Decir las Misas cosas

Hay errores que le alegran a uno el día. Verbigracia, algo que escribió hace poco D. Jorge González en su blog: “es que me escucho año tras año decir las misas cosas”. Obviamente, quería decir las “mismas cosas”, pero escribió misas en vez de mismas y me alegró el día. Este tipo de errores son lo que los sofisticados llaman un desliz freudiano y los sencillos saben reconocer, más bien, como un feliz eco de las profundidades de la fe.

D. Jorge se lamentaba en su artículo de hacer siempre las mismas cosas en su parroquia cada adviento, pero el lamento se le estropeó un poco al escribir sin darse cuenta “misas”. Fue, sin embargo, un error feliz y muy profundo, porque no hay nada que se repita más que la Misa. De hecho, viene repitiéndose todos los días desde hace casi dos mil años, que se dice pronto. Incluso las variaciones que caben en ella se repiten también. Es lo menos novedoso y cambiante que existe en nuestro mundo, y en eso precisamente reside su valor: el sacrificio de Cristo, realizado de una vez para siempre. La eternidad hecha gracia.

Es más, esto, que es cierto de la Misa, se puede decir de todos los tesoros de la Iglesia. Valen porque son siempre los mismos, porque la Iglesia los ha recibido y no se los inventa, porque vienen del mismo Cristo, encarnado, muerto y resucitado para nuestra salvación cuando llegó la plenitud de los tiempos. La mismidad de la Misa y los demás sacramentos, de Cristo, de la Palabra de Dios y de la fe católica es garantía de su verdad, porque la verdad no cambia con el tiempo: Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre. Solo algo que no cambia puede ser roca firme en la que construir nuestra vida, solo algo cuyo valor permanece merece la pena como herencia para nuestros hijos, solo algo que no se mueve con los tiempos puede juzgar a esos tiempos sin ser juzgado por ellos. Como recuerdan los cartujos, el mundo gira, pero la Cruz permanece firme.

Una vez que entendemos esto, podemos descubrir con agradecimiento que lo que más vale de los cuarenta años largos de sacerdocio de D. Jorge es precisamente su testaruda constancia en repetir una y otra vez las mismas cosas: los maravillosos e inagotables misterios de la Misa; esas palabras literalmente divinas susurradas en la penumbra del confesionario, “yo te absuelvo de tus pecados”;  el evangelio leído una y otra vez; el rosario y las oraciones tradicionales; la catequesis de la fe católica de niños, novios y cualquiera que se ponga a tiro; y, en resumen, la predicación constante, repetida, incansable y a tiempo y a destiempo de Jesucristo, porque no se nos ha dado otro nombre bajo el cielo que pueda salvarnos. Ningún otro, ¡ninguno!, así que un buen sacerdote no puede hacer más que hablar una y otra y otra vez de Cristo. Como recomendaba San Benito a sus monjes: “no anteponer nada al amor de Cristo”. Las preocupaciones ecológicas y reciclar los periódicos están muy bien, la política es apasionante, las cuestiones sociales resultan urgentes y absorbentes… pero volvamos otra vez a lo único importante: Cristo, Cristo y más Cristo.

Gracias a Dios, D. Jorge puede decir orgullosamente, con San Pablo, os transmito lo que a mi vez recibí. En esas décadas de esfuerzo, sudor y lágrimas sacerdotales ha conseguido con la ayuda del cielo no decir nada nuevo, sino solo lo que Dios reveló al mundo para nuestra salvación: he luchado el gran combate, he corrido la carrera, he mantenido la fe. En ese sentido, se trata de un ministerio sumamente humilde, pues consiste en hacer, con más o menos torpeza, de mensajero de palabras que vienen de arriba y no surgen dentro de la propia cabezota, en ser vaso de barro con un tesoro dentro que resalta la tosquedad del envoltorio y en ser tan poco original que a veces ni siquiera actúa uno mismo por sí mismo, sino en persona de otro, in persona Christi.

Cuando esto está claro y uno es fiel a lo que verdaderamente importa, a lo que permanece siempre igual, paradójicamente, por gracia de Dios, la vida se convierte en una aventura, porque es Cristo y no nosotros quien puede decir con verdad: todo lo hago nuevo. Guiados por la gracia del Espíritu Santo, en vez del tedio machacón y rutinario del pecado, nos espera una vida rebosante de milagros (unos callados y otros espectaculares) y andanzas caballerescas que ya querría para sí el buen Alonso Quijano.

