Vida oculta de una católica en EE. UU.

He recibido esta carta de una lectora que vive en los Estados Unidos. Me cuenta en ella cómo vive la fe en la sociedad norteamericana, sus dificultades, sus luchas, etc. Lo he titulado “Vida oculta de una católica en EE.UU.” recordando la vida oculta de Jesús durante 30 años en Nazaret, porque Conchi vive la fe sin llamar la atención y no sale en los periódicos ni cena con el Presidente, pero eso no le quita ni un ápice de intensidad a la aventura en la que se ha embarcado.

Es una madre que cuida de sus hijos y los educa en la fe, que quiere a su marido y reza con él y que intenta mirar lo que le sucede con ojos de cristiana. Los problemas con los que se encuentra son los que todos encontramos en el trabajo, con la familia o de salud, pero con la ayuda de Dios puede dar a esos problemas una respuesta de fe. Vive en el mundo, pero no es del mundo. Sufre dificultades, pero ha visto milagros en su vida y en la de sus padres. Es consciente de los problemas de la Iglesia, pero tiene los ojos puestos en la Jerusalén del cielo. No es perfecta, pero lo espera todo del Buen Señor. Ojalá hubiese más familias cristianas como la suya.

Aunque es un texto algo más largo de lo habitual, no he querido cortarlo porque merece la pena leerlo hasta el final.

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Estimado Don Bruno:

Tengo mucho que agradecer al Buen Señor y le agradezco esta oportunidad para hacerlo.

Tengo 34 años y soy ama de casa. Mis padres fueron unos de los primeros en sus familias en convertirse a la fe cristiana, gracias a la presencia de misioneros en sus países. Los médicos les dijeron que no podrían tener hijos, pero fueron de peregrinación para pedir hijos y al volver ya me habían concebido, la mayor de cinco hijos. Nací en España. Mis padres llevaban a sus hijos a visitar dos comunidades de monjas que conocían (una de clausura), con quienes hemos conservado la amistad a lo largo de los años, a pesar de habernos mudado a los EE.UU. hace mucho tiempo.

En los EE.UU., mi madre falleció de cáncer, pero no enseguida, dándome la oportunidad de hacer las paces con ella (ya que era una adolescente rebelde) y, tras el golpe fuerte que fue su muerte para mi familia, pude también mejorar mis relaciones con mi padre. Una de mis tías maternas se enemistó con mi padre por la muerte de mi madre, pero sorprendentemente, se reconciliaron el día de mi boda. Especialmente tras la muerte de mi madre, procuro rezar el Rosario a diario (aunque no siempre logro cumplir) porque sé que la Santísima Virgen es también mi Madre.

Conocí a mi esposo a los 17 años en un cursillo de verano y nos mantuvimos en contacto a pesar de la larga distancia física entre nosotros y otras dificultades, como la oposición de mi familia por ser él de raza diferente. Estudiamos en universidades diferentes y no vivimos juntos hasta que nos casamos ocho años después. Entonces, mi familia le llegó a conocer, y se dieron cuenta de que es muy buena persona. Ahora le quieren todos muchísimo.

Aunque mi esposo fue bautizado católico, cuando le conocí no iba a Misa los domingos, ni estaba seguro de lo que creía. Gracias a Dios, recibió la Confirmación un año antes de nuestra boda y desde entonces nos encanta poder ir juntos a Misa los domingos y también durante la semana si su horario lo permite.

Empecé a ir a Misa diaria cuando empecé a trabajar como profesora y me sentía abrumada (tenía casi 300 alumnos). En una iglesia cerca de la escuela, me dejaban quedarme ante el Sagrario todo el tiempo que quisiera después de la Misa de la tarde, saliendo por una puerta que se cerraba automáticamente. Esos momentos de oración me hicieron comprender que dependía del Señor, que nada podía hacer por mi cuenta. Me di cuenta de lo mismo cuando estuve un mes en Francia terminando mis estudios. Estaba muy lejos de mi familia y de mis amigos, pero no me sentía sola porque también allí me encontraba al Señor en la Eucaristía en las iglesias abiertas durante el día. Aunque vivo en una ciudad predominantemente judía, el estado en que vivo tiene una gran población de católicos y por eso hay muchas iglesias católicas en la cercanía en las cuales puedo confesarme semanalmente y rezar ante el Santísimo durante el fin de semana.

