11.01.09

Hemos salvado la Navidad

Mi padre, que es ingeniero industrial, nos ha contado varias veces lo difíciles que eran algunos de los exámenes de su carrera. Quizá los problemas más complicados eran los llamados “problemas de idea feliz”. Eran problemas que no se podían resolver con los métodos habituales, sino que había que inventarse un método sobre la marcha. Por lo tanto, era necesario tener una “idea feliz” en el examen, que permitiera resolver el problema.

Algo parecido sucede también con muchas cuestiones de pensamiento o de teología. Una idea feliz puede clarificar problemas que se han estudiado durante mucho tiempo sin conseguir frutos, porque no se había enfocado bien la cuestión. Hay muchos ejemplos de grandes problemas que se han solucionado así en la Historia de la Teología y quizá podamos tratar alguno en otra ocasión.

Hoy, sin embargo, por ser el último día del tiempo de Navidad de este año, voy a hablarles, a un nivel más modesto, de una “idea feliz” sobre la Navidad que me ha ayudado mucho a meditar y a vivir este tiempo navideño. Para desgracia de mi soberbia, la idea feliz no la tuve yo, sino mi mujer. Les cuento. Mis hijos, si por ellos fuera, se pasarían el día viendo dibujos animados, así que tenemos que limitar el tiempo que pasan ante el televisor. Cuando podemos, nos gusta sentarnos con ellos mientras lo hacen, así que tenemos la oportunidad de ver una buena ración de dibujos infantiles.

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9.01.09

Escándalo a la puerta de una iglesia

Como habrán notado los lectores perspicaces, he estado un tiempo de viaje y no he podido escribir en el blog. No es necesario que me agradezcan todo ese tiempo libre adicional del que han disfrutado al no leer mis artículos. Sin duda, lo habrán empleado sabiamente en nobles y esforzadas empresas, que probablemente han hecho del mundo un lugar mejor. Sin embargo, todo lo bueno se acaba y ya estoy de vuelta, dispuesto a aburrirles de nuevo.

Un lector, Cristhian, me ha pedido que comente una noticia aparecida en los últimos días. Aparentemente, el Reverendo Ewen Souter, un pastor anglicano, ha retirado el crucifijo de la fachada de su Iglesia porque “no era una imagen adecuada para el exterior de una iglesia que quiere dar la bienvenida a los fieles. De hecho, los desanimaba”. También ha afirmado que “Se trata de expresar esperanza, ánimo y la alegría de la fe cristiana. Queremos comunicar buenas noticias, no malas noticias, así que necesitamos un signo que eleve más el espíritu y sea más inspirador que la ejecución en una cruz”.

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25.12.08

Ha sucedido

¡Ha sucedido! Ha nacido el Esperado, el que cumple todas las promesas de Dios. Es Aquel a quien aguardaron nuestros padres, bendiciendo el día de su venida. Por Él se alegraron los profetas, en su nombre reinaron los reyes e impartieron justicia los jueces. Es el que fue anunciado a los patriarcas. Él es la respuesta a los anhelos profundos de los todos los hombres, desde que el mundo existe.

¡No estamos solos! Dios no ha creado el mundo y luego ha permanecido al margen, como un relojero que fabrica un reloj y luego lo vende o un arquitecto que diseña una casa y después vive en la suya. El Señor ha entrado de lleno en la Historia, se ha hecho uno de nosotros. Le importamos, no somos huérfanos abandonados, productos defectuosos o preguntas sin respuesta. Nuestro Creador se ha prendado de nosotros y nos ha enviado un salvador: su Hijo, su único Hijo.

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24.12.08

Sucedió en aquellos días (villancico)

Mi mujer y yo tenemos, desde hace años, la costumbre de componer villancicos que luego cantamos en Navidad. Nos ha llevado a ello la insatisfacción con tantos villancicos que se escuchan en la televisión y por las calles y que no tienen el más mínimo contenido cristiano.

Este villancico que les ofrezco hoy, lo compusimos en una época en la que una serie de desgracias se habían ido produciendo en nuestra familia, de forma inesperada y una detrás de otra. En ese contexto, meditar sobre el nacimiento de Cristo fue, para mí, un gran consuelo.

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21.12.08

Bendición del belén en familia

La colocación del nacimiento en los hogares es una de esas preciosas tradiciones de las que podemos disfrutar gracias a haber nacido en un país cristiano. Con los belenes navideños, los niños pueden familiarizarse con la historia de la infancia de Jesús, contemplándola y fijándola en sus mentes para toda la vida (además de divertirse mucho colocando las figuras, que también es algo bueno). En mi opinión, la costumbre de colocar nacimientos en las casas es, dentro de su sencillez, una de las cosas que han impedido hasta ahora que la Navidad se convierta en algo únicamente comercial o en unas simples “fiestas de invierno”.

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