Buena pregunta. Hazme otra.

El otro día, afirmé que mi santo favorito es San Dimas, ya que en él veo muy claramente la gratuidad de Dios. En efecto, se convirtió a Cristo al borde de la muerte, en la misma cruz, pero esos momentos de arrepentimiento y de fe en el momento álgido de su vida bastaron para que el Señor le prometiera el paraíso.

Ante estas afirmaciones, un lector, con cierta lógica, pregunta:

“De lujo no? toda la vida robando y asesinando y al final, por estar en el sitio correcto en el momento indicado, ale, al paraiso limpio a disfrutar. Moraleja: no te preocupes, haz el mal, pero arrepientete en tu lecho de muerte, que Dios misericordioso te salvará.”

Antes de dar mi opinión sobre el asunto, me gustaría invitar a los lectores a que intenten responder a esta objeción.

Ante todo, quiero señalar que no es una objeción absurda la que plantea este lector (que firma con el seudonimo “A"). Es algo completamente lógico y, en cierto modo, de sentido común. Si a nosotros no nos sorprende algo así, es solamente porque estamos muy acostumbrados a oír esta historia.

Sin embargo, es necesario responder a esta objeción, porque a San Dimas fue el mismo Cristo quien le prometió el paraíso. Por lo tanto, ser capaces de explicar esto es una parte importante del encargo de “dar razón de nuestra esperanza” que nos hizo el primer Papa. ¿Como responderían los lectores?

25 comentarios

  
Ana
Estaba en el sitio correcto y lo supo aprovechar, la gente se burlaba, los suyos salieron pitando, hasta el otro compañero se reia y fue el único que confesó que Cristo era Dios y pidió ir a su reino, luego hubo conversiones pero él fue el primero que testificó quien era su compañero de enmedio, además también le habló al otro compañero de temor de Dios, quzá para que lo imitase e´l también
01/12/08 10:33 PM
  
Luis Fernando
La respuesta creo yo es que lo más probable es que aquel que vive como ladrón, muera como ladrón. Es decir, aunque puede que en el último momento de la vida puede darse la oportunidad del arrepentimiento, en demasiadas ocasiones no es así. Pienso ahora en el atracador de bancos que el otro día murió en un enfrentamiento con la policía, cuyo vídeo pudimos ver. Mucho me temo que ese sujeto no tuvo oportunidad de arrepentirse, aunque eso sólo lo sabe Dios.

Por otra parte, la reacción de ese lector se parece bastante a la del hermano del hijo pródigo. Él se había mantenido fiel pero cuando vio que su hermano, el pecador dispalfarrador de la fortuna de su herencia, era recibido con los brazos abiertos por su padre, se sintió molesto. Finalmente la justicia de Dios tiene un componente de "locura" para el hombre. No la acabamos de entender porque no siempre alcanzamos a comprender que la misma está guiada sobre todo por el amor. Y el amor, mucho más si es de Dios, todo lo perdona al que pide perdón.
01/12/08 10:52 PM
Como siempre en nuestra fe católica, se ha demantener "una cosa Y la otra".
Las advertencias de Jesús a estar siempre vigilantes, porque no sabemos ni el día ni la hora y por otra parte, la misericordia infinita del Padre, que espera siempre al hijo descarriado.
Sólo que esa misericordia no ha de desembocar en el: "Pecca fortiter et crede fortius" luterano (=peca todo lo que quieras, con tal de que creas más fuertemente). Semejante conclusión la desacreditó enérgicamente S. Pablo:"Si con mi mentira la verdad de Dios sale ganando, para gloria suya, ¿por qué todavía voy a ser condenado como pecador? ¿O debemos hacer el mal para que resulte el bien, como algunos calumnidadores nos hacen decir?. ¡Esos sí merecen ser condenados!
(Rom 3, 7 - 8).
"¿Debemos seguir pecando para que abunde la gracia? ¡Ni pensarlo!" (Rom 6,1). "¿Vamos a pecar porque no estamos sometidos a la ley sino a la gracia?, ¡De ninguna manera!"(Rom 6, 15).
01/12/08 10:57 PM
  
Carmen
Interesante reflexión. El comentario de "A" es lógico. La respuesta siempre se esconde en "lo oculto". Dios ve más allá de donde ven nuestros ojos. Entiende más allá de donde nosotros llegamos a entender. Y en definitiva, da su gracia a quien se la pide con las debidas condiciones.

