InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Liturgia

8.09.07

Feliz cumpleaños

Hoy, 8 de septiembre, la Iglesia conmemora la Natividad (el nacimiento) de la Virgen. Es una fiesta muy antigua, que se celebra desde el siglo VI.

Multitud de santuarios marianos aprovechan para celebrar hoy la fiesta de sus advocaciones de la Virgen: Ntra. Sra. de Covadonga, de Guadalupe, de la Encina, de Regla, de Alta Gracia y otras muchas. Distintos piropos para la que es, al fin, Madre de todos por serlo del Hijo de Dios.

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17.08.07

Iglesias a rebosar

Estos días de agosto, en los que hay muy poca gente en Madrid, las misas parecen a veces algo tristes, con las iglesias casi vacías. En algunos casos, el sacerdote no se molesta siquiera en pronunciar una homilía, porque “para cuatro gatos que hay…”

Esta reacción es muy humana. A todos nos gusta que las iglesias estén llenas de gente y oír las oraciones pronunciadas con fuerza por muchas gargantas. Rodeados de muchos cristianos es más fácil sentirse seguros en la fe, en medio de un mundo que la ha perdido.

Sin embargo, en mi opinión, este tipo de sentimientos muestran que, a menudo, olvidamos algo esencial

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15.08.07

La Asunción: el secreto para que el hombre sea grande

Hoy, día de la Asunción de la Virgen, quiero ofrecerles estas palabras que pronunció Benedicto XVI como parte de la homilía en esta fiesta hace dos años. Aparentemente, fue una homilía improvisada, con lo que el Papa mostró su calidad como predicador excepcional y su conocimiento de la Palabra de Dios.

Así tenían que ser todas las homilías: sustanciosa, concreta, sencilla y a la vez profunda. Contempla los Misterios de la fe y de ellos recibe luz para nuestra vida. Si en la parroquia a la que vayan hoy la homilía es comparable, feliciten al sacerdote que se lo merece.

No se la pierdan. Léanla. Utilícenla para su oración de hoy. Merece verdaderamente la pena.

Si quieren el texto completo, pueden encontrarlo .

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26.07.07

Producción en cadena de cristianos

Me ha llamado la atención un documental en el que se mostraba la cadena de montaje de no recuerdo qué máquina, dentro de una fábrica. Era algo terriblemente eficiente: los obreros realizaban siempre los mismos movimientos, sin necesidad de pensar, y, gracias a la costumbre, lo hacían gran velocidad. No se perdía ni un segundo. Las máquinas iban saliendo rápidamente de la cadena de montaje, perfectas, resplandecientes… eso sí, todas exactamente iguales.

Este documental me ha recordado lo que sucedió, hace tiempo, cuando fui a confesarme con mi mujer a una iglesia no muy lejana de nuestra casa.

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