Los protestantes italianos contra la Sábana Santa
Desgraciadamente, la más evidente, extendida y persistente de las tradiciones protestantes es el anti-catolicismo. Como muestra, me ha parecido interesante traducir este artículo de la Repubblica, del 26 de febrero de 2010, firmado por Vera Schiavazzi y titulado “Los valdenses y la contrainformación”.
En él se hace mención a la campaña que han puesto en marcha los diversos grupos protestantes de Turín, unidos, a pesar de sus diferencias doctrinales, en contra de la Iglesia Católica. La ocasión es la “ostensión” o exhibición pública de la Sábana Santa de Turín que tendrá lugar en los próximos meses, desde el 10 de abril al 23 de mayo.
Mediante un uso bastante peculiar de la lógica, el hecho de ser contrarios a la veneración de las reliquias les lleva a estar seguros de que la Sábana es una falsificación. En cualquier caso, aprovechan la ocasión para criticar el catolicismo en todo lo que pueden. Lo más curioso de todo esto es que, aparentemente, a pesar de vivir en un país de tradición católica, no han debido de hablar en su vida con un católico, porque muestran un desconocimiento asombroso de lo que es el catolicismo. Bueno, y, a mi entender, es igualmente asombroso su desconocimiento del Nuevo Testamento y de lo que éste dice sobre Cristo crucificado.

A riesgo de defraudar a algunos lectores, comenzaré diciendo que el texto que propongo hoy es escandaloso pero en el buen sentido. “Escándalo", etimológicamente, significa algo que hace tropezar. Y, como es lógico, tropezar es malo si vamos por buen camino, pero cuando vamos por la senda equivocada un tropiezo nos puede ayudar a ver que hay que cambiar de dirección. El mismo Cristo fue “piedra de escándalo” para los hombres de su tiempo.
Aunque en los países hispánicos el proceso pueda pasar desapercibido, en el Reino Unido, Australia, Estados Unidos y otros países angloparlantes se están dando ya los primeros pasos hacia la creación de los Ordinariatos previstos por la Constitución Apostólica Anglicanorum Coetibus, aprobada recientemente por Benedicto XVI. Estos Ordinariatos, parecidos a diócesis personales al estilo de los Ordinariatos Castrenses o de las eparquías orientales, permitirán que los anglicanos que vuelvan a la Iglesia Católica conserven sus tradiciones propias y una buena parte de sus usos litúrgicos.
Como sólo estamos en febrero, puede resultar algo prematuro elegir ahora cuál va a ser la peor idea de este año 2010. Sin embargo, si bien no es completamente seguro que tengamos ya un ganador para esta categoría, estoy convencido de que nos encontramos por lo menos ante uno de los finalistas.