¿Quién le iba a decir, por ejemplo, a D. Jorge que seguiría los pasos inquietos de San Agustín o que a pesar de ser “algo feudal y algo bruto” sería ordenado sacerdote del Dios eterno como Melquisedec, fundaría economatos para alimentar en ellos sin darse cuenta al mismo Jesús, escribiría libros desternillantes, eruditos y piadosos, mantendría un blog con un tesón y una contundencia doncamilianos, perdonaría más pecados de los que caben en el Santiago Bernabéu y tendría la santa desfachatez de crear una capilla de adoración perpetua en una época en la que aparentemente, eso de rezar está pasado de moda? Y, además, pour épater le bourgois y hacer rabiar al demonio, renunciaría a ser párroco cómodamente en Madrid capital para irse tan contento a la peor pesadilla de muchos curas: unas parroquias rurales de la sierra madrileña con menos parroquianos que casas, donde ser, una vez más, ese cura poco original y nada moderno que sigue predicando, a tiempo y a destiempo, lo de siempre. Y paseando a su perro Socio, claro, que lo sacerdotal no quita lo paseante.

En fin, termino ya para no distraer demasiado a los lectores de sus deberes y labores, consciente de que las venturas y desventuras de un cura urbanorrural superarían con mucho la mejor de las novelas, pero no quiero dejar de pedir a Dios que le conceda a D. Jorge la inmensa gracia y la santa testarudez de seguir diciendo siempre las Misas cosas, porque sin duda todo lo demás se le dará por añadidura.

33 comentarios

  
Luis López
Eso es lo más impresionante de la Misa. Un hecho que sucedió en el pasado (y por tanto irrepetible) se hace presente en la vida de cada cristiano, porque así lo ordenó el Señor, desde entonces ininterrumpldamente, No una copia, una repetición o un recuerdo, sino la misma realidad, recuperada y expuesta tras un velo sacramental.

30/11/20 10:12 AM
  
Emilio
Precioso homenaje, Bruno, a mi bloguero de obligada lectura (y no es peloteo). Creo que fue Darwin quien afirmó -y si no lo afirmó él lo afirmo yo- que el secreto de la supervivencia está en la adaptación. Y así aquí: cuanto mejor nos sepamos adaptar mejor nos irá. Y adaptarse es mantener lo necesario para vivir (v.gr. "la fe") y cuanto a ello conduce "las Misas cosas".
30/11/20 12:09 PM
  
África Marteache
Yo estoy convencida que para un niño "las Misas cosas" son esenciales, les perjudica mucho las cosas variables., pero ir a Misa todos los días con su madre les viene de perlas. Cuando nace una en un periodo "aburrido" de la historia calificado de gris, y llega a la vejez viéndolo luminoso es porque fue un periodo de "Misas cosas" y viendo el movimiento continuo el "porque tú te lo mereces" de muchos niños de hoy, da penita.
Venía perfecto desayunar siempre lo mismo, recitar "Con cien cañones por banda" hecha una pesada, viajar poco y tener costumbres fijas y pocas sorpresas porque se quedan en la memoria como abrojos.
No creo que las hijas de mis sobrinas, que son las reinonas de la casa, todo el día de aquí para allí - el coronavirus las ha parado - y con sorpresas diarias puedan fijar los recuerdos.
Ayer mismo recordaba "el cuarto azul" de mi infancia y adolescencia cuyos muebles había hecho mi tatarabuelo, que era carpintero, y luego alguien pintó de azul. Ni la tataranieta de Soros, la infeliz, puede tener algo igual, empezando porque Soros no hace muebles como el abuelo Mateo, aitxajauna, para mi madre, que con todo respeto le llamaba "Señor abuelo". El aitxajauna Mateo murió cuando yo tenía cuatro años pero nos dejó muebles hechos por él de una tosquedad maravillosa. Mateo era rico, Soros es pobre.
30/11/20 3:21 PM
  
