Signos de la Fe (IX): el testimonio de un lector
Algunas veces pido que cuenten su experiencia a los lectores que encontraron por primera vez el camino hacia Jesucristo y la Iglesia (o de vuelta a ella después de haberse alejado). Creo que los relatos personales de conversión nos ayudan a todos a ser conscientes de las maravillas que hace Dios en nuestras vidas a poco que se lo permitamos.
Como verán, en esta historia personal que me ha enviado desde México un lector de este blog, José Huerta, el Señor escuchó las oraciones de una madre (como hizo con San Agustín y tantos otros). Además, se sirvió de algo que, a primera vista, parece absurdo: la presencia de misioneros no católicos en México. Así actúa Dios, yendo siempre más allá de cuanto podemos imaginar.