Discusión sobre el Vaticano II, “subsistit in” y el ecumenismo
El otro día, en los comentarios del blog de Luis Fernando, se suscitó una interesante discusión sobre el Concilio Vaticano II, la expresión “subsistit in” y el ecumenismo. Como no era realmente el tema del post de Luis Fernando, he considerado oportuno continuarla aquí.
Recuerdo que el contexto de la expresión latina es la Constitución Dogmática Lumen Gentium del Concilio Vaticano II, que afirma:
“Esta es la única Iglesia de Cristo, que en el Símbolo confesamos una, santa, católica y apostólica, la que nuestro Salvador entregó después de su resurrección a Pedro para que la apacentara, confiándole a él y a los demás apóstoles su difusión y gobierno, y la erigió para siempre como “columna y fundamento de la verdad".
Esta Iglesia constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, permanece en (subsistit in) la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él, aunque pueden encontrarse fuera de ella muchos elementos de santificación y de verdad que, como dones propios de la Iglesia de Cristo, inducen hacia la unidad católica".
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En el artículo anterior, hablábamos de Internet como un nuevo camino de evangelización, según ha dicho Benedicto XVI a los jóvenes. Una lectora, Yolanda, planteó una interesante cuestión:
Cuando los romanos construían sus calzadas por todo el mundo conocido, no eran conscientes de ello, pero estaban preparando el camino para los Apóstoles. Su propósito era facilitar las comunicaciones militares, comerciales y administrativas que les permitieran gobernar su extensísimo imperio, pero Dios tenía otros planes. Las calzadas romanas unieron puntos lejanos de Europa, Asia y África, entre los que anteriormente era muy complicado viajar, y los primeros misioneros cristianos aprovecharon esas vías de comunicación para anunciar el Evangelio hasta el último rincón del mundo grecorromano. Las águilas imperiales, sin saberlo, se convirtieron en heraldos de la Cruz.
Después de varios días sin conexión a Internet, por problemas técnicos, por fin he podido abrir el correo del blog. Me he llevado una buena sorpresa al encontrar ¡800 mensajes nuevos que correspondían a 800 mensajes en el blog!
Una de las grandes bendiciones que Dios me ha regalado por el tiempo que dedico a este blog ha sido la oportunidad de conocer a muchas personas interesantes: compañeros de camino hacia la patria eterna dentro de la Iglesia, sacerdotes, religiosos, familias en misión, conversos, nobles adversarios en mil y una discusiones…