Creo que Dimas representa ese "salvavidas" que siempre nos ofrece Dios. Que sabe muy bien a quien corresponde el perdón.

Un saludo y buenas noches
01/12/08 11:20 PM
  
RNA
Yo no veo ningún problema. La cestión está en el arrepentimiento de corazón. Quien peque durante años con la intención de arrepentirse al final... vaya una burla, ¿será un tipejo así capaz de auténtico arrepentimiento? Dios ve el corazón, a nadie puede engañar en el momento supremo.

Ahora bien, Dios perdona siempre a un corazón sinceramente contrito. Si es tras una larga vida de pecado ¡todos deberíamos alegrarnos! Ese obrero llamado a la viña a última hora recibirá lo mismo que los jornaleros que trabajaron en la viña desde la primera hora, cada uno cuando fue llamado.

La justicia de Dios no puede ser como la de los hombres. Un dios mezquino, que lleva cuenta de los pecadillos y pecadejos, no es dios. Nuestro Dios no puede ser considerado con criterios ce justicia farisaica.
02/12/08 12:04 AM
  
RICARDO CARRILLO
Pienso que la afirmaciónhecha por este lector no es del todo cierta. Si es verdad que San Dimas estaba en el momento y lugar justo. Este hombre que toda la vida la había pasado robando y haciendo el mal (pecando), se encuentra ese día con Jesucristo y ante este cree. Podía haberle pasado otro día antes de morir pero fue ahí, en la cruz, en el sufrimiento, donde Cristo se hace el encontradizo con él, y Dimas a la vez se deja encontrar por Cristo. A nosotros Cristo pasa todos los días por nuestro lado, en la sonrisa de nuestros hijos, en el sufrimiento de una enfermedad, en el trabajo diario, en nuestro matrimonio, en nuestra comunidad, en los sacramentos y no hay manera de que nuestro corazón sepa apreciar y ver lo que San Dimas si supo encontrar.
02/12/08 1:19 AM
  
O.A
Pues yo creo,que en ese sufrimiento atroz que
padeció Dimas,al lado del Señor y el asumir que el estaba recibiendo el castigo que merecía por su vida de depravación y maldad,reconociendo a Cristo como victima inocente y a su vez como Dios y pidiendole su misericordia y perdon,le redimió de toda su vida de pecado y recibió la gracia del perdón
y el premio de la Gloria.Cosa que no ocurrió con el otro que murió blasfemando.La oportunidad la tuvieron los dos,pero el otro la Gracia la rechazó
02/12/08 2:33 AM
  
A.M.
Dimas había experimentado lo MAL que se vive haciendo el mal. El pecado NO es algo ESTUPENDO que Dios nos prohibe para darnos, a cambio del "fastidio" de no pecar una vida vida feliz en el más allá. El pecado engendra la muerte; y Dimas lo ha experimentado. Y, estando muerto por dentro, no echa la culpa de su desgracia a los demás: reconoce sus pecados.
Frente a la actitud de Jesús, que no se queja y entrega voluntariamente su vida cargando con las consecuencias del mal que no ha hecho, Dimas reconoce el AMOR; se encuentra cara a cara con las consecuencias del pecado en un inocente. ¡Esa es la VERDAD, que no ha conocido antes! En ese amor reconoce la verdad, reconoce a Dios... Y, desde la humildad (que es la verdad), cree en el amor que es más fuerte que la muerte, que tiene el poder de destruir el pecado. Y se entrega en los brazos de Cristo.
02/12/08 2:49 AM
  
Eltorito
Paz y Gracia!

Creo que el arrepentimiento, la contición del corazon es parte una gracia, no un acto netamente intelectual.

Dificilmente puedo decir en este momento..... ok, me arrepiento y me salvo..... no no.

No sabemos cual fue el proceso del "buen" ladrón, pero podemos estar seguros que Dios le dió la gracia para el arrepentimiento y el la aceptó.

En Cristo,
Eltorito.


