Eutanasia para no creyentes (II)
Quaestio Quodlibetalis 14 (segunda parte). En el artículo anterior sobre el tema, dimos un primer paso para contestar a la pregunta: para los no creyentes, ¿quién es el titular de la vida humana? Parece que la respuesta inmediata es que cada uno puede hacer con su vida lo que quiera, siempre que no perjudique a los demás.
Sin embargo, yo cite una decena de ejemplos en los que, de hecho, nuestra sociedad y las demás consideran que esa libertad no es absoluta. Ante esos ejemplos, un lector, Kepa, ha planteado las siguientes objeciones:
Los ejemplos que planteas son espinosos, casos límites, pero en modo alguno tan evidentes como se pretenden. Voy uno a uno, y por si hace falta aclararlo soy liberal y no creo en el poder de la comunidad sobre los individuos, más allá de la defensa de terceras personas:


Como los comentarios de ánimo para Yolanda de muchos lectores se han acumulado en el post anterior, he pensado que es mejor trasladarlos a un post propio.
Como el otro día me tocó a mí escribir un par de sonetos, hoy propongo a los lectores que incluyan en los comentarios algún poema que escriban ad hoc o hayan escrito en el pasado. Así, algún día, podré enorgullecerme: El gran poeta X se dio a conocer en mi blog, con ese poema tan conocido ahora….
Todos sabemos que, en el Adviento, la Iglesia prepara el nacimiento de Cristo en Belén, la Navidad. Sin embargo, muchas veces pasa desapercibido el hecho de que, durante las dos primeras semanas de Adviento, hasta mañana día 16 de diciembre, la liturgia, las lecturas y las oraciones se centran en la espera de la segunda venida de Cristo en la majestad de su gloria: su venida al final de los tiempos, como Rey y como Señor. A esa venida nos referimos cuando, en la Misa, decimos: Ven, Señor Jesús. O, en el arameo de los Apóstoles: Marana tha.



