Dos cartas corteses al Hermano Cortés

Dios es capaz de hacer milagros y por eso, para nuestra sorpresa, puede sacar algo bueno incluso de nuestros pecados. Los cristianos llevamos en nosotros al Espíritu Santo, que es capaz de hacer este milagro que supera nuestra imaginación. No es extraño que San Pablo nos mande imitar la forma de actuar de Dios, con la ayuda de su gracia: “No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal a fuerza de bien“.

Como ayer hablábamos de la carta del Hermano Cortés al Papa, desgraciadamente tan llena de rencor y de ideologías políticas como desprovista de fe católica, hoy quiero mostrar otros dos testimonios que ha ocasionado esa carta. Son dos “cartas", una de un sacerdote y otra de un pre-seminarista, que muestran su amor por el ministerio sacerdotal, por el celibato y por la fe de la Iglesia. Y lo hacen con alegría y sin rencor. No se las pierdan. Garantizo que les van a encantar.

La primera es un comentario en el propio artículo de Religión Digital, firmado por “Sergio, sacerdote célibe (con la ayuda de Dios)“:

“Cada vez que leo algo sobre la abolición del celibato, me miro y digo: ¿Por qué se empeñan en “quitarme” este don de Dios? Nadie está obligado a vivir el celibato, sino aquél a quien Dios se lo concede.

Mal comparado es como haberme casado con una mujer y quejarme de que no me dejen ir con otras, que es una imposición de la Iglesia. Pues o no te cases o sé fiel a tu matrimonio. Así, o no te ordenes o sé fiel a tu celibato, con la ayuda de Dios, con la ayuda de los Sacramentos. En definitiva creo, como sacerdote, que es una cuestión de AMOR A DIOS, de entrega generosa a tu ministerio, con todo lo que somos, también con nuestras miserias.

No he conocido sacerdotes (ordenados libre y voluntariamente, esto es que recibieron la “llamada” del Señor y no algunos que no tenían otra cosa mejor que hacer) casados que sean felices: ¿qué te puede dar la “criatura” que no te dé el “Creador"? No hablo de ser mejor o peor, sino de “felicidad” en la “fidelidad". Que Dios guarde nuestra vocación.

Tengo amigos sacerdotes secularizados y casados. Bellísimas personas: comprometidos con la Iglesia, entregados a la evangelización y a los más necesitados,… Al hablar me dicen ardientemente: “¡Sé fiel a la vocación! ¡Sé fuerte! ¡Sé valiente! ¡No cambies ese “regalo” por nada de este mundo que se pasa!” Lo dicen con una mezcla de alegría y anhelo. Son muy buenas personas, repito (aunque bueno, bueno, sólo Dios). No fueron “los placeres de la carne” los que arrastraron con ellos, sino el corazón, que en un momento de su vida se “equivocó” de rumbo. No por vicio o maldad, sino por la sutil tentación de haber encontrado el amor, dejando al Amor de los Amores, dejando al Señor.

Somos piezas “codiciadas” por satanás. Un sacerdote fiel puede llevar muchas almas por el camino de la luz, del Evangelio. Y esto no le gusta “al bicho". Hermanos sacerdotes: antes muertos que infieles a la vocación. Somos grandes miserables, pero el Dios de la Misericordia nos guarda y su Madre Santísima nos guía.”

La segunda, la escribe Jesús Herrera, futuro seminarista de Bogotá (si Dios quiere), en su blog, que no conocía pero que, visto lo visto, voy a poner entre mis favoritos y a leer con mucho interés:

“Estimado José Luis:
Comienzo llamándote “estimado” más como una esperanza que como un sentir actual, pues da la casualidad que he venido a saber de ti recién a partir de este caso tan desafortunado. He encontrado algunas, no diré muchas, viñetas tuyas que expresan una cierta inquietud espiritual, lo que me da un pequeño atisbo de esperanza. Realmente quisiera llegar a conoceros mejor, más profundamente, para aliviar la imagen tan desfavorable que me he hecho de ti luego de leer el artículo tuyo en Religión Digital.