02/12/08 5:54 AM
  
M
Leí en alguna parte (no me acuerdo dónde) una reflexión sobre cómo el Buen Ladrón reunió sobre la cruz las condiciones que se requiere de los católicos para hacer una buena confesión: 1) examinó su conciencia para poder decirle al otro ladrón que se merecían su castigo; 2) sintió dolor por sus pecados como mostró al preguntar al otro ladrón: "¿No temes a Dios?"; 3)su propósito de enmienda se ve en cómo corrigió a su compañero (muestra de caridad) y que estando en la cruz ya no pecaría más; 4) confesó por sus labios sus pecados abiertamente (hasta en público) ante el mismo Cristo, reconociendo que se merecía su castigo; 5) hizo penitencia sobre la cruz y mostró fe y esperanza en Jesús cuando a simple vista parecía ser un criminal sobre la cruz. Confesó en público su fe así en Cristo, que dijo que quienes le confesaran ante los hombres Él confesaría ante su Padre que está en los cielos. (Mt. 10, 32)

Recibió gracia, pero correspondió a la gracia en una situación dificil, humillándose ante el Señor en público. Si uno oyó la promesa del paraíso, el otro no, mostrando Jesús tanto misericordia como justicia. Para los que piensan que pueden convertirse a última hora y que por eso persisten en el pecado, vale la pena leerse la “Homilía sobre el aplazamiento de la conversión” por S. Juan María Vianney (Cura de Ars): http://www.mercaba.org/Fichas/Conversion/aplazamiento_de_la_conversion.htm
02/12/08 6:38 AM
  
Blanca Guerrero
Creo que, como algunos comentaristas anteriores han dicho, la respuesta tiene mucho que ver con la primacía de la gracia en el proceso de conversión. No sabemos y no entendemos que Dios no "ama igual" a todos los hombres y al mismo tiempo nos ama a cada uno con "amor infinito". Y esto tiene consecuencias no sólo teóricas sino, sobre todo, prácticas.
02/12/08 8:03 AM
  
azahar
Quién se dedica a hacer el mal no alcanza la felicidad nunca y eso ya le supone un castigo para sí mismo, aunque no lo perciba. Arrepentirse de los pecados conlleva una mezcla de sufrimiento y de liberación y no es una acción fácil de llevar a cabo El arrepentimiento puede llegar en cualquier momento y la sinceridad de tal acto es valorada por Dios. Dimas abrió su corazón a Cristo en el último momento y salvó su alma, haberlo hecho mucho antes le podría haber aportado la felicidad que no pudo disfrutar hasta el momento de su muerte y de la que fue consciente en ese instante.

02/12/08 8:45 AM
  
Anido
A lo mejor (casi seguro) pecó de listillo, pero creo que la respuesta la dio el mismo Jesús:

Mt 20, 1 - 16: El dueño de la viña ajusta con cada uno lo que cree que es justo, un talento para los que trabajan de sol a sol, un talento para los que trabajan media jornada, un talento para los que trabajan sólo al final de la tarde. El Señor concede a todos lo que es justo, y si a nosotros nos da lo que nos ha prometido, ¿quiénes somos nostros para quejarnos de lo que se entrega a nuestro hermano?. Lo importante es que Dimas, al final, en la tarde de Viernes Santo, creyó, se convirtió y se arrepintió realmente de sus pecados, el resto es secundario.

La misericordia de Dios es infinita y no debemos tratar de medirla por los mezquinos parámetros humanos.

Un saludo a todos.
02/12/08 9:07 AM
  
converso
1o Creer y cumplir la voluntad de Dios y serle fiel es una gracia, un regalo. No algo por lo que merezcamos un premio. Luego no debe generar resquemor que haya personas que se conviertan en el último momento de su vida después de haber llevado una vida de pecado. Todo lo contrario.

2o El pecado no es bonito y no te hace feliz. Ser un pecador no es maravilloso. Te lleva por una espiral de autodestrucción cada vez más pronunciada, aunque a veces sea de forma sutil

3o El que ha llevado una vida de pecado, al final de su vida es posible que tenga tanto lodo sobre su alma que no tenga capacidad de arrepentimiento. Yo no me jugaría mi salvación a esa carta.

4o Se puede alcanzar la salvación mediante un acto de contricción perfecta en el momento de la muerte. Eso no eximirá a esa alma de pasarse media eternidad o más expiando en el purgatorio. Personalmente, creo que se debe aspirar a más que a salvarse por los pelos

Dicho queda
02/12/08 9:53 AM
  
ricardo
Seguimos sin entender a Dios...

