Dos mejor que uno. Respuesta a una objeción
Quaestio Quodlibetalis 9. Hace unos días, afirmé que las leyes de plazos en lo relativo al aborto no tienen sentido, ya que ponen límites arbitrarios en un proceso continuo que sólo tiene un salto cualitativo en el momento de la concepción.
Generalmente, quienes niegan que el embrión sea un ser humano, suelen evitar dar razones para ello y se limitan a hablar de otros temas (como el derecho a decidir de la mujer, que no afecta realmente a la cuestión y sólo sirve para confundir el asunto). Sin embargo, una lectora, Asun, me presentó la que, en mi opinión, es la única objeción a esa afirmación que tiene un poco de peso argumental:
Yo veo clarísimo que un cigoto no es un ser humano, puesto que puede dar lugar a dos seres humanos (gemelos monocigóticos).
Si fuera cierto lo que dice Darwin de que el problema es el alma, en este caso en el momento de la concepción no veo como se puede tener un alma que después se divide en dos almas.
Así que si un cigoto aún no tiene alma porque no se sabe si va a ser uno o dos seres humanos, no se le puede considerar un ser humano. […]No puede haber un ser humano aún puesto que podría haber dos si se gemina-o ninguno, si no arraiga el óvulo fecundado. ¿Puede un ser humano existente dividirse en dos? ¿Puede un alma dividirse en dos, si lo ponemos en términos religiosos? Yo diría que no. Ergo, no hay aún ser humano en fase de cigoto.
Esta forma de argumentar es muy gráfica, pero, a mi juicio, resulta engañosa. Es lo que yo suelo llamar un argumento “de caja negra”. Se basa en nuestra falta de conocimiento sobre un tema, para sacar conclusiones que no están bien justificadas, pero de manera que esa falta de conocimiento camufle el error en el razonamiento.

Supongo que a los lectores les pasará lo que a mí, que lo único que sé del Estado norteamericano de Dakota del Sur es que debe caer algo más abajo que Dakota del Norte. Sin embargo, desde hoy ha pasado a ser uno de mis lugares favoritos y me haría ilusión ir por allí de vacaciones alguna vez.
Probablemente, todos los lectores conocerán el culebrón de los diez años de litigio por la propiedad de las obras de arte de parroquias que antes pertenecían a la diócesis de Lérida y ahora son de Barbastro. A mí, personalmente, me ha causado una gran tristeza, a pesar de que no tengo ninguna relación con esas dos diócesis, más allá de ser católico, que ya es bastante.
Es del dominio público que Mons. Fellay, principal líder de la Sociedad San Pío X fundada por Marcel Lefebvre, rechazó, hace unos días, la generosa oferta de la Santa Sede para volver a la comunión con la Iglesia.
Una cosa que me llamó bastante la atención en el viaje que realicé hace poco tierras danesas y que no mencioné en un