Puede que no sea el destinatario de la carta, pero me resulta imposible no sentirme afectado de forma directa por ella. Soy un joven de 21 años y estoy realizando el proceso de discernimiento vocacional para ingresar al seminario conciliar de la arquidiócesis de Bogotá. No ha sido en absoluto una decisión fácil, he tenido que abandonar todos los proyectos que me había hecho para mi carrera y mi “autorrealización”. Justo cuando terminaba mi universidad y me preparaba para el mundo profesional, se me ha aparecido Cristo como a los discípulos de Emaús y me ha hecho cambiar el rumbo (Lc 24, 13-33).

En tan breve caminar me he topado con el milagro tan grande que es el ministerio sacerdotal, y he encontrado en él una huella indeleble de Cristo muerto y resucitado. Fue ésta la razón por la que se derrumbaron todos los peros que le había puesto al llamado que me hacía Jesús.

Optar por el celibato es una de las decisiones que pueden ser juzgadas como las más irracionales, y más aún hoy en día (1 Co 1, 18ss), pero es justamente el celibato uno de los aspectos de la vida sacerdotal que permiten acercase y comprender a profundidad el misterio del orden. Yo también me hacía planes de enamorarme, casarme y construir una familia; el celibato fue por un buen tiempo la única razón para ignorar el llamado que Jesús me hacía. Sin embargo, a causa de la insistencia e intensidad del llamado, tuve que enfrentar ese miedo y atacar con todos mis porqués. No fue sino hasta entonces que comprendí el valor tan alto que me pedía Cristo. Tal vez sea mi mala costumbre de dejarme llevar por los retos, pero una vez que el celibato transformó ante mis ojos el “funcionariado clerical” (como lo llamas), en una entrega total y absoluta que no exige nada para sí, fruto del más puro heroísmo (Mt 19, 12), no pude decir que no.

Me llenan de extrema preocupación las referencias que haces al libro del cual la carta no pretende ser más que un vehículo publicitario. Porque aunque sea mínimo el número de sacerdotes que atestigua, revela un problema serio: Hay sacerdotes que son ordenados sin haber entendido bien en qué es en lo que se están metiendo. Seguramente invadidos por el ímpetu y la idea equivocada del Reino de Dios hay respondido apresuradamente como Juan y Santiago, “podemos” (Mt 20, 22). Con la pequeña diferencia de que han huido al presentir la cercanía de la cruz.

El sacerdote es una ofrenda viva que, como el ácimo en la eucaristía, ha sido separada del mundo (Jn 17, 16), abandonando la “repostería” del mundo, donde podría untarse de los sabores más exquisitos, para presentarse, con la insipidez de una hostia, en el altar y servir de vehículo para que Cristo Jesús se manifieste entre nosotros (Jn 17, 10).
Me preocupa aún más la forma como justificas la violación al voto del celibato: “En algún momento, por los caminos más variados, Dios, celestina celestial, puso en el camino de todos ellos a una mujer. De repente, cuentan, “el enamoramiento dejaba de ser una traición para ser una alternativa, una maravillosa posibilidad.”” Es una mala costumbre que se ha popularizado en el mundo de hoy, esa de pretender justificar absolutamente todo lo que haga uno, y por la forma tan buena en que lo haces creo que hubieras sido un excelente político. Parece que esa vieja costumbre retardataria y oscurantista de aceptar los errores y pedir perdón sólo cabe en la manipulada cabeza de un buen cristiano.

Coincido con Bruno Moreno en que la frase que citas bien podría aplicarse a cualquiera que trate de justificar su adulterio, con el agravante de que la violación del celibato es despreciar el amor de nadie menos que del mismísimo Jesucristo. Me perdonarás que lo tome tan personal, pero es que resulta que cuando le presenté mis dudas a un amigó que entró al seminario, acerca de si sería capaz de honrar el voto de celibato, él me respondió: “Cuando se ama y se es amado, uno no tiene por qué buscar el amor por fuera de casa.” En la relación sacerdotal (aunque te resulte increíble, si, el sacerdocio es una relación con una persona concreta) Jesús cumplirá su parte, así que la infidelidad no podrá venir por nadie más que por nosotros. El padre Nelson Antolínez se tocaba el alzacuellos diciendo, “Igual que el anillo de matrimonio, este cuello me recuerda todos los días que yo ya no me pertenezco, que yo ya no vivo para mí.”

