Obama y la devaluación de lo sagrado
En los Estados Unidos, se celebró este domingo el Día del Padre. En Norteamérica y en un gran número de países que han seguido su influencia (incluyendo buena parte de Hispanoamérica), el Día del Padre es el tercer domingo de junio. Como es lógico, la festividad católica de San José no es bien recibida ni por protestantes ni por laicistas, de manera que se utiliza esta otra fecha completamente arbitraria, que está basada únicamente en la circunstancia de ser cercana al cumpleaños del padre de la inventora de la idea, una norteamericana llamada Sonora Smart.
Debo confesar que, este año, me impresionó el inicio del discurso del Presidente Barack Obama con motivo del Día del Padre: “Desde los primeros instantes de la vida, el vínculo forjado entre un padre y un hijo es sagrado”. Es una frase sonora y muy potente, especialmente impresionante para los que tenemos hijos. Sin embargo, me temo que la frase sólo me resulta significativa porque para mí, a diferencia de para el Presidente de los Estados Unidos, la palabra “sagrado” significa algo.

El Señor nos animó a que fuéramos sencillos como palomas y astutos como serpientes. Intentando cumplir ese consejo, hemos hablado varias veces sobre las tácticas que, usadas con notable éxito, han dado lugar a la aprobación del divorcio express, el matrimonio homosexual o el aborto en España y en la mitad de los países del mundo.
Estas últimas semanas, he estado haciendo la mudanza de un piso a otro. Un trabajo mucho más pesado de lo que imaginaba. Resulta increíble la cantidad de cosas que se acumulan en una casa con los años. Especialmente cuando uno tiene tres niños pequeños y salen juguetes, pololos de bebé (sea lo que sea lo que significa esa palabra) y trastos de todos los rincones.
Hoy me ha enviado este correo una amiga, que ha empezado a trabajar hace muy poco tras un tiempo en el paro, contándome las cosas que se le ocurrían al pasear a su perro. Son unas líneas muy sencillas, sin sucesos extraordinarios ni grandes argumentos metafísicos.
Me ha llamado la atención leer, en distintos blogs de este mismo portal, cómo a veces se critica durísimamente al feminismo y otras se ensalza al mismo como un gran logro de nuestro tiempo. Es una contradicción curiosa y creo que conviene analizarla un poco.