África Marteache
Perdón, he dicho tataranieta cuando debí decir biznieta ya que Mateo era el padre de mi abuela materna. Así que: ¡Flis, flas, flos, cámbiese el error y devuélvase a mi antepasado a su lugar! Mateo vivió en la memoria de su hija y de su nieta y por eso pasó a la mía. ¡Dios le tenga en su gloria!
Era una cosa muy bonita, que se llamaba menestral en aquellos tiempos, y su mujer, la abuela Jesusa sabía hacer lengua en escarlata, que aprendió mi abuela de su madre y que comíamos en Navidad. Cada vez me está dando más pena la biznieta de Soros sea quién sea.
30/11/20 3:29 PM
  
África Marteache
Por eso el P. Jorge diciendo "las Misas cosas" hace un bien incalculable porque hay un anhelo por oírlas que no sabemos expresar bien.
30/11/20 3:32 PM
  
Alejandra
Me ha emocionado el artículo. Yo también leo con asiduidad al padre Jorge (y le rezo el Avemaría que tan bien hizo en pedirnos)
Y, como siempre cada vez que leo un retazo de la vida de África (qué sorpresa el adios a Palas), se me ha hecho un nudo en la garganta. Claro que da pena la biznieta de Soros.
"Nos espera una vida rebosante de milagros"
30/11/20 4:06 PM
  
Bruno
Luis López:

"No una copia, una repetición o un recuerdo, sino la misma realidad"

Eso es. Y yo aún diría más: la Realidad de las realidades, la única realidad que verdaderamente importa.
30/11/20 4:58 PM
  
Bruno
Emilio:

"a mi bloguero de obligada lectura"

Buena definición. No solo su blog es bueno, sino además claro, breve y siempre ameno. De mayor quiero escribir como él.

"Y adaptarse es mantener lo necesario para vivir"

Sí, el problema siempre ha sido el mismo: Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria.
30/11/20 5:17 PM
  
Bruno
África:

Muchas gracias por la historia del bisabuelo menestral (preciosa palabra) y la lengua escarlata (nunca lo había oído, pero he visto fotos en Internet y tiene un aspecto estupendo).

Coincido en que las prisas y la falta de permanencia son una de las plagas modernas. No es extraño que, como dices, haya un claro anhelo de permanencia en la gente, aunque no sepan expresarlo con claridad.
30/11/20 5:26 PM
  
África Marteache
Ya no se hace lengua en escarlata, Bruno, la hacía mi bisabuela pasiega porque fue pastora trashumante en su juventud. El proceso era muy largo, totalmente fuera de la modernidad, y consistía en poner la lengua cruda en un adobo al que también se le echaba sal de nitro (que luego se prohibió). Lo dejaba quince días en el balcón en el invierno del Norte con una piedra o tabla muy pesada encima y de vez en cuando le daba la vuelta. Luego se cocía y adquiría un color escarlata muy apetitoso. Se podía comer en fiambre o con salsa y puré de patatas.
La dichosa lengua en escarlata me traumatizó, ya no puedo comer lengua porque me parece sosa.
Es que en el tiempo de la "Misa cosa" la "cosa" no solo era repetitiva sino además los procesos eran largos: misas largas, comidas hechas despacito, tardes largas de invierno...y por eso la memoria, que necesita asentar los procesos, podía asentar lo vivido. Me temo que ahora que la "Misa no es cosa" estamos condenados al olvido. Tengo miedo a la venganza de la memoria, la hemos desechado y eso tendrá consecuencias. Las que cuentan anécdotas de su niñez ya no estarán para hacer de Abuelo Cebolleta. El P. Jorge, aunque es más joven que yo, es serrano así que por eso le gusta el puchero de tres vuelcos, o sea la "Misa cosa".
30/11/20 5:53 PM
  
