El blog X.
Supongo que muchos de los lectores habrán leído ya la carta del Papa a la totalidad de los 567 obispos que hay en el mundo. Me permito señalarles un pequeño párrafo interesante que puede pasar inadvertido:
Me han dicho que seguir con atención las noticias accesibles por Internet habría dado la posibilidad de conocer tempestivamente el problema. De ello saco la lección de que, en el futuro, en la Santa Sede deberemos prestar más atención a esta fuente de noticias.
Como sé que más vale un buen cotilleo que cinco principios metafísicos, les voy a contar uno bien jugoso. Tengo entendido que el Papa, al escribir esas líneas no estaba hablando en general, sino que pensaba en varios espacios virtuales concretos que se han convertido en sus preferidos en los últimos meses y que constituyen una de las fuentes que ha utilizado para algunos párrafos de sus tres encíclicas.


Signos de la fe (XIII). Cuando era pequeño, iba a veces con mi madre a una tienda de caramelos cerca de mi casa, que ya no existe. Era una tienda de ésas en las que los dulces se venden a granel y el cliente los va metiendo en bolsitas que luego se pesan al terminar. Como a todos los niños, me encantaba esa tienda. De hecho, recuerdo los caramelos de entonces como mucho más coloridos que los caramelos de ahora, con una luz especial que da a las cosas la ilusión.
Dos lectores, victoria y Cristhian, me han enviado sus relatos de ocasiones en las que han podido compartir su fe. Uno de ellos es muy breve y el otro más largo, pero creo que ambos son muy interesantes.