Me confirma mi percepción el que digas “qué sentido tenía vivir en medio de la gente con el corazón obligatoriamente en cuarentena”. Hay que haber perdido toda fe y toda esperanza en Cristo para llegar a decir que seguirle y amarle es “encuarentenar” el corazón. Un hombre casado tiene que haber dejado de amar a su mujer para ir y “revivir el corazón” en el adulterio, lo mismo, y con la gravedad antes mencionada, puede decirse de un sacerdote.

Por eso es que quise dejar bien claro al principio que una de las cosas que primero abandoné al atender al llamado fue la posibilidad de “autorrealización”. Bajo ese pomposo y modernísimo nombre se esconde uno de los principales enemigos de Cristo, la autosuficiencia. Un verdadero cristiano, y más aún un sacerdote, sabe bien que no se puede seguir a Jesús sin antes negarse a sí mismo (Mt 16, 24). Ese día rezaba yo en mí cuarto, con la angustia de haber estudiado Ciencias Políticas y no poder llevar a cabo mis proyectos por seguir el llamado de Jesús, cuando me topé con las palabras de Jesús en el huerto y mientras las rezaba sentí que se hacían verdaderamente mías: “Padre, que no se haga mi voluntad, sino la tuya.” (Mt 26, 39)

De ahí que cuando dices, o citas : “porque “un trabajo civil que te dé independencia y autorrealización social va limando y liberándote de la situación de poder y de superioridad que el estatus de cura facilita en la sociedad” (126).” Dejas ver con toda claridad que ese “puntal que tambalea toda la estructura” y que “hay que remover” no es otro que Jesús Cristo. El mismo Jesús que vino a traer fuego (Lc 12, 49) para ser “causa en Israel de que muchos caigan y otros muchos se levanten. Es un signo de contradicción, puesto para descubrir los más íntimos pensamientos de mucha gente” (Lc 2, 34-35). Ese Jesús, que así como no dio menos que todo, no nos pide menos que todo, es el que hace tambalear toda la estructura; porque te resulta imposible que “un Jesús espiritualista y abstracto” hable y actúe con voz propia a través sus apóstoles, (Mt 10, 40) y esté con nosotros todos los días hasta el fin de este mundo (Mt 28, 20).

Quisiera terminar diciendo que estoy completamente de acuerdo con que “la ley del celibato y sus secuelas no es una cuestión de curas, sino que nos afecta a todos", pues el ofrecimiento total y absoluto a Cristo no es una decisión aislada, sino que es el fruto de una espiga cuidada y una tierra buena (Mt 13, 3-23); de modo que además es uno de los mejores indicadores de la buena salud de la grey del Señor. Tus amigos del MOCEOP, lo asumo por los elogios que les prodigas, en el fondo no están provocando dudas sobre el celibato sacerdotal, están provocando dudas acerca de si vale la pena ser sacerdote hoy en día.

Me despido con todo el sentimiento que me provoca el asunto. Perdóname si te parece que soy extremadamente duro, pero como dije antes, este asunto me afecta directamente así que espero comprendas que lo haya tomado de forma tan personal. Ocurre que para nosotros los fanáticos, los trepas, los miedosos, los tarados, el mensaje de Cristo es una cuestión de vida o muerte (si no pregúntale a Shahbaz Bhatti). Te repito mis deseos de conocerte personalmente para poder corregir la mala imagen que me he formado de ti.

Con toda la caridad que puedo.

Jesús Herrera”

Ahí queda eso. Cada lector que piense lo que quiera, pero, a mi juicio, la diferencia entre estas cartas y la original no podría ser más evidente. En lugar de rencor contra la Iglesia, amor por ella. En lugar de quejas contra la ley del celibato, agradecimiento por un don. En lugar de una visión política e ideológica del sacerdocio, una mirada de fe. En lugar de pelagianismo voluntarista, la humildad de quienes confían en la gracia de Dios sabiéndose débiles. Y todo ello con alegría.