No pertenezco a ningún movimiento de la Iglesia, aunque admiro las obras de San Josemaría Escrivá, por ejemplo, y la labor de los grandes movimientos. A pesar de la cantidad de católicos en la zona, apenas conozco parejas de nuestra edad en la que los dos sean católicos practicantes, casados por la Iglesia, y que tengan a sus hijos bautizados.

Mi esposo y yo tuvimos mucha dificultad concibiendo nuestro primer hijo. Durante seis años no supimos si tendríamos hijos. Una vez cambiamos de médico cuando uno nos recomendó ir a un laboratorio para unos análisis médicos rutinarios pero antes de nuestra cita ese laboratorio nos envió a casa propaganda para fertilización in-vitro, algo contrario a nuestra fe. También hubo dificultades en el parto y por eso muchos se asombraron de que quisiéramos tener más hijos. Contra toda expectativa, cuando mi hijo tenía ocho meses, nos enteramos de que estaba embarazada con mi hija, que nació por parto natural justamente en el aniversario de la muerte de mi madre. Mis dos hijos fueron bautizados a once días y a siete días de nacer, y también pedimos una Misa especial para celebrar el primer cumpleaños de cada uno, agradeciendo al Buen Señor su bondad con nosotros. Le pedimos más hijos, si esa es Su Voluntad.

Me preocupo por mis hijos porque conozco a muchos católicos que se han alejado del don precioso de la fe a pesar de tener padres católicos practicantes. Hasta en las reuniones familiares he visto que, por ejemplo, aunque desde niños solíamos bendecir la mesa antes de comer, ahora cuando mi esposo y yo queremos continuar esa costumbre con nuestros hijos, no se ve siempre bien por todos los demás. Me dolió oír de un familiar a quien respeto y quiero mucho que aunque cree en Dios no cree en la Iglesia, que soy una tonta por creerme las cosas que leo en la Biblia, las cosas que enseña la Iglesia sobre los Sacramentos, y por no creerme las cosas que esa persona había visto por los medios contra los dogmas de la Iglesia.

Es una lástima que muchos de mis familiares y amigos católicos se sienten muy decepcionados con la Iglesia Católica por las cosas negativas que leen y oyen sobre los católicos y que por eso se permiten criticar a la Iglesia y pensar que no tienen que hacer caso a la Iglesia si no les gusta algo o les resulta inconveniente (asistir a Misa, casarse por la Iglesia, no apoyar el aborto, etc.). Me alegro de que muchos obispos en los EE.UU. respondieron enseguida para aclarar los malentendidos sobre la postura de la Iglesia Católica sobre el aborto que presentaron la representante Nancy Pelosi y el senador Joseph Biden en un programa de televisión. A pesar de los muchos católicos en mi estado, en cada elección se supone que los votos electorales (que van todos al ganador en este estado) irán al candidato demócrata (que suele apoyar el aborto). Tan claro se supone eso que los dos candidatos a la presidencia (ninguno de los dos completamente pro-vida, por lo que tengo entendido) no hacen mucha campaña aquí. Por cierto, sí hay políticos demócratas en este país que son pro-vida, pero no suelen tener cargos importantes en su partido, ni les dejan dar discursos en las grandes reuniones políticas.

Uno de mis hermanos me preguntó que por qué, habiendo recibido todos la misma educación de nuestros padres, he acabado así, tan diferente de los demás, y eso que lo único que sabe es que voy a Misa los domingos y las fiestas de guardar. Pero, también sabe mi familia que no quiero que mis hijos vean, oigan o lean cosas contrarias a la fe Católica hasta que sean mayores y comprendan bien y puedan defenderlas enseñanzas de la Iglesia. Si acaso oyen algo, mi esposo y yo les explicamos la postura de la Iglesia. Por eso queremos que vayan a colegios católicos y esperamos que sean éstos católicos no sólo en nombre. [El año pasado, se publicaron los resultados de un estudio hecho por la Sociedad del Cardenal Newman de las universidades americanas católicas, y aparecen sólo 21 que se mantienen completamente fieles a las enseñanzas de la Iglesia Católica.] No critico ni permito que critiquen a la Iglesia delante de mis hijos, igual que no permitiría tampoco que se insultara a mis padres delante de ellos, por ejemplo.