Mateo 20.

15 ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?

16 Así, los últimos serán los primeros y los primeros, los últimos.

02/12/08 10:10 AM
  
ricardo
Pero tengamos confianza, aunque no le entendamos, El a nosotros si.

De la oracion de laudes de hoy
Salmo 32
13El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
14desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
15él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.
02/12/08 10:14 AM
  
Fleming
Como tantas veces RNA afina en el comentario. Coincido en que este hecho del buen ladrón ha de ponerse en relación con la parábola de los vendimiadores.
Y con que "por gracia somos salvados, mediante la fe y esto no viene de vosotros y tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe"
en el blog de Mons Sebasatian estan con ese tema.
Abrazos fraternales
02/12/08 10:41 AM
  
ciudadano
Ciertamente el comentario de A parece lógico, sin embargo creo que hay un par de agujeros en el razonamiento.
En aquella época la situación ecónomica era terrible, por tanto mucha gente tenía que tomar lo que no era suyo para poder comer, para poder dar de comer a los suyos. ¿es eso robar?.
Por otro lado sabemos que Dimas conoció a Jesús en la cruz y que no entendía cómo´podían condenar a una pena semejante a la suya a quien no había cometido delito. Está claro que el fondo de Dimas tiene una buena parte de justicia y piedad, con lo que surge la pregunta ¿si Dimas hubiera conocido antes a Jesús hubiera sido un ladrón? tal vez por el buen corazón que se le puede entrever podría haber sido uno de los seguidores del Maestro.
No lo sabemos, no lo podemos saber, pero el Señor sí puede, el Señor sí pudo conocerle y perdonarle.
02/12/08 1:45 PM
  
Rosario
Fleming, Jesucristo le prometió el cielo al buen ladrón. Pero es que ya no tenía más opciones de obrar mal. A otras personas que perdonó durante su vida les dijo "no peques más" (obras), también "tu fé te ha salvado" (fé). Que cada cual en su vida aplique lo que necesita en cada ocasión, yo por mi parte voy a intentar no arriesgarlo todo al final, no vaya a ser que no tenga la suerte de arrepentirme en el momento adecuado.
Y sí tienes razón, en el blog de Mons Sebastián están muy ocupados en ver si sólo la fé justifica o si las obras son o no meritorias. Es para profesionales. Menos mal que Jesucristo también dice "Te doy gracias Padre, porque has revelado estas cosas a los sencillos". Es reconfortante.
Saludos
02/12/08 1:55 PM
  
luis
Una precision. A veces, entendemos la vida humana como una "contabilidad del espíritu", de modo que Dios juzgaría algo asì como un balance de nuestra vida, y si encuentra màs activo que pasivo, i.e., el patrimonio neto de las buenas obras, nos salvamos; si hay déficit nos condenamos.
Frente a esto, Teresita de Jesús dice claramente que Dios ignora una ciencia, la de contar.
¿Entonces?
El Cristianismo más que una religion, es una pràctica de transformacion de un ser puramente humano en un consorte de un Dios. Es una metamorfosis ontologica sobre la base de un Encuentro con la Divinidad, que nos hace "mutar" de naturaleza. Esa mutacion es producida por la gracia -recibida como lo indica su nombre, por puro don-, y es la que nos hace aptos de ver y tocar a Dios con los ojos y las manos del Espìritu. Para recibir esa gracia, basta con desearla de veras y pedirla, en cualquier momento de nuestra vida.
Ergo, quienes han sido asì transformados veràn a Dios. Sin contabilidades.
Espero no haber resultado muy protestante. Creo que lo explica bien Jack Lewis en Mero Cristianismo.
02/12/08 1:56 PM
  
