Fundamentos (ateos) de la moral
Hoy traemos al blog el comentario que hizo hace tiempo uno de los lectores ateos, Ramontxu, sobre los fundamentos de la moral, en respuesta a algo que había dicho yo. Por su longitud y su interés, me pareció apropiado convertirlo en un artículo completo, junto con mis comentarios. Como ya sabrán los lectores más antiguos, una de las riquezas de este blog es la presencia de una serie de ateos y agnósticos residentes que aportan muchas veces cuestiones nuevas o enfocan las mismas cuestiones de maneras diferentes. A mí, al menos, siempre me hacen pensar.
En este caso, el comentario es especialmente interesante, porque no se limita a criticar la moral cristiana, sino que también ofrece su propia visión (atea) de la moral. A mi juicio, ahí es donde la discusión fructífera comienza de verdad. Criticar es fácil, ofrecer alternativas no lo es tanto. Y someter esas alternativas al análisis comparativo para ver si realmente son mejores aún menos. En ese sentido, el esfuerzo de Ramontxu por aportar algo a la discusión más allá de una mera crítica “desde la barrera” es digno de elogio y yo personalmente se lo agradezco mucho.
Es un tema que sería mucho mejor discutir sentados al fresco de la tarde, con una cerveza o un refresco en la mano, pero como eso no es posible, lo haremos disparando electrones por cables y golpeando satélites con ondas invisibles. Mis comentarios, como siempre, van en rojo. Sin duda, los lectores podrán añadir los suyos.


No sé si mis lectores recordarán al pobre José Arregui. Digo pobre porque, después de alejarse tanto de la fe de la Iglesia que ya no podía verla ni con catalejo, le retiraron la licencia canónica en 2010 y terminó por dejar la orden franciscana y el sacerdocio. Desde entonces, sigue dedicado a escribir sobre temas de Iglesia, diciendo los mismos disparates pero ya sin que sus escritos le importen a nadie (excepto a los jesuitas de Deusto, que, en un alarde de discernimiento, lo mantienen como
Hace dos o tres días, se hicieron públicas unas declaraciones del cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana muy breves pero no por ello menos interesantes. Además de señalar que en cuestiones de atención pastoral, “el Sínodo no puede prescribir en detalle lo que tenemos que hacer en Alemania”, también afirmó que:
Hace unos días, se celebró en Roma un congreso de movimientos y organizaciones católicas convocado para tratar sobre los temas planteados en el Sínodo extraordinario sobre la familia del año pasado y como preparación para el de este año. En él participaron ochenta grupos diferentes y, gracias a Dios, se defendió con claridad la doctrina católica.



