InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Canciones

28.11.23

¿Hay que ser poeta para ser católico?

Estos días, he estado leyendo la segunda edición de 400 poemas para explicar la fe, la antología de poesía católica en español editada por Yolanda Obregón, que acaba de salir a la venta y me he sentido anonadado por la inmensa cantidad de poesía que atesora la tradición católica. Desde los orígenes de la Iglesia hace dos milenios y más atrás aún, durante toda la historia de Israel, nunca se ha dejado de utilizar la poesía para hablar de Dios, de su revelación y de la historia de salvación que tiene con su pueblo. Esta unión de la historia del cristianismo con la poesía me ha resultado tan evidente al leer el libro que no he podido evitar preguntarme si será quizá necesario ser poeta para ser católico.

La poesía está por todas partes en el catolicismo. No es posible evitarla. La misma Biblia tiene dos libros enteros dedicados a la poesía, el libro de los Salmos y el Cantar de los Cantares, y numerosísimas composiciones poéticas diseminadas por los demás. Muy triste será la lectio divina de alguien que no sea capaz de percibir la belleza poética de esos textos y, a través de ella, vislumbrar la belleza de Dios y de sus obras. En el libro que mencionaba, hay diversos ejemplos (entre otros muchos que se podrían haber incluido) de textos bíblicos que ya eran poéticos en el original hebreo y que han sido trasladados a poemas en español a lo largo de los siglos. Pensémoslo por un instante y asombrémonos: la Palabra de Dios habla de Dios con versos.

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27.01.23

Oración para pedir santos

La Iglesia no necesita grandes medios materiales, ni leyes que la reconozcan y favorezcan, ni templos maravillosos, ni colegios y universidades, ni una organización eficiente, ni la admiración de los hombres. Si los tiene, estupendo y que sea para la gloria de Dios, pero, si no los tiene, no pasa nada y Dios convertirá esa pobreza en riqueza sobreabundante, como hizo en Belén.

En cambio, si nos faltan los santos que reflejen la santidad de Dios entre nosotros, qué grande será nuestra miseria. Pensando en todo esto, me ha parecido buena idea traer al blog una poesía y oración que escribí hace tiempo para pedir santos a Dios. Ojalá nos conceda muchos santos, porque los necesitamos.

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22.12.22

La nana del Niño Dios

Como todos los años, tengo el placer de felicitar las Navidades a los lectores con un villancico compuesto y cantado en familia. Esta vez lo grabamos en exteriores, así que la calidad del sonido deja bastante que desear. Como verán, vamos bien abrigados por el frío, uno de mis hijos está acatarrado, el viento se esfuerza por ahogar nuestras voces y hasta un tren a lo lejos y las campanas de una iglesia cercana contribuyen al barullo, pero, como siempre, eso es lo de menos. Lo que importa es alegrarse y cantar por el nacimiento del deseado de las naciones, la esperanza de Israel, el que tanto hemos esperado.

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31.07.22

Nuestra Señora del Crisantemo Blanco

El otro día, un lector mencionó el famoso haiku del crisantemo blanco (un haiku, como ya sabrán, es un brevísimo poema japones de solo tres líneas, de cinco, siete y cinco sílabas). El poema, traducido, dice así:

Mis ojos miran
el crisantemo blanco,
inmaculado.

Precioso, aunque los occidentales no estamos acostumbrados a este tipo de poesía oriental y nos cuesta más apreciarla. A veces parece que no nos ha dado tiempo a prestar atención y ya se ha terminado, pero estos poemas son tan cortos porque intencionadamente se limitan a una sola imagen, una impresión, para despertar la admiración pura de quien los lee, evitando distracciones y complicados razonamientos. El protagonista es el crisantemo, sin mancha ni imperfección, que se presenta a nuestra contemplación maravillada.

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24.06.22

Cor Iesu vicit et vincet

En honor del Sagrado Corazón y de esta gran victoria de consecuencias mundiales contra el aborto que nos ha regalado en su fiesta, traigo al blog un sonetillo que escribí hace años. A veces, viendo nuestra debilidad y las derrotas que sufrimos una y otra vez, tenemos la tentación de desesperar. Y humanamente, esa desesperanza es lo más lógico que hay. Con la gracia, sin embargo, lo podemos todo, porque el Corazón traspasado de Cristo lo puede todo.

Lo que nos falta no es poder político, sino fe. Lo que cambia el mundo no son nuestras fuerzas, sino la caridad sobrenatural que brota del corazón divino. Lo propio del cristiano no son el pesimismo ni el optimismo, sino la esperanza que no defrauda. Cor Iesu vicit et vincet. El Corazón de Jesús ha vencido y vencerá.

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