Cafeterías presidenciales
He leído, en sendos blogs americanos, dos noticias que me han llamado la atención de forma especial. Parece ser que el Presidente de Bolivia, Evo Morales, afirma que es católico. Hace unos días, como tal, fue a la Misa dominical y comulgó en ella. Eso sí, a la salida del templo, unos minutos más tarde, no tuvo reparo en afirmar que el también creía y rendía culto a la Pacha Mama. Más de una vez ha participado públicamente en ceremonias de “sacerdotes” aimaras en honor de la Madre Tierra y el Padre Sol. Después de este tipo de declaraciones, ¿es de extrañar que la nueva constitución boliviana haya sido rechazada unánimemente por los obispos bolivianos por abrir la puerta al aborto y a las uniones del mismo sexo, reducir la libertad de los padres u olvidar totalmente el papel del catolicismo en la historia boliviana?
Algo más al norte, en los Estados Unidos, cuenta un blog que el vicepresidente norteamericano, Biden, que también afirma ser católico, fue aplaudido por todos los asistentes a una misa dominical, que le homenajearon puestos en pie. Si ésta es la reacción de los católicos, ¿es de extrañar que Biden no vea ninguna contradicción entre su condición de católico y el hecho de que su administración esté dando vía libre al aborto en todos los ámbitos desde el primer día? ¿O entre ser católico y haber votado a favor de una ley que establecía que, si un niño sobrevivía a un aborto, había que matarlo?
No podemos entrar en sus corazones, que sólo Dios ve. Sin embargo, no me cabe duda de que estas formas de actuar son propias de católicos de cafetería, católicos light, católicos políticamente correctos o católicos sólo de nombre, como prefieran.

A pesar de que la Iglesia está extendida por toda la tierra, actuamos a menudo como si fuera algo casi exclusivamente europeoo o americano. El católico medio desconoce casi todo sobre la Iglesia en Asia, en África o en Oceanía. Como católico significa “universal”, creo que es bueno que conozcamos algunas de esas iglesias particulares católicas de otros lugares del mundo.
Cuando los romanos construían sus calzadas por todo el mundo conocido, no eran conscientes de ello, pero estaban preparando el camino para los Apóstoles. Su propósito era facilitar las comunicaciones militares, comerciales y administrativas que les permitieran gobernar su extensísimo imperio, pero Dios tenía otros planes. Las calzadas romanas unieron puntos lejanos de Europa, Asia y África, entre los que anteriormente era muy complicado viajar, y los primeros misioneros cristianos aprovecharon esas vías de comunicación para anunciar el Evangelio hasta el último rincón del mundo grecorromano. Las águilas imperiales, sin saberlo, se convirtieron en heraldos de la Cruz.
Ayer, la mayoría de los titulares de los periódicos norteamericanos y de buena parte del mundo se felicitaban por el logro que suponía el primer Presidente negro del país. No es de extrañar, ya que Estados Unidos tiene, por su Historia particular, una especial sensibilidad con respecto al tema del racismo que raya con la obsesión.
Una amable lectora me ha enviado la dirección de la



