El mapa del tesoro
Desde pequeño, me han fascinado los mapas. Si uno lo piensa un poco o, mejor, lo mira con los ojos llenos de admiración de un niño, resulta emocionante que montañas altísimas, profundos ríos y ciudades y aldeas llenas de gente se introduzcan, como por arte de magia, en un pequeño mapa que se puede doblar y meter en el bolsillo. Por no hablar de que todo mapa está pidiendo una buena X que marque la situación de un tesoro escondido y unos cuantos monstruos en las zonas desconocidas e inexploradas.
Traigo hoy al blog un mapa lleno de X. Es el mapa de los grupos de anglicanos que ya han manifestado su deseo de pertenecer a la Iglesia Católica en los nuevos ordinariatos anglocatólicos de Estados Unidos y Canadá. Cada uno de ellos es un tesoro para la Iglesia. Y un tesoro desconocido hasta ahora para nosotros, que el Papa Benedicto XVI se ha molestado en buscar y en excavar.

Me encantan las vidas de los santos. Creo que, fuera de los sacramentos y la oración, pocas cosas hay que despierten más el deseo de vivir cristianamente, de entregar la vida a Dios, de ir al cielo y amar a los enemigos. En la vida de los santos se puede ver, de forma concreta y real, en personas concretas y reales, que el seguimiento de Cristo es posible y merece la pena, que no hace falta conformarse con medianías y que Dios está deseando hacer maravillas con nosotros.
Leído en el blog
Participante invitado: El P. Robert Longshanks es un antiguo anglo-católico que cruzó el Tíber hace cincuenta años. Conocido (a sus espaldas) por sus compañeros sacerdotes como Father “Battleaxe” Bob, se comenta que su propio obispo le tiene algo de miedo desde que le dijo que “el problema de Inglaterra ha sido siempre que sus obispos no están dispuestos a morir mártires”. Actualmente ejerce la cura de almas en una pequeña parroquia de Sussex.
Este verano, se lanzó en España una película de Noruega con el peculiar título de “Zombis Nazis". Lo cierto es que ya el título lo dice todo. El típico grupito de jóvenes, refugiado en una cabaña en medio de la nieve, es atacado por los malvados zombis nazis que, volviendo de la muerte, intentan recuperar el oro que ya robaron a los pobres aldeanos noruegos durante la ocupación alemana, hace casi setenta años.









