la Providencia triunfante. A la vez, se trata de un momento crucial de la historia de la Iglesia, no solo porque en Nicea se defendieron los puntos fundamentales de la fe, sino también porque se sentó el precedente que tendrían que seguir todos los concilios ecuménicos posteriores.
Será una visión a vista de pájaro, claro, porque las charlas están destinadas a los feligreses habituales, de modo que trataré de que sean amenas y con un nivel muy sencillo, accesible para todos.


Con la edad, los años vuelan y se entremezclan hasta hacerse casi indistinguibles, como golondrinas que revolotean en una tarde de verano. Parece que inauguré el blog esta mañana, pero, si miro las fechas reales, tienen la impertinencia de revelarme que llevo años escribiendo y descubro con sorpresa que he firmado ya cientos de artículos. Ay, qué ganas de eternidad que no se acaba.
Suelo escribir los libros que me gustaría leer a mí, esos libros que me encantaría encontrar en una librería, que desearía que existieran pero no se han escrito aún… y con ello generalmente consigo que mi mujer me regañe. Según dice, el problema es que soy raro y tengo gustos raros, así que está prácticamente garantizado que lo que me gusta a mí apenas le guste a nadie más. Cuando escribí mi primer libro,
Un amable lector ha colocado en su blog dos breves reseñas de los libros








