El principio del mal menor y las elecciones
En una noticia reciente, relacionada con el tema de las elecciones presidenciales de la República Francesa, un lector afirmaba que el principio del mal menor obligaba a votar por el candidato menos malo de los dos, aunque fuera igualmente abortista y favoreciera otros males morales graves.
“Ante dos opciones malas la moral católica enseña a elegir el mal menor. Dejar pasar es hacerse en cierta forma cómplices del mal mayor que se pudo contribuir a evitar. Actuar en conciencia aquí es elegir el que ocasione menos daño”.
¿Es cierto que hay que aplicar el principio del mal menor a este caso concreto y a otros similares? ¿Cómo se aplicaría el principio? ¿Es correcto decir que, para actuar en conciencia, hay que elegir al candidato “que ocasione menos daño”?

Actualmente está muy de moda afirmar que todas las religiones son lo mismo, que da igual ser budista que cristiano, porque sólo son formas distintas de vivir la espiritualidad y, en el fondo, complementarias. Por desgracia, no faltan incluso sacerdotes y religiosos católicos que lo digan. En mi opinión, esta idea tan extendida de que todas las religiones son iguales, junto con la presencia en nuestra sociedad de diversas religiones orientales y, especialmente, el budismo, nos obligan a plantearnos en serio porqué somos cristianos y no budistas. ¿O es que da igual ser una cosa que otra?
Ante un Misterio como el del sufrimiento y la muerte del Hijo de Dios, poco más puede uno hacer que ponerse de rodillas y callar, como manda la liturgia de estos días. Si, un día como hoy, la Palabra eterna que creó el mundo dijo “soy un gusano, no un hombre", ¿qué podemos decir nosotros que no suene ridículo y fuera de lugar?
Tradicionalmente, el viernes de Cuaresma antes del Domingo de Ramos se celebraba la fiesta de los Dolores de Nuestra Señora, el viernes de Dolores. En los años sesenta, la reforma litúrgica del Vaticano II suprimió esta fiesta, por considerar que estaba duplicada, uniéndola a la de la Virgen de los Dolores, el 15 de septiembre. Sin embargo, si no recuerdo mal, se estableció que donde estuviese arraigada la tradición del Viernes de Dolor (algo que puede decirse de toda España), podía seguir conmemorándose. Además, desde el motu proprio Summorum Pontificum, puede uno utilizar el calendario antiguo si lo desea, así que hoy podemos aprovechar esta tradición para ir entrando en la Semana Santa que se acerca, de la mano de Nuestra Señora.









