Cristianos de ayer y de hoy (V): Arístides el defensor d
Después de terminar la época de los Padres Apostólicos, que habían conocido a los Apóstoles, empieza en la Iglesia el tiempo de los llamados Padres Apologetas o defensores de la fe. Estos padres intentan no sólo predicar el Evangelio, sino también dar razón de él ante el mundo pagano, donde el cristianismo se considera algo extraño y absurdo.
Arístides fue un cristiano ateniense que, como él mismo dice, se acercó a la fe movido por la razón y la contemplación de la creación. Cuando en aquella zona del mundo se desató una persecución contra los cristianos apoyada en calumnias y falsedades, Arístides tuvo la osadía de escribir, en el año 124, al emperador Adriano, para explicar lo que era realmente el cristianismo.

En algunos artículos aquí, en Religión Digital, se criticaba hace unos días la liturgia romana tradicional que el Papa ha restaurado como forma extraordinaria de celebración, porque “pone al sacerdote de espaldas a los fieles”.
Hay un aspecto poco conocido de los profetas bíblicos, que suele chocar con nuestra mentalidad racionalista, y que consiste en los gestos proféticos.
Hace un par de días, en el excelente blog , de Luis Fernando Pérez Bustamante, se planteó en los comentarios una cuestión que, a mi juicio es fundamental. No es un tema puramente abstracto, sino que va al núcleo del problema fundamental de cierta comprensión, muy extendida, de la democracia actual.
Lean, a continuación, los dos borradores que ha propuesto Joaquín Sabina para la letra del Himno nacional:









