La adolescencia de Hans Küng
En un artículo publicado hoy en español en El País y titulado “Un llamamiento al papa Francisco“, un anciano Hans Küng rememora una vez más todos los “agravios” que le ha causado la Iglesia. Según nos cuenta, en sus memorias ya “demostró” que la condena de su teología por parte de Juan Pablo II fue una "acción urdida con precisión y en secreto, jurídicamente impugnable, teológicamente infundada y políticamente contraproducente". Lo más gracioso es lo de “teológicamente infundada", teniendo en cuenta que, en el mismo artículo, niega al menos media docena de dogmas de la Iglesia y prácticamente toda la moral sexual católica.
El ateólogo suizo, sin embargo, se reserva la última palabra ante la condena de la Iglesia, una última palabra rebelde, desafiante, optimista y (en su mente) demoledora: “Pero mi reputación ante el pueblo creyente no pudo ser destruida".
Debo confesar que, en esto, estoy completamente de acuerdo con el profesor Küng. Es más, yo diría que es una afirmación tan verdadera que podría considerarse una tautología. En efecto, es absolutamente imposible destruir algo que no existe.

Participante invitado: El P. Robert Longshanks es un antiguo anglo-católico que cruzó el Tíber hace cincuenta años. Conocido (a sus espaldas) por sus compañeros sacerdotes como Father “Battleaxe” Bob, se comenta que su propio obispo le tiene algo de miedo desde que le dijo que “el problema de Inglaterra ha sido siempre que sus obispos no están dispuestos a morir mártires”.
Hay ciertas noticias que no salen en la prensa habitual, pero cuyas consecuencias a largo plazo son mucho más importantes que las de unas elecciones presidenciales o las de una cumbre internacional de tipo ecológico-forense. Me alegra traer hoy al blog en exclusiva una de esas noticias que probablemente haya pasado inadvertida para los lectores, porque no todos los días se produce un descubrimiento arqueológico (¡y teológico!) de estas proporciones.
A nadie sorprenderá que, en ocasiones, la sabiduría popular se muestre más sabia que los sabios. Lo triste es que, en nuestros tiempos, sea más católica que algunos obispos católicos. Digo todo esto por un brevísimo “intercambio de opiniones” entre un cardenal y un católico desconocido que he leído en Twitter y que me ha llamado la atención.
Hoy, por ser el Día Internacional de los Blogeros de InfoCatólica… ¿Cómo? ¿Que eso no existe? Si el Patrimonio Audiovisual y el Uso Prudente de Antibióticos tienen sus días (el 30 de octubre y el 18 de noviembre, respectivamente), no veo por qué no han de tenerlo los blogueros de InfoCatólica. Sería una vergonzosa discriminación. Los blogueros infocatólicos también tenemos nuestro corazoncito y, aunque no seamos tan importantes como la Tuberculosis (24 de marzo) o las Marionetas (21 del mismo mes), digo yo que también podrían concedernos un Día Internacional o al menos un Minuto Internacional.