Mi familia se divierte haciendo muchas cosas juntos (ir al parque, ir a la biblioteca, ir a museos, visitar a los familiares y a los amigos, etc. – nada fuera de lo ordinario) y eso no nos deja mucho tiempo para ver la televisión, por ejemplo, lo cual no me importa porque quiero que mis hijos aprendan antes los valores de sus padres. Les leo y cuento las vidas de los santos a mis hijos, además de pasajes bíblicos, y espero que esos ejemplos les ayuden en sus propias vidas.

No tengo la costumbre de participar en “Halloween”, pero mi marido sí porque es de los EEUU. Hasta en los colegios católicos, por lo visto, se hacen actividades de Halloween, o sea que no hay manera de escaparlo en este país. Celebraremos la Víspera de todos los Santos yendo a Misa, dejando que nuestros hijos se disfracen de algún santo (nada de monstruos ni de vampiros) y vayan a algunas casas para desear a la gente un feliz día de todos los santos. El 1 y el 2 de noviembre también iremos a Misa y visitaremos los cementerios en que están enterrados mi madre y el abuelo de mi marido.

Mis amigos y mi familia saben que amo a la Iglesia Católica, pero no lo hago sin darme cuenta de los problemas que enfrenta. Después de todo, leo los blogs de Religión en Libertad, ¿verdad? Me alegro al leer esos blogs de que no soy tan loca por querer vivir mi fe con coherencia, que hay muchos que se toman en serio su fe y que tengo mucho que aprender. A veces me parece una lástima que los enemigos de la Iglesia puedan intimidar a la gente corriente porque hay más tolerancia que oposición y a veces se acepta el mal sin hacer nada.

Por ejemplo, en una escuela vi que la sala de los profesores estaba llena de imágenes y estatuas de cerdos que representaban a la directora, la cual, por acuerdo con el sindicato, no podía entrar allí durante las horas laborales. Me dijeron muchos que no les gustaba, que lo habían hecho sólo unos pocos. No me parecía bien que todos tuviéramos que sufrir el ambiente negativo creado por unos pocos. Me dijo mi esposo que no hiciera nada, por miedo a lo que me harían los demás profesores si se enteraran, que dejara que otros se ocuparan del asunto. Una tarde, cuando todos los demás profesores se habían ido (no soy muy valiente), metí todos los cerdos en una caja y la dejé en una esquina. No dije nada a nadie. Curiosamente, vi que nadie los sacó al día siguiente, sino que alguien se llevó la caja y ya no volvieron a aparecer más cerdos por allí.

Dejé ese puesto para dedicarme completamente a la educación de mis hijos mientras pueda, ya que tendré que volver a trabajar para que mis hijos puedan ir a colegios católicos. En la escuela pública sólo se podía mencionar la Navidad a los alumnos como algo cultural, por ser tantos hispanos católicos, por ejemplo, (aunque es curioso que no hay tanto problema con el día de San Valentín). Daba testimonio de mi fe en mi tiempo libre como catequista en la iglesia local a la que iban muchos de mis alumnos. Una vez, en la escuela pública, no se tuvo en cuenta al planear una excursión escolar de cuatro días (obligatoria para los alumnos de sexto) que uno de esos días caía en una fiesta de guardar: la Ascensión del Señor(celebrada el jueves en la Diócesis y no el domingo). Me dijeron que no habían oído protestas de los padres católicos, que era la primera que lo mencionaba. No me dejaron anunciar el horario de Misa de las iglesias locales, sino que tuve que decirlo en privado a los padres que sabía eran católicos. Pero, para las fiestas de guardar de las demás religiones se hacen dispensaciones con mucha facilidad. Claro que si los padres hubieran insistido, la escuela hubiera tenido que acomodarles por ley. Una de las organizadoras, que era protestante, me dijo una vez que como no le gustaba mucho su iglesia estaba considerando otras iglesias cristianas, y por eso le sugerí la Iglesia Católica. Me dijo entonces que odiaba a la Iglesia Católica, sin querer decirme por qué.

El ambiente que me encontré en las escuelas públicas no me pareció el adecuado para la formación de mis hijos. No toda reacción que me he encontrado a la Iglesia Católica ha sido negativa. Por ejemplo, he conocido a una persona que estimaba mucho a la Iglesia Católica porque cuando estuvo una temporada sin hogar y buscaba comida y ayuda de diferentes iglesias, vio que sólo la Iglesia Católica le ayudaba sin pedir nada a cambio, sin exigir antes su conversión, ofreciéndole ayuda simplemente por amor a Dios. Eso le afectó mucho.