Jorge
Muchas gracias, hermano!!!
30/11/20 9:49 PM
  
hornero (Argentina)
León Bloy dice en uno de sus "Diarios", "siempre ha dicho las mismas cosas"; y cuando comenta sobre la Appassionata de Beethoven, dice que el gran compositor no podía sino repetir: “¡he aquí, al fin, que soy yo mismo”, porque, dice Bloy, que el secreto deseo de toda alma pura es “recuperar su identidad paradisíaca”. La Historia sigue su curso, como una rumorosa cascada siempre la misma, sus aguas descienden ininterrumpidas hacia el océano de la eternidad. No hay otra realidad que la que Dios concibió en el principio; y todo el empeño del Verbo Hecho Hombre fue devolver la Creación a sus quicios originales. El mundo hace escuchar su concierto de notas desafinadas, algunas graves y tonantes, otras ligeras y sutiles, que los ruidos del mal espíritu interfieren. Porque, en verdad, el hombre repite siempre, a través de las generaciones, su lamento, su empeño y su esperanza, esto es, su conciencia que le señala sus fracasos, su combate y su convicción de victoria. Así, diciendo las “misas cosas”, avanza hacia un término no conocido en su fecha, pero inexorable en su cumplimiento. De ello han hablado y disertado ampliamente E. Hello, Leon Bloy, H. Belloc, Chesterton, Papini, Donoso Cortés, Maritain, y todo hombre espiritual preocupado por el curso de los acontecimientos. Han entendido que han llegado los tiempos “últimos”, en el sentido de que los hechos parecen encaminarse hacia su CONCLUSIÓN. Tiempo extraordinario, del que es necesario tomar CONCIENCIA, para no ser sorprendidos por hechos inexplicables por lo dolorosos y por no encajar en la perspectiva dominante: de un “progreso” y “bienestar” en ascenso indefinido. En este sentido ofrezco mi parecer coincidente con aquellos que auscultaron los latidos de la Historia, lo avalan ochenta y más años.
01/12/20 12:17 AM
  
hornero (Argentina)
Perdón, olvidé mencionar a mi tocayo el P. Leonardo Castellani, mi padre, José María Martínez Carreras, Luis Guillermo Martínez Villada, Nimio de Anquín, Rodolfo Martínez Espinosa, Fr. Mario Pinto O.P., Ernesto Pueyrredón, y varios nombres más que cultivaron con amor de católicos intelectuales la realidad preciosa de los tiempos que vivimos, su dolor, su desafío y su esperanza. Entre ellos, trajiné desde muy niño sus conversaciones apasionadas y profundas, que con los años fui comprendiendo y asumiendo como acervo invalorable que se adentró definitivamente en mi alma y pensamiento.
01/12/20 12:35 AM
  
Haddock.
D.Jorge es un crack, y a veces la genialidad se le escapa sin querer.

01/12/20 5:25 AM
  
Martinna
Bruno,
Esto que escribes:
*los sencillos saben reconocer, más bien, como un feliz eco de las profundidades de la fe.*

Así seres tu. En muchos de tus escritos se ve .


Africa Marteache
Tu comentario de la lengua en escarlata me ha recordado a mi madre y sus menús fuera de lo corriente, por este y otros detalles que escribes me parece que somos contemporáneas.
Felicidades por tu buena familia y buena vida para siempre
01/12/20 10:20 PM
  
Fernando del Carpio Marek
Hay un libro del filósofo coreano Byung Chul Han, llamado "La desaparición de los rituales". No lo leí, pero en un comentario sobre el mismo, se menciona que este cita a Kierkegaard diciendo: «Solamente se cansa uno de lo nuevo, pero no se cansa de las cosas antiguas», y comenta: quien espera siempre lo nuevo, pasa por alto lo que ya existe, en cambio la repetición descubre intensidad en lo discreto... como el camino, que es repetible, y no produce nunca hastío.
01/12/20 10:56 PM
  
hornero (Argentina)
El repetir es propio de la verdad, que permanece siempre IDÉNTICA A SÍ MISMA. Las cosas del mundo no se repiten, porque son contingentes; alcanzan su perfección de más en más. La Fe, Esperanza y Caridad permanecen inmutables, el Misterio también. ¡Dichoso de aquel que puede permanecer en la quietud de la Verdad, en su contemplación, en las faenas que conciernen a su santuario! Porque es una dura carga servir a la Verdad en la diaria atención de las cosas temporales, que no entienden sino el lenguaje áspero de nuestra torpe condición de hombres caídos sobre una tierra “inhóspita, de abrojos y espinas”. No obstante, debemos y podemos establecer un vínculo espiritual entre el REINO y nuestros trabajos, procurando que sean vivificados por el espíritu. Entonces, podremos descubrir en la aparente intrascendencia de nuestros actos y de las cosas, los esplendores de su pertenencia al Reino. El acto más prosaico, nos llenará del júbilo de lo sacro, de lo que es parte necesaria en la construcción del Reino, su ORNATO constituido por el ORDEN con que disponemos las cosas. Lo han entendido así, la Sagrada Familia, los santos, los monjes y todo hombre espiritual que obra bajo la Luz de la gracia.








