¿Por qué hay más mujeres que hombres en nuestras iglesias?
La encuesta que publica hoy InfoCatólica, realizada por Paix Liturgique, me ha parecido interesante en muchos aspectos. Algunas cifras me han sorprendido, otras son más conocidas. Curiosamente, llevo la mañana pensando en algo que “todo el mundo sabe", pero sobre lo cual nunca me había parado a reflexionar: las mujeres tienden a ser más religiosas que los hombres.
En España, según la encuesta, se declaran católicos el 63,3% de los españoles, es decir, casi dos tercios del total. Sin embargo, se trata de la media, porque los porcentajes por sexo son muy diferentes. El 69,3% de las mujeres españolas se consideran católicas, un porcentaje mucho mayor que el de los varones, que sólo es del 57,1%. Y no se trata sólo de la pertenencia teórica a la Iglesia, sino también de la práctica religiosa plasmada en la asistencia a Misa. El 28,8% de las mujeres y el 20,7% de los hombres van a Misa al menos una vez al mes. Es decir, por cada dos hombres que veamos en Misa, habrá tres mujeres, algo que puede comprobarse fácilmente yendo a Misa, especialmente un día de diario.



Hace años, visité Roma justo cuando estaba siendo restaurada la Capilla Sixtina. En aquel momento, una mitad del techo estaba restaurada y la otra mitad seguía sin restaurar, con lo cual se podían apreciar muy bien las diferencias. Francamente, sin querer menospreciar la labor de los restauradores, era mucho más bonita la parte sin restaurar. Los años le habían proporcionado una pátina de antigüedad que hacía más sutiles los colores (en lugar de los chillones naranjas y azules de la restauración), fundía unas figuras con otras y, en general, otorgaba una cierta profundidad al conjunto.
A mi juicio, uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es que los cristianos estamos acomplejados por una sociedad hostil y nos avergonzamos de ser católicos. Y, en consecuencia, nos da vergüenza hablar como católicos y utilizamos un lenguaje políticamente correcto y lo más insustancial posible. Basta leer buena parte de los documentos de los obispos que, superficialmente, son indistinguibles de los comunicados de los políticos. Hablamos como habla el mundo y podríamos sospechar que eso se debe a que pensamos como piensa el mundo.