He visto de primera mano abusos litúrgicos (algunos bastante graves como para sentirme obligada a denunciarlos a la Diócesis), pero también he conocido a muchos sacerdotes que viven con alegría su ministerio en obediencia a la Iglesia. He visto muchos cambios buenos en mi vida y por eso no me desanimo cuando me encuentro dificultades al intentar vivir mi fe católica. No soy perfecta, pero quiero ser coherente con mi fe y que mis hijos lo sean también. Espero todo lo mejor del Buen Señor.

Muchas gracias por sus oraciones,

Conchi

7 comentarios

  
Miguel Serrano Cabeza
Ésa es la forma que tiene la Iglesia de adaptarse y dialogar con la sociedad: a través de la vida de sus fieles, inserta en el torrente sanguíneo de la sociedad. Aunque no sea del agrado de todos.

No hace mucho, una amiga de mi mujer, un tanto "mosca" por el hecho de que su amiga de la infancia, agnóstica como ella, se hubiera casado con un creyente practicante como yo, me preguntó:

"Oye, Miguel ¿no crees que la Iglesia se ha de adaptar al mundo y a los tiempos modernos...?"

A lo que le respondí "La Iglesia se adapta al mundo enriqueciéndolo, como la levadura y la sal enriquecen la masa, por medio de la vida de sus fieles. No es la Iglesia la que ha de cambiar el mensaje de Cristo, somos las personas las que hemos de volver nuestros ojos al Amor de Dios."

Me temo que se esperaba otra respuesta. Pero esa es la respuesta que le da la Iglesia a quien le pregunta por la razón de su ser.

Saludos.
27/10/08 2:21 PM
  
Raffaelo
Leeré tu artículo, ahora no puedo, me parece que más testimonios como el de esta mujer, esta hermana en la fe pueden impulsar nuestra vida.
Abrazos
27/10/08 2:44 PM
  
Noby
Bruno, ¡menos mal que era oculta,si llega a ser pública!...

Conchi
El señor te devuelve el ciento por uno de lo que entregas,y, al final de tus días la vida eterna.El que persevera hasta el final,ése se salva,y,mientras vive, perseverando, contagia,como es tu caso, el amor del Señor a todo lo que le alcanza.Gracias por tu testimonio lleno de VIDA,se me encogió el corazón, de alegría espiritual, cuando leí tu carta.
Muchas gracias y que Dios te bendiga ahora y siempre.
27/10/08 3:45 PM
  
Ana
A Dios gracias hay muchas Conchis en la Iglesia pero no hacen ruido,también hay cosas que no nos gustan y que quisiéramos que cambiasen pero esto es lo que se resalta, el mal y en la uglesia hay mucho bien y pasan cosas muy buenas, a pesar de lo que podamos hacer sus hijos, a veces la gente dice que se separa de la Iglesia por lo que no les gusta, es cuestión de animarse, intentar cambiar uno mismo y tratar de ver con objetividad que no es la exageración que nos pintan y por supuesto hacer lo que hace Conchi, las cosas irán mejorando, con marcharse no se soluciona
27/10/08 5:44 PM
  
antonios
Vosotras, las Conchis del mundo, sois lo mejor de la Iglesia.

Gracias por explicarnos tu humilde y a la vez gran testimonio..., ...Tu esfuerzo por vivir la fe cada día como mujer católica.

Tu testimonio con tu experiencia de fe, tu labor misionera en el hogar y tu fidelidad a la Iglesia, vale más que todos los discursos teológicos.Y Por supuesto más que los de esos que llamándose católicos parece que solo trabajan por que los fieles estimen cada vez menos a su Iglesia.
Gracias Conchi.
27/10/08 6:17 PM
  
gonzalo
Este testomonio es llo que se dice lo de la levadura, verdad?
Un gran ejemplo, gracias

Salud
31/10/08 8:58 PM
  
Tineo
Bruno, menos mal que no tenemos que pagarte por todo lo que nos regalas en el blog. No habría dinero para hacerlo. GRACIAS.
01/11/08 10:17 PM

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