01/12/20 11:44 PM
  
África Marteache
Yo cada vez empiezo a ser contemporánea de menos gente pero, si la Covid no nos lleva a todos, algunos habrá. Nosotros nos vimos en una disyuntiva al final de los años 60: o cortábamos por lo sano o quedábamos como risión del mundo por no querer romper con lo anterior. Al principio opté por la primera opción, pero no podía quitar de en medio ni mi educación ni la idea de que los míos tenían unos principios muy respetables. Así que di un giro y mande a la porra la idea de que todo lo nuevo fuera mejor por ser simplemente nuevo. Llegué a la conclusión de que lo nuevo tenía que ser mejor solo si realmente lo era.
Cuando mi madre y yo nos encontramos con el antiguo miembro de la Acción Católica que se sorprendió porque rezáramos el rosario comprendí que otros, sin demasiada reflexión, habían abrazado la modernidad y se avergonzaban de la "Misa cosa", querían que la cosa no fuera Misa sin plantearse por qué. El "ya no se lleva" era el argumento único. Tampoco les podías preguntar qué tipo de catolicidad moderna practicaban o por qué otra cosa habían sustituido al rosario porque era evidente que no había habido sustitución sino dejación.
Puedo entender que si en el Medievo las prácticas religiosas eran distintas y luego éstas evolucionaron y en vez de otros rezos apareció el del Santo Rosario lo nuevo pudo ser bueno; lo que no puedo entender es que alguien que se diga católico deje la "Misa cosa" por la nada más absoluta.
02/12/20 9:11 AM
  
África Marteache
En el terreno de la espiritualidad no hay nada nuevo, el Vaticano II pudo reformar el asunto pero lo importante: la Adoración al Santísimo, la Misa, la Penitencia, la Comunión, etc...siguieron siendo las únicas formas de adoración válidas, y fueron reformadas y aligeradas, pero no se encontraron formas nuevas. Así que un católico practicante o practica al modo de sus antepasados o no lo hace.
Lo que sí ha variado son otras cosas como el concepto de pobre y la sustitución de Dios por esa figura: Dios es el pobre; las preocupaciones medioambientales, las políticas - como en el caso de la inmigración - y los grandes retos bioéticos.
Así que, aunque los católicos de mi edad que fueron contemporáneos del gran cambio, no se hayan planteado nada y se hayan ido adaptando a lo nuevo la consecuencia es que el Primer Mandamiento expresado por Jesús en la Shemá: "Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento". (Marcos 12:29-30) ha ido quedando atrás siendo sustituido enteramente por el segundo: "Amarás al prójimo como a ti mismo" (Marcos 12: 31) insistiendo continuamente en que Dios y el pobre son la "Misa cosa", pero no es así.
02/12/20 9:28 AM
  
África Marteache
El segundo Mandamiento, despojado de su dependencia del Primero, es bien aceptado por el Mundo porque se traduce en ayuda por medio de organizaciones -la ayuda de persona a persona no se considera - y encaja con la justicia social y el igualitarismo. El Primer Mandamiento, en cambio, es mirado como superstición, atraso y fastidio por los que no son cristianos, de manera que cumpliendo con ese mandamiento los cristianos creen haber cumplido los dos y, además, demuestran que no van contra el Mundo. Y en esas estamos, no como D. Jorge que se desmarca del cuadro con la "Misa cosa", por eso le traicionó el subconsciente.
02/12/20 10:23 AM
  
Martinna
No todos entendemos lo mismo cuando en la iglesia se hace referencia a los pobres y nuestro deber hacia ellos. Los pobres carentes de posibilidades económicas pueden ser hijos de Dios o no. Todos somos criaturas de Dios según nuestra Fe, pero hijos de Dios son los que claman Abba Padre, pueden tener o no riqueza, pero dependen de El para todo, viven según su Palabra, en la que nos dice que tenemos que compartir con los demás, respetar lo creado etc.
La cuestión es si se tiene en cuenta lo material sin lo espiritual, los pobres de espíritu son hermanos, los necesitados son prójimo, hay que ayudar en todo a los hermanos y compartir con el prójimo también las riquezas espirituales, por aquello de que dar pan a amigo ajeno pierdes pan y pierdes amigo, en el sermón de la montaña y en todos los milagros, Jesús les alivia ambas necesidades, espirituales y corporales, la iglesia actual atiende más a lo material que a lo espiritual.
02/12/20 11:15 AM
  
