La biblia de los evolucionistas de hoy
Estos días, uno de los libros más vendidos en los Estados Unidos es The World Without Us (El mundo sin nosotros), de Alan Weisman. Supongo que pronto será traducido al español y llegará a España, aunque, en nuestro país, este tipo de libros suele tener bastante menos éxito que allende los mares.
El tema de este libro, en principio, es bastante curioso. Especula sobre lo que sucedería en la tierra si (por razones que no especifica) la totalidad de los seres humanos desaparecieran de pronto, de ahí la referencia en el título a un mundo sin nosotros. Los bosques irían, poco a poco, volviendo a cubrir las ciudades, las centrales nucleares terminarían por fundirse o explotar, los plásticos tardarían miles de años en desaparecer, el nivel de dióxido de carbono en la atmósfera se iría reduciendo paulatinamente…
A falta de leer el libro, lo que me gustaría comentar no son esas hipótesis, más o menos acertadas y sin mucha importancia práctica (después de todo, un mundo “sin nosotros” habría dejado de ser nuestra responsabilidad, digo yo). Me llaman más la atención algunas valoraciones de los temas tratados que han recogido las reseñas y que, en mi opinión, revelan la enorme confusión que se esconde detrás del Evolucionismo de pacotilla de nuestra época.

Caminar por la orilla del mar ayuda bastante a pensar sobre las cosas de Dios. Y si no, que se lo pregunten a San Agustín. Yo, más modestamente, paseando por las playas de la Manga, me he fijado en un castillo de arena. Sin duda, había sido construido con gran trabajo y mucho tiempo, porque era un buen castillo, pero bastó un segundo para que una ola más grande que las demás lo destruyera totalmente y apenas quedara nada. Vanidad de vanidades, como dice el Eclesiastés.
Interfax, la agencia rusa de noticias, informó hace un par de semanas de la apertura en Crimea de una Academia de Astrología, con capacidad para 120 estudiantes. No sólo es sorprendente el hecho de que exista una Academia de este tipo, es de suponer que con alumnos que paguen por estudiar en ella, sino que, además, su titulación académica ha sido reconocida oficialmente por el Estado de Ucrania. Existen, además, planes para crear un nuevo centro de astrología que ofrezca estudios de nivel universitario en los próximos cinco años.
Hace un par de días, en el excelente blog , de Luis Fernando Pérez Bustamante, se planteó en los comentarios una cuestión que, a mi juicio es fundamental. No es un tema puramente abstracto, sino que va al núcleo del problema fundamental de cierta comprensión, muy extendida, de la democracia actual.
Como concesión al tiempo veraniego y de vacaciones, quiero proponer un test a los lectores, que podríamos llamar el test 10 – 100. Para no fatigar, se trata de un test muy corto, de una sola pregunta, debiendo elegirse una respuesta, A, B o C.