miguel
Como dice Rosario, lo del blog de Monseñor Sebastián es para profesionales.
Pero esta discusión sólo necesita una premisa: Dios es Amor. El amor consiste en poner al otro por encima de uno mismo.
Y donde mejor se manifiesta el amor es en el sufrimiento: cuando uno sufre tiende al egoismo, a pensar más en sus problemas que en el otro, de manera que hacerlo al revés indica la presencia de mucho amor.
Como cuando la viuda pobre echa los dos reales al gran Tesoro del Templo, Dimas amó más que muchos a Cristo expresando su preocupación por él y defendiéndole frente a los que le ofendían. Nada podía hacer más que lo que hizo. Pero se olvidó de sí mismo y se abrió a la necesidad de Otro, y eso le convirtió en perfecta imagen de Dios. Por eso obtuvo el paraíso.
Añadamos a eso la inmensa fe de pedir a quien muere a tu lado, hecho un guiñapo, que se acuerde de ti "cuando llegue a su reino". ¿Cómo pudo prever la resurrección en ese estado? Defender a Cristo fue sobrehumano, pero fue racional. Pedirle el reino en esas circunstancias, fue irracional.
Por eso es tan difícil ser santo, porque es de locos amar en esa dimensión y creer con esa profundidad.
02/12/08 2:37 PM
  
Fredense
Me han gustado varias respuestas, entre otras las de Luis Fernando, RNA, A.M. y luis, con las que coincido totalmente.

Del planteamiento inicial del lector A me chocan dos cosas: la primera, el calificar la vida de Dimas como "de lujo". ¿Qué es mejor, trabajar en la viña del Señor desde por la mañana o pasarse el día sentado, esperando que alguien se fije en tí? (A.M. lo ha explicado muy bien). Lo segundo es lo de "estar en el sitio correcto". A mí me parece que esto es lo fundamental: estar en el sitio correcto quiere decir tener un encuentro con Jesucristo. Yo estoy convencido que es Él el que nos busca o, por lo menos, el que se deja encontrar si lo buscamos.

Bruno, siguiente pregunta: ¿dónde está Jesucristo? ¿dónde podemos encontrarlo? ¿cómo ponernos "en el sitio correcto"?
02/12/08 2:50 PM
  
Noby
Bruno
Muy hábil, yo pregunto y que los parroquianos de ReL me hagan el resto...jeje
Pues la figura de S. Dimas, ya lo han dicho otros (Luis muy de acuerdo contigo, la cita de Sta. Teresita, oportuna y cierta), evoca a alguien que apuesta por un moribundo, y que recibe, a instantes de su muerte una moción del Espíritu Santo, ¿como Gramsci?, y apuesta por ello. Calladito estaba más guapo, pero, algo, en su interior, no le dejaba quieto el entendimiento;es un acto de fe, un seguimiento del Señor, fracasado y abandonado por todos, excepto por su Madre y las piadosas mujeres, después S. Juan, ¿qué atractivo tenía en esos momentos el Señor?. Por tanto mucha fe desnuda de argumentos, y, corazón mucho corazón, en el sentido bíblico de la palabra,y, eso lector (real o imaginario) "A", no se improvisa, se lleva dentro y cuando Dios dispone sale, o no, en función del uso de la gracia actual que cada uno haga.
02/12/08 5:41 PM
  
Bruno
¡¡Enhorabuena a todos!! Las respuestas han sido verdaderamente estupendas. Voy a repetir aquí lo que he escrito al comienzo del artículo siguiente:

"Antes de lanzarme a responder, me pareció una buena idea pedir a los lectores que diesen su opinión. No sería justo decir que la variedad y profundidad de las respuestas recibidas me han sorprendido, porque la calidad de los lectores de este blog es de sobra conocida. Sí que diré, en cambio, que me he sentido justamente orgulloso de mis lectores, de lo sustanciosas que han sido sus respuestas y de cómo han sabido identificar, sin vacilar, los puntos fundamentales de la cuestión. Como verán, he recogido todas las respuestas en este extenso artículo".

Resulta imposible responder a todos, así que agradezco de forma conjunta las aportaciones. Como dice Noby, con lectores así no tengo que esforzarme en el blog, se escribe solo. He intentado incluir todas las aportaciones en lo que he escrito. Ni una sola era superflua. Verdaderamente excepcional.

A los que comentan por primera vez en el blog: Bienvenidos.

¡Buen trabajo!

02/12/08 6:22 PM
  
Juan Carlos de la Fuente Díaz
El dueño envía a los jornaleros a trabajar en sus dominios a unos al amanecer, a otros al mediodía y a otros al final del día. Pero, ese señor de esas tierras de labor ha querido pagar a todos la misma cantidad.
Porque, en definitiva, ¿no puede hacer Él lo que quiera con sus bienes? ¿o es que hemos de tenr envidia de que sea bueno y nosotros pecadores?
05/12/08 8:50 AM

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