África Marteache
Jesús dice primero: "Tus pecados te son perdonados" y eso causa escándalo, luego "coge tu camilla y vete" y entonces todos gritan ¡milagro!.
Las Bienaventuranzas empiezan por los "pobres de espíritu", que es algo que no podía entender y tuve que consultar, y en otras partes pone "pobres en espíritu", que ya parece más claro. La interpretación más generalizada que he encontrado sobre ese tipo de pobres es "aquellos que no anhelan la riqueza". El desasimiento de la riqueza no es fácil pero la promesa es el Reino de los Cielos.
El que alguien no viva pendiente de atesorar es una cosa y la propiedad privada otra, aunque el Papa Francisco no lo distinga. Leyendo la Biblia me encontré con la parábola que el profeta Natán le contó al Rey David sobre la oveja del pobre. Indudablemente existía una propiedad del pobre sobre la oveja o la parábola no tendría sentido (lo mismo que la mujer de Urías era de Urías y no de David). En toda la Biblia existe propiedad privada y ésta es una cosa muy seria, sea poco o mucho. Hubo un genocidio perpetrado por eso: el Holodomor. Después de todo el estado se comprometía a dar de comer a todos y los campesinos se negaron a eso y por eso les quitaron las tierras. Pero resulta que algunas de aquellas campesinas desposeídas y enviadas al GULAG se negaron a trabajar en Pascua en Kolimá, y ya no tenían nada, razón por la cual hay que pensar que eran pobres de espíritu. Lo cuenta Eugenia Ginzburg en su autobiografía "El Vértigo" y ella no era creyente, así que la reacción de las pobres campesinas le dejó bastante atónita. No eran personas que se olvidaran de Dios porque ya no tenían nada pero" ¡ay! de Stalin que se llevó su oveja, oráculo de Yavhé (que diría un profeta).
02/12/20 5:03 PM
  
Makabusa
Llega un momento en el que una se conforma con no oír nada nuevo.
Jesucristo ha Resucitado ¿Puede haber algo tan antinguo y tan nuevo? Jesucristo es ni novedad de cada día.
02/12/20 9:28 PM
  
Martinna
Africa Marteache,

Hace años que encontré al respecto un párrafo que señala el matiz sobre esto que comentas:
*Las Bienaventuranzas empiezan por los "pobres de espíritu", que es algo que no podía entender y tuve que consultar, y en otras partes pone "pobres en espíritu", que ya parece más claro. La interpretación más generalizada que he encontrado sobre ese tipo de pobres es "aquellos que no anhelan la riqueza*.
El párrafo es este:
*María es prototipo de los anawim, palabra que originó en el Antiguo Testamento una importante corriente de espiritualidad. Se traduce como “los pobres de Yahve” Con esta palabra hebrea se indicaba inicialmente la actitud de dependencia que mantenía el siervo ante su señor. Por eso, los pobres de Yahve desde el punto de vista religioso son aquellas personas que acogen con decisión a Dios como Señor de sus vidas y aceptan, confiados, su voluntad.*
Cuando algo no queda muy claro es bueno consultar otras explicaciones, a veces un párrafo no capta el matiz exacto de la cultura de los tiempos de Jesucristo. Dios tiene predilección por la sencillez, pobres siempre tendremos y ricos siempre habrá, pero no habla de riqueza o pobreza material, sino de una aptitud de desapego de las riquezas de este mundo, podemos usarlas pero no poner nuestro corazón en ellas, sino en servir a Dios y amarle sobre todas las cosas. Los patriarcas no eran unos vagabundos, poseían familia, terrenos, ganados, autoridad, pero vivían pendientes de Dios para todo. Jesús no poseía nada. Cada cual tiene una misión y cumplirla fielmente es ser pobres bienaventurados.
02/12/20 11:54 PM
  