31 comentarios

  
Flavia
Me han emocionado ambas cartas. Felicidades al sacerdote Sergio y al seminarista Jesús Herrera. En estos tiempos de exaltación del sexo por encima de todo, y de confusión de ideas, testimonios semejantes resultan imprescindibles.

Que sepáis - bueno, ya lo sabéis - que no estáis solos. Además de Jesucristo como centro total de vuestra vida en vuestra opción radical por Él, contáis con la oración y compañía espiritual de la mayoría de nosotros. Él nunca os fallará, porque el don de vuestra respuesta en el celibato os lo ha dado Él mismo en su misericordia infinita.

Vuestras cartas se comentan por sí mismas. Habéis escrito en ellas algunas frases de antología. Me limito a señalar esta:

¿qué te puede dar la “criatura” que no te dé el “Creador"?
05/03/11 9:21 AM
  
Bruno
Jesús:

Si apareces por aquí, aprovecho para preguntarte por el nombre del blog. "Mynnyd Witrin". Mis conocimientos de galés no dan para mucho, así que solamente intuyo que significa algo así como como "la montaña de cristal". ¿?

Saludos.
05/03/11 10:19 AM
  
Maricruz
Personas como el señor Cortés la verdad no me espantan como no me espantan los del lobby LGBT, sabes por qué? Porque, así como existen sacerdotes secularizados que viven felices y sirviendo a la Iglesia como dice el seminarista, también existen montones de personas homosexuales que viven en castidad.

Existen como seguirán existiendo señores Cortés y personas homosexuales que seguirán enfrentándose a su naturaleza y a la realidad mientras no se decidan tomarse en serio.

Bah! Que se vayan a espantar a otro sitio!

Y, ¡bravo1, por los que se toman su vida en serio.
05/03/11 12:21 PM
  
Snolkocevic
Brillantes, ambas dos. Me emociona ver cuan lejos estoy aún del verdadero ideal, de Cristo. Yo, con mis impetuosidades, soy como la reacción de Pedro (no me comparo con él, entiéndase) al cortar la oreja del sirviente del sumo sacerdote. Tengo tanto que aprender aún de la mansedumbre del Señor (tan bien plasmada en estas cartas), que sin ser violento, muestra toda LA VERDAD.
Ruego al Señor que nos haga cada vez mas similares a Él, como a nuestros dos hermanos Sergio y Jesús.
05/03/11 12:35 PM
  
Miriam de Argentina
Felicitaciones al P.Sergio y al seminarista Jesús. ¡Qué hermosos sentimientos!, ¡qué hermosas palabras!, ¡qué hermoso Amor que pone el Señor en el corazón de los que le aman!. No termino de maravillarme y como escribió el P.Pato Gómez (de Argentina, escrachado por los medios de comunicación) "cuántas veces caemos en la cuenta de que todo nuestro ser es impotente para agradecer al Señor por su bondad". Bendito sea Dios!!. Y Bruno: no sé si pudiste ver la carta de agradecimiento de este sacerdote... es una joya, al igual que esto que nos traés aquí.
05/03/11 2:05 PM
  
Nelson Medina
Elocuente, oportuno, bien dicho: ¡Gracias, Bruno, por regalarnos esos testimonios!
05/03/11 2:58 PM
  
Dico
Rvdo, Sergio; Sr´Jesús: Mucho cambiaría la cosa si llamásemos alas cosa por su nombre. Creo personalmente que pidiendo la abolición del celibato ibamos a conseguir bien poco o lo que es igual, seguramente no sería bueno. Porque no pensamos en un celibato opcional; aquí puede que esté la solución. Jesús aplicate el mismo sistema, te recomiendo que ames durante toda tu vida el celibato, pero se siempre fiel; a la vez respeta alos que ven la solución a su vocación con un celibato (repito) opcional. Seamos tolerantes con sentido comun, pues el Espíritu Santo llama a los que quieren sean o no celibatarios.
05/03/11 3:29 PM
  
luis
Yo no focalizaría el tema en el celibato, sino en la naturaleza del sacerdocio, que es ser un hombre segregado de su pueblo para ofrecer el sacrificio por los pecados. Si acordamos en esa definición, recién entonces podemos hablar del celibato, que no es un dogma tampoco, no nos confundamos.
05/03/11 3:32 PM
  
