Decimatio sistemática
Desde niño me fascinó todo lo relacionado con el imperio romano, como le sucede a gran parte de los varones: desde el esclavo del memento mori imperial hasta la décima legión, Julio César, la guerra de las Galias, las guerras púnicas, el muro de Adriano, la lengua latina, la incomparable ciudad de Roma y su SPQR, los privilegios de los ciudadanos romanos, los mártires, las naumaquias, la ley de las doce tablas, Horacio en el puente, el ab urbe condita y tantas otras cosas.
Los romanos, sin embargo, también tenían costumbres estremecedoras. Recuerdo la impresión que me causó leer sobre la decimatio, el más duro castigo militar romano, que se aplicaba a las legiones que habían mostrado cobardía ante el enemigo. Las unidades castigadas se dividían en grupos de diez soldados y, en cada grupo, se echaba a suertes sobre quién debía recaer el castigo. A continuación, el pobre soldado elegido era ejecutado en presencia de toda la legión a golpes de vara por los demás y lo mismo sucedía con los demás grupos, hasta que la unidad entera quedaba diezmada.
Quizá lo que más me impresionaba era el hecho de que el castigo se ejecutase públicamente de forma tan brutal y de que fueran los mismos compañeros de los ejecutados los encargados de aplicar la sentencia, en una mezcla de férrea disciplina militar y crueldad inusitada. Tan terrible (y a menudo contraproducente) era el castigo que apenas se utilizó un puñado de veces en la historia de la república y el imperio.
Hace poco, tuve una sensación similar al leer que, en Estados Unidos, en torno a un cuarto de las tres últimas generaciones no llegó a nacer por causa del aborto provocado. En las llamadas generación X (1965-1980), generación de los milénicos o generación Y (1981-1996) y generación Z (1997-2012), entre el 24% y el 30% de todos los niños fueron abortados. Desgraciadamente, las cifras en la mayor parte de Occidente y en buena parte del resto del mundo deben de ser similares o se habrán ido aproximando a las estadounidenses con el tiempo.
Nuestra población es diezmada dos o tres veces de forma sistemática y continua, con el beneplácito o la pasividad de los demás. El más duro castigo que sufrían las legiones romanas, en tiempos de emergencia bélica, hoy lo aplicamos duplicado o triplicado a toda la población y, además, en su segmento más inocente. Los soldados supervivientes de la decimatio a menudo recordarían a los compañeros que tuvieron que matar y, del mismo modo, si hoy miramos a nuestro alrededor, cada vez que vemos a dos o tres personas, hay una que no vemos, que falta porque la mataron antes de nacer. Con métodos a menudo igualmente brutales, como el desmembramiento o quemando químicamente al embrión.
Aparentemente nos parecía poco que fueran los compañeros del ejecutado los que se encargasen de la ejecución y ahora acaban con la vida del no nacido precisamente los encargados de protegerlo: la madre, el padre, los médicos y el Estado. En vez de hacer todo esto para ayudar a sostener el valor de los supervivientes en la batalla y recordarles la importancia de las virtudes militares, no es aventurado sospechar que ahora se hace para destruir moralmente a los que participan en tan abominable práctica, eliminando cualquier rastro de virtud. En efecto, quien mata egoístamente a sus propios hijos estará fácilmente dispuesto a las peores aberraciones y a soportar cualquier humillación que decidan los gobernantes de turno.
Vivimos en una civilización que se suicida moral y físicamente a marchas forzadas y que, cada vez más, inspira un profundo asco no solo a sus enemigos, sino también a sus propios integrantes, sumidos en una desesperanza radical. Occidente huele a ruinas y muerte, porque una ciudad en lucha consigo misma no puede subsistir por mucho tiempo. Si las autoridades aprueban que se mate a los más indefensos, ¿cómo van a proteger a los demás? Lo normal, como podemos ver a nuestro alrededor, es que no les importen nada sus ciudadanos o incluso odien activamente a sus propios países y representados.
¿A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. La Iglesia guarda en su seno la Verdad que no pasa y la fuente de la vida eterna. Por voluntad de Dios, es la encargada de mostrar al mundo que se puede vivir de otra manera, que Cristo ha vencido al pecado y a la muerte y que la esperanza no defrauda. Confiemos en nuestro Señor, que, asombrosamente, quiso sufrir en su propia carne el terrible castigo que nosotros merecíamos por nuestros pecados. Alegrémonos de que, sin mérito nuestro, Dios haya querido regalarnos lo que el mundo entero ansía sin saberlo. Hablemos de ello sin miedo a los que tenemos alrededor, para que puedan escapar también al diluvio que está inundando ya nuestras ciudades. Como dice el Salmista, espera en el Señor y pórtate varonilmente.
35 comentarios
El mayor mal no se hace
ahora en aquellas sórdidas "guaridas de criminales" (...) Ni siquiera se hace, de hecho, en los campos de concentración o de trabajos
forzados. En los campos vemos su resultado final, pero es concebido y ordenado
(instigado, secundado, ejecutado y controlado) en oficinas limpias, alfombradas, con
calefacción y bien iluminadas, por hombres tranquilos de cuello de camisa blanco,
con las uñas cortadas y las mejillas bien afeitadas, que ni siquiera necesitan alzar la voz.
"Ya no se mata públicamente"
Bueno, público sí que es, porque se hace sin necesidad de esconderse, con el permiso y los beneplácitos de la ley y las autoridades y, a menudo, con dinero público. De hecho, el que sea algo público, consentido por la población y aprobado por la autoridad encargada de defender a los inocentes le da una gravedad especial.
Pero, en efecto, se hace de forma "higiénica", so capa de intervención "médica" y con todos los eufemismos del mundo, como "interrupción del embarazo", porque los que lo hacen saben que está mal y quieren ocultárselo a los demás, pero sobre todo a sí mismos.
"El aborto todavía es peor"
Sin duda. Eso he intentado mostrar en el artículo.
"Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen.»
Dios se apiade de nosotros pues claman justicia.
Los abortorios están tan cerrados como los campos de la muerte y solo tienen el personal "médico" y, probablemente, el de limpieza, pero nadie más.
En el largo y complicado parto de mi madre, a vida o muerte, que estaba en su casa según costumbre de aquellos años, estaban el médico, la partera y mi abuelo.
Nunca supe dónde se metieron mi padre y mi abuela y sospecho que no aguantaron tantas horas de sufrimiento porque mi madre repetía hasta la saciedad el suceso y siempre decía: "aita me cogía la mano", "aita me levantaba los brazos" y una vez le pregunté por qué en tantas horas no se turnaron, ya que todos no cabían en la habitación y, simplemente, no lo sabía. Aprendí luego por mi cuenta que mi abuelo era la piedra angular, la que nunca da un paso atrás aunque tuviera que ver morir a su hija, los demás eran más débiles. Hay algo poético en la relación mía con él porque si él me vio nacer, yo le vi morir ya que en aquel momento estaba sola con él.
Como bien dice J. Budziszewski todos sabemos que el aborto está mal: lo saben los legisladores, los médicos, los que lo incitan y las que abortan, hasta Hipócrates lo sabía y hay tenido que reformar su famoso Juramento.
Qué enorme polémica nacional por no permitir la antihigiénica fiesta del cordero, pero sin prohibir nada tú te pones con tu Rosario frente a un abortorio, eres un peligroso ultraderechista que atentas contra los "derechos" de las mujeres.
"No, no se mata públicamente, sabemos que lo hacen, pero no lo vemos"
Primera acepción de "Público" según el RAE: "Conocido o sabido por todos". Que se aborta en España es conocido y sabido por todos. Tercera acepción: "Perteneciente o relativo al Estado o a otra Administración". En España se aborta mucho con dinero público de las Administraciones y en sus centros (aunque no tanto como les gustaría, gracias a Dios). Cuarta acepción: "Accesible a todos". En España no solo el aborto es accesible a todos, sino que es más accesible que la mayoría de las demás cosas, porque incluso se prohíbe rezar cerca de las clínicas abortistas, no sea que alguien vaya a cabiar de idea. Quinta acepción: "destinada al público". El aborto está tan destinado al público que se promueve por doquier en campañas gubernamentales sobre "sanidad". Etcétera.
"Los abortorios están tan cerrados como los campos de la muerte y solo tienen el personal "médico" y, probablemente, el de limpieza, pero nadie más"
A una clínica abortista puede ir un familiar de la víctima, digo de la "paciente", si quiere. El aborto es todo lo público que puede ser algo que se hace personalmente caso por caso y con particulares, de forma similar a una operación de vesícula.
Repito que eso es algo malo y que hace que el pecado del aborto sea mucho más grave, porque de algún modo participa en él casi toda la sociedad, ya sea por acción o por omisión, encabezada por sus autoridades públicas.
La cosa era ya tan conocida que hasta los griegos tenían unos personajes, llamados Erinias, que se dedicaban a perseguir, acorralar y enloquecer a todos aquellos que mataran a alguien de su propia sangre. La razón de que Antígona prefiriera perder la vida que dejar insepulto a su hermano fue porque lo mandaba la Ley de la Sangre.
Lo cual quiere decir que no solo hemos retrocedido con respecto al Cristianismo sino que nos hemos ido mucho más atrás porque Jesucristo no partió de lo elemental porque para eso ya estaba el AT.
Hace poco he leído que algunos sistemas políticos anticipan rasgos del Anticristo. Estoy convencido de que uno de esos sistemas políticos protoanticrísticos es el liberalismo y la democracia liberal, porque según ésta, no hay ley ni principio anterior y superior a la soberanía nacional. Pocas realidades políticos expresan mejor que el aborto est carácter ánomo del liberalismo
Está es una razón de peso por la que las moras deberian quedarse en sus países donde el aborto suele estar prohibido: En Europa aprender a matar a sus hijos y frecuentar abortorios
No hay que alimentar a los trolls, porque no les importa la verdad, solo quieren provocar.
Tamayoogle ofrecería estadísticas del listín telefónico o del libro "La cocina de Nicolasa" para probar nuestro desagradecimiento por el gran aporte que hacen a España Marruecos, Somalia y Zambia.
Hasta para utilizar la ironía hace falta un mínimo de formación adquirida, que no consultada, y la elegancia de ese septuagenario enamorado que le dijo a la moza:
"Señorita ¿Quiere ser mi viuda?"
"para utilizar la ironía"
En efecto, para utilizar bien la ironía hacen falta formación, elegancia y la humildad básica de amar la verdad y saber reírse de uno mismo. Ser un troll no ayuda.
"Señorita ¿Quiere ser mi viuda?"
Muy bueno.
"no solo hemos retrocedido con respecto al Cristianismo sino que nos hemos ido mucho más atrás"
Esa es nuestra maldición, que no somos una sociedad pagana, sino una sociedad apóstata, que es algo mucho peor.
"Pocas realidades políticos expresan mejor que el aborto este carácter ánomo del liberalismo"
Completamente de acuerdo. En el hombre caído, sin la gracia, la libertad siempre termina convirtiéndose en libertinaje. Por eso el liberalismo inevitablemente acaba mal.
Y no olvidemos que el Anomos es el Anticristo. ¿Quiere esto decir que el Anticristo se presentará como un liberal? No es seguro, pero sí parece probable.
A ver si mañana tengo tiempo y te envío un correo.
"Dios se apiade de nosotros pues claman justicia"
Sí. Y Dios les hará justicia.
Sinceramente es espantoso el silencio del mundo ante esto. Se ha vuelto normal lo que no lo es.
De todas las formas está claro, porque cómo iba a haber tantos abortos en el mundo si no fuese un pecado intrínsecamente demoniaco. En el aborto se profana lo más sagrado, que es la vida humana, la vida nada menos que de la persona que ha sido creada a imagen y semejanza de su creador. Su Creador lo ha creado para que se santifique (esta es su vocación) y no se va a santificar porque va a ser entregado, como nos enseña la Iglesia, a la misericordia de Dios, por morir sin Bautismo. De una forma tan cruel, tan espeluznante, va a morir desmembrado, o quemado por activos químicos. Miren, estas personas que abortan no crean ustedes que abortan porque son ateas, porque mis sobrinos son ateos y anticlericales, y no han querido de ninguna de las maneras tener niños, y al quedarse ellas embarazadas, ateas y anticlericales como son y no han abortado, han tenido al bebé. El aborto no es de ateos o de anticlericales, el aborto es de endemoniados.
1. Debe nacer el fruto de una endemoniada violacion ?
2. Debe nacer un ser abominable ( casos hay) Me dirán que es abominable pero todos lo sabemos.
3. Deben parir sin control los indios y africanos creando una masa descerebrada e invasora?
4. Debe la Iglesia meternos a las especies invasoras solo porque es universal?
"Se que lo que voy a decir es extremo"
No, no es extremo. Es erróneo, absurdo y evidentemente contrario a la fe católica.
"1. Debe nacer el fruto de una endemoniada violacion ?"
Como comprenderá con solo pensarlo un poco, el niño no tiene la culpa de nada en esa violación. Castigar al niño con la pena de muerte por algo de lo que no es responsable resulta indeciblemente cruel, injusto y egoísta.
"2. Debe nacer un ser abominable ( casos hay) Me dirán que es abominable pero todos lo sabemos"
¿Qué es un ser abominable? Más aún, ¿cómo va a ser abominable un niño inocente?
"3. Deben parir sin control los indios y africanos creando una masa descerebrada e invasora?"
Los indios y africanos tienen el mismo derecho a vivir que usted, están llamados a ser hijos de Dios igual que usted, Cristo derramó su preciosa Sangre por ellos igual que por usted, tienen un valor eterno igual que usted, y no son "descerebrados" en ningún sentido.
"4. Debe la Iglesia meternos a las especies invasoras solo porque es universal?"
La Iglesia no decide las políticas de inmigración, que son competencia de los países. Lo que sí puede y debe hacer es recordarnos todas esas cosas que le he indicado en los puntos 1 a 3 y que, aparentemente, usted necesita desesperadamente que le recuerden.
1. Si una "endemoniada violacion" da fruto es que la concepción de un nuevo ser ha sido querida por Dios, en su Providencia. Él ha querido el fruto, no la causa. Y como en toda providencia de Dios, el fruto ha sido previsto para el bien, para traducirse en luz y en vida. ¿ Nos atreveremos nosotros a convertir la previsión de Dios en destrucción y muerte?
2. Lo abominable para nosotros puede ser convertido por la gracia de Dios en algo grato a Él: algo bueno y luminoso. No debemos rechazar la acción de la Gracia, pues ésta tiene el poder de transformar lo feo y grotesco -por ejemplo , el pecado- en belleza y vida.
3. Una masa descerebrada e invasora... ¿Tú te has escuchado?
4. Especies invasoras... ¿Hablas como si fuesen germenes tóxicos, algo así como malas hierbas o microbios?
Dice: "Ha cambiado la mentalidad" y se queda tan pancho, ni una mirada al futuro que, sin hijos, no es futuro.
Que sabrá un celibe del matrimonio, que sabrá un hombre ginecólogo del cuerpo de la mujer, que sabrá una mujer urologa del cuerpo del hombre, que sabrá un blanco de la raza negra y viceversa... La falacia campa a sus anchas.
Hay abogados, arquitectos, aparejadores, ingenieros, médicos, economistas... que no llegan a fin de mes.
Quisiera que todos en la Iglesia fuéramos más enfáticos en la monstruosidad del aborto, sin duda inspirado por Satanás.
No podemos estar seguros del número total de víctimas, pero extrapolando los datos con los que contamos, parecen ubicarse entre 1000 y 2000 millones de asesinatos. Un número que parece ser mayor que todos los todos los muertos de todas las guerras.
Cualquiera que justifique, minimice o defienda este holocausto muy probablemente sea un servidor del maligno y quizás no sea consciente de ello. Otros seguramente lo saben.
A quienes nos avergonzamos de ver cómo la descristianización está cargándose el cristianismo y apagando la llama en occidente, creo que debemos dar la vuelta a nuestra mirada. Alegrarnos porque Dios no lo ha permitido y nos ha dado, #a tiempo#, el impulso para saltar del cocedero de ranas. El regalo inmerecido de la Fe. A mí me ha quedado clarísimo que todo lo bueno procede de Él. De nosotros solo los errores, lo malo. Pedir ser buenos instrumentos de Dios, fuente de todo Bien. No dejar solo a Cristo en la Cruz. No abandonar Su Ciudad. Suplicar la perseverancia hasta el final.
Aunque volvamos a ser 12 (pocos). Esa frase encierra más sabiduría de la que parece a simple vista. El o la comentarista que nos llama mataos no la aprecia. Pedir por nuestros enemigos, por quienes no tienen Fe. Vivir con confianza absoluta en Dios, nuestro Señor.
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