Una buena lectura postsinodal: Santa Mónica
Ahora que, por fin, se ha acabado el Sínodo de los obispos, creo que a todos nos hace falta algo para hacernos olvidar el mal sabor de boca de ciertas intervenciones, que, por decirlo de alguna manera, no han sido precisamente edificantes. Así pues, usaremos el agere contra ignaciano: para quitar de la boca el sabor mundano a relativismo y desesperanza, nada mejor que el buen sabor de la santidad.
En mi opinión, pocas lecturas hay más recomendables que las vidas de santos, porque muestran en concreto que es posible vivir según la voluntad de Dios, aunque al mundo (dentro o fuera de la Iglesia) le parezca un ideal inalcanzable. Hoy propongo, además, leer la vida de una santa que se distinguió sobre todo por hacer esa voluntad de Dios en su familia: Santa Mónica.

Polémicas matrimoniales (XXXVIII).
Soy un lector habitual de InfoCatólica. Me ha surgido una duda respecto al siguiente punto de las recientes
Quizá el término más usado en este Sínodo de la Familia sea la palabra “misericordia”. Una palabra maravillosa, que hace referencia a un corazón capaz de sufrir con las desdichas de los demás, como el del mismo Dios, que se apiadó de nosotros, destruidos y esclavizados por el pecado. Ojalá el Señor nos conceda a todos cumplir en nuestra vida la frase del salmista: cantaré eternamente las misericordias del Señor (Sal 88,1).
En relación con las propuestas del card. Kasper (y compañía) de introducir el divorcio (y compañía) en la Iglesia, a menudo se nos dice que, como vivimos en una Época Nueva y Distinta, hacen falta Propuestas Novedosas e Innovadoras® para llegar a las personas. Incluso a veces se cita la frase de Cristo: a vino nuevo, odres nuevos (Mc 2,22).



