Las nuevas bienaventuranzas
He traducido libremente para los lectores el siguiente texto, que he tomado del divertidísimo blog Acts of the Apostasy. Se trata de unas nuevas bienaventuranzas, más a tono con el mundo de hoy. Está claro que ha llegado el momento de modernizarse en la Iglesia. Hay que moverse al ritmo de los tiempos, sin pretender tener la Verdad absoluta o defender textos obsoletos que se pronunciaron hace muchos años, cuando aún no había televisión.
A fin de cuentas, todo eso de sufrir y llorar es de lo más preconciliar que hay. Porque Dios quiere que todos seamos felices ¿no? Lo que tenemos que hacer es vivir lo más cómoda y agradablemente posible. Y lo de la pobreza que dijo Jesús, claro está, hay que entenderlo en sentido metafórico de estar de parte de los pobres, pero sin renunciar a nuestras teles, buenos coches, vacaciones en la playa y ropa de marca. Para algo nos los hemos ganado. Por otra parte, Jesús tuvo la mala suerte de vivir en uno de esas épocas ignorantes en las que aún no se sabía que lo verdaderamente importante es la Ecología, pero si estuviese vivo hoy, seguro que sería de Greenpeace.
Espero que pueda arrancar una sonrisa de los lectores y animarles un poco el día… y que todo lo que ahorren en helado de chocolate anti-depresivo se dedique a donativos a InfoCatólica.
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Hace un par de semanas, viajé, por trabajo, a Alemania. Pasé un par de días en Munich y, entre interpretación e interpretación, pude dar una vuelta por la preciosa ciudad bávara. Creo que es muy sano, de vez en cuando, disfrutar tranquilamente de la belleza que mueve el corazón a bendecir a Dios.
La celebración, temporibus illis, del I Concurso de Blogs Católicos EDF y conocer tantas bitácoras católicas de calidad en español fue, para mí, una verdadera cura de humildad. Vi que, al lado de esos blogs, Espada de Doble Filo no es más que el esfuerzo bienintencionado, pero más bien torpe, de un pobre aficionado.
Hace unos días, se aprobó definitivamente en el Senado la nueva ley del aborto, que no hace sino empeorar aún más, si cabe, la repugnante ley anterior sobre esa misma materia. Después de haber hablado tanto contra la barbarie del aborto, casi no me quedan ya indignación ni epítetos para calificar este despropósito. 
Desgraciadamente, la más evidente, extendida y persistente de las tradiciones protestantes es el anti-catolicismo. Como muestra, me ha parecido interesante traducir este artículo de la Repubblica, del 26 de febrero de 2010, firmado por Vera Schiavazzi y titulado “Los valdenses y la contrainformación”.
    
            
            
            
            
            
            
            