percival
Amigos: en la Iglesia católica occidental, la Iglesia discierne el llamamiento al sacerdocio entre los que optan por el celibato (no al revés). Así funciona la cosa. Y el que responde y opta por una cosa, asume la otra sin rebajas. Y lo sabe. Por eso acepta el compromiso.
Y Dios, que asume esta entrega (suscitada interiormente por Él mismo), da todas las gracias necesarias para poderla hacer realidad. Sólo la infidelidad a la gracia divina explica el decaimiento de esta entrega, y finalmente su traición.
Es una ley nutrida del amor. Cae el amor, se quebranta la ley.
05/03/11 3:45 PM
  
luis
Por cierto, después dicen que Infocatólica es un lugar de desencuentro. Es el único donde el célebre Padre Iraburu y el no menos célebre teologo antropocentrico Higinio Fernandez coinciden.
Siempre que hay un chivo expiatorio, hay gente dispuesta a hacer un buen asado.
Maravilloso.
05/03/11 4:36 PM
  
Jesús
Bruno, justamente eso significa. No lo podías haber traducido mejor.
05/03/11 4:57 PM
  
Gregory
No puedo sino agradecer el hermoso testimonio que nos han brindado, vivir el don del Sacerdocio es la calve, vivirlo con entrega con dedicación y plena disposición.
05/03/11 5:10 PM
  
Spir
luis, que te tengas que rebajar a despistar con comentarios firmados por Higinio es demasiado hasta para ti.
05/03/11 5:59 PM
  
luis
Spir, te diré la verdad: Higinio está usando mi nombre para firmar artículos suyos. Ya lo denuncié.
05/03/11 6:08 PM
  
Freider Florián
Sencillamente maravilloso
05/03/11 7:21 PM
  
Higinio Fernandez
Eso no es nada. A mí me está copiando argumentos nada menos que el neocon Iraburu y no me quejo. Hay mucha usurpación de cuerpos en infocatólica, esto parece la película de Carpenter.
05/03/11 8:00 PM
  
Camino Iriarte
Ya que el "hermano Cortés" no desiste de su dar patadas a Dios en la persona del Papa o de los católicos "carcas", bendito sea Dios que suscita con ocasión de sus barbaridades cartas como las de Sergio o Jesús. El "bicho" rabia como dice Sergio, pero ¡resistidle firmes en la fe! y en la confianza en la Palabra de quien os llamó a "no autorrealizaros" como dice Jesús sino a dejaros ceñir y realizaros configurándoos con Él incluso en su estado de vida ¡Gracias por escribirlas! Gracias Bruno por acercárnoslas.
05/03/11 9:47 PM
  
Bruno
Todos:

Por cuestión de cortesía elemental, no caben aquí los comentarios sobre otros blogs de InfoCatólica que no sean evidente, abrumadora y desvergonzadamente elogiosos y/o/u adulatorios. Los demás, conviene ponerlos en el blog en cuestión.
05/03/11 9:52 PM
  
Dementor
Vale Bruno, seguiré tu norma y escribiré en el blog de Luis Fernando un mensaje que en su línea habitual de censurar a diestro y siniestro no publicará mientras él sigue con su no menos habitual dialectica insultante, faltona, grosera y chulesca.
Amén.
05/03/11 10:01 PM
  
luis
El blog de Bruno es uno de los pocos blogs de infocatólica que cumplen la elemental norma de honestidad intelectual de no moderar comentarios adversos o que entrañen dificultades intelectuales para su refutación, lo que es una verdadera estafa y abuso de autoridad. Pues, como decían los cortesanos de Fernando VII cuando ponía la bola de billar con la mano, "así cualquiera".
Es una gran virtud, y denota una inmensa seguridad.
06/03/11 3:17 PM
  
luis
Es que desgraciadamente y como notó en su momento el beato Newman, existe una marcada tensión entre apologética y honestidad intelectual. Todo aquel que quiere demostrar algo cae fácilmente en la deshonestidad, porque quien se excusa (apologizes) se acusa y se absuelve a sí mismo o a quien defiende.