África Marteache
Nunca te acostarás sin saber algo más. Conozco bien la época de Jesucristo y leo la Biblia pero nunca me había encontrado con ese término. Es natural que Jesucristo encabezara con ellos las Bienaventuranzas y les prometiera el Reino de los Cielos. Las pobres kulaks de Kolimá entran de lleno en la definición, se negaron a trabajar el domingo de Pascua y, en castigo, pasaron toda la jornada laboral sentadas en los tocones de los árboles cortados por ellas mismas los días anteriores con los pies desnudos sobre el permafrost (en marzo-abril unos -30º) mientras alaban al Señor entonando cánticos pascuales. Y Eugenia Ginzburg dice algo que podía entenderse como un milagro: "a ninguna se le helaron los pies".
03/12/20 8:04 AM
  
Vicente
Hay que repetir con creatividad lo que nos dice el Señor
03/12/20 1:21 PM
  
hornero (Argentina)
"Y su madre conservaba todas estas cosas en su corazón" (Luc 2, 51). María es el ejemplo perfecto de ese REPETIR interior de las palabras y cosas santas. Así, Ella NOS REPITE, desde sus Apariciones de la Medalla Milagrosa (1930), La Salette (1846), Lourdes (1858), Fátima (1917), y en sus posteriores Apariciones hasta las actuales, que Ella tiene la MISIÓN confiada por Su Hijo de llevar y ultimar la batalla definitiva contra satanás. El mundo se resiste a que su príncipe sea arrojado y aniquilado, y ha logrado infundir la creencia de que NO SERÁ DESTRUIDO: "No soy viuda ni conoceré luto" (Apoc 18, 7), y ha aporreado a un número ingente de católicos que no se atreven a proclamar el triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo, ni la caída irremisible de la moderna Babilonia.
03/12/20 1:36 PM
  
RafaelC
Llego un poco tarde a este post, pero no quería dejar pasar la oportunidad de felicitar a Bruno. ¡Cuánto he disfrutado esta lectura! Que Dios continúe bendiciendo tu trabajo.
03/12/20 7:17 PM
  
Susana Labeque
Entendiendo lo profundo del sentido de la expresion que titula tu articulo,si me parece que por lo menos,en Argentina y en la provincia que vivo,tendriamos que decir que en muchos casos, las homilias se restringen a la interpretacion del Evangelio,dejando de lado una necesaria e imprescindible bajada a la realidad concreta , que nos afecta a todos los fieles,los sacerdotes no tocan en ellas problematicas vitales y que estan marcadas p ej en la Doctrina y en Doc Social de la Iglesia, p ej homosexualidad,fornicacion,,anticoncepcion, corrupcion , etcetc "Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y lo será para siempre."
Hebreos, 13 - 8.

04/12/20 11:08 PM
  
Martinna
Susana Labeque
Esta bien que las homilias se centren en explicar las lecturas de la misa y el evangelio. La liturgia de la misa es la que es. La realidad concreta de cada uno debemos ponerla en oración ante el Señor y pedir al Espíritu Santo que nos ayude a vivirla de acuerdo a sus enseñanzas. Los laicos debemos leer y conocer bien todo el Nuevo Testamento y la doctrina católica para tener claro que hacer como Cristianos. Tenemos la confesión para pedir consejo espiritual sobre lo particular, quedar con el párroco para las consultas, o preguntar a alguien de la Iglesia que tenga formación suficiente. Además, con el móvil, por internet, encontramos explicaciones de todo en múltiples páginas católicas. En las homilias dar opiniones y consejos sobre temas candentes de los que cada cual tiene formada opinión no suele resultar bien, luego se critica sobre que dijo el cura, lo mejor es hacer cursos de formación para adultos en la parroquia.
05/12/20 5:45 PM
  
Anacoreta
Por eso uno se encuentra bien con tan hidalgo señor.
05/12/20 7:58 PM
  
Alcide
Bueno, precisamente la parte más importante de la misa, la consagración, cambió la declaración "...que será derramada por TODOS..." para emplear en su lugar "por MUCHOS".
06/12/20 6:01 PM
  
Luisa Basa
Con tanto buen comentario, sólo me resta decir: genial, Bruno, gracias!.
14/12/20 12:53 AM

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