Pedir y dar gracias
Hace unos días, escuché en una homilía una imagen que me gustó. Hablando de la oración, el sacerdote decía que, para un cristiano, rezar debe ser como respirar. Igual que uno no deja nunca de respirar, tampoco debe dejar nunca de orar. Orad siempre, sin interrupción, nos dice San Pablo. Y San Gregorio de Nisa afirmaba que hay que acordarse de Dios aún más que de respirar.
Ahondando en la imagen de la respiración, el sacerdote decía que la inspiración y la espiración eran como la oración de petición y la acción de gracias. Del mismo modo que es imposible limitarse solo a tomar aire o pretender espirar únicamente, el cristiano constantemente debe estar pidiendo cosas al Señor y dándole gracias por todo lo recibido. Ambas cosas. Es la única forma de mantener viva la fe.
Me pareció una imagen muy sencilla y a la vez muy profunda, válida para un niño y para un teólogo. Bueno, siempre que sea un buen teólogo, claro. ¡Qué diferencia con las disquisiciones de pensadores como Torres Queiruga que niegan la importancia y el carácter cristiano de la oración de petición (porque, según ellos, “no es coherente con el Dios revelado en Jesús”)! A diferencia de la imagen de la respiración que daba el buen sacerdote, esas disquisiciones tienen apariencia de profundidad, pero en realidad son superficiales y artificiosas.


Participante invitado: Higinio Fernández, licenciado en Teología Pastoral Buenista por la Universidad Koinonía de Teología a Distancia y profesor en el Instituto de Ciencias Sociorreligiosas de Parla (Madrid). Está casado y mantiene el blog Todos somos hijos de Dios en Multirreligión Digital.
Como corresponde al blog de un físico, hoy vamos a enunciar una ley cuasi-matemática. Yo la llamo la Hipótesis del Disenso Universal. Su enunciado puede ser algo así como: “El disenso teológico es un estado inestable y tiende espontáneamente a crecer exponencialmente hasta llegar a la ruptura total o a disminuir también exponencialmente hasta su desaparición”. Es sólo una hipótesis porque aún no se han hecho suficientes experimentos como para demostrarla con rigor científico, pero las observaciones realizadas hasta el momento la apoyan al cien por cien.



