Elogio de la polarización
Estos días en que se habla de los cardenales del cónclave y del posible nuevo Papa, casi siempre surge algún lector que se queja de la “polarización”, diciendo que no es propio de cristianos hablar así, que hay que llevarse bien, que es un escándalo que los católicos discutan y cosas similares.
Todo muy comprensible, claro. ¿A quién no le molestan las peleas y las discusiones? ¿No dice San Pablo que las rencillas, divisiones y disensiones son “obras de la carne” (cf. Gal 5,19-29)? ¿No es Cristo el Príncipe de la Paz?
Son argumentos que parecen muy convincentes, hasta que uno se da cuenta de que el mismo San Pablo que dijo eso sobre las divisiones y disensiones dedicó gran parte de sus cartas precisamente a discutir, a veces con palabras muy duras. También el mismo Cristo, que es el Príncipe de la Paz, dijo: no penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él.
Esto indica que lo malo no son las disputas en sí, sino las disputas innecesarias, las argumentaciones basadas en celos, en rencores humanos en envidias, vanidades y soberbias. Ay de nosotros si caemos en ellas y escandalizamos a los demás. En cambio, cuando hay altos eclesiásticos que no comparten la fe católica, lo raro y preocupante sería que los católicos no se quejaran de ello. Lo que llaman polarización es solo el sensus fidelium de los católicos, que se resiste a morir.
Durante los últimos años, hemos visto a algunos obispos y cardenales rechazar los principios fundamentales de la moral católica y negar dogmas de fe. Si ante eso no nos duele el corazón y no alzamos la voz, es que o bien no tenemos fe o estamos muertos por dentro. Algunos confunden la bondad con el buenismo, la paz con la rendición y la tranquilidad con el cementerio.
En la Iglesia, hay miles de cuestiones prudenciales en las que los católicos pueden diferir legítimamente. A unos les gustarán más unas cosas y a otros otras; algunos pensarán que hay que hacer esto y otros consideran que es más prudente aquello. Esas diferencias no deben ser causa de rencillas ni de divisiones. En cambio, no caben las discusiones sobre si este artículo de fe hay que conservarlo o cambiarlo por una creencia más actual, sobre si creer toda la fe o solo partes de ella, sobre si la moral hay que modernizarla, aguarla o transformarla. La fe y la moral son innegociables, porque constituyen el fundamento de la Iglesia.
Los intentos de cambiar la fe y la moral deben ser, simplemente, rechazados de forma pública, firme e inequívoca. Actuar de otra forma no es “preservar la unidad”, sino lo contrario: disimular la brecha más grande que puede existir entre católicos y, por consiguiente, impedir que esa brecha llegue a sanarse.
52 comentarios
Su Cueva, no es signo de Cátedra sino de humedad.
No debemos olvidar la meditación de "Dos banderas" de San Ignacio, así ha sido toda la historia de la humanidad, también este cónclave.
Se quiere cambiar la Iglesia de Cristo por otra, no hay otra cosa.
La diferencia es que esta vez es desde dentro, sostener que se puede rebajar de categoría a la Doctrina y los Dogmas dejándolos de lado y de dedicándose a la Pastoral en salida o lo que fuere, imponiéndose por medio de la Autoridad y el Poder.
Frente a eso la única actitud razonable es oponerse firmemente y sobre todo negar que esa llamada "polarización" sea legítima o pueda existir en la Iglesia, porque sería admitir lo inadmisible, si se admite la polarización se admite la "competencia" y en definitiva el resultado aunque sea contrario a la Iglesia Cuerpo Místico de Cristo.
Recemos por el cónclave...que el Señor se apiade de nosotros...
"Lo que San Pablo cuestiona no es el "qué" sino algunos "cómo", esto es, la manera de llevar adelante la disputa. Los buenistas y acomodaticios no aceptan siquiera el "qué". Por allí, me parece, va la cosa."
De acuerdo, con la salvedad de que esos mismos buenistas, cuando les tocan lo que de verdad les importa, entonces disputan como el que más. El problema no es que sinceramente piensen que nunca hay que disputar, lo que piensan es que por algo tan poco importante como la fe y la moral no merece la pena.