Por eso, la verdadera apologética reside más que en demostrar, en mostrar la verdad.
06/03/11 3:29 PM
  
Yolanda
"El blog de Bruno es uno de los pocos blogs de infocatólica que cumplen la elemental norma de honestidad intelectual de no moderar comentarios adversos o..."
______________________-

Es práctica habitual de este blog, editar los comentarios adversos, y sustituirlos por una invectiva contra el comentarista editado, de modo que parezca que lo borrado era algo diferente a lo que en realidad era. Así cualquiera.




"Es una gran virtud, y denota una inmensa seguridad"

___________________

¡tanta adulación y obsecuencia!, ¡vas a idiotizar a Bruno!




;)




06/03/11 4:04 PM
  
luis
Peor Higinio, que le elogia los dibujos. Ese sí es obsecuente.
06/03/11 4:33 PM
  
Para luis
Luis, dónde comenta eso Newman?
06/03/11 7:57 PM
  
Fredense
Me han gustado mucho ambas cartas.

Entonces, luis, ¿cuándo vienes? Recuerda que en Cuaresma está más difícil lo del asado ;-)

Un saludo muy cordial.
07/03/11 10:34 AM
  
Eduardo Jariod
Magníficos testimonios. Por mi parte, sobra todo comentario; se explican por sí mismos. Gracias, Bruno, por traerlos aquí.
07/03/11 12:55 PM
  
manuel
He canalizado mis opiniones sobre una nueva iglesia escribiendo un libro llamado "Pedro II, ultimo papa y primer pontifice de la iglesia". Me interesa mucho escuchar opiniones y compartir ideas al respecto. Pueden ver mi libro en http://pedro2.com.ar
07/03/11 4:26 PM
  
gringo
Sinceramente me da igual que los sacerdotes católicos sean o no célibes.
No tendría mucho sentido confesarse ateo y al mismo tiempo preocuparse por cuestiones internas de la Iglesia.
Pero me gustaría intevenir para comentar precisamente la falta de sentido y coherencia que tiene la carta del supuesto sacerdote célibe (con la ayuda de Dios) Sergio.
No entiendo que se refiera a que quieran "quitarle" el don del celibato.
Este tal Sergio debe ser de esos que consideran que dejar casarse a los gais es lo mismo que obligarle a él casarse con otro hombre.
Permitir el celibato opcional no va a hacer que nadie que ya sea célibe deje de serlo.
Los hay que la libertad ajena siempre la entienden como un ataque a su propia libertad.
Y por cierto, ¿el matrimonio no es otro don?. ¿Y dónde dijo Jesús que son dones incompatibles?.
Apostilla el bueno de Sergio que a nadie le obliga Dios a ser célibe. Claro, e igualmente nadie está obligado por Dios a casarse. Ni tampoco dejó dicho Jesús si los curas debían o no casarse para ser buenos sacerdotes, esos son normas de la propia Iglesia.
Y me llama la atención otra de sus frases "no conozco a ningún sacerdote casado que sea feliz". ¿Mande?. querrá decir que no conoce a ningún sacerdote "secularizado" que sea feliz. ¿O tal vez nuestro supuesto cura ignora que los sacerdotes católicos de los ritos orientales pueden casarse?. Aunque pudiera ser que los conoce a todos y resulta que no hay un solo cura griego, ucranio o sirio que sea feliz con su esposa...
En fin. Se puden argumentar muchas cosas a favor de la obligatoriedad del celibato en los curas de rito latino, pero con semejantes ideas como las del presunto padre Sergio a poca gente se va a convencer.
07/03/11 5:22 PM
  
Yolanda
No tendría mucho sentido confesarse ateo y al mismo tiempo preocuparse por cuestiones internas de la Iglesia

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Pues eso
07/03/11 6:39 PM
  
Gabar
Gringo, ¿pero de verdad eres ateo? Leyendote solo parece que has tomado mucho el sol, o que soplaba fuerte de levante, no que seas ateo.
07/03/11 7:37 PM
  
Gabar
Sobre las dos cartas, coincido con la mayoría de los comentaristas.Magníficas.
Claro que para apreciarlas, aunque sea minimamente, hay que amar tb a Dios un poquito.
07/03/11 7:40 PM

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