InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Familia

5.06.14

Caravana de bicicletas

imageCon su generosidad característica, SS. MM. los Reyes Magos trajeron este año sendas bicicletas para mis tres hijos. Esos mismos Reyes Magos, sin embargo, desoyeron mi propia petición de un robot inteligente, indestructible e infatigable que pudiera cuidar a los niños mientras usaban las bicicletas. Así pues, a quien le toca acompañarlos por las tardes es a mí, que por desgracia no soy indestructible, ni infatigable ni, aparentemente, demasiado inteligente.

Como los Reyes llevan más de dos milenios en el negocio de los regalos y son bastante sabios, se preocupan poco de los dictados de lo políticamente correcto. En consecuencia, las bicicletas no son unisex, sino que se adaptan a los gustos de sus respectivos propietarios, aunque esos gustos sean sexistas y discriminatorio-cavernícolas.

Así pues, la bici de mi hijo mediano es amarilla y negra, con aspecto de bicicleta de montaña para deportes extremos, aunque los ruedines estropean un poco el efecto. Por supuesto, en las bicicletas de las dos niñas abundan los ponis, las hadas y las cintas brillantes, pero lo más llamativo es que son de color rosa. Cuando digo rosa, no me estoy refiriendo a una simple tonalidad. Se trata más bien de una cualidad indescriptible utilizando meras palabras humanas y cercana a la roseidad absoluta: un rosa tan intenso que sólo se puede contemplar con gafas de sol si uno no quiere perder la vista para siempre. Tengo la sospecha fundada de que, para asegurar el equilibrio cósmico del universo, en alguna lejana galaxia hay planetas enteros en los que el color rosa es desconocido, como una forma de compensar el exceso de densidad rosística de las bicicletas de mis hijas.

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30.05.14

Polémicas matrimoniales (VI): la Iglesia tentadora

TentaciónUno de los aspectos que personalmente menos me gustan de la propuesta del Cardenal Kasper de dar la comunión a los divorciados en nuevas uniones es el papel en el que, sin darse cuenta, coloca a la Iglesia.

El cardenal Kasper propone, como ya hemos visto, que, después de contraer una unión civil adúltera “irreversible” y tras un período de penitencia, se admita a los divorciados a la comunión, a pesar de que el matrimonio inicial sigue considerándose válido. Para el cardenal, esa forma de actuar por parte de la Iglesia sería misericordiosa y compasiva. A mi entender, en cuanto se examina un poco la cuestión sin eufemismos, lo que estaría sucediendo es que la Iglesia, de Maestra pasaría a tentadora y de Madre a cómplice, es decir, exactamente lo contrario de lo que pretendía el Cardenal Kasper. Veamos por qué.

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26.05.14

Polémicas matrimoniales (V): el perro verde y la brecha en la muralla

Si alguien te vende un perro verde y luego descubres que destiñe con las primeras gotas de lluvia, es normal que te quejes. Si ya te han vendido seis y compras el séptimo, o no eres muy despierto o en realidad quieres que te engañen. Una ventaja de que la propuesta sobre el matrimonio que venimos tratando en estos artículos se realice ahora y no hace cincuenta años es que, como ya nos han vendido media docena de perros verdes, al menos si lo compramos ya no podremos decir que la culpa es de quien nos vende los canes color esmeralda, sino nuestra.

Digo todo esto porque, al leer uno de los puntos de la propuesta del Cardenal Kasper sobre dar la comunión a los divorciados en una nueva unión, no he podido evitar una sensación de deja vu:

“Esta posible vía no sería una solución general. No es el camino ancho de la gran multitud, sino la senda estrecha de la parte probablemente más pequeña de los divorciados vueltos a casar, los que están sinceramente interesados en los sacramentos” (Discurso del Cardenal Casper ante el consistorio del 20 de febrero de 2014).

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23.05.14

20.05.14

Polémicas matrimoniales (IV): un tema doctrinal

Cardenal Kasper 2En nuestro análisis de la propuesta del Cardenal Kasper en favor de que los divorciados en nuevas uniones reciban la comunión, vamos a tratar hoy un aspecto importante de la misma: si se trata de una propuesta pastoral o más bien doctrinal. Para ello, examinaremos la coherencia interna que tiene o que no tiene la propuesta. Por supuesto, la coherencia interna de una argumentación no es suficiente para que sea verdadera, pero si esa argumentación resulta contradictoria en sí misma, es seguro que es errónea.

Empecemos por el principio fundamental. Y no seré yo quien lo elija, sino que es el escogido por el propio Cardenal Kasper, el cual ha afirmado que su propuesta no es contraria a la indisolubilidad del matrimonio sacramental enseñada y defendida por la Iglesia:

“¿Qué puede hacer la Iglesia en esa situación? No puede proponer una solución diversa o contraria a las palabras de Jesús. La indisolubilidad de un matrimonio sacramental y la imposibilidad de un nuevo matrimonio durante la vida del cónyuge forma parte de la tradición de fe vinculante de la Iglesia que no puede abandonarse ni disolverse haciendo referencia a una comprensión superficial de la misericordia a bajo precio” (Discurso del Cardenal Casper ante el consistorio del 20 de febrero de 2014).

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