Arte oriental, última cena y María Magdalena
Ya he dicho más de una vez que me acuerdo a menudo de rezar por los comentaristas y lectores del blog. Durante los días que pasé de vacaciones en los Países Bálticos el mes pasado, tuve ocasión de acordarme aún más frecuentemente de hacerlo. Al visitar multitud de iglesias, cada una con su sagrario y un rato de oración ante él, fui pidiendo por los lectores y comentaristas, en general y en concreto, por tierras lituanas, letonas y estonias. Pido por las necesidades e intenciones de cada uno y, además, como decía San Pablo, “doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de vosotros”.
Por si alguien no se lo cree y ya que las oraciones son indemostrables, probaré al menos que me acordé de los participantes de este blog y de los temas discutidos. Un tema que se discutió aquí hace tiempo fue el del arte de las iglesias orientales, con su iconografía perfectamente reglada. Luis decía que era un disparate mezclarlo con el arte cristiano occidental, que tiene sus propias formas de expresión y criticaba el uso de iconos en occidente o de imágenes de estilo occidental en oriente.