"BATIBRUNO, no es VATICANO, es algo demasiado moderno. Su Cueva, no es signo de Cátedra sino de humedad"
Sigue usted tan imaginativo con sus insultos como siempre. Dios le bendiga.
"Pero el sensus fidei no es la suma de enojos ni la nostalgia vestida de liturgia: es la adhesión viva a la fe de siempre, en comunión con la Iglesia entera".
Si esto se diera ¿quién iba a discutir? "La adhesión viva a la fe de siempre en comunión con la Iglesia entera" no se está dando, de ahí las disputas.
Hay nicks divertidos, serios, inanes, pero llamarse a sí mismo con el nombre de Dios es desagradable `porque no sabe una cómo dirigirse sin tomar el nombre de Dios en vano.
Al post le pongo un 11 sobre 10, D.Bruno.
¡Muy bien, Bruno! Siempre muy razonable. Es reconfortante ver que hay personas coherentes como tú. ¡Dios lo bendiga!
Gracias por confirmar que se trata de un troll. A veces me queda la preocupación de si me habré equivocado, pero los trolls no pueden evitarlo y siempre confirman que lo son. Dios le bendiga sobreabundantemente.
Algunos de estos abundan por aquí. Y lo malo no es que se engañen a sí mismos (que también es malo), sino que pretenden que otros hagamos inmersión en su mísera tiniebla. Conmigo la lleváis clara. Vade retro Satana.
Stg 4:4 ¡Adúlteros!, ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desee ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios.
Todo aquel que no respeta (no digo que no ame) a la Santísima Trinidad y a su Hija, Madre y Esposa, es un cerdo.
Esto queda un poco desabrido, pero estoy influído por Lèon Bloy.
De la misma manera que no hay dos Españas, sino que hay una España y una antiEspaña, hay una Iglesia y una antiIglesia que pretende dinamitar la Iglesia desde dentro, por fases
Tiene tanta cola de paja que ve visiones y me llama con otro nombre.
Y además, no acepta ni la menor objeción.
Desde su silla de Baticueva dicta , como su Papa de ficción, Escomuniones e Interdictos para los que no comulgamos con su mal fermento.
Se parecen a los del Mal edrín.
Pero en el caso de fidelidad al evangelio va herejía, entiendo que el término no se aplica, pues aquí no estamos hablando de extremos defectuosos en cuyo justo medio esté la virtud, sino que aquí uno de los extremos es la virtud perfecta, y el otro el vicio.
En S. Th., II-II, q. 37, a. 1, santo Tomás plantea si la discordia es pecado. Y dice allí en ad 2:
"...como la voluntad del hombre que se une a Dios es cierta regla recta, discordar de la cual es pecado, así la voluntad del hombre contraria a Dios es cierta regla perversa, discordar de la cual es bueno. Por consiguiente, provocar una discordia que rompe la concordia que introduce la caridad es pecado grave, de donde se dice en Prov. 6: 'Seis cosas hay que aborrece el Señor y aun siete detesta', y esa séptima la señala diciendo: 'El que siembra discordia entre los hermanos'. Pero provocar discordia por la que se quite la mala concordia, es decir, la que se apoya en mala voluntad, es laudable. Y en este sentido fue laudable la disensión introducida por Pablo entre quienes estaban concordes en el mal, ya que también el Señor dice de sí, en Mt. 10: 'No he venido a traer la paz, sino la espada'".
“La falta de ira cuando se debe sentir es un pecado, porque es una falta de justicia. Quien no se enoja cuando debe, peca.”
Audaz luz que asoma de la lengua
Ni antro, ni guarida, nada de cueva
Voz que a Ambrosio devuelve a la sombra
Mas, ¿cómo fue ese batiburrillo?
Quiso ser mas blanco que el Vaticano
De pensar el pelo se le fue a cano
Y coz por voz devolvió cual burrillo
¿Qué ha de ser lo que de esto esperemos?
Cada fábula trae su moraleja
Ganar y perder aquí es lo de menos
Desde el cimiento hasta las mismas tejas
Mas argumentos y falacias menos
Así el santo edificio se asemeja
Para dar con alguien que sepa de verdad algo, si no lo conoces de antemano, tienes que rastrear más que un perro de presa. Yo me valgo de la facilidad que me dio el haber hecho muchas investigaciones históricas contrastando datos para dar con aquellas personas que pueden ser tenidas en cuenta. Ahora, eso sí, empiezo a ver vídeos o a leer artículos y en un santiamén capto al intruso. Pero no todo el mundo habrá pasado tantas horas como yo y los que dan gato por liebre son legión, como los demonios.
En realidad en español el número de youtubers o blogueros que merecen la pena son sota, caballo y rey, además se conocen entre sí y se contactan. Rara vez encuentro alguno nuevo que merezca la pena, como no sea que sea nuevo en el oficio.
Estoy leyendo ahora a un tal Peter A. Kwasniewski, que es maravilloso. Para eso se necesita el sensus fidelium.
Puede que Bruno lo conozca y si piensa que no es fiable puede decirlo porque nadie es infalible y puedo haberme equivocado, pero, aunque no he terminado el libro dudo que a estas alturas me encuentre con ninguna sorpresa.
Ese libro lo puede leer el Capitán Haddock que es fan de León Bloy y, al lado de león Bloy, cualquiera es un flojo.
Bueno, los medios hablan sin seriedad ninguna sobre nada. Hablando de polarización. A mí, que quieren que les diga. Ver a Radcliffe, Tucho, Marx, Holleriq y compañía entrando al cónclave, es que me da una úlcera en el estómago
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
Ahora en serio: La unidad en la verdad, es unidad. Cualquier otra impostura sería un revoltijo del que puede esperarse más que se asemeje a una bolsa de gatos que a nuestra Santa Iglesia. Confiando en que el Espíritu Divino no nos permitirá estropearlo todo, rezamos y esperamos. Y no seremos defraudados jamás por el Señor, que es en Quien debemos depositar nuestra esperanza.
Saludo cordial, Bruno. Dios te bendiga.
"En S. Th., II-II, q. 37, a. 1, santo Tomás plantea..."
A veces pienso que Santo Tomás planteó todo lo planteable. Los demás somos solamente divulgadores.
Si son algo "católicos", tener un "chamán" que me haga el rito funerario del abuelo y me bautice al hijo (sin saber muy bien que eso del bautismo y para que sirve), para, posiblemente no pisar la Iglesia hasta la próxima celebración o festividad.
Estas cosas son para un sector de población, que es minoritario, que tiene cierto nivel de formación o compromiso, y pocos más.
Sorprende todo te despliegue mediático informativo sobre el cónclave, cuando a la mayoría de población en el fondo le da igual queni puede ser papa o si debe existir o no un Papa.
Se que todo esto que digo es un tanto pesimista, pero así lo percibo en mi entorno.
No se confunda. Si estamos así es gracias a esos teólogos que se podían leer. Piensan como Rahner, aunque no lo hayan leído en su vida. Igual que la mayoría de nuestros contemporáneos piensa como Descartes, Rousseau, Lutero o Hegel... Sin habérselos leído. La teología de Rahner fue muy dañina
Roberto:
Totalmente. Lo peor de todo es que opinan sin tener ni idea. Y se creen con derecho a opinar.
Siempre que la discusión sea educada, claro. (No Hadock, tu no estás exento de tener que ser educado)
El que la discusión sea vehemente me parece muy bien. Son asuntos serios.
Si una parte se arroga la posesión de la verdad no me preocupa. Simplemente queda fuera de la discusión, allá en su (Esta sí) caverna.
Pero yo he aprendido mucho leyendo a Bruno, aunque normalmente no coincidamos.
Otra cosa son los fanáticos pero esos no me interesan, son prescindibles (y los hay en ambos polos. aquí mismo hay un comentarista que acusa a Bruno de "moderno", Dios le conserve la vista, porque el criterio ¡Válgame!
"El que la discusión sea vehemente me parece muy bien. Son asuntos serios"
¡Muy bien dicho! Me alegra coincidir en algo.
"Vea, estimado Bruno, mientras que el próximo Pontifex no caiga en la "bipolarización""
Todas las heterodoxias son, por su propia naturaleza, algo bipolares, ya que o se pasan o no llegan, así que completamente de acuerdo.
Roberto: coincido con el análisis.
AJ: así es, hay demasiados opinadores profesionales que además son incapaces de distinguir entre opiniones y certezas y mucho menos de la diferencia del valor entre uno y otro.
Dios les bendiga hermanos